Rosas

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martes, 30 de junio de 2020

José Matías Zapiola (1780-1874)


Por el Prof. Julio R. Otaño   (#Daguerrotipo de autor desconocido, realizado en 1856, forma parte de la colección del #MuseoHistóricoNacional)
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Nació en Buenos Aires, el 22 de marzo de 1780, siendo  su padre capitán de la Real Armada y su madre una distinguida dama porteña.  Se educó en el Real Colegio de Nobles de Madrid, y luego egresó como guardiamarina en 1799, siendo promovido a alférez de fragata en 1799 y de navío en 1811. Desde Cádiz donde se hallaba, mantenía vinculación constante con hombres de Buenos Aires comprometidos en la causa emancipadora y desde aquella ciudad se dirigió a Inglaterra para partir hacia el Río de la Plata.  El 8 de marzo de 1812 fondeaba en el puerto de Buenos Aires la fragata Cánning conduciendo a bordo al teniente coronel de caballería don José de San Martín, junto a Carlos María de Alvear, Martiniano Chilavert y a José Matías Zapiola. Cuando llegaron, en 1812, Zapiola se presentó de inmediato, junto con ellos, ante el Primer Triunvirato. También colaboró para establecer la Logia Lautaro, de la cual fue el primer secretario. Ayudó a San Martín a formar el Regimiento de Granaderos a Caballo, y fue el jefe del primer batallón de esta unidad.
En 1814 pasó al sitio de Montevideo, a órdenes de Alvear, y participó en la última etapa de este, hasta la caída de la ciudad. Tras esto, quedó como segundo jefe de la guarnición en esa ciudad; al año siguiente hizo, con Manuel Dorrego, una campaña contra Artigas. No llegó a tiempo a salvar a Dorrego de la derrota de Guayabos, que significó la pérdida de la Banda Oriental para el Directorio.
Participaría  después en el adiestramiento del Ejército de los Andes, a las órdenes del Gral José de San Martín, destacándose en las batallas de Chacabuco y Maipú.
En junio de 1819 regresó a Buenos Aires y se reincorporó a la marina.  Fue el comandante de la escuadra fluvial de Buenos Aires, y participó de la guerra contra Santa Fe y Entre Ríos, en los años 1820 y 1821. 
Contrajo matrimonio con una porteña de alta alcurnia, María Belén Alvarez  de Baragaña, con quien tuvo trece hijos entre varones y niñas.
Pidió y obtuvo la baja de la marina en 1822, y se convirtió en rico estanciero en San Antonio de Areco, gracias a la enfiteusis rivadaviana. Organizó la flota que serviría en la guerra contra el Brasil, pero no llegó a embarcarse; le reemplazó Guillermo Brown.
Participa en la revolución de Juan Lavalle en 1828, fue jefe del Departamento de Marina, pero en 1829, al tener que entregar el poder de facto Lavalle, se retiró de la vida pública para dedicarse a las actividades rurales;  Rosas no lo persiguió ni querelló, simplemente Zapiola se dedicó a las actividades rurales.  El gobierno secesionista de Valentín Alsina lo vuelve a convocar para hacerse cargo de la flota y luego será diputado y senador del Estado de Buenos Aires.  En 1857 será ministro de Guerra y Marina, cargo que desempeñó hasta mayo de 1859, dejando entre otras obras, el Reglamento de Policía del puerto porteño y la Escuela de Técnica de Marina, sucesora de la escuela de Marina que él mismo había creado.  En la invasión después de Cepeda por las tropas de la Confederación, sus intereses económicos  se vieron muy perjudicados, pues le fue arrebatado gran cantidad de ganado de sus estancias.  Bartolomé Mitre lo entrevistó muchas veces para lograr datos de primera mano respecto de la historia de la campaña de Chile y de la vida de San Martín. En especial -gracias a haber alcanzado una edad avanzada- fue el único testigo que dejó datos precisos sobre la Logia Lautaro, sus miembros y sus intenciones.  Murió a los 94 años en Buenos Aires. (junio de 1874)


Reportaje a Juan D. Perón (1971) a 46 años de su muerte...

Por Pino Solanas y Octavio Getino  Revista Crisis, 1974
A mediados de 1971 Fernando "Pino" Solanas y Octavio Getino realizaron para el grupo Cine Liberación un largo reportaje a Juan Perón. Se trataba de una singular experiencia cinematográfica: un trabajo para que las bases del movimiento justicialista pudieran elaborar y discutir con su máximo dirigente, una actualización política y doctrinaria para la toma del poder. La película, de dos horas cuarenta minutos, incluye fragmentos musicales y fotomontaje en las primeras secuencias. De allí en adelante, sólo el general Perón explicitando la doctrina y la práctica del movimiento justicialista. Este material fue exhibido, legal o clandestinamente, en sindicatos, reuniones de militantes, agrupaciones estudiantiles. Incluye dos cortes para posibilitar la discusión entre los espectadores. CRISIS ofrece fragmentos del guión en la convicción de que tanto la experiencia cinematográfica como la palabra del dirigente justicialista son de singular importancia. En particular hoy, a casi tres años de realizado el film. Hoy, en los días siguientes que Perón anunciaba.
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El justicialismo, la unidad y la identificación del enemigo   SOLANAS: Nuestra liberación es inseparable de la Liberación Continental. ¿Debemos coordinar también esta lucha con la de Asia y África? ¿Es esta lucha del Tercer Mundo la que puede universalizar la liberación del hombre?

PERÓN: ¡Natural! Es el Tercer Mundo, y hoy nosotros, los que trabajamos dentro de esta línea, estamos en el Tercer Mundo, y estamos conectados con la idea de la Liberación del Continente, trabajamos para eso. Y creemos que la juventud, la gente del futuro, debe aferrarse a esa posición, porque esa será la posición del futuro.

