Por el Profesor Rafael Franco.
Desde hace varios años y cada vez que llega la fecha 12 de octubre, que nosotros recordamos como Día de la Raza, hay grupos, más políticos que históricos, que critican aquel acontecimiento, o más bien gesta, que realizaron un grupo de marinos, poco más de 80 en total, en 1492. Actualmente hay una campaña que intenta cambiar el nombre con que se recuerda el descubrimiento, a pesar de que ya está bastante desdibujado con el que lleva actualmente. Noten que en los Estados Unidos celebran este día como el Columbus Day (Día de Colón), que me parece tiene más sentido, ya que la gesta les guste o no la llevó adelante un marino, después nombrado almirante, que se llamó Cristóbal Colón. Se tiene que fue un genovés, pero recientes descubrimientos cambian radicalmente el asunto, ya que parece que su origen es español, del sur de España precisamente, donde tiene parientes que se han dedicado a la marinería desde siempre teniendo este Colón un antepasado almirante; mientras que el genovés, que se tiene oficialmente como el auténtico Colón, se descubrió que era un hombre que a avanzada edad entró a trabajar de marino, y por tanto sería muy improbable que pueda llevar adelante semejante hazaña.
También el INADI (Instituto Nacional contra la Discriminación, de la Argentina) ha solicitado cambiar el nombre de Día de la Raza por el de Día de la Diversidad Cultural Americana, que en mi modesta opinión desdibuja aún más aquel acontecimiento digno de estudiarse desapasionadamente.
¿Y cómo hacer para entender aquel hecho desapasionadamente, ya que nos hablan de un genocidio por parte de los conquistadores? Primero, creo que para poder entender algo que pasó hace más de cinco siglos, hay que tratar de meterse en la mentalidad de aquel entonces, para eso debemos desembarazarnos por un momento de muchos conocimientos y creencias, sobre todo los adelantos tecnológicos que hoy disfrutamos y trasladarnos mentalmente a un mundo completamente distinto como era el fin de la edad media, que se toma como punto culminante el Descubrimiento, que a su vez da comienzo a la edad moderna.
Imaginemos por un momento un mundo sin electricidad, por tanto sin ningún artefacto que la necesite, un mundo iluminado con velas y lámparas con cabos mojados en aceite. Para los jóvenes me imagino no será fácil imaginar un mundo sin Internet, sin celular y sin el sachet de leche. También sin autos ni ferrocarriles, no hace falta que diga sin aviones; sin diarios, sin telégrafo, imagínense un mundo en donde las noticias se conocían después de meses, y me refiero a acontecimientos que consideramos hoy cruciales; en 1492 Galileo ni siquiera había nacido, faltaba un siglo para que dijera “el mundo se mueve” y comprobara la teoría de Copérnico que en ese momento era un adolescente; un mundo que se movía en carretas y barcos a vela, lentamente; con habitantes que creían ciegamente que la Tierra era plana; un mundo en el que los que sabían leer y escribir eran muy pocos y aún faltaban casi tres siglos para que se desarrolle la máquina a vapor que produciría la revolución industrial.
Bien, si podemos imaginarnos un mundo así, radicalmente distinto al nuestro, quizá podamos entender lo que sucedió en aquel tiempo previo al descubrimiento y contemplar un poco más benévolamente el asunto.
