Por Pacho O donnell
El almirante Cochrane era un
héroe naval de Gran Bretaña, condecorado con la muy prestigiosa Orden del Baño
por sus hazañas en las guerras napoleónicas. Llegó a ser también miembro de la
Cámara de los Torys. Pero su codicia lo llevó a embarcarse en estafas
financieras que lo encerraron en la Torre de Londres y lo despeñaron en el
desprestigio social.
Ello lo llevó a ofrecerse como
mercenario, aceptando la propuesta de Álvarez Condarco para conducir la armada
chilena. Desde
un principio compitió con San Martín por la comandancia de la conquista de
Lima.
"El
objeto de la presente expedición -consigna un oficio que O'Higgins hace llegar
a manos del almirante el 19 de agosto de 1820, víspera de la partida- es
extraer al Perú de la odiosa servidumbre de España elevándola al rango de una
potencia libre y soberana y concluir por ese medio la grandiosa obra de la
independencia continental de Sud América. El capitán general del ejército, don
José de San Martín, es el jefe a quien el gobierno y la república han confiado
la exclusiva dirección de las operaciones de esa gran empresa..." El
gobernante chileno deseaba poner coto a las intemperancias del altivo lord.
Cochrane,
despechado, hace que veintitrés oficiales, ignorando la disposición de
O'Higgins, se declaren exclusivamente subordinados a él, cuyos poderes
"no pueden transferirse a otro".
"O'Higgins, semejante a otros muchos buenos capitanes -escribe al dictado
el secretario del almirante-, no desarrolló en el gabinete aquel tacto con que
tan brillantemente había servido a
la patria en el campo de batalla, permitiendo que el general San Martín, con su
habilidad peculiar de volver en provecho suyo las proezas de los otros, se
esforzase en llevar la palma, porque la gloria era en realidad de
O'Higgins".
También trata de hacer aparecer
a su odiado antagonista como cobarde: "El general San Martín, al llegar a
Pisco, no quiso entrar en la villa, bien que las fuerzas españolas no contasen
allí más que 300 hombres escasos. Haciendo desembarcar las tropas al mando del
mariscal Las Heras, se marchó costa abajo en la goleta `Moctezuma'. Una
conducta tal de San Martín causó gran descontento en el ejército y la escuadra,
puesto que había un contraste con la primera toma que se hizo de dicha plaza el
año anterior, por el teniente Charles y el mayor Miller, acompañados de un
puñado de hombres".
Cuando San Martín procede a
proclamar la independencia del Perú, en el marco de la más imponente solemnidad,
hace acuñar y distribuir medallas con el texto: "Lima obtuvo su
independencia el 28 de Julio de 1821, bajo la Protección del general San Martín
y el Ejército Libertador". Ninguna mención a la flota ni a su
almirante...
Cochrane quedó muy ofendido.
Para hostigar al Libertador aprovecha que el pago de los sueldos de la
escuadra se había atrasado, debido a la escasez de recursos de la expedición,
para fomentar inquietud y amenazas de sublevación por parte de los marinos.
"Al
día siguiente, 4 de agosto, no sabiendo lord Cochrane que San Martín había
cambiado de título -redacta su secretario, en un remedo de ventrilocuismo- fue
a palacio y rogó al general en jefe propusiese un medio para pagar a los
marineros extranjeros, que habían cumplido sus contratos." San Martín
respondió a esto que "él nunca pagaría a la escuadra chilena a menos que
fuese vendida al Perú, y que entonces el pago sería considerado como parte del
precio de adquisición". Lord Cochrane le respondió malamente.
San
Martín se volvió entonces hacia el almirante y le dijo: "¿Sabe Ud., mi
lord, que yo soy el Protector del Perú?" El inglés ironizó entonces sobre
las veleidades nobiliarias y aristocratizantes de don José. Éste lo
interrumpió, altanero, dando por terminado el diálogo: "Lo único que tengo
que decir es que yo soy el Protector del Perú".
Al pie de lo que atribuye a su
empleado, Cochrane agrega un infundio: "Una circunstancia ha sido omitida
en la presente narración. El general San Martín, al conducirme hasta la escalera,
tuvo la temeridad de proponerme siguiese su ejemplo, esto es, faltase a la fe
que ambos habíamos jurado al gobierno de Chile, apropiase la escuadra a sus
intereses y aceptase el grado más elevado de Primer Almirante del Perú. Es casi
excusado decir que deseché proposiciones tan deshonrosas. San Martín, al ver mi
negativa, me declaró en un tono irritado que ni pagaría a los marineros sus
atrasos ni la recompensa que les había prometido".
El lord estaba decidido a
enajenar a San Martín el apoyo de Chile, la amistad de O'Higgins y su prestigio
en la nación hermana.
El rencoroso marino cuenta que
una feliz casualidad le permitió apoderarse del tesoro del Estado peruano, que
San Martín trató de poner a buen recaudo, embarcándolo, ante la posibilidad de
un contraataque de los españoles. Quizás, también, al demostrar confianza en el
lord británico deseaba disminuir el voltaje de su confrontación, dañina para
el proyecto libertario.
Sin embargo, el almirante
aprovechará para redoblar sus ataques de mala fe: "Este dinero -escribirá-
había sido enviado a Ancón bajo el pretexto de ponerlo a salvo de cualquier
ataque de las fuerzas españolas, pero con el ánimo quizá de hacerlo servir a
las miras ulteriores del Protector".
Fueron inútiles los esfuerzos de
San Martín y de su estrecho colaborador Monteagudo para que Cochrane restituyera
tan importante caudal.
