Por el Prof. Jbismarck
‘‘Por ese tiempo apareció un caudillo, que después fue célebre en la guerra civil y en la resistencia que hizo a los españoles la Provincia de Salta. Hablo de don Martín Miguel de Güemes, simple comandante de milicias, colocado en la frontera por el General San Martín. Poseía la elocuencia peculiar que arrastra a las masas de nuestro país y que puede llamarse la elocuencia de los fogones y de los vivaques, porque allí establecen sus tribunas.
Principió por identificarse con los gauchos, adoptando su
traje en la forma, pero no en la materia, porque era lujoso en su vestido,
usando guardamontes y afectando las maneras de aquellas gentes poco
civilizadas. Desde entonces empleó el bien conocido arbitrio de otros caudillos
de indisponer a la plebe contra la clase más elevada de la sociedad. Cuando
proclamaba solía hacer retirar a toda persona de educación y aun a sus
ayudantes, porque, sin duda se avergonzaba de que presenciasen la imprudencia
con que excitaba a aquellas pobres gentes a la rebelión contra otra clase de la
sociedad.
Este caudillo, este demagogo, este tribuno, este orador,
carecía hasta cierto punto del órgano material de la voz, pues era tan gangoso,
por faltarle la campanilla, que quien no estaba acostumbrado a su trato, sufría
una sensación penosa al verlo esforzarse para hacerse entender; sin embargo
este orador, vuelvo a decir, tenía para los gauchos, tal unción en sus palabras
y una elocuencia tan persuasiva, que hubieran ido en derechura a hacerse matar
para probarle su convencimiento y su adhesión.
Era además, Güemes, relajado en sus costumbres, poco sobrio
y HASTA CARECIA DE VALOR PERSONAL, pues nunca se presentaba en el peligro.
No obstante era adorado por sus gauchos, que no veían en su ídolo sino al representante de la infima clase, al protector y al padre de los pobres, como lo llamaban, y también, porque preciso es decirlo, AL PATRIOTA SINCERO Y DECIDIDO POR LA INDEPENDENCIA PORQUE LO ERA EN ALTO GRADO. El despreció las seductoras ofertas de los generales realistas, hizo una guerra porfiada y al fin, tuvo la gloria de morir por la causa de su elección, que era la de la América entera”. La contradicción existente entre las primeras y las últimas palabras de Paz es evidente. Sostiene la carencia de valor personal de Güemes, pero luego arguye ser el autor de una guerra porfiada contra los realistas. Habla de sus costumbres, pero no afirma haber conversado personalmente nunca con él, lo que implica que escribe por referencias o de oídas. Se mofa de su voz, pero reconoce que con ella arrastraba a sus gauchos. Critica su intervención en la plebe, pero no reconoce su finalidad, vale decir, la de sostener la causa de la independencia.
No hay que olvidarse que Guemes era hemofílico y de hecho murió por una herida de bala profunda que a otro que no sufriera hemofilia no hubiera matado. No era cobarde sino que conocía sus límites.
ResponderEliminarUn hemofílico no dura más de 24 horas con la herida.
EliminarLo de hemolítico lo invento también el Manco Paz que odiaba a Güemes tal cual podemos ver en sus memoria. Es simple saber porque Güemes no tenía hemofilia es que luego de recibir un disparo y ser herido sobrevivió 10 días en agonía, por lo tanto no era hemofílico ya que un enfermo así muere a los segundos desangrado y no luego de diez días. Pero hay mucho más en ma mentira de Paz ya que con esa falacia de decir que era hemofílico o tenían mal de la sangre quería apoyar su desprecio y decir wue Güemes no luchaba en el frente con sus gauchos y hará lo trata de cobarde. Cosas que sabemos que no fue cierta ya que Güemes luchó en más combates cuerpo a cuerpo con los realistas que el mismo San Martín y Gral Belgrano juntos. Ya Güemes luchó cuando toma el barco Justina contra los ingleses, luego en Suipacha primer victria patria, también en el Puesto del Marquéz, en Cuesta Nueva, en Tusacal de de Velarde y más de 18 combates, un hemofílicos jamás hubiera podido hacer eso porque moriría por un simple corte , hasta un herida infringidas por la naturaleza, por algo los gauchos usaban guardamonte y Güemes también porque el terreno en Salta esta lleno de espinos y era monte tupido.
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