Rosas

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jueves, 31 de mayo de 2018

La Coca-Cola en México y Bolivia

Por Pedro Granoni    En 1898 Coca-Cola entró en México. Los mexicanos le entregan a dicha empresa cerca del 10% de sus ganancias a nivel mundial, sus aportes son solo superados por el país de origen de la marca. Coca-Cola ha construido un monopolio en México, al comprar la mayoría de las marcas de gaseosas del país y a todas las cerveceras. Monterrey, la segunda ciudad más grande del país, consume más Coca-Cola per cápita que ninguna otra ciudad en el mundo.  Coca-Cola llegó a la cúspide del poder en México cuando un empresario proveniente de sus filas, Vicente Fox, arribó a la presidencia de la república en el año 2000. Vicente Fox fue el manager y representante de Coca-Cola en México por muchos años, llegando a la presidencia de esta empresa en su país. En 1972, contrajo sus primeras nupcias con su asistente en Coca-Cola, Lilian de la Concha, estuvieron casados hasta 1991. La conflictiva relación que tenía con los obreros, pudo palparse en una célebre huelga, cuando los trabajadores sabotearon a la empresa orinando en los tanques. Desde su llegada al poder la transnacional obtuvo concesiones de agua, exenciones de impuestos, disminución de aranceles y de cuotas de importación. Durante la campaña presidencial de Vicente Fox (quien fue presidente entre 2000-2006), el llamado grupo “Amigos de Fox” atrajo sumas millonarias de diversos sectores empresariales que el Instituto Federal Electoral (IFE) declaró como ilegales. Entre estos donativos estuvieron los recursos aportados por empresarios azucareros y embotelladores de la Coca-Cola. Gracias a la participación de México en el Tratado de Libre Comercio con América del Norte (TLCAN), el consumo de Coca-Cola en México se duplicó, según datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). En su informe “Derecho a la Alimentación en México”, Olivier de Schutter, relator especial de la ONU, explica que entre 1992 y 2002 se incrementó la disponibilidad y el consumo de dicha marca. Como consecuencia los niños mexicanos sufren graves problemas de sobrepeso y desnutrición, por la desbalanceada dieta basada en “comidas con alto contenido en grasas, sal y azúcar”. El informe de De Schutter afirma que para el año 2017 México gastará alrededor de cinco mil 600 millones de dólares al año sólo para atender casos de diabetes. Desde el año 2000, Coca-Cola ha negociado 27 concesiones de agua del gobierno mexicano. Diecinueve de las concesiones para la extracción de agua de los acuíferos y de 15 ríos diferentes, algunos de los cuales pertenecen a los pueblos indígenas. Ocho concesiones son para el derecho de Coca-Cola para volcar sus residuos industriales en las aguas públicas. Según la Asociación Mexicana de Estudios para la Defensa del Consumidor (Amedec), la calidad del agua potable es tan mala que induce al consumo de gaseosas, la mala calidad del agua potable favorece las ventas. En las comunidades indígenas y rurales no se cuenta con agua potable, por lo que la gaseosa sustituye esa carencia. El crecimiento Coca-Cola en México y en cualquier país tiene al menos tres consecuencias inmediatas: la presión sobre la tierra, los bosques y el agua. Desatándose una velada guerra por el control de los recursos naturales. Toma tres tazas de agua para hacer una taza de Coca-Cola. En México, esta presión se ejerce sobre la población indígena y campesina que poseen la tierra y sobre las leyes del país con el fin de garantizar a las empresas la posesión de estos recursos. El Programa de Certificación de Derechos Ejidales y Solares Urbanos (PROCEDE) en torno a la privatización de la tierra, es impulsado por las Instituciones Financieras Internacionales (Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo). Estas instituciones también ejercen una fuerte presión, financiando la aprobación de leyes de agua en el país; el desplazamiento de indígenas y campesinos de las Áreas Naturales Protegidas, de las montañas y bosques, como es el caso de Montes Azules en Chiapas. Algunas comunidades han desterrado Coca-Cola. Gustavo Castro Soto, un dice:"La conciencia sobre el papel de la Coca-Cola se refiere a la economía, la sociedad, la política, la cultura e incluso los militares. Tiene que ver con los derechos humanos, derechos laborales, los derechos de los pueblos indígenas, y el control de las tierras y el agua por la multinacional. Esta conciencia crecerá y se integran los ciudadanos, comunidades y universidades en un boicot gigante. Todo comienza con nuestros hábitos de consumo. " Chiapas es uno de los estados mexicanos que más gaseosa consume y al mismo tiempo está en los primeros lugares, junto con Oaxaca y Guerrero, de mayor pobreza y desnutrición. En algunas comunidades han lanzado la prohibición de la Coca-Cola y han recuperado el tradicional consumo del pozol, bebida hecha a base de maíz, lo que impactará favorablemente en su producción, consumo y valor del maíz en las mismas comunidades.
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Cuando se tapa la taza del baño, ¿qué es lo que hacemos?, llamar al plomero (...) sin embargo, el plomero con sus diferentes instrumentos no puede resolver eso, y nos dice, dame cinco bolivianos, ocho bolivianos, ¿para qué?, para comprar Coca-Cola. Compra la Coca-Cola y la echa a la taza del baño, pasan minutos y ya está destapada (...) Imagínense, ¿qué químicos tendrá la Coca-Cola?” Evo Morales En Bolivia se da una particularidad, ya que ese país andino es el principal productor de hoja de coca, siendo éste un cultivo central en su cultura, en su historia y en su vida política, su actual presidente, Evo Morales ascendió al poder destacándose como dirigente cocalero. Hay varios productos de la coca: mate, jarabe, pasta dental, licores, caramelos y hasta tortas   Evo Morales reclamó ante la prensa internacional el trato especial que le dan los gobiernos andinos a la comercialización de la hoja de coca que compra Coca-Cola, ya que el comercio de dicha hoja está ilegalizado entre los países andinos, pero la Coca-Cola sí puede comprar la cantidad que quiera en cualquier país andino que la produzca. En el año 2004, Nils Ericsson (presidente de la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas) afirmó que: “La Coca-Cola, la mundialmente conocida fábrica de bebidas gaseosas, compra al Perú 115 toneladas de hoja de coca al año y a Bolivia 105 toneladas con las cuales produce, sin alcaloides, 500 millones de botellas de gaseosas al día”22, según el periodista Luis Gómez la presión por erradicar la coca en los países andinos es una estrategia para asegurar a Coca-Cola el monopolio de la hoja de coca, no sólo con la intención de controlar ese mercado sino también para monopolizar el mercado de refrescos que utilizan hoja de coca. A pesar de este control monopólico de la comercialización de la hoja de coca, materia prima esencial de la Cocaína, sus voceros se niegan a reconocer la utilización de hoja de coca en la fabricación de la bebida, entonces esta empresa debe ser el primer sospechoso en la investigación de las redes mundiales del narcotráfico porque ¿Qué hacen con todas esas toneladas de hojas de coca que compran anualmente? Antes de la Conquista, la coca ya era parte de los rituales andinos y desde la Colonia pasó a ser parte de la economía minera: el “akulliku” (mascado) permitía a los obreros mantenerse en pie en los peligrosos socavones a decenas de metros bajo tierra, y ni las protestas de la Iglesia contra la “hoja diabólica” lograron su prohibición. La Comisión de Estupefacientes de la ONU creada en 1961 penalizo el mascado de la hoja de coca, dicha práctica fue despenalizada en enero del 2013. En su intervención ante la Comisión de la ONU el mandatario boliviano insistió en que la hoja de coca no es cocaína y en que la planta tiene usos rituales y medicinales. “El uso de la hoja de coca en su estado natural tiene innumerables y comprobados fines medicinales, se ha comprobado su efectividad durante cientos de generaciones en la lucha y alivio contra la artritis, diabetes, mal de altura, digestivo”. Morales recordó que ya en el siglo XIX se producía en Europa un tónico conocido como “vino Mariani” y que era muy apreciado incluso por el papa León XIII (1810-1903).El mandatario boliviano negó la eficacia de las políticas de diversificación de cultivos ya que, los altos beneficios que da la producción de la coca para el narcotráfico hace que otros productos sean siempre menos atractivos. Por el contrario, apostó por la industrialización y comercialización de productos realizados a partir de hoja de coca, y mencionó que ya hay en el mercado desde vinos y jarabes a dulces y cremas dentales. Morales recordó que el objetivo de la Convención de 1961 “es el de fiscalizar el uso indebido de estupefaciente, y no el de prohibir usos medicinales y prácticas socio-culturales, que no hacen daño a la salud humana”. Recientemente hubo dos gaseosas bolivianas producidas en base a la hoja de coca, que buscaban competir con la transnacional, la Coca Colla (creada en el 2010) y la Coca Brynco (creada en el 2011), hoy en día sus producciones están paralizadas.
En el 2012  el ministro de Relaciones Exteriores de Bolivia, David Choquehuanca, mencionando el cambio de era anunciado por el calendario maya dijo “El 21 de diciembre de 2012 es el fin del egoísmo, de la división, el 21 de diciembre tiene que ser el fin de la Coca-Cola, y el comienzo del mocochinche (refresco de durazno). Los planetas se alinean después de 26.000 años (…) es el fin del capitalismo y el comienzo del comunitarismo…estamos viviendo la Macha, la oscuridad, el egoísmo, el individualismo, la división; luego de esa fecha, desde el Lago Sagrado debemos proyectar la Pacha, la hermandad, el amor, el comunitarismo”. Las palabras de Choquehuanca nos recuerdan a la vieja profecía de los pueblos originarios de Norteamérica: “Cuando la oscuridad se haga más densa, cuando la Tierra clame de desesperación, cuando plantas y animales sean despreciados y pisoteados por el hombre, vendrán por el Oeste... se les verá llegar. Los Guerreros del Arcos Iris. Que traerán la Luz, el Conocimiento y el Amor al resto de sus semejantes.”
Si bien Mcdonald´s (empresa aliada que cuenta con un contrato de exclusividad con Coca-Cola) se fue de Bolivia, porque los bolivianos prefiriendo sus costumbres alimenticias tradicionales, no consumían la comida rápida (fracaso reflejado en el documental ¿Por qué quebró McDonald’s en Bolivia?), Coca-Cola continúa desde su llegada en 1941 haciendo negocios allí.