Por un lado Cristóbal Colón venía desarrollando el proyecto, la posibilidad de viajar al Oeste y llegar a las Indias, y planteaba ese asunto de que el planeta era redondo, cosa difícil de aceptar; ni siquiera le creyeron los reyes de Portugal, a quienes les fue a solicitar su apoyo a la vez que les ofreció el negocio; pero lo rechazaron, quizá pensaban que estaba loco. Unos frailes amigos, del convento de La Rábida, sí le tomaron en serio, y fueron éstos quienes lo acercaron a los reyes católicos, que después de muchas idas y venidas decidieron apoyar la empresa. Para llegar a esta instancia Colón ya llevaba más de ocho años con su proyecto durante los cuales tuvo que soportar varios rechazos al mismo y también supongo que para ese entonces ya habría roto muchos huevos. Al fin logró reunir, con mucha oposición de parte de los vecinos de Palos, la tripulación y armó una expedición, como se sabe de tres barcos. Los hermanos Pinzón aportaron mucho dinero y eligieron a “La Pinta” para el viaje; los hermanos Niño viajaron con su carabela, “La Niña”, que logró realizar tres viajes, eran todos marineros de prestigio. “La Santa María”, en la que viajó el Almirante era el barco más grande, con 51 toneladas y apenas 30 metros de largo (eslora), ésta se hundió en el Caribe en su primer viaje.
Partieron del puerto de Palos un 3 de agosto, primero arribaron a las islas Canarias, donde se reaprovisionaron, luego prosiguieron rumbo al Oeste, a lo desconocido, y cuando habían pasado más de dos meses del viaje y cundía la desesperación entre la tripulación, un tripulante, Rodrigo de Triana, avistó tierra un 12 de octubre. Llegaron a la isla que los nativos denominaban Guanahani, a la que los españoles le dan el nombre de San Salvador, hoy una de las islas de Bahamas. Posteriormente Colón recorrió varias islas, entre ellas Cuba y La Española. Regresaron a España, al puerto de Palos, un 15 de marzo de 1493, o sea que habían pasado más de siete meses desde la partida, y durante ese lapso para los que lo vieron partir supongo que la incertidumbre y esperanza, algunos, y la opinión de que habían fallecido en la empresa, la mayoría, sería el convencimiento general, pero por suerte volvieron y el festejo fue total, difundiéndose rápidamente la noticia, el mayor acontecimiento de 1493; y entonces para los habitantes de fines del siglo XV el mundo cambió, ya no era plano, Colón tenía razón, la Tierra es redonda.
Luego, como sabemos, Colón hizo tres viajes más, ínterin fue preso, condenado, difamado y reivindicado; pero nunca supo que había descubierto un nuevo continente. Falleció convencido de que había llegado a las Indias, fue enterrado en Valladolid un 20 de mayo de 1506.
Como ven aquella empresa no fue nada fácil y marcó un hito en la historia de la humanidad, nuestra humanidad con sus defectos y virtudes; algunos comparan este hecho con la llegada del hombre a la Luna. Por eso, a aquellos que juzgan a la ligera, si realmente quieren entender éste o cualquier hecho histórico de más de un siglo, les digo que se abstraigan de este moderno siglo XXI y trasládense mentalmente al siglo correspondiente, en este caso el siglo XV. Para finalizar le propongo un interrogante: ¿si a usted le hubiera tocado vivir en aquel siglo, de qué lado estaría; del lado del proyecto de Colón que no encontró mejor ejemplo que parar un huevo para demostrar su teoría, o de los que creían que estaba equivocado, o era un chiflado? No me diga que estaría del lado de Colón, porque no le creo.
Sin desmerecer el trabajo del Profesor Franco, los historiadores no se ponen de acuerdo respecto de la persona de Cristobal Colon (o Colombo). El maestro Vicente Sierra recuerda que en sus primeros viajes capturo varios indigenas, con la intencion de venderlos como esclavos a buen precio en España, lo que produjo la justa indignacion de la Reina Isabel que ordenó su devolucion a su pueblo y posteriormente, ante la exhortacion del Pontifice el rey don Fernando prohibio la esclavitud en la Indias Occidentales.
ResponderEliminarUna nota de mal gusto y con horrores historicos...como se extrañan la sapiencia y la calidad de los maestros Barbera, Güichal y Torreira.
ResponderEliminarSr. Anonimo, lo de mal gusto es su comentario. Reconocemos sapiencia y calidad en Barbera, pero los otros no los conocemos.
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