SOLANAS: Esta concepción, digamos, esta vocación independentista y liberadora, ¿es también continuidad de las viejas vocaciones nacionales, la "Guerra Patria"?
En nuestro país no es un secreto para nadie que el imperio inglés se fundó sobre los despojos del imperio español. Nosotros, colonia española, pasamos a ser colonia inglesa.  Por eso en la Argentina ha habido una línea anglosajona y una línea hispánica. La línea hispánica ha sido la que siguió con la idea independentista, la otra es la línea colonial.    Y en nuestro país, la línea nuestra es la línea de, diremos, de la Primera Junta, que era independentista. Rosas, que defendió eso: Irigoyen, que fue otro hombre que defendió también. Y Perón. Todos los demás gobiernos argentinos han pertenecido a la línea anglosajona y la han servido, de una manera directa e indirecta. De manera que todo esto tiene una continuidad histórica en el mundo. Pero tiene también, en cada país, una continuidad histórica, porque los países están viviendo el reflejo del resto del mundo.
Ya en el año 1949 dije, con motivo del Tratado de Complementación Económica -que tenía por finalidad constituir una comunidad económica latinoamericana con fines de integración continental-, que el año 2000 nos encontrará unidos o dominados. Pero han pasado los años. Y hoy vemos auspiciosamente surgir revoluciones salvadoras en varios países hermanos del continente: Cuba, Chile, Perú, son dignos espejos en los que han de mirarse muchos otros latinoamericanos que luchan por la liberación. Ahora es preciso que, sin pérdida de tiempo, se unan férreamente para conformar una integración que nos lleve de una buena vez a constituir la Patria Grande que la historia está demandando desde hace casi dos siglos. Y por la que debemos luchar todos los que anhelamos que nuestros actuales países dejen de ser factorías del imperialismo y tomen de una vez el camino de grandeza que nos corresponde por derecho propio.
El futuro de un mundo superpoblado y superindustrializado será de los que dispongan de mayores reservas de comida y de materia prima. Pero la historia prueba que tales reservas son solución sólo si se las sabe y se las quiere defender contra el atropello abierto o disimulado de los imperialistas.
GETINO: ¿Qué es lo que define, hoy, en la Argentina, a una persona como peronista?
PERÓN: Peronista, para mí, como conductor del Movimiento, es todo aquel que cumple la ideología y la doctrina peronista. Por otra parte nosotros esto lo hemos aclarado bien en el Movimiento: hay un decálogo peronista, donde dice cuáles son las diez condiciones básicas que debe llenar un hombre para ser, sentir y poderse decir peronista.   En ese sentido, con todo lo que ha pasado en el país, yo pienso que habrá un sector malintencionado, pero más que nada ha sido un sector desaprensivo e ignorante. Y el bruto es siempre peor que el malo, porque el malo suele tener remedio, el bruto no. He visto malos que se han vuelto buenos, jamás un bruto que se haya vuelto inteligente. De manera que todo esto que uno va echando a la balanza, en la apreciación de los hombres, debe servirle para calificar y para compensar; eso es conducción. Los hombres son útiles en la medida de su capacidad y su buena intención. El hombre bien intencionado, aun cuando no sea muy capaz, suele servir.  Es indudable que el hombre no puede ser perfecto, entonces tiene sus pasiones y tiene sus intereses. Las pasiones y los intereses individuales son los que desvían y deforman la actuación peronista. Porque no podemos pedir que en cada peronista haya un santo o un héroe, ésos no salen todos los días. Es bastante con que sea un hombre, con que sea un hombre con sentido y con sentimientos peronistas. Es lo más que podemos exigir.   Un hombre de nuestro Movimiento podrá tener cualquier defecto, pero el más grave de todos será no ser un hombre del pueblo.
El Movimiento Peronista es de todos los que lo formamos y dependemos. Y allí radica el derecho que cada peronista tiene de sentir y de pensar para el beneficio común, como lo establece un viejo apotegma peronista: "Que todos sean artífices del destino común, pero ninguno instrumento de la ambición de nadie". Los hombres que vengan al peronismo deben hacerlo con la voluntad decidida de poner todos los días algo de su parte para ennoblecerlo y dignificarlo. Eso es, en pocas palabras, y en síntesis, el Movimiento Justicialista.  El Movimiento tiene enemigos de afuera y enemigos de adentro: quien no lucha contra el enemigo ni por la causa del pueblo es un traidor. Quien lucha contra el enemigo y por la causa del pueblo es un compañero. Y quien lucha contra un compañero es un enemigo o un traidor.
Dice Mao Tsé-Tung que el que lucha contra un compañero es que se ha pasado al bando contrario. Esto lo hemos observado todos, no hay peronista que no haya observado este tipo de disidencia sospechosa, pero más que nada negativa, para el trabajo de conjunto que demos realizar.   Ahora, hay que tener en cuenta que cuando aparece un hombre de nuestro Movimiento que lucha contra otro hombre de nuestro Movimiento puede ser lo que dice Mao, "que se haya pasado al bando contrario". Pero generalmente defiende un interés, no un ideal, porque el que defiende un ideal no puede tener controversias con otro que defiende el mismo ideal. Es que en la política, además de los ideales, juegan los intereses, desgraciadamente. Y hay horas distintas en la política: en 1955 fue la hora de los enanos; 1971 es la hora de los logreros. Entonces, naturalmente, son esos intereses los que han venido y siguen jugando. Pero el peronismo debe darse cuenta de que cualesquiera que sean sus intereses no deben estar sobre el ideal que todos defendemos y por el cual todos debemos luchar, porque el Justicialismo creó un apotegma que dice que "para un peronista no puede ni debe haber nada mejor que otro peronista". Entonces, ¡Cómo es posible que está en la misma lucha esté luchando contra otro peronista, cuando tiene un enemigo contra quien naturalmente debe luchar!

SOLANAS: ¿Cómo identificamos al aliado y al enemigo? Usted definió al compañero y al traidor; ¿Puede definir al aliado?PERÓN: Bueno, un aliado es el que trabaja por la misma causa que trabajamos nosotros. También lo dice Mao: "Lo primero que el hombre ha de discernir cuando conduce es establecer claramente cuáles son sus amigos y cuáles sus enemigos", y dedicarse después, esto ya no lo dice Mao, lo digo yo, al amigo; al amigo, todo; al enemigo, ni justicia. Porque en esto no se puede tener dualidades. Todo el que lucha por la misma causa que luchamos nosotros es un compañero de lucha, piense como piense. Y sobre todo, nosotros no tenemos que tener suspicacias en este sentido, porque ninguno de los grupos que se incorporan al peronismo, con buenas y otras veces peligrosas intenciones, nos harán peligrar a nosotros. Porque todavía nadie ha conseguido teñir el océano con un frasco de tinta. En toda la marcha de nuestro Movimiento hemos demostrado que no ah habido fuerza política capaz de enfrentarse con nosotros, y en el futuro habrá menos, porque hoy ya esas cosas se están esclareciendo convenientemente como para que cada argentino pueda pensar lo que le conviene al país. Ahora, indudablemente quizá eso no sea lo que le convenga a él. Por la, diremos, compartimentación de intereses. Pero lo que le interesa y conviene al país es indudablemente la realización de nuestras ideas, y no las que acaban de fracasar a través de esta dura, amarga y triste experiencia de dieciséis años de desorganización, de desgobierno, de injusticia y de arbitrariedad.   Los enemigos de la patria son los enemigos del pueblo. La Argentina actual es un satélite del imperialismo yanqui y su gobierno está al servicio de la oligarquía y de la burguesía. Su pueblo, lógicamente, está tan en contra del imperialismo como de la oligarquía y de la burguesía. Pero especialmente opuesto al gobierno que les sirve, y a las fuerzas de ocupación, que lo hacen posible.   Cuando nosotros decimos que para un peronista no debe haber nada mejor que otro peronista estamos levantando la bandera de la solidaridad dentro de nuestras fuerzas: esa conciencia colectiva y esa conciencia social por la que nosotros luchamos. Lo importante es comprender que todo este espíritu de solidaridad hay que imponerlo. Hay que ir persuadiendo, si es preciso de a uno, para que cada uno sepa sacrificar un poco de lo suyo en bien del conjunto. Predicamos con el ejemplo, que es la mejor de todas las prédicas.   Nuestra solidaridad no ha sido jamás ni sectaria ni excluyente. Para nosotros, todos los que luchan contra los enemigos de nuestro país son nuestros amigos y, en el carácter de tales, les hago llegar mi saludo emocionado y cariñoso.  Somos solidarios con todos los pueblos del mundo que están luchando contra los enemigos de la patria grande.
Parte II