La "Inca Kola"

Por Pedro Granoni
Es una bebida inverosímil” Palabras de Jorge Luis Borges, sobre la Inca Kola.
Dos gaseosas locales se destacan en el territorio peruano, la Inca Kola y la Big Cola La Inca Kola es creada en 1935 por inmigrantes de origen británico, la familia Lindley. Esta bebida se acopla a la perfección con la culinaria peruana, especialmente con la mezcla de sabores peruano-asiáticos, denominados Chifa. Solo en dos lugares del mundo bebidas locales superan en ventas a la Coca-Cola, en Perú la Inca Kola e Irn- Bru en Escocia. Entre 1960 y 1980 logro consolidar su hegemonía, recurriendo a una iconografía y a publicidades que se apoyan en las tradiciones y costumbres históricas peruanas. Desde su nombre rescata la tradición incaica, al igual que en su logo, en el cual aparece el rostro de un habitante originario, acompañado de ilustraciones geométricas tradicionales y el mapa de Perú de fondo. La publicidad nacionalista de la gaseosa se ejemplifica en los siguientes anuncios: “Inca Kola, la bebida de sabor nacional”; “Inca Kola sólo hay una y el Perú sabe por qué”. La clave del éxito de la gaseosa fue haber explotado la televisión con un sabor más local que la Coca-Cola. Lo dice el sociólogo Guillermo Nugent, que (de Inca Kola) sabe bastante. Así, mientras la amarilla husmeaba en fondas y chiringuitos, Washington enviaba al Tercer Mundo al hermano del presidente, Ted Kennedy, para repartir cocacolas. 
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Inca Kola tanteaba la mesa exhibiéndose junto a un plato de cebiche con música criolla de fondo. Una vez conquistado el mercado local, a nivel internacional cambio el contexto político y cultural, con la globalización de la década de los 90´, cuando las marcas estadounidenses comenzaron a fagocitar el planeta. Según el antropólogo Miguel Angel Hernández “La masiva invasión de productos y capitales extranjeros resultaron en el colapso de la industria nacional. Fueron pocos los productos que lograron permanecer en el mercado y muchos de ellos, como Inca Kola, apelaron a ese posicionamiento en el imaginario nacional en sus estrategias publicitarias. A los discursos anteriores se le agregó la representatividad como la bebida “propia” frente a lo invasivo, lo foráneo. El índice de consumo de gaseosas, que era compartido entre varias ofertas, se polarizó entre Coca-Cola e Inca Kola”.La globalización capitalista hizo que las culturas locales se vieran en la disyuntiva de adoptar los valores ofrecidos o rescatar de sus tradiciones elementos culturales que consideraran propios, en particular en la música y en la comida. Inca Kola enfrento con éxito en un principio la avanzada estadounidense, motivo por lo cual Mcdonald´s rompió en Perú su alianza exclusiva con la Coca-Cola, ofreciendo también en sus locales el combo Big Mac-Inca Kola. La familia Lindley se endeudo para sostener su hegemonía, la cual se había reducido, en los 80´ el mercado se dividía en un 50% para la Inca Kola y un 30% para la Coca-Cola, en 1995 fue cuando estuvo cerca de ser superada (33% frente a 32% respectivamente). Luego de años de Coca-Cola acepto su derrota y decidió cambiar su estrategia, ante lo cual en 1999 compro el 50% de la Inca Kola, Avilés y Titinger relatan así ese episodio:
“Color orina y sabor a chicle. Él no lo dijo, pero quizá lo pensó. Muchos lo piensan. En abril de 1999, el recién llegado a Lima presidente del directorio de The Coca-Cola Company, M. Douglas Ivester, tuvo que probar en público (para el público) la gaseosa que los peruanos preferían. Entrevista de rigor. La prensa esperaba el trago definitivo. La bebida gaseosa más bebida en todo el mundo había sido derrotada, lejos de casa, por una desconocida. El brindis fue la claudicación: Coca-Cola no podía competir con Inca Kola, así que sacó la billetera y la compró. Perder, comprar, todo depende del envase con que se mire. Lo cierto es que la compañía que había hecho añicos a la Pepsi en Estados Unidos, y que en menos de una semana desbarató el imperio de esta bebida en Venezuela, que facturaba más de diez mil millones de dólares al año, que pudo conquistar el enorme mercado asiático, que auspiciaba en exclusiva los mundiales de fútbol y las olimpiadas, que distribuía botellas etiquetadas en más de ochenta idiomas, que alguna vez hizo de Buenos Aires la ciudad más cocacolera del mundo, que se había adueñado de Columbia Pictures, que estuvo a punto de comprar American Express, que fue publicitada por The Beatles y Marilyn Monroe, y que hacía que el emperador de Etiopía, Haile Selassie, subiera a su avión sólo para ir a comprarla a países vecinos, es decir, la Coca, nunca logró convencer del todo el paladar de un país tercermundista llamado Perú. Primera plana del día siguiente: “Presidente de Coca-Cola brinda con Inca Kola”. Goliat arrodillándose ante David luego de la pedrada en la frente. El gigante maquilló bien la herida. M. Douglas Ivester tomó Inca Kola con una enorme sonrisa: el sabor dulce de la derrota”.