Éste saca partido de las ínfulas
monarquizantes de don José -flanco que también aprovecharía Bolívar para
denigrarlo- para describir, cargando las tintas, la Lima de 1820: "Se había formado una casi guardia real de escolta al
Protector cuando salía al público; precaución no del todo inútil, a pesar de
hallarse los limeños desarmados. En una palabra, los limeños tenían una
república que hormigueaba de marqueses, condes, vizcondes y otros títulos de
monarca, a cuyo fin todos creían se encaminaba el Protector". Recordemos
que sus enemigos se burlaban de San Martín apodándolo "el Rey José".
Al producirse el regreso de San
Martín a Chile, luego de Guayaquil, escribe el almirante: "Los patriotas
de Chile ansiaban que yo lo arrestase y estoy cierto que si así hubiese
procedido los hombres del poder no se habrían quejado; pero yo preferí que el
gobierno siguiese su propio curso".
Falta a la verdad Cochrane, en
su supuesta magnanimidad, puesto que el 12 de octubre de 1822 ha urgido al
gobierno chileno a "formar un sumario acerca de la conducta del
mencionado Dn. José de San Martín", aprovechando que "habiendo
llegado hoy a Valparaíso hállase ahora bajo la jurisdicción de las leyes de Chile".
Se manifiesta "pronto a probar el haberse apoderado violentamente de la
autoridad suprema del Perú; el haber intentado seducir a la marina de dicho
Estado; el colocar sin derecho alguno a las fragatas `Prueba' y `Venganza' bajo
la bandera del Perú; y otras demostraciones y actos hostiles a la República de
Chile".
El Libertador debió huir del
país que había liberado, a toda prisa, con una escolta proporcionada por su
amigo O'Higgins, con su vida pendiente de un hilo, esquivando a los tribunales
de un país que había llegado a execrarlo.
Por alguna inexplicable razón
nuestra historia oficial reconoce como únicos antagonistas del Libertador a los
godos y a las altas cumbres andinas, ocultando que fue escarnecido y hasta
amenazado de muerte por algunos de sus poderosos contemporáneos, entre ellos
Alvear, Rivadavia y Cochrane. Y no fueron los únicos.
Nada más hipócrita que la explicación oficial de que
nuestro Libertador emigra a Europa para “completar la educación de su
hija"
Ahi se dio cuenta don Jose, que no se podia confiar en los ingleses, ladrones, hipocritas y cinicos desde la epoca de los Platantagenet hasta la de Cameron!!
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarAhhhh ¿ahora se quieren "actualizar" los revisionistas? ¿Qué pasó, nunca se animaron y ahora no quieren quedar rezagados detrás de los hispanoamericanistas que ya tienen todo descubierto?
ResponderEliminarCuando los nacionales entraron en Madrid en 1939 allanaron los archivos de la masonería y los publicó la Editora Nacional. Por ellos se sabe que San Martín se inició en la masonería en el grado de aprendiz en la Logia Integridad Nº 7 de Cádiz, dependiente del Gran Oriente Regional de Sevilla. El 06/05/1808 recibió el grado de maestro masón. En la Logia Integridad, San Martín conoció a Alejandro Aguado, sevillano de origen judeoconverso, militar que se pasó luego a las filas de José Bonaparte. Este pecado luego le sería perdonado por Fernando VII, cuando Aguado, que había comenzado su fortuna como proveedor del ejército napoleónico en España, se convirtió en uno de los más ricos banqueros de Francia, negociante, sobre todo, de deudas soberanas. Aguado saldó la deuda que España tenía con Inglaterra, Francia y Holanda. Fernando VII, agradecido, le confirió el título de Marqués de las Marismas. Cuando San Martín se retiró a Francia fue a vivir cerca del castillo de su amigo Aguado, una de las pocas personas con las que se tuteaba, junto con el cual participaba en las tenidas masónicas de Ivry, como consta por las firmas de ambos, que allí se conservan. Aguado lo nombró su albacea y tutor de sus hijos menores y murió antes que San Martín, quien, claro está, mandó celebrar funerales solemnes en la iglesia Notre Dame de Lorette. Es por eso que San Martín NO murió pobre, como nos han querido hacer creer. Otro día podemos seguir con Rosas, que no fue masón, pero sí claramente probritánico.
Lástima que hasta los masones León Zeldis y Seal-Coon rechazan esa afirmación (que es de Alcibíades Lappas) de que San Martín hubiera sido iniciado masón en la Logia Integridad n° 7 de Cádiz, ya que ni siquiera existe constancia de esa logia.
EliminarSí yo te pidiera acaso una sola documentación directa dónde enseñé qué José de San Martín era Mason, la pura verdad es qué no me la podrías dar. Las logias existían, qué eran de carácter masónico es imposible afirmarlo, sea San Martín o Bernardo o'higgins, José Miguel Carrera, Simon Bolívar, Francisco de Miranda etc. No existe evidencia documentada qué muestre que eram masones, si existen la historiografía masónica que se atribuye muchas cosas sin dar una sola evidencia, ejemplo Mitre el historiador Mason que maquilló la historia de Belgrado y San Martín porqué funcionaban a sus intereses políticos y dejaban a su máximo estandarte segun su lectura política, Rivadavia cómo el hombre mas sobresaliente de Argentina, Urquisa, Sarmiento el mencionado Mitre todos masones con titulos de masones y documentos de masones que enseñaban su afiliación a esta logia. Por otro lado todo aquel que afirmé que Rosas era pro inglés es alguien qué no se a arrimado a los archivos nacionales de la nacional y a leído todo material tendencioso acerca del restaurador, en fin 🤷🏻♂️🤦🏻♂️
ResponderEliminarSan Martin no era masón,sí pertenecía a una sociedad secreta, muy comunes en ese tiempo,
ResponderEliminarAdemás era liberal partidario de La Pepa,algo que todos desconocen o ocultan.