Conducción política y guerra integral.

PERÓN: Lo que necesita nuestra juventud es organizarse. En otras palabras, las masas no valen ni por el número ni por la capacidad de sus componentes: valen por la clase dirigente que tienen a su frente. De ahí la importancia de los dirigentes de conducción y de los dirigentes de encuadramiento, de la ejecución de la lucha táctica. Pero todo esto necesita una unidad de concepción y una unidad de acción. La unidad de concepción pertenece al comando estratégico y la unidad de acción pertenece a todos los comandos de lucha táctica. Así debe ser, desde un punto de vista ideal, la organización de las fuerzas. Indudablemente, que de la clase de conductor que se tenga depende en gran medida el éxito al que debe aspirarse.   Siempre he pensado en este tipo de técnica de la conducción. Yo digo siempre que si Dios bajara todos los días a la Tierra a resolver el problema planteado entre los hombres, ya le habríamos perdido el respeto. Y no habría faltado un tonto que quisiera reemplazarlo a Dios, porque el hombre es así. Entonces, hay que copiar en eso a la naturaleza, que es en la naturaleza donde está inspirada esta técnica. Lo demás, bueno, los demás procedimientos son similares a esto. En política no hay nada directo, no hay nada violento, no hay nada que llegue a forzar la voluntad de los hombres, sino a promover esa voluntad, concebirla y lanzarla. El conductor político es un hombre, que hace por reflejo lo que el pueblo quiere. El recibe la inspiración del pueblo, él la ejecuta y entonces pueden tener la absoluta seguridad que lo va a realizar mejor, porque los pueblos difícilmente se equivocan.   Para conducir un pueblo la primera condición es que uno haya salido del pueblo, que sienta y piense como el pueblo. Quien se dedica a la conducción debe ser profundamente humanista. El conductor siempre trabaja para los demás. Jamás para él. Hay que vivir junto a la masa, sentir sus reacciones, y entonces recién se podrá unir lo teórico y lo real: lo ideal a lo empírico.
Bien, la conducción política tiene un sin número de características que llevan a comprenderla. La política no se aprende, la política se comprende, y solamente comprendiéndola es como es posible realizarla racionalmente. Decía el Mariscal se Sajonia que él tenía una mula que lo había acompañado en más de diez campañas, pero decía también:"La pobre mula no sabe todavía nada de estrategia". Lo peor es que él pensaba que muchos generales que también lo habían acompañado sabían lo mismo que la mula. En la política pasa más o menos lo mismo: hay hombres que toda su vida han hecho la política, pero nunca la han comprendido. Y otros que , sin han haberla hecho, la han comprendido. El éxito será siempre para este que la haya comprendido, no para el otro que pretendió aprenderla. Porque la política es una sucesión de hechos concretos, en cada uno de los cuales las circunstancias varían diametralmente. Hay cosas que son semejantes y que pueden dar inspiración: pero igual no hay nada.   El deber de vencer es indispensable en la conducción; aquel conductor que no sienta el deber de vencer, difícilmente va a vencer en cualquier acción. El que quiere conducir con éxito tiene que exponerse. El que quiere éxitos mediocres que no se exponga nunca; y si no quiere cometer ningún error, lo mejor es que nunca haga nada.