miércoles, 30 de mayo de 2018

Juan Hipólito del Sagrado Corazón de Jesús Yrigoyen Alem

Por Miguel Landro Lamoureaux
Siguiendo a su tío, Leandro N. Alem , comienzan su vida política como miembros del Partido Autonomista, conducido por Adolfo Alsina. 
Nació el 12 de julio de 1852 y falleció el 3 de julio de 1933. Hijo de Martín Yrigoyen y de Marcelina Alem. Su padre era un inmigrante de origen vasco francés que se casó con la hija de Leandro Alem , padre de Leandro N. Alem y abuelo de Hipólito Yrigoyen.
Juan Hipólito nació y se crió en el suburbio de Balvanera, cuidad de Buenos Aires.
Siguiendo a su tío, Leandro N. Alem , comienzan su vida política como miembros del Partido Autonomista, conducido por Adolfo Alsina. Un partido de base popular enfrentado al Partido Nacional de Bartolomé Mitre. En 1872, cuando Alem es elegido diputado provincial, Hipólito Yrigoyen, con 20 años, fue nombrado gracias a la influencia de su tío, Comisario (Policía) de Balvanera. En 1877 Alem e Yrigoyen se enfrentan con el sector oficial del Partido Autonomista, llevando como candidato propio a Aristóbulo del Valle y sosteniendo una actitud de intransigente oposición a los acuerdos entre dirigentes.
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El enfrentamiento interno termina con la exoneración de Yrigoyen. Al año siguiente Yrigoyen es elegido diputado provincial por el Partido Republicano, pero muerto Alsina, retorna al autonomismo. Yrigoyen ingresó también a la masonería de la mano de su tío.
Al federalizarse Buenos Aires y frente a la llegada de Julio A. Roca a la presidencia, Alem abandona la política, en tanto que Yrigoyen acepta la federalización y resulta elegido diputado nacional por el ahora reorganizado Partido Autonomista Nacional en 1880, siguiendo a Roca. Dos años más tarde , desencantado de Roca, abandona la política.
Para 1882, Yrigoyen había finalizado las materias teóricas de la carrera de Abogacía en la Universidad de Buenos Aires .Años atrás había trabajado en el estudio jurídico que compartían Leandro Alem y Aristóbulo del Valle, pero nunca disfrutó la abogacía.
Con 30 años, era una persona de escasos recursos, que había comenzado a trabajar como profesor de Historia Argentina, Instrucción Cívica y Filosofía en el Colegio Normal de Maestras, designado por Sarmiento, y que seguía viviendo en la casa de su tío. Los salarios que percibía eran donados al Hospital de Niños.
En ese momento descubre el pensamiento filosófico de Krause, a través de los krausistas españoles: Ahrens y Giner de los Ríos, que influirán considerablemente en sus ideologías.
En 1883 emprende su negocio propio dedicándose enteramente a la invernada de vacunos.
Compró tres estancias: El trigo ( provincia de Buenos Aires), La Seña ( San Luis) y El quemado ( cerca de Bahía Blanca). Yrigoyen realizó una verdadera fortuna de varios millones de pesos que fueron utilizados casi completamente en la actividad política.
Su relación con las mujeres ha sido sumamente discutida y atacada públicamente por sus opositores. Yrigoyen mantuvo una gran cantidad de aventuras amorosas.
En una de esas relaciones informales tuvo una hija que lo acompañó en toda su vida: Elena Irigoyen.Nunca admitió tener otros hijos, aunque se sabe que tuvo muchos más, al menos seis. mudó a su propia casa, frente a lo que hoy es la Plaza de los dos Congresos en la Ciudad de Buenos Aires, en la calle que lleva su nombre, al 1.600.
Por esa época entabla una profunda amistad con Carlos Pelegrini y Roque Sáenz Peña. 
Participó activamente en la Revolución de 1890 y en la de 1893. En esta última organizó, condujo y financió un ejército radical de 8.000 hombres.Fue uno de los fundadores, siguiendo a su tío y a Aristóbulo del Valle, tanto de la Unión Cívica como de la Unión Cívica Radical .A pesar del afecto que sentía por su tío, desconfiaba de sus condiciones para el liderazgo, lo que lo llevó a enfrentarse políticamente y a organizar la Unión Cívica Radical de la provincia de Buenos Aires como un partido político autónomo.ras el suicidio de su tío Leandro Alem y la muerte de Aristóbulo del Valle( 1886), Hipólito Yrigoyen, profundamente en desacuerdo con la orientación acuerdista que le impone Bernardo de Irigoyen, disuelve el Comité de la UCR de la provincia de Buenos Aires, debido a lo cual el partido radical dejó prácticamente de existir. En 1903 Yrigoyen comienza a reorganizar la UCR y financia las campañas políticas con su propio dinero, como la Revolución de 1905, que fracasa. Sin embargo, el miedo a un nuevo levantamiento armado de Yrigoyen, lleva a su amigo y presidente de la Nación, Roque Sáenz Peña, a sancionar la Ley del Voto Secreto en 1912, más conocida como Ley Sáenz Peña, que lo llevará a la presidencia en 1916. 
  presidencia de Yrigoyen (1916-1922)
El impulso inicial de la conquista de los derechos democráticos se ve frenado al no controlar el Senado y la gobernación de muchas provincias. Yrigoyen recurre a la intervención federal, ahondando el enfrentamiento con los sectores conservadores. En lo económico, el gobierno de Yrigoyen se caracterizó por su "Plan de Tierra y Petróleo", en el que el Estado se reserva un rol de intervención decisivo.El radicalismo mostró una tendencia económica que se apartaba del liberalismo clásico, a partir de la idea de intervención del Estado en la economía. En los fundamentos al voto de la ley ferroviaria de 1920, Yrigoyen dice:"La política del P.E. es mantener en poder del Estado la explotación de fuentes naturales de riqueza, cuyos productos son elementos vitales del desarrollo del país. El Estado debe adquirir una posición cada día más preponderante en las actividades industriales que respondan principalmente a la realización de servicios públicos".
La decisión más destacada y de la cual el radicalismo habría de hacer una bandera, fue la creación en 1922 de la empresa estatal petrolera Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF) , que en el futuro sería la más grande del país con 50.000 empleados, designando al General Enrique Mosconi al frente de la misma y abriendo toda una línea de políticas económicas nacionalistas. También se llevan a cabo una serie de leyes de arrendamientos rurales para proteger a los colonos y chacareros frente a los grandes propietarios de tierra. Se reorganiza el Banco Hipotecario Nacional para que apoye crediticiamente a los pequeños propietarios rurales. En 1918, por primera vez, el Estado interviene como vendedor único de la cosecha de cereales al exterior.Adicionalmente, se crea la Marina Mercante Nacional.
Yrigoyen impulsó una política de expansión y fortalecimiento de los ferrocarriles estatales y se enfrentó con las poderosas empresas ferroviarias extranjeras, al vetar la ley de formación de una empresa de ferrocarriles mixta, sancionada por la oposición.
Construye el conocido Tren de las Nubes (Huaytiquina), del Ferrocarril General Belgrano, conectando Salta con el océano Pacífico en Antofagasta (Chile).
En cuanto a la educación, estalla en Córdoba el movimiento de Reforma Universitaria de 1918.Yrigoyen apoya los reclamos de autonomía universitaria y aprueba los primeros estatutos reformistas.
La política internacional de Yrigoyen fue motivo de fuertes discusiones, incluso en el seno del radicalismo. Yrigoyen básicamente sostuvo una política de fuerte acento sobre la independencia e igualdad de las naciones frente a las grandes potencias, que la oposición interna y extrapartidaria criticaba sosteniendo que llevaría al aislamiento del país .
Sobre esa base:
– Mantuvo la neutralidad en la Primera Guerra Mundial pero con fuertes reclamos de los países beligerantes de ambos bandos.
– En 1917 convocó a un Congreso de Naciones Latinoamericanas no beligerantes para fijar una posición común frente a la Primera Guerra Mundial, que fracasó debido a la fuerte oposición de Estados Unidos.
– Frente al Tratado de Versalles y la creación de la Liga de las Naciones, la posición argentina del gobierno radical sostuvo la separación entre ambos actos: el Tratado era una cuestión que debería limitarse a los países que lucharon, la Liga de las Naciones, por el contrario, debería ser una asociación igualitaria y voluntaria de todas las naciones del mundo, hecho que llevó a un polémico retiro de la delegación argentina.
La política laboral del gobierno radical fue sumamente contradictoria.
Por un lado impulsó la sanción de leyes laborales y envió al Congreso un proyecto de Código de Trabajo, reclamado por los socialistas y el movimiento obrero.
Actuó como mediador en numerosos conflictos laborales, promoviendo la negociación de acuerdos basados en la justicia social.
Pero, por otro lado, mantuvo relaciones muy conflictivas con el Partido Socialista, que tenía una importante representación parlamentaria, y con el sector mayoritario del movimiento obrero, negándole a la FORA su derecho de representar a los trabajadores argentinos en el acto de constitución de la OIT (1919), por lo que el gobierno argentino fue seriamente reprendido por el organismo internacional.
Se disolvió la Federación de Obreros Petroleros (FOP) y reprimió las protestas en YPF.

