Rosas

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viernes, 31 de diciembre de 2010

Miradas acerca del Sapo del Diluvio

"(...) desgraciadamente en esta cuestión la conducta personal del señor Rivadavia desde que fue nombrado Presidente ha tenido la tendencia a acarrear odio, y casi podría agregarse, ridículo a lo que pudiera considerarse una autoridad suprema (...); su repentina disolución del Gobierno de Buenos Ayres (...) alarmó prematuramente a las otras provincias respecto de su propia suerte y ha determinado que se considerara la cuestión de federalismo o no federalismo, en un momento y de una manera que pudiera hacer muy difícil al Gobierno poner por obra sus planes".
(W. Parish a G. Canning, 20 de junio de 1826 en H. S. Ferns, Gran Bretaña y Argentina en el siglo XIX, Buenos Aires, Solar Hachette, 1979).
"Esta gran logia tuvo otro brazo en Chile, bajo la presidencia de Freire. Todas las convulsiones que han sucedido, y debido suceder en la república del Perú, dirigidas a dar muerte a Bolivar, fueron fraguadas en Buenos Aires, y llevadas a efecto por sus agentes en Chile: los cuales se entienden directamente no con el gobierno, sino con la madre logia y no se ocupan en otra cosa. Así es que para el equipo de los buques que allí se compraron, fue en comisión por separado D. Santiago Vazquez cosa que a mi entender no habría sucedido, si la espada virgen de la revolución no hubiese tenido atenciones de mayor importancia, que exigiesen una contracción asidua. Es así que no tenía alguna visible: ¿luego cuál podía ser sino la oculta?
El puño cardinal de esta logia principal ¡Oidlo! es traer un príncipe de Europa para coronarle: debiendo Chile incorporarse a este reino, y continuar Rivadavia con los suyos en el mando hasta que se realice el proyecto.
¿Cómo podrán dudar de la realidad de esto, los que se hallen penetrados de que D. Bernardino Rivadavia, D. Juan Segundo Agüero, D. Carlos María Alvear, D. Manuel José García, e inmediata comparsa (por la regla que cada uno busca a los suyos) son unos realistas de marca mayor? (...) ¿Y es posible que los hombres de sano juicio, quieran más bien sufrir el bochorno que les toca en la generosidad de la palabra, que oponerse y echar por tierra a estos monstruos?"
(Fray Francisco de Paula Castañeda en La verdad sin rodeos N° 11, Córdoba, 10 de noviembre de 1826)
Catecismo nuevo
Todo fiel cristiano
está muy obligado
a echar su maldición
de todo corazón
al señor Bernardino,
porque es un jacobino,
y fiero Rivadavia,
que como perro rabia
contra la santa cruz,
de Cristo nuestra luz;
pues con ella
nos redimió
de nuestro pecado
y del enemigo malo;
y por tanto
contra Rivadavia
debemos signarnos
y también santiguarnos,
haciendo tres cruces:
la primera en la frente,
para que nos libre Dios
de pensar en Rivadavia;
la segunda en la boca,
para que nos libre Dios
de hablar como Rivadavia;
la tercera en los pechos,
para que nos libre Dios
de obrar cual Rivadavia,
diciendo así:
por la señal de la santa cruz,
del enemigo Rivadavia
líbranos Señor Dios Nuestro.
En el nombre del Padre,
del Hijo,
y del Espíritu Santo.
Amén!
(Fray Francisco de Paula Castañeda. La verdad sin rodeos N° 26, Córdoba, 25 de marzo de 1827)

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