SOLANAS: ¿Cuál es la misión de la conducción estratégica y cuál la de la conducción táctica y cómo se articulan, General?
PERÓN: Lo estratégico toma el conjunto de las operaciones. Yo, en este momento, soy el conductor estratégico; tengo cuatro misiones: mantener la unidad del Movimiento; mantener la unidad de doctrina; encargarme de las relaciones internacionales y revisar las grandes decisiones tácticas que puedan tener influencia en la situación de conjunto. El comando estratégico maneja el conjunto, sin detallar. La conducción táctica maneja la lucha en el teatro de operaciones. Por eso yo puedo ser el conductor estratégico a quince mil kilómetros, no podría ser el conductor táctico. El conductor táctico es el Consejo Superior que está allá, dirigiendo el conjunto de operaciones de la lucha en el propio terreno de operaciones y él debe estar conectado con todas las fuerzas que accionan en cualquiera de las formas que esta acción táctica se realiza. Táctica es la lucha directa, estrategia la conducción de conjunto.   La lucha electoral es táctica. Ahora la orientación de eso la da la estrategia. No se puede decir cuándo termina la estrategia y cuándo termina la táctica, están ensambladas una con otra.   Es indudable que la articulación, tanto del dispositivo estratégico como del dispositivo táctico para la lucha, trae, en algunos sectores, un cierto grado de confusión, porque no todos pueden comprender ni conocer lo que se está realizando a su lado, lo que indica que cuando uno está en una lucha de esa naturaleza y está conduciendo una lucha de conjunto, cada uno debe mirar al frente, no mirar al costado; el compañero está también en una tarea y en una acción. ¿Cuáles son las fuerzas que en este momento, por ejemplo, están en acción? Hay fuerzas sociales, fuerzas económicas y fuerzas políticas, cada una de ellas tiene una misión, están coordinadas y están conducidas. Eso es lo que da el dispositivo. El dispositivo aquí no es esquemático, los dispositivos políticos son de acuerdo a las circunstancias como surgen las articulaciones.   La sabiduría está en poderlas encaminar coordinadamente hacia un objetivo y una acción común. Es lo que se está haciendo actualmente en la conducción de nuestro Movimiento. En este momento, dentro del panorama nacional y frente a la dictadura, hay tres acciones: una es la guerra revolucionaria, otra es una insurrección que parece proliferar en el ejército, con los generales y todas esas cosas, y otra es la línea pacífica de la normalización institucional. Son las tres acciones que se están realizando.   Quizás el camino mejor fuera la normalización institucional. ¿Por qué? Y, es la que se puede alcanzar en menor tiempo. Ahora, tiene un inconveniente: la mala intención. E indudablemente se pretende hacer una trampa como nos han venido haciendo en los dieciséis años de guerra que llevamos, porque piensen que estos son dieciséis años de guerra de los cuales hemos ganado nosotros cinco o seis batallas, la última ganada es posiblemente la decisiva. Este enemigo se siente vencido y comienza retirarse. Nosotros, ¿qué tenemos que hacer
frente a un enemigo que se retira? ¡Perseguirlo! No dejarle levantar cabeza. Es lo que hacemos en esta conducción. Pero siempre que un enemigo se siente vencido busca la negociación, busca la mesa de negociaciones. En la negociación cada uno quiere sacar ventaja, y algunos, como nos pasa a nosotros allá en nuestra guerra, quieren hacer trampa. Pero para que se pueda hacer trampa en una mesa negociadora tiene que haber un tramposo, pero tiene que haber un tonto que le haga el juego, ¿no?... El secreto está en que ese tonto no exista. Nosotros tenemos una larga experiencia que ha venido pasando en el país durante dieciséis años. Cada vez que han hecho una acción nos han querido meter la mula, digan que nosotros no los hemos dejado y seguimos en la lucha. Bueno, pero ahora esto puede ser un intento más, porque ya tenemos esa experiencia. Los hombres que están negociando ahora del otro lado -enfrente nuestro- son los mismos que antes nos hicieron trampa. Le hicieron trampa al Pueblo, no a nosotros, con los gobiernos pseudoconstitucionales y las dictaduras que los sucedieron. Pero, ¿qué es lo que ocurrió? El país estaba en una economía de abundancia, ellos llegaron y lo condujeron a una economía de miseria. Ahora, nosotros, si llegamos, tenemos que volver a una economía de abundancia, y eso es lo que pondrá en evidencia las consecuencias de esta lucha. Hay sectores activistas que hacen la guerra revolucionaria: ésos están luchando a su manera. Pero todos están luchando por un mismo objetivo. Ahora, eso en el orden político; en el orden económico, ¡también!; existen, con el orden económico, enfrentadas, dos grandes fuerzas: una la Confederación General Económica que está con la causa nuestra. Frente a eso está la Unión Industrial Argentina, que no es ni unión, ni es industrial, ni es argentina. Porque entre ellos andan a las patadas, no solamente no son industriales, sino que hay de todo allá adentro... y además, no es argentina, porque son todos los gerentes de las compañías extranjeras que han tomado a nuestro país. Entonces, esas fuerzas también juegan. Por otro lado está la Confederación General del Trabajo, que es la fuerza social, que es la fuerza de toda la organización sindical, ellos también están haciendo su lucha en su faja. Ahora, por ejemplo, allí, dentro de eso hay algunos que defeccionan; bueno..., donde hay muchos dirigentes algunos defeccionan... Hay otros, en cambio, que son firmes: la lucha que se está librando dentro del organismo es la misma lucha que libramos nosotros en todos los terrenos, no es que allí haya una cosa diferente, ¡no!, es lo mismo.
Los peronistas han de hacerse a la idea de que son ellos y solamente ellos los que han de poner el esfuerzo y, si es preciso, el sacrificio. La peor de todas las actitudes es permanecer inactivo cuando el destino del país está en juego.


Parte III

Transvasamiento, organización y socialismo nacional.
Ello emerge de la necesidad insoslayable de mantener el estado juvenil del Movimiento. Se trabaja normal mente para el futuro, y ese futuro por fatalismo histórico y biológico, diremos así, corresponde a las generaciones jóvenes. Un movimiento que sea, o que represente, una revolución trascendente, difícilmente puede ser realizado por una generación, sino por varias de ellas. La historia es bien clara en esto: la Revolución Francesa tuvo casi treinta años de preparación a través de los enciclopedistas. Bien, ya treinta años es una generación; la Revolución Rusa tuvo como sesenta; el pobre Lenin fue el que preparó todo eso y no pudo alcanzar sino una pequeña parte de la revolución y quedó marginado. ¿Por qué? Y, porque la generación que lo sucedió lo reemplazó. Es indudable que esto da un derecho a la juventud, es el derecho de intervenir en el quehacer actual, preparando el cambio generacional. Si no, los movimientos envejecen y mueren; lo que se trata es precisamente; de hacer ese cambio generacional a fin de que se remoce el movimiento, se perfeccione y se adapte a las nuevas etapas. Las revoluciones cumplen normalmente cuatro etapas: la primera que es la doctrinaria -son los enciclopedistas de los franceses y es Lenin en Rusia, en la Revolución Rusa; la segunda etapa es normalmente la toma del poder, o el Golpe de Estado, -es Napoleón del 18 de Brumario y es Trozky con los Mil en Moscú-; la tercera etapa es, diremos, la etapa que da verdaderamente la ideología, que inculca eso, esa ideología -es Napoleón en el Imperio, y es Stalin en la Revolución Rusa. O sea la Etapa Dogmática, donde se mete el dogma; se mete en la forma que hay que meterlo, el dogma no se puede meter digamos ... solamente con lindas palabras, sino también es con otra acción que hay que meterlo, y la cuarta, definitiva, es la institucionalización de la Revolución, y es la primera República Francesa después de la Revolución, y es Kruschev que anula el culto a la personalidad a fin de reemplazarlo por la institucionalización. Claro, cada una de estas etapas lleva un largo, largo recorrido en la Historia. Y los mismos hombres difícilmente llegan. Entonces esa preparación -diremos así- para las nuevas generaciones, es lo que hemos llamado nosotros el transvasamiento. Es decir, que es necesario ir preparando los dirigentes, porque las masas evolucionan solas ... y cuando están imbuidas de una ideología y puestas en marcha por una doctrina, las masas continúan, pero los dirigentes son los que deben ir evolucionando en sí y preparándose para las nuevas circunstancias. Normalmente las ideologías no cambian, sino en largos períodos de la historia. Ha habido ideología para la Edad Media, ha habido para la etapa capitalista, hay ahora una para la etapa socialista, en fin, pero duran siglos las ideologías. En cambio las doctrinas -que son la forma de ejecución de esa ideología-, esas varían con las circunstancias de la aplicación. A medida que se va aplicando esa ideología, la circunstancias, el tiempo, el espacio, en fin ... cambian. A ese cambio es al que nosotros debemos ir acostumbrando a las nuevas generaciones. Esos dirigentes que se forman para las nuevas generaciones deben ir bien en claro, a través de una preparación humana acabada, que permita dar continuidad; es decir ... que una generación pueda entregar sus banderas a la que le sigue, para que ella las haga triunfar, aplicándolas de acuerdo con las circunstancias y el lugar en que eso ha de realizarse. Nuestras banderas de Justicia Social, Independencia Económica y Soberanía Política son inamovibles: por lo menos por un largo período de nuestra historia serán inamovibles.   Naturalmente que el capitalismo con su ... diremos, su fuerza, que es el liberalismo, está luchando por no ceder, como los señores feudales lucharon con la Revolución Francesa; también para no ceder. Pero indudablemente los acontecimientos históricos del mundo nos están llevando a esa evolución que ya es insoslayable y que en las tres cuartas partes del mundo ya las han aceptado.  Ese es el transvasamiento generacional del que nosotros hablamos. Yo siempre les digo que le metan nomás. Porque peor que nosotros los viejos no lo van a hacer. Vea el mundo que les dejamos: por macanas que hagan, peor de lo que nosotros hemos hecho, no lo van hacer.   SOLANAS: General, hoy el justicialismo explicita que su objetivo de gobierno es realizar el socialismo nacional. Como la palabra socialista ha sido usada también para denominar proyectos antirrevolucionarios o reformistas, o social-demócratas como los europeos, e incluso social-imperialista, ¿qué sería para nosotros el justicialismo?