martes, 29 de mayo de 2018

Urquiza en Pavón.....

Por José María Rosa
Presidía la República el doctor Santiago Derqui que pasaba los días durmiendo, ajeno al acontecer político. Sus antecedentes unitarios lo inclinaban al partido liberal, pero le debía la presidencia a Urquiza, y era hombre leal. Los mitristas (Mitre gobernaba Buenos Aires) quisieron tentarlo: Marcos Paz le ofreció consolidarlo en la presidencia, dándole «el poder implícito en el cargo» que hasta entonces no tenía, pues las cosas las manejaba Urquiza desde su palacio San José, además de gloria imperecedera y las bendiciones de los pueblos[1] siempre que gobernase con los liberales y expulsara a Urquiza. De esta manera los liberales no aparecerían alzándose contra el orden constitucional sino por el contrario apuntalándolo contra un caudillo molesto. Pero Derqui prefirió jugarse con Urquiza.  Como los mitristas no consiguieron a Derqui, buscaron al mismo Urquiza. Correveidiles misteriosos fueron y vinieron del campamento de Mitre al del general de la Confederación. Hubo reuniones secretas «para tratar la paz» en buques anclados en el río.
Resultado de imagen para urquiza y mitrePavón  17 de setiembre de 1861. Chocan los ejércitos cerca de la estancia de Palacios junto al arroyo Pavón, jurisdicción de Santa Fe. La caballería porteña se desbanda; ceden la izquierda y la derecha ante el empuje de las cargas federales. Apenas si el centro mantiene una débil resistencia que no puede prolongarse. Mitre toma el camino de San Nicolás, la ruta de los derrotados en la zona (Rondeau en 1820, el mismo Mitre en 1858).[2]  Pero algo ocurre a los victoriosos, pues no coronan su victoria. Inexplicablemente Urquiza también se retira del campo. Lentamente, al tranco de sus caballos, los jinetes entrerrianos se van. Es una retirada con ralentisseur para demostrar que es voluntaria. Inútilmente los generales Benjamín Virasoro y Ricardo López Jordán — en partes de batalla fechada «en el campo de la victoria» — hacen saber a su jefe el triunfo obtenido.[3] Creen en una equivocación de Urquiza. ¡Si nunca ha habido triundo más completo! Pero Urquiza no solamente sigue su retirada sino que ordena la de todos los suyos. En Rosario se embarca para Diamante con las divisiones entrerrianas. Mitre, detenido en su fuga por el inesperado cariz que tomaban las cosas es invitado gentilmente a recoger los laureles de su primera y única victoria militar.
¿Qué pasó en Pavón?… Es un misterio no aclarado. Solamente pueden hacerse conjeturas: que intervino la masonería fallando el pleito a favor de los liberales y sin que Urquiza pagara las costas (las pagó el país); que un misterioso norteamericano, de apellido Yateman, fue y volvió de uno a otro campamento en un carruaje con inmunidades; que Urquiza desconfiaba de Derqui y prefirió arreglarse con Mitre dejando a salvo su persona, su fortuna y su gobierno en Entre Ríos. Todo puede creerse menos lo que dijo Urquiza en su parte de batalla: que abandonó el campo de lucha «enfermo y disgustado al extremo por el encarnizado combate».[4] ¡Urquiza! ¿El curtido veterano de cien hecatombes con desmayos de niña clorótica…?
Derqui, ingenuamente, intentará la resistencia. El grueso del ejército nacional fue puesto a las órdenes del general Sáa hasta el regreso de Urquiza. Porque cree en la enfermedad de Urquiza, le escribe deseándole «un pronto restablecimiento» y rogándole que «vuelva cuanto antes a ponerse al frente» pues está intacto. Mitre que anunciaba su victoria por el trompeteo de los periódicos porteños no puede moverse de la estancia de Palacios pues no tiene caballada; si Urquiza volviese, en una sola carga daría cuenta de los porteños.
Pero Urquiza no vuelve, no quiere volver. El 27 de octubre, a cuarenta días de la batalla, el inocente de Derqui todavía escribe al sensitivo guerrero interesándose por su enfermedad y rogándole que «tome el mando si su salud se lo permite».[5]
Finalmente Mitre, que no las tiene todas consigo y está desconcertado por la victoria, empieza a moverse de Pavón a Rosario. Cuidadosamente limpia el camino de todo hombre en edad de combatir. Sarmiento, desde Buenos Aires, se lo aconseja al saber la noticia de Pavón: «no trate de economizar sangre de gauchos. Éste es un abono que es preciso hacer útil al país. La sangre es lo único que tienen de seres humanos».[6] Aquélla es una guerra social: la victoria estará en la eliminación del pueblo. Agrega Sarmiento en la misma carta: «Para Urquiza, o Southampton o la horca».
Ni uno ni otra. Urquiza quedará en Entre Ríos y no perderá una sola de sus vacas. Cuando Derqui se da cuenta de que Urquiza no quiere volver a este lado del Paraná, opta por eliminarse de la escena. Cree ser el obstáculo para el regreso de Urquiza, y en un buque inglés se va silenciosamente a Montevideo dejando al vicepresidente Pedernera a cargo del gobierno. Por toda la República, de Rosario al Norte, vibra el grito de ¡Viva Urquiza! en desafío a los invasores porteños; todos llevan en el pecho la roja divisa partidaria con el dístico Defendemos la Ley Federal jurada. Son traidores quienes la combaten. Urquiza tiene a trece provincias a sus órdenes y a un partido que es todo, o casi todo, el país. Tiene el ejército intacto. Se lo espera con impaciencia.

