"El gobernador y capitán general de la provincia de Corrientes a sus habitantes. Compatriotas. Cuando el que os habla apuraba sus conatos en afianzar la paz, tranquilidad y libertad de la provincia; cuando por fin sacrificaba en aras de la patria los justos motivos de queja y desconfianza a que daba mérito la conducta irregular del general Lavalle, en cuyas manos se depositó la fuerza armada; entonces es cuando éste mismo, faltando a su juramento y a todo lo más sagrado que respetan los hombres, os ha abandonado, desertando con el ejército de ésta, a quien ha sorprendido y engañado. ¿Lo creéis, correntinos? Ese hombre a quien recibisteis con el abrazo de amigo, y a quien prodigásteis vuestra confianza y elementos, retribuye hoy vuestra lealtad y generosidad con la más negra de las traiciones.
Correntinos: Ha llegado el caso de redoblar nuestros esfuerzos. La causa de la libertad, que habéis jurado defender, no pende de la defección de un malvado; nos sobran medios de vencer, y lo haremos, sin que el nombre de él manche nuestras glorias en lo sucesivo. Armémosnos y la victoria será nuestra.
Mañana marcha a campaña y os aguarda en su cuartel general vuestro compatriota.
Corrientes, 5 de agosto de 1840.
Pedro Ferré’’
La furia de Ferré era incontenible, Lavalle era el destinatario de su anatema pues habla dejado a Corrientes nuevamente sola, con la variante que esta vez no tenía ni ejército ni armas para hacer frente a las fuerzas entrerrianas de Pascual Echagüe. Pobre Corrientes, no tenia suerte con sus aliados. Primero la abandonó Rivera. Ahora la dejaba indefensa Lavalle. Y ella siempre brindándose generosa en la lucha que creia justa.
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