PERÓN: Bien, efectivamente, la determinación del término socialista, hoy en el mundo es muy difícil, porque toma una enorme gama de extensión, que va desde, diremos, un movimiento internacional dogmático hasta uno abiertamente democrático. Dentro de eso hay miles de gradaciones y uno puede observar en los cinco continentes los distintos sistemas, todos basados en un socialismo.  Ahora, existen las monarquías con gobiernos socialista, existen los movimientos marxistas, también socialistas pero del otro extremo. Entre la extrema izquierda y la extrema derecha se escalonan todos los socialismos habidos y por haber. Nuestro Movimiento en ese sentido es mucho más simple, es indudablemente de base socialista. ¿Por qué? Porque pivotea sobre la justicia social, que es la base de toda nuestra promoción revolucionaria. El socialismo nuestro puede caracterizarse así: en estos dos siglos, como ya he dicho anteriormente, se ha producido un avance extraordinario que supera a los diez siglos precedentes. Esto ha estado en la máquina, la empresa, la ciencia, la técnica y el hombre.

SOLANAS: El capitalismo.


PERÓN: Es el capitalismo, nacido en la Revolución Francesa, que en estos dos siglos, desde la Revolución Francesa hasta ahora, ha hecho un sistema que, no podemos negar, ha hecho avanzar el mundo de una manera extraordinaria. Especialmente en el aspecto científico y técnico. Pero los pueblos con esos medios técnicos se han esclarecido por la facilidad de la dispersión de las noticias, del conocimiento, y esos pueblos se dan cuenta de que se ha avanzado estos dos siglos extraordinariamente, pero a costa de un tremendo sacrificio de los pueblos. Entonces los pueblos piensan hoy, ese mismo avance podrá ser más lento quizá, pero se puede hacer sin necesidad de sacrificar a los pueblos. El justicialismo lo que anhela es eso, seguir luchando por un progreso, quizá no tan rápido como ha sido el de estos dos siglos, pero sí más justo.   Nosotros queremos que ese sacrificio desaparezca, y que se realice el mismo trabajo sin sacrificio, sólo con esfuerzo. Eso es el justicialismo. Ahora que es socialista, natural que es socialista, porque busca esas formas de convivencia con gran acento en el aspecto social. Es decir, que el hombre sea de la comunidad, pero la comunidad también sea del hombre. Es decir, para nosotros el gobierno justicialista es aquel que sirve al pueblo, que no sirve otro interés que el del pueblo, y hace l o que el pueblo quiere. Y dentro de esas formas, él va luchando por la grandeza de la comunidad en que vive. Congeniar lo individual con lo colectivo, ése es el proceso revolucionario nuestro, y el hacerlo es una de las formas de socialismo.

SOLANAS: ¿Y, al mismo tiempo esto sería el proyecto socialista del justicialismo, un socialismo argentino para los argentinos, autónomo, General?
PERÓN: Natural, porque cada comunidad tiene su propia idiosincrasia y sus propios valores intrínsecos que es necesario respetar. No son iguales dos comunidades, son las características distintas en las que influye hasta la situación geográfica absoluta, la situación geográfica relativa, la raza, en fin ... un sinnúmero de circunstancias que gravitan sobre la formación de esa comunidad.  En consecuencia lo que queremos es una cosa para argentinos realizada por los argentinos. Y si en eso es necesario sacrificar algunas cosas, será necesario sacrificar otras. Ese es el proceso de pesos y contrapesos que no toda comunidad establece, el verdadero equilibrio de realizaciones. Eso es lo que nosotros aspiramos a hacer con el justicialismo.   El hombre podrá independizarse, solamente, en una comunidad organizada. Donde cada uno haga lo suyo, realizándose dentro de la comunidad que también se realiza. Ya que es muy difícil que un hombre pueda realizarse en una comunidad que no se realiza. La comunidad organizada tiende hacia ese fin, y por eso nosotros a nuestro proceso ideológico anunciado, lo hemos llamado la COMUNIDAD ORGANIZADA. Porque es la comunidad organizada, precisamente, aquella donde el hombre puede realizarse mientras se realizan todos los hombres de esa comunidad en conjunto.

Santiago de Liniers: ¿donde estuvieron y donde están sus restos?