lunes, 28 de mayo de 2018

Juan Manuel de Rosas por Alfred de Brossard

Por José Luis Busaniche
Alfred de Brossard, acompañante del conde Walewski en la misión de 1847, nos ha dejado de don Juan Manuel este retrato muy al vivo y del natural y no del todo desfavorable a despecho de la inquina con que le trata el libro de que es autor y que se titula Considerations historiques et politiques sur les Républiques de la Plata dans leurs rapports avec la France et l’Anglaterre, París, 1850, de donde han sido traducidas las páginas siguientes.
A su llegada monsieur Walewski hizo a Rosas una visita de cortesía y después mantuvo con él una larga conferencia. Habiéndome tocado asistir a estas diversas entrevistas, aprovecho la oportunidad para describir al jefe del gobierno argentino tal como se presentó ante nosotros.
El general Rosas es un hombre de talla mediana, bastante grueso y dotado, según todas las apariencias, de un gran vigor muscular. Los rasgos de su fisonomía son proporcionados; tiene la tez blanca y los cabellos rubios; en nada se asemeja al tipo español. Al verlo, diríase más bien un gentilhombre normando. Hay en su expresión una extraña mezcla de astucia y de fuerza; de ordinario mantiene su gesto apacible y hasta suave, pero por momentos la contracción de los labios le da una singular expresión de dureza reflexiva.
Tributo a Don Juan Manuel de Rosas, ilustre Restaurador de las Leyes
Se expresa con mucha facilidad y como un hombre perfectamente dueño de su pensamiento y de su palabra. Su estilo hablado es muy desigual; tan pronto se sirve de términos escogidos y hasta elegantes, como cae en la trivialidad. Es posible que entre por algo la afectación en esta manera de expresarse. Sus pláticas no son nunca categóricas, sino por el contrario, difusas y complicadas a fuerza de digresiones y frases incidentales. Pero esta prolijidad, es, sin duda, premeditada y calculada para desconcertar al interlocutor. En efecto, se hace muy difícil seguir al general Rosas en todos los rodeos de su conversación.
Sería imposible reproducir en todos sus aspectos esta conferencia que se prolongó por espacio de cinco horas. Rosas se mostró en ella, por momentos, como un perfecto hombre de estado y, según el caso, como un particular afable, y también infatigable dialéctico y orador vehemente y apasionado. Representó, a medida de las exigencias y con una rara perfección, la cólera, la franqueza y la bonhomía. Es comprensible que, visto cara a cara, pueda seducir o engañar…
Dotado de una voluntad reflexiva y persistente, don Juan Manuel es un gobernante esencialmente absoluto; y aunque la fuerza constituya la base de su gobierno; y a pesar de que en su política consulte sobre todo las necesidades de su posición personal, lo cierto es que gusta de pasar por hombre de razonamientos y de convicciones. Muestra gran horror por las sociedades secretas, las logias, como las llama, aunque la mazorca, fundada por él, fue una sociedad secreta que se hizo pública por los mismos excesos en que incurría. Se indigna de que puedan suponer en él la menor afinidad con los revolucionarios enemigos del orden social y, como hombre de Estado, finge en sus máximas una gran austeridad que no guarda en su vida privada. «Yo sé muy bien, dice en sus conversaciones, que el ejemplo debe venir desde arriba».
Ha justificado hasta cierto punto sus pretensiones restableciendo el orden material en el país y en la administración; trabaja asiduamente de quince a diez y seis horas diarias en el despacho de los asuntos públicos y no deja pasar nada sin un riguroso examen. De tal manera, como él mismo lo repite, todo el peso y la responsabilidad del gobierno recae sobre él. Asi puede decirse que los principales resultados de su gobierno en el interior, han sido: 1.°) la seguridad pública; 2.°) una pasable justicia; 3.°) orden (aparente al menos) en las finanzas.
Pero el par de estos resultados honorables, hay otros que lo son mucho menos y que provienen de la situación del general Rosas y de la naturaleza de su educación y de su carácter.
Hombre de campo. Rosas ha sido en efecto el jefe de la reacción del hombre del campo contra la influencia predominante de la ciudad. Imbuido de prejuicios de orgullo castellano, detesta en masa a los extranjeros, cuyos brazos y cuyos capitales podrían enriquecer el país, y apenas si les acuerda una mezquina hospitalidad. Agricultor por nacimiento, por educación y por tendencias, poco le importa de la industria. Esta predilección le ha inspirado algunas buenas medidas, porque predica con el ejemplo de sus propiedades que están perfectamente administradas y cultivadas. Ha fomentado el cultivo de cereales y lo ha mejorado cargando con un pesado derecho de importación a los trigos que Buenos Aires hacía traer hasta entonces de la América del Norte. En otros respectos, ha sobrepasado el límite.
Educado en las máximas exclusivas del derecho colonial español, no comprende ni admite el comercio sino rodeado de tarifas prohibitivas y de rigores aduaneros. De ahí la estancación en el comercio y en la industria y el absoluto abandono de los objetos de utilidad material.
En contraposición a esto, el general Rosas se preocupa mucho por los medios que pueden servir a un gobierno para influir sobre el espíritu de los pueblos y acuerda gran importancia a la instrucción pública porque la instrucción pública y la religión son medios de influencia política.
Por ese mismo motivo interviene activamente en la prensa periódica; paga diarios en Francia, Inglaterra, Portugal, Brasil y Estados Unidos y él mismo dirige sus periódicos de Buenos Aires: La Gaceta Mercantil, El Archivo Americano y el British Packet. Los artículos de estos periódicos son escritos, dictados, y por lo menos corregidos, por el mismo general Rosas y cada uno se hace con vistas a la política de Europa o América, siempre con un objetivo bien preciso, y destinado a producir un efecto determinado.
La Gaceta Mercantil, destinada especialmente al interior de la Confederación, repite diariamente la misma polémica: «Las comunicaciones son tan difíciles —dice Rosas — que de treinta números, pueden perderse veintinueve. Es necesario que el número treinta enseñe a los lectores lo que no le han enseñado los veintinueve perdidos».
El Archivo Americano, revista redactada en tres idiomas (español, inglés y francés) por don Pedro de Ángelis, está destinada a Europa en general. El British Packet, diario escrito en inglés, como su nombre lo indica, sirve de órgano al gobierno argentino para dirigirse al comercio británico.
Si don Juan Manuel comprende muy bien la acción de la prensa, conoce asimismo muy bien el poder de la disciplina militar y se ocupa con especial cuidado del ejército, que constituye uno de sus principales sostenes. Por él arruina sus propias finanzas y se mantiene en amenaza contra los países vecinos.
Rosas se siente animado por pensamientos de ambición, tiene el instinto de las grandes empresas y es demasiado sagaz y avisado para no comprender que todo gobierno, por absoluto que sea, necesita algún apoyo de la opinión pública. Su aversión por los extranjeros, su desprecio por la industria y el comercio, su predilección por la agricultura, son sentimientos de que participa toda la facción que lo apoya y sobre los cuales ha sabido fundar su crédito y su popularidad. Ha ido más lejos; se ha exhibido como campeón de la independencia americana, amenazada, según él y sus parciales, por las costumbres e ideas europeas y por la ambición de los gobiernos del viejo mundo. Y este pensamiento, expresado con ardor, ha realzado singularmente su reputación, no solamente ante sus partidarios, sino ante los pueblos de más allá del Atlántico y de los Estados Unidos. Por eso sus admiradores lo saludan con el nombre de Gran Americano.
El general Rosas alimenta otra ambición muy a propósitos para halagar el orgullo de su pueblo; la reconstrucción del antiguo Virreinato de Buenos Aires, que supone la reunión en un solo haz, de todas las provincias argentinas, el sometimiento del Paraguay recalcitrante y recobro de la influencia, siquiera indirecta, sobre la Banda Oriental, como antes del tratado de 1828. Esto es, evidentemente, su programa.
Alfred de Brossard
(Traducción de José Luis Busaniche)

sábado, 26 de mayo de 2018

EL ATENTADO DE LA MAQUINA INFERNAL (1841)

Por Manuela Rosas de Terrero

En la noche del 25 de marzo de 1841, aniversario del cumpleaños de mi finada madre, estando rodeada de algunas personas que me visitaban en memoria del día, entró monsieur Bazin, primer edecán del señor almirante Dupotet y, entregándome una caja como una tercia de vara de tamaño, me dijo acababa de recibirla de Montevideo con una carta del cónsul general de Portugal, el señor Acevedo Leite, en la que le pedía ponerla en mis propias manos para que yo lo hiciera del mismo modo en las de mi padre, y que dicha caja encerraba una medalla de diploma que la «Sociedad de Anticuarios» de Copenhague, le dedicaba.
Después de tomar dicha caja en mis manos pedí, no recuerdo a cuál de los amigos que allí estaban, ponerla sobre la mesa redonda, que entonces se usaba en medio de la sala. Lo efectuó y allí quedó la caja toda la noche estando la mesa en constante movimiento, pues, a medida que los visitantes aumentaban, ésta se retiraba para dar lugar a formar el círculo social. Al siguiente día llevé a mi padre la caja, repitiéndole las palabras de monsieur Bazin. Mi padre la miró y me dijo ponerla sobre una de las cómodas que había en su aposento donde él estaba escribiendo ese día. Lo hice, y después de pasados los días, me dijo que la abriese y le hiciese saber su contenido. Esto fue el 28 de marzo, tres días después de haberla yo recibido.
La llevé a mi dormitorio, y, sentada en una silla al lado de la ventana, llamé a una joven amiga mía, Telésfora Sánchez, que entonces me acompañaba, para que me ayudase a descoser los forros. El primero, no recuerdo de qué material era, pero sí que el segundo era de cachemira blanca, con las costuras ribeteadas de un cordón de seda colorada. Bajo este forro, sobre la tapa de la caja, estaban varios papeles, que no leí por estar escritos en un idioma desconocido para mí, pero me parecieron ser títulos o diplomas. Con éstos estaba la llave de la caja, atada con una cintita colorada. Puse a un lado los forros y papeles, y al abrir la caja con la llave, saltó la tapa de un modo tan violento, haciendo tan fuerte ruido, que Telésfora y yo dimos un grito.
Al mirar la máquina, yo no tuve la más mínima idea de lo que era, pues teniéndola en las faldas la miraba de frente, pero Telésfora que estaba sentada en la ventana y la miraba de lado, me dijo: «Manuelita, fíjate, parecen cañones los tubos que la forman».
Hice lo que ella me indicaba y ni aun asimismo me inspiró la más mínima sospecha que tenía en mis manos tan cruel, tan infernal proyecto del que, si la Divina Providencia no me hubiera salvado, habríamos sido víctimas con mi amiga Telésfora, y también mi mucama Rosa Pintos, que en esos momentos se ocupaba de acomodar algo en el cuarto. Al tratar de cerrar la caja, no pude conseguirlo; en balde apretaba dos grandes gonces que habían saltado en los lados de ella, lo que después supe ser los gatillos de la máquina que por haberse descompuesto, no produjeron el infernal intento.
Esa misma mañana la llevé a mi padre, y él, al mirar la máquina comprendió en el momento la terrible realidad. Guardó silencio un momento, y después, mostrándosela al primer escribiente de Secretaría, don Pedro R. Rodríguez, que acababa de entrar, le dijo: «Es ésta una máquina infernal enviada por mis enemigos para matarme, pero Dios es justo. Vaya usted inmediatamente a llamar al señor ministro Arana».
No tardó en llegar dicho señor, quien, doblemente aterrado al saber hubiese sido yo la víctima de tan espantosa trama, tanto mi padre como él me abrazaron y besaron tiernamente, felicitándome por la protección que el Todopoderoso me había dispensado y al decirme mi padre: «Hija mía, demos fervientes gracias al Divino Ser que con tanta bondad nos ha salvado con su suprema protección», mi llanto sin desprenderme de sus brazos, no le permitió continuar.
Esto tenía lugar, como he dicho antes, el 23 de marzo, y así que mi padre y el doctor Arana, ministro de Relaciones Exteriores, conferenciaron, decidieron imponer, sin pérdida de tiempo, al señor almirante Dupotet de lo que pasaba. Este señor almirante, indignado al saber que se hubiesen valido de su edecán monsieur Bazin como agente de una trama tan infame, despachó a éste, esa misma mañana, en un vapor a Montevideo para tomar informe del señor Acevedo Leite, si tenía algún conocimiento de la carta, habiéndosele engañado. El señor Leite, tan ofendido como debía serlo, se vino sin demora con monsieur Bazin a Buenos Aires para dar la satisfacción debida de su inocencia; la máquina, sin moverla de la caja, se llevó inmediatamente a casa del señor ministro Arana, donde estuvo algún tiempo expuesta al examen del público.
Siendo el 30 de marzo el día del cumpleaños de mi finado padre —y el 29 se destinó a consultas de ministros del gobierno y de los agentes extranjeros— fue aquel día en el que se declaró al público lo que pasaba; así fue que todos los cuerpos diplomáticos y militares que iban a casa para cumplimentar a mi padre, como los particulares, impuestos de la infamia que se les refería, pasaban a ver la máquina a lo del señor Arana… Los oficiales franceses descargaron algunos de los cañones en el jardín del señor ministro Arana, y la carga era tan terrible, que los cañones reventaban.

Congreso de Tucumán: Las dificultades de la Patria. Sus congresales.

Por Carlos Pistelli

Al inaugurarse el Congreso el 24 de marzo de 1816, las Provincias Unidas eran un berenjenal de conflictos; un quilombo de la san madre.

  Artigas en Purificación, amenazado por los portugueses, mandando sobre la Provincia Oriental, Corrientes, las Misiones y Entre Ríos; Gaspar de Francia separado con Paraguay; Rondeau vs Güemes y los españoles bajando. El Congreso tucumano, mediando en todo, y sin resolver entre José Moldes o Pueyrredón; San Martín en Cuyo; Díaz con Córdoba y La Rioja; Santa Fe dividida y en guerra; Buenos Aires sacudida; Belgrano y su ilustre porte poniendo los puntos sobres las íes..
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  El Congreso fue convocado a instancias del Director Interino Ignacio Álvarez Thomas, precisamente para declarar la independencia, que duda cabe. Se eligió Tucumán, como recompensa al patriotismo de sus fieles luchadores, como el lugar central de la República, y como punto equidistante de Buenos Aires, pa’ que Artigas convergiera de una puta vez hacia una Unión “Nacional”.

  Los diputados electos que inauguraron las sesiones fueron 33. Un número bastante masónico. Se sorteó la Presidencia de las deliberaciones, uno por mes. Al sanjuanino Laprida, le tocaba presidir, el mes de julio.
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Los Congresales. 