Por el Prof. Julio R. Otaño                                                                                                          En los primeros días posteriores a mayo de 1810, se pudo apreciar los principales focos de oposición: Montevideo, Paraguay, Córdoba y el Alto Perú. En el caso de Córdoba, el Gobernador-intendente Gutiérrez de la Concha, el Obispo Orellana, el jefe de las milicias locales y el ex virrey Liniers, desconocieron a la Junta porteña y el cabildo juró lealtad al Consejo de Regencia. 
Las fuerzas de Buenos Aires –encabezadas por Ortiz de Ocampo– lograron controlarlo: los jefes de la conspiración fueron apresados y el 26 de agosto fusilados. La decisión de ejecutarlos no fue sencilla ya que el Deán Funes y otras personas con relaciones e influencia en Córdoba o allegadas a las víctimas, se acercaron a Ortiz de Ocampo y lograron persuadirlo del rechazo político que generaría la medida y de que lo más acertado era trasladar a los prisioneros a Buenos Aires.  El Oficio que Ocampo mandara en esos términos fue rechazado al llegar a la ciudad y se envió un grupo de tropas con Castelli, French y Balcarce a cumplir la sentencia, de la cual sólo se decidió dejar exceptuado al Obispo, por respeto a su investidura. Los amotinados junto a Liniers eran el mencionado brigadier Juan Gutiérrez de la Concha, el coronel Santiago Alejo de Allende, el doctor Victorino Rodríguez y el tesorero de la Real Hacienda Joaquín Moreno.   Fue así que fueron fusilados en el Monte de los Papagayos (Cabeza de Tigre) el 26 de agosto de 1810.   La decisión de aplicar la muerte a los conspiradores implicaba también tomar una serie de disposiciones en este caso, los cadáveres fueron enterrados en una estrecha fosa común, que expresamente no tendría ninguna señal que los identificara.  Los cuerpos de los ajusticiados fueron sepultados en las cercanías de la capilla de la Cruz Alta, en el interior de Córdoba, pero no resultaron exhibidos, como ocurrió con otros cadáveres ajusticiados en ese entonces
II. Santiago de Liniers. La “Reconquista”.- | Carlos Pistelli
En 1861, el cordobés Santiago Derqui  (sobrino nieto de una de las víctimas de 1810, el doctor Victorino Rodríguez), presidente de la Confederación Argentina, ordenó que se recuperaran los restos
Fue enviado el sargento mayor Felipe Salas, las autoridades del lugar citaron al “vecino don Pascual Almirón, de edad de setenta y dos años y que presenció la ejecución, residente actualmente en esta villa, que asistió a la inhumación quien dijo: no podía determinar con exactitud dónde fueron sepultados sino aproximadamente como lo hizo: que la fosa no pudo contener en su superficie los cinco cadáveres, y sí sólo tres encima de los cuales se colocaron dos atravesados; y que no conocía a ninguno de ellos.  Habiéndose hecho varias excavaciones, en distintas direcciones, por medio de ·las cuales se encontró el grupo de los cinco cadáveres, con la misma colocación indicada por el expresado Almirón. Los esqueletos no se pudieron mover sin, deshacerse. Se encontraron en la fosa diez suelas de botas o zapatos, y dos botones, en uno de los cuales se percibe bien una o corona en relieve.  
Los restos de Liniers, Gutiérrez de la Concha y sus compañeros fueron enviados en una caja de madera a Rosario, quedando depositados en la Iglesia Matriz. El 27 de marzo de 1861, fueron embarcados en el vapor Pampero. El 15 de abril se les trasladaron desde la Capitanía del Puerto de Paraná hasta el Panteón de la Familia Rams y Rubert efectuando los honores militares correspondientes.   Al siguiente día llegó el Presidente de la República Argentina doctor Derqui, que presidió los funerales acompañado de su estado mayor.  Enterado el Gobierno español de las honras efectuadas, encomendó al vicecónsul de España en Rosario que agradeciese a las autoridades argentinas el homenaje a Liniers y a su compañero Gutiérrez de la Concha, y que solicitase que sus restos fuesen puestos a su disposición para ser enviados a España. 
Homenaje a Liniers en el Panteón de Marinos Ilustres, este viernes ...
El cónsul español asentado en la ciudad de Rosario, Joaquín Fillol, solicitó al Nuevo Presidente Bartolomé Mitre los restos en nombre de la reina de España Isabel II, para ser depositados en un mausoleo en el Panteón de los Marinos Ilustres.  El mandatario accedió al pedido, aunque la única hija de Liniers residente en Buenos Aires, María del Carmen Rosario Liniers de Perichón se opuso a tal medida.
Los descendientes de Gutiérrez de la Concha y Liniers que vivían en España y Francia, a los que asistían idénticos derechos , por el contrario apoyaron la repatriación, argumentando que los restos estaban mezclados y debían permanecer juntos en la Península   Liniers y Gutiérrez de la Concha, habían combatido juntos contra los ingleses cuando invadieron Buenos Aires a principios del siglo XIX y sin duda se trataba de las figuras más destacadas, por la envergadura de los cargos que ejercieron para la Corona.
Los restos se embarcaron en el vapor Dolorcitos, que los condujo a Montevideo, siendo embarcados en el Gravina que los condujo a España.   Llegados al arsenal de La Carraca el 8 de junio de 1864, fueron trasladados al Panteón de Marinos Ilustres en la población militar de San Carlos de la ciudad de San Fernando.
A este respecto manifiesta el capitán general del Departamento de Cádiz en carta número 1.358 dirigida al ministro de Marina de 11 de junio de 1864 lo siguiente: «A las cinco de la tarde del 9 del actual, el bergantín Gravina, surto en el caño de La Carraca, y que conducía los restos mortales de los Sres. Jefe de Escuadra D. Santiago Liniers, brigadier de la Armada don Juan Gutiérrez de la Concha y demás compañeros sacrificados en Buenos Aires el año de 1810 por su lealtad a la patria, principió los honores fúnebres de Jefe de Escuadra con mando, disparando dos cañonazos, embicando sus vergas, poniendo a media asta sus banderas de popa proa, e izando a medio mastelerillo la correspondiente insignia, imitando la demostración de banderas los establecimientos del Departamento, falúas, arsenal y buques de guerra armados y surtos en sus caños, embicando también sus vergas y siguió el Gravina disparando un cañonazo a cada media hora, exceptuando las de retreta a diana. »   Llegados los mencionados restos al Panteón de Marinos Ilustres, fueron recibidos por el Director del Colegio Naval Militar que los esperaba a la entrada.  Incorporada toda la fuerza militar y de marinería en las proximidades de dicho Panteón, hizo la primera descarga al colocarse el palenque en la capilla del Colegio. Terminado todo aquello quedaron depositados los mencionados restos mortales en la misma capilla del Colegio, y desfiló toda la fuerza militar y de marinería en columna de honor por frente del citado Panteón, retirándose enseguida a sus cuarteles y buques. »San Fernando 11 de junio de 1864 —Bustillo—». De este modo retornaron a España, tras el largo periplo narrado, los restos mortales del defensor de Buenos Aires. 
Inciso en el mármol del basamento se lee en el frente: “Aquí reposan las cenizas/ del Exmo. S. D. Santiago de Liniers/ Jefe de Escuadra Virrey que fue/ de Buenos Aires,/ y del S. D. Juan Gutiérrez de la Concha/ Brigadier de la Armada/ y Gobernador Intendente de la/ Provincia de Córdoba del Tucumán”. Y en la parte posterior: “Vencedores juntos/ en la gloriosa reconquista y defensa/ de Buenos Aires (1806-1807)/ dieron también juntos la vida/ por España el 26 de agosto de 1810/ Sus respectivos hijos/ le dedican este monumento en/ 1863”
 Panteón de Marinos Ilustres - Wikipedia, la enciclopedia libre

domingo, 28 de junio de 2020

Rosas en el exilio: el odio y revanchismo unitario y la actitud de Justo José de Urquiza


Por Julio R. Otaño
El Restaurador mantuvo correspondencia con varias personas.  Los temas presentes en las cartas son, los referidos a su nueva vida en Inglaterra; su indignación por la confiscación de sus bienes en Buenos Aires; su situación de pobreza económica, falto de recursos, y la necesidad de ayuda departe de sus amigos; la aclaración sobre ciertos hechos ocurridos durante su gobierno; y sus opiniones políticas respecto a lo que ocurre tanto en el Plata como en el mundo. 
Por Decreto del 16 de febrero de 1852, el gobernador Dr. Vicente Lopez y Planes, nombrado por el general Justo J. de Urquiza, y su ministro Valentin Alsina, ordenan la confiscacion de todos los bienes del general Rosas declarándolos de propiedad publica. Inmediatamente, varios de los amigos de Rosas, Juan N. Terrero, Josefa Gomez y Jose M. Roxas y Patron, le escriben o se hacen presentes ante el general Urquiza, quien somete esta cuestion al estudio del Consejo de Estado. Este Consejo de Estado estaba formado en gran parte por antiguos partidarios del general Rosas, entre ellos, Felipe Arana,  Tomas Guido, Eduardo Lahitte y Nicolas Anchorena. 
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 La opinión unánime del Consejo le sirvio a Urquiza para ordenar, con fecha de 7 de agosto de 1852, la devolucion de los bienes del general Rosas a su apoderado Juan N. Terrero.  Rosas le escribe a Urquiza el 3 de noviembre de 1852 agradeciendo su consideracion. Pero esto no se concretaría:  El  11 de septiembre de 1852, conducida por Valentin Alsina, quien asume como gobernador y separa a la provincia de Buenos Aires de la Confederacion hasta el 23 de septiembre de 1860. El nuevo gobierno de Buenos Aires, por ley del 21 de septiembre de 1852, deja sin efecto todas las disposiciones que se habian tomado bajo el gobierno de Urquiza.  Con fecha de 18 de diciembre de 1853, Rosas eleva, al nuevo gobierno, su reclamo, que no fue considerado ni contestado. El 12 de abril de 1854 Buenos Aires promulga su Constitucion, por medio de la cual Pastor Obligado (ex secretario de Ciriaco Cuitino) fue elegido gobernador y en 1857 nuevamente V. Alsina.
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En 1856, el gobierno de Buenos Aires decide someter a proceso publico a Juan Manuel de Rosas. El 28 de julio de 1857 se sanciona la ley por la cual se declara a Rosas "reo de lesa patria por la tiranía sangrienta que ejerció sobre el pueblo durante el periodo de su dictadura y traidor a la independencia de su patria", se le vuelven a confiscar todos sus bienes, los cuales fueron declarados de propiedad publica.  Desde este punto de vista, las tierras se venderian en publica subasta y los inmuebles de la ciudad, incluida la Quinta de Palermo, pasarian al poder municipal. En la vereda de los acusadores se encontraban traidores al Restaurador como sus enemigos de siempre. De la mano del Dr. Rufino de Elizalde, se lo enjuicia en ausencia, condenándolo en rebeldía a la pena de muerte en calidad de aleve (Antiguamente se usaba por alevosía. | Como adjetivo equivale a pérfido, inicuo, traidor. alevoso; y se aplica no sólo a las personas, sino también a acciones).  
Rosas redacta su defensa en tres idiomas (español, ingles y francés). Considera que ese juicio solo compete a Dios y a la historia. “No hay Ley anterior que prescriba, ni la sustancia del juicio, ni las formas que deban observarse. Porque no pueden constituirse en jueces, los enemigos, ni los amigos de Rosas, las mismas victimas que se dicen, ni las que pueden ser tachadas de complicidad en los delitos”  (Carta de J.M. de Rosas a J.M. Roxas y Patron, Southampton, 03/10/1862). 
Ante la falta de tribunales de apelación y revisión, a Rosas solo le quedan las cartas para protestar contra los actos de deshonor, las acusaciones y el despojo de sus bienes.  Los defensores de Rosas en Buenos Aires Josefa Gomez, Juan N. Terrero y José María Roxas y Patrón se convierten en los defensores del honor, los derechos y la protesta del general Rosas en Buenos Aires.
José María Roxas y Patrón - Wikipedia, la enciclopedia libre 
Terrero era amigo, compadre, socio y apoderado de Rosas, con quien se escribia frecuentemente. Rosas, en su testamento, lo considera su primer amigo, y a quien lega el sable del general San Martín. Por su parte, Jose Maria Roxas y Patron –ministro de hacienda de Rosas durante su segundo gobierno- Se compadece de la situación personal por la que esta atravesando el general en el destierro y se siente en deuda con Rosas y agradecido por favores que recibió le solicita que acepte el envío de una cantidad anual para mejorar su situación.  En 1857 reanuda el intercambio epistolar con Urquiza y le manda copia de su protesta. Urquiza le contesta a Rosas el 24 de agosto de 1858 en donde vierte importantes conceptos.  Allí le dice que recibió algunos ejemplares de la protesta que publicó en Europa respecto a “las injustas y violentas medidas tomadas contra sus propiedades y las de sus hijos, por el Gobierno Irregular de Buenos Aires”. También lamenta que el gobierno nacional que preside nada pueda hacer al respecto, pero creo que V. no debe perder la esperanza de que sus conciudadanos vuelvan sobre sus actos que como expresión de venganza y de odios mezquinos, infaman al pueblo en que se cometen. Debe confiarse en que cuando los sentimientos de verdadero nacionalismo prevalezcan sobre las pasiones de círculo que agitan hoy a los que gobiernan a Buenos Aires, los actos que han ofendido los derechos de V. serán corregidos como los demás errores de autoridades reaccionarias". Ambos coinciden en destacar que es importante dispersar ese círculo perverso que se ha apoderado del gobierno de la provincia de Buenos Aires y que la ha hecho “teatro de toda violencia, de todo desorden, de toda persecución y se mantiene como un foco corrompido de perturbación para el resto de la República y las vecinas”.  
Urquiza se compromete a enviarle anualmente y mientras pueda 1.000 libras para su socorro. Si bien él mismo contribuyó a su caída, sin embargo no olvida la consideración que se le debe en razón del servicio que hizo en defensa de los derechos de soberanía e independencia nacional.  Rosas nunca dejó de agradecer este reconocimiento, además de su ayuda. 
Bibliografía:

DELLEPIANE, A. 1936.Rosas en el destierro.

FITTE, E.J. 1973. El proceso a Rosas y la confiscación de sus bienes. Buenos Aires, Emecé,
GRASS MARIO CÉSAR 1950 "Rosas y Urquiza"
IRAZUSTA, J. 1970 [1941]. Vida Política de Juan Manuel de Rosas a través de su correspondencia
LYNCH, J. 1986.Juan Manuel de Rosas, 1829-1852.Buenos Aires, Hyspamérica
RAED, J. 1974  Juan Manuel de Rosas: Cartas del Exilio, 1853/1875. Buenos Aires, Rodolfo Alonso
REGUERA, A. 2009.Por el testamento habla la red: Estancias, bienes y vínculos...
TERNAVASIO, M. 2005.Correspondencia de Juan Manuel de Rosas. Buenos Aires, Eudeba, 233 p

Doña Encarnación y la "Revolución de los Restauradores": carta dirigida al Coronel González "El Carancho del Monte"


Por el Prof. Julio R. Otaño
Carta “ reservadísima” que doña Encarnación envía al Carancho del Monte, el fiel amigo de su amado Juan Manuel, ufanada de su actuación política, resuelta, enérgica, activa sin arenillas en la lengua, que dice como sigue:
ARTE Y PODER LOTE 101. Retrato de... - Hilario. Artes, Letras ...
Federación y Restauradores. Buenos Ayres Octubre 22 de 1833. 
Estimado amigo: Su muy apreciable carta fecha 19 del corriente me ha llenado, como debe creerlo, de alegría, no tan solo por los interesantes detalles, que contiene respecto de los consecuentes amigos nuestros que espontáneamente se han presentado á defender nuestra Santa Causa, cuanto por las intrigas que se han descubierto iba a poner en practica el muy ingrato General Espeche. Pero en este momento qe. son las doce del dia acabo de recibir cartas del Campamento General, en que me dicen que este traidor había llegado a dicho punto pidiendo alafia de las infinitas maniobras traidoras que había puesto en práctica“ Sírvase V. amigo y compañero, dar las mas expresivas gracias á mi nombre, á todos los valientes y fieles gefes y soldados que componen las divisiones de esos puntos, por la decisión con que se han prestado á auxiliar la vindicta de las leyes y de nuestras garantías alevosamente vulneradas desde las elecciones del 28 de Abril, por lo que 10 meses há, no se hubieran atrevido a levantar la voz contra los Restauradores de las leyes como lo hacen actualmente. En fin su castigo los espera, gracias al celo que han desplegado nuestros verdaderos amigos; y en la que considero tiene V. y su benemérita división la mejor parte.  El pueblo está como en tiempo de Lavalle escaso de carne y provisiones del campo. Parece que estos Mandones quieren serlo a toda costa, sin reparar la ruina que causan del pais. Por de contado que nuestro pobre erario está a la discreción de estos ladrones aventureros. La plata anda entre ellos con toda profusión y no reparan en gastos con tal de salir con la suya aunque sea sacrificando al pueblo.  Hacen tres días que están presos e incomunicados los sres. Boneo, Pinedo, Ximeno y dos sargentos del batallón de Marina por suponérseles cómplices en el levantamiento qe. Intentó hacer la tropa y pasarse á nuestras fuerzas de afuera. Pues es tal la poca opinión con que cuenta el Gobierno entre civiles y militares, que solo a fuerza de rigor y vigilancia pueden evitar la emigracion.  Aqui los Boletines que publica el gobierno de sus corifeos Mienten por todos los costados; pero nosotros que sabemos lo que pasa afuera no somos alucinados. Por otra parte las proclamas que han circulado estos dias tanto de los infames, Olazabal Fernandez y aun del mismo Pelele, respiran sangre y venganza.   Sin embargo de ser distinta la letra las contestaciones a sus apreciables cartas de 19 a 22 del crte. no le extrañe pues en medio de mis ocupaciones me he valido de dos amigos que me han brindado su pluma para servicio de secretario. De suerte que, estoy tan familiarizada ya con esta clase de ocupacion y correspondencia que me hallo capaz de dirigir todas las oficinas del fuerte. Ya le he escrito a Juan Manuel, que si se descuida conmigo a el mismo le he de hacer una revolucion — Tales son los recursos y opinión que he merecido de mis amigos. Ya sabe mi amigo que puede contar siempre con el invariable afecto de su companera y eterna amiga. — Encarnacion Ezcurra de Rosas” .
Encarnación Ezcurra, la artífice del poder de Rosas | RosarioPlus.com
Esposa de Rosas y figura fundamental de la Confederación Argentina identificaba como “pasteleros” a los federales más tibios o “lomos negros”, quienes a partir de 1833 conformarían una escisión disidente al liderazgo rosista y que se autobautizarían “federales doctrinarios”. Es fundamental la correspondencia entre el Restaurador y Encarnación durante la “Campaña al desierto” y en medio de una crisis feroz entre diferentes grupos federales. La situación de enunciación de los corresponsales era muysemejante, ya que Rosas le escribía a su esposa desde un lejano campamento instalado a orillas del Río Colorado. Encarnación informaba a su marido de todo lo acontecido en Buenos Aires, le pedía indicaciones sobre cómo actuar y, además, le contaba los planes que tenía para vencer a sus rivales. El epistolario entre Rosas y Ezcurra revela la participación central que tuvo esta última en la organización de la llamada Revolución de los Restauradores, que llevó a la renuncia del entonces gobernador Balcarce.   Encarnación era la ídola de la población africana, lo que le valió, en la prensa antirrosista, el mote de “la mulata Toribia”. Incluso en la campaña, los “federales netos o rosistas” contaban con importantes lealtades, la cuestión no había estado exenta de dificultades. Lejos de la imagen de la historiografía tradicional según la cual Rosas, en tanto comandante de milicias, podía movilizar a estas como si se tratara de su séquito personal, se puede señalar las complejas negociaciones de las que dependió que los milicianos actuaran como agentes de orden y no de subversión social y que reconocieran el ascendiente del Restaurador.   Rosas era consciente de la importancia que jugaban los impresos en la tarea de conquistar adhesiones, sobre todo entre los sectores populares. No solo fomentaba una prensa a favor de la parcialidad política que lideraba, sino que también escribía él mismo el texto de los pasquines que quería que circulasen por la campaña. Quizá haya pocos episodios que den cuenta de manera tan cabal de la complejidad de la prensa que lo que sucedió en Buenos Aires en 1833 en torno al enjuiciamiento del periódico El Restaurador de las Leyes, el gobierno de Juan Ramón Balcarce organizó un juicio contra “El Restaurador de las