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  • Por Buenos Aires:Tomás Manuel de Anchorena (nacido en 1783), doctor en leyes de Chuquisaca, miembro de una familia muy importante, ligada a don Juan Manuel de Rosas, participó en el Cabildo Abierto del 22 de Mayo de 1810. Secretario de Belgrano en la Campaña al Norte de 1812-1813. Sus hermanos Nicolás y Juan José cumplieron su rol en el rosismo. Él también. Era uno de los exponentes principales del Congreso.
    José Darragueira (1771), nacido circunstancialmente en Perú, vivió en Buenos Aires, donde estudió en el Real Colegio San Carlos, actual Colegio Nacional, como Anchorena. Se recibió de doctor en leyes en Chuquisaca. Participó activamente en la Semana de Mayo, cumpliendo rol como jurista. Vinculado al grupo ‘morenista’ y luego unitario, tendría duros debates con los diputados provinciales ‘federalistas’. Fue asesor de Pueyrredón hasta su temprana muerte en mayo de 1817.
    Esteban Gascón (Oruro, 1764), otro que estudia en el San Carlos, colega de Castelli, y doctor en Leyes en Charcas. Participa en la Revolución altoperuana de 1809, liberado por Castelli de la cárcel en 1811. Participa en la batalla de Salta, y se vincula a la Logia Lautaro en el grupo adicto a Pueyrredón, tenaz artiguista.
    Pedro Medrano (Isla Gorriti, frente a Punta del Este, 1769), estudió en el Colegio Monserrat de Córdoba, y se doctoró en Leyes en el Alto Perú. Participó del Cabildo del 22, y tiene distintos puestos públicos. Terminó sus días como diputado rosista.
    Cayetano Rodríguez (San Pedro, 1761), cura y profesor de las órdenes franciscanas, amén de poeta. Vinculado a Mariano Moreno, primer director de la Biblioteca Pública, confrontó con Rivadavia por sus leyes de reforma religiosa.
    Antonio Sáenz (Buenos Aires, 1780), otro egresado del San Carlos, bachiller en Leyes en Chuquisaca, donde tomó las órdenes religiosas. Participó del Cabildo del 22, fue colega de don Bernardo de Monteagudo, se le acusa de haber matado al obispo Lué, con quien le unían viejas querellas. Presidente del Congreso tras su traslado a Bs. As., vinculado a Rivadavia, fue promotor de la Universidad porteña.
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  Juan José Passo (1758), nacido en Buenos Aires, el taimado y patriota Jota Jota fue actor principal de cuanto congreso se realizó en aquellos años. Estudió en el colegio Monserrat, donde entabló amistad con Castelli, recibiéndose de doctor en Leyes en la casa de estudios cordobesa, como Gaspar Rodríguez de Francia. Profesor del San Carlos, amigo del rector Chorroarín. Salvador del debate del Cabildo del 22, no concurre con su voto con el resto de la representación patriota. Así y todo, fue electo Secretario de la Junta. Tuvo papel preponderante en esos años, miembro de los Triunviratos. Al tener conocimiento de una Logia llamada Lautaro, Passo, o al menos sus hermanos, intentaron hacer una asonada para desprenderse de una logia a la que interpretaban como proinglesa. Electo congresal, Passo tiene el honor de leer para su juramento, el Acta de la Independencia. Seguirá jodiendo, jeh, fiel a su personalidad, muchos años más.

paso
Guiño de Passo.
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  • Por Catamarca:.
    Manuel Acevedo (Salta, 1770), cura y abogado egresado del Colegio Monserrat. Realizó carrera eclesiástica, y elegido al Congreso de Tucumán, donde abogó por la Monarquía Incaica, y presidente del Congreso en Bs. As. Cumplió rol político preponderante en Catamarca. Luego sería congresal en 1824,
    José Colombres (Tucumán, 1778), cura y doctor en leyes de la Universidad de Córdoba, adalid de la instalación de ingenios en su provincia. Por prestar servicios en Catamarca, fue electo diputado. Corriendo el tiempo, participaría de la Coalición del Norte.
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  • Por Córdoba:.
    José Antonio Cabrera (Córdoba, 1768), descendiente del fundador de Córdoba, y sobrino del Deán Funes, licenciado en jurisprudencia en la Universidad de su Ciudad. Tiene el honor de haber participado en los dos congresos independentistas. Vinculado al grupo federal del Congreso, del cual era su líder ‘parlamentario’, y vinculado a los federales de su provincia, se negó al traslado del Congreso a Bs. As. y fue expulsado.
    Eduardo Pérez Bulnes (Córdoba, 1785), egresado del Colegio Monserrat. Su hermano es Juan Pablo, caudillo artiguista. A diferencia de su hermano, que se mantuvo federal, don Eduardo penduló desde su enfrentamiento al grupo logista en Tucumán, defensor de Díaz contra el levantamiento de Juan Pablo, primero bustista y luego junto a Paz, congresal cordobés en 1826 pero liado al grupo rivadaviano.
    Miguel Calixto Del Corro, (Córdoba 1775) egresado del Colegio Monserrat, doctor en teología, rector de su Universidad, el cura Del Corro fue pieza fundamental en su pcia. Fue electo al Congreso en reemplazo del Deán Funes y fue enviado para conciliar términos con los artiguistas. Rodeó a Artigas largo tiempo. No firmó el acta independentista, y fue expulsado del Congreso. Tuvo alguna actuación posterior junto al ‘Manco’ Paz.
    Jerónimo Salguero Cabrera y Cabrera (Córdoba, 1774), egresado del Colegio Monserrat, doctor en jurisprudencia, miembro del equipo del Gobernador federal José Javier Díaz. Salguero prefirió ir a Buenos Aires. Luego sería colaborador de Bustos y compañero de bancadas de Dorrego en el Congreso de 1826.
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  • Por Charcas:  (la provincia de Charcas se refiere al actual departamento de Chuquisaca, en donde se encuentra Sucre, la actual capital legislativa de Bolivia, y la famosa Universidad donde egresaron varios de los patriotas mencionados).
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    José Severo Malabia (Charcas, 1787), Doctor en jurisprudencia de su ciudad, participa de la Revolución de 1809, junto a su colega y amigo Bernardo de Monteagudo. Personaje, que a la par de don Bernardo, era rápido para el entrevero dialéctico, polémico y complicado. Difamó a Montes, otro trigo limpio, y fue fervoroso partidario de la Monarquía Incaica. Pasó el resto de sus días de aquí pa’ya haciendo de las suyas,
    Mariano Sánchez de Loria (Chuquisaca, 1774), doctor en jurisprudencia en su ciudad, y luego clérigo. Apoyó la Revolución de 1809 y la instalación del monarca inca en Tucumán.
    Mariano Serrano (Potosí, 1788), Redactor del Acta de la Independencia. Fue la figura principal del Congreso según los historiadores. Partidario de la monarquía, pero no de la incaica, arrastrando viejos recelos. Abogado y partícipe de la Revolución de 1809, y luego hombre de Pueyrredón. Finalmente participó de la vida política altoperuana, firmante y presidente del congreso independentista boliviano. Raro privilegio el del mocito Serrano.
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  • Por Chichas: (provincia del sur boliviano, cuya capital era Tupiza, reclamada por los argentinos largos años)
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    José Andrés Pacheco de Melo (Salta, 1779), cura y amigo de Martín Güemes. A él le debe haber sido electo.
    Juan José Fernández Campero, Marquez de Yavi o del Valle del Toxo (Javi, actual pcia. de Jujuy, 1777), uno de los prohombres de la Guerra Gaucha, primo de Güemes y otros capitanes de la guerra, como los Pérez Uriondo. Es de los pocos con títulos nobiliarios al servicio patriótico. No llegó a participar del Congreso, estando en combate, donde fue tomado prisionero, torturado y enviado a Lima. Falleció entre los tantos traslados, quebrantada su salud. San Martín, Belgrano y Güemes pidieron por él, pero los realistas hicieron oídos sordos.
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  • Por Jujuy:.
    Teodoro Sánchez de Bustamante (Jujuy, 1778), doctor en leyes en Chuquisaca, participó de la Revolución de 1809. Como jujeño realizó una sorda oposición a Güemes, quien igualmente lo hizo elegir diputado. Perteneció a la bancada ‘belgraniana’, del cual fue estrecho colaborador.
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  • Por La Rioja:.
    Pedro Castro Barros (Chuquis, La Rioja, 1777), Chusquis es una pequeña población riojana que tiene el honor de tener a su hijo ilustre como nacido en sus tierras. Doctor en Teología en Córdoba, donde es cura. Miembro de la Asamblea del Año XIII, es elegido al Congreso. Tuvo actuación política posterior como principal consejero de Facundo Quiroga, a pesar de estar vinculado a los unitarios de las provincias. Rector de la Universidad de Córdoba, opuesto a las reformas rivadavianas, expulsado del país por orden de López y Rozas. Se dice que no se caracterizaba por la prudencia.
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  • Por Mendoza:
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    Tomás Godoy Cruz (Mendoza, 1791), se graduó de Bachiller en Leyes y Filosofía en Chile. Fue el hombre de San Martín en el Congreso. En 1820 será Gobernador Provincial.
    Juan Agustín Maza (Mendoza, 1784), docto en Derecho Civil en Chile. Se dice que era republicano, y combatió en el bando federal, donde encontró la muerte traicioneramente por indios que respondían a los Pincheira.
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  • Por Mizque:  (ubicada en las cercanías de Cochabamba, era una ciudad importante en su tiempo)
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    Pedro Ignacio Rivera (Mizque 1753) El “veterano” del Congreso. Abogado en 1793 en Chuquisaca, participa en la Revolución de 1809, de la que dejó unas memorias. Proclamó en el Congreso por los auxilios al Alto Perú, por la Independencia y por la erección de una Monarquía Temperada, bajo la dinastía inca.
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  • Por Salta:.
    Mariano Boedo (Salta, 1782), Abogado en Chuquisaca, es amigo de Mariano Moreno. Se vinculó a Pueyrredón y luego a Güemes, quien lo hace elegir diputado. Venía de familia de alcurnia, y cumplió cierto papel en la política.
    José Ignacio Gorriti (Jujuy, 1770), notable exponente de la ciudad de Jujuy, como sus dos hermanos, el “Lancero” de Güemes ‘Pachi’ y el cura unitario Juan Ignacio, reacio a don Martín, hombres de la Guerra por la Independencia y la Guerra Gaucha. José tuvo destacada actuación junto a Güemes y en el propio Congreso, en los debates políticos; Tras renunciar para seguir las luchas independentistas, será tres veces gobernador de Salta, del bando más bien unitario. Fue doctor en el Derecho Canónigo.
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 José Moldes (Salta, 1785), era hijo de uno de los tipos más ricos de Sudamérica. Eso le dio un status para desenvolverse en la política. Moldes fue uno de los pilares revolucionarios de Salta y América y, como fugaz intendente de Mendoza, precursor de la bandera azul y blanca. Tenía un carácter brioso que le terminaba jugando en contra, altanero dada su posición social. En España luchó contra los franceses en compañía de otro salteño importante como Gurruchaga. Anduvo en las tertulias para la conformación de una Logia Independendista con Pueyrredón. Peleó en la batalla de Tucumán, pero debió ser separado del mando de tropa por el rechazo que generaba. Fue el candidato de Güemes y los cordobeses a Director Supremo. Pero no pudo participar del Congreso separado del mismo (no llegó a actuar) por los grupos que reconocían el liderazgo de Buenos Aires.

Moldes
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  • Por San Juan:.
    Fray Justo Santa María de Oro, (San Juan, 1772), sacerdote domínico al que se lo presenta como crítico de la monarquía elegida por los congresales. Impulsó la declaración independendista pero era adversario de la preponderancia porteña. Era tío de Domingo Faustino Sarmiento.
    Francisco Narciso de Laprida, (San Juan, 1786), presidió la Jura de la Independencia. Licenciado en Leyes en Chile. Laprida se vinculó al partido unitario y fue muerto en las guerras civiles argentinas. Borges, que era lejano descendiente, le dedicó el “Poema Conjetural”, en 1943:
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Zumban las balas en la tarde última.
Hay viento y hay cenizas en el viento,
se dispersan el día y la batalla
deforme, y la victoria es de los otros.
Vencen los bárbaros, los gauchos vencen.
Yo, que estudié las leyes y los cánones,
yo, Francisco Narciso de Laprida,
cuya voz declaró la independencia
de estas crueles provincias, derrotado,
de sangre y de sudor manchado el rostro,
sin esperanza ni temor, perdido,
huyo hacia el Sur por arrabales últimos.
Como aquel capitán del Purgatorio
que, huyendo a pie y ensangrentando el llano,
fue cegado y tumbado por la muerte
donde un oscuro río pierde el nombre,
así habré de caer. Hoy es el término.
La noche lateral de los pantanos
me acecha y me demora. Oigo los cascos
de mi caliente muerte que me busca
con jinetes, con belfos y con lanzas.
Yo que anhelé ser otro, ser un hombre
de sentencias, de libros, de dictámenes
a cielo abierto yaceré entre ciénagas;
pero me endiosa el pecho inexplicable
un júbilo secreto. Al fin me encuentro
con mi destino sudamericano.
A esta ruinosa tarde me llevaba
el laberinto múltiple de pasos
que mis días tejieron desde un día
de la niñez. Al fin he descubierto
la recóndita clave de mis años,
la suerte de Francisco de Laprida,
la letra que faltaba, la perfecta
forma que supo Dios desde el principio.
En el espejo de esta noche alcanzo
mi insospechado rostro eterno. El círculo
se va a cerrar. Yo aguardo que así sea.
Pisan mis pies la sombra de las lanzas
que me buscan. Las befas de mi muerte,
los jinetes, las crines, los caballos,
se ciernen sobre mí… Ya el primer golpe,
ya el duro hierro que me raja el pecho,
el íntimo cuchillo en la garganta.
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  • Por San Luis:.
    Juan Martín de Pueyrredón (Buenos Aires, 1777), San Martín hace elegir a Pueyrredón congresal, pues había padecido destierro en San Luis unos años. Pueyrredón figura entre los principales políticos y revolucionarios de su tiempo. Fue electo Director Supremo, y ya describiremos su actuación en notas siguientes.
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  • Por Santiago del Estero:.
    Pedro León Gallo (Santiago, 1782), Cura del Colegio Monserrat, donde cursó estudios, recibiéndose de Maestro de Filosofía. Cumplió destacado papel en el Congreso y luego como asesor del Gobernador y Caudillo Felipe Ibarra.
    Pedro Uriarte (Santiago, 1758), cura y Doctor en Derecho Canónigo por la Universidad de Córdoba. Fue representante de su ciudad en la Junta Grande, y luego se volcó al partido unitario. Ibarra lo metió en cana y luego lo rajó de Santiago.
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  • Por Tucumán:.
    Pedro Aráoz (Tucumán, 1759), miembro de esa poderosa familia tucumana. Era tío de Gregorio Aráoz de Lamadrid y de don Bernabé, caudillo tucumano. Se ordenó de sacerdote y doctor en teología en Córdoba. El “padre perico” fue un reconocido colaborador de Belgrano y sus sobrinos en política. Y logró mediar, junto a Gallo y Pacheco de Melo en los conflictos con Santiago en 1821. Su sobrino Lamadrid lo recuerda cariñosamente en sus Memorias.
    José Ignacio Thames (Tucumán, 1762), Doctor en teología y Cura recibido en Córdoba. Fue partidario de la Revolución y de la Monarquía Incaica, pues a su pedido, precisamente se trató el tema.
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  Las provincias altoperuanas ocupadas o en guerra con España no mandaron congresales, como algunas lo harán luego (Cochabamba, ejemplo). Y tampoco participaron las provincias del Litoral (Santa Fe, Corrientes, Entre Ríos, Misiones) ni la Banda Oriental, dentro de los Pueblos Libres. Como tampoco el Paraguay, donde la muñeca de Rodríguez de Francia aíslo a la región. Trataremos a continuación porque las provincias artiguistas no participaron del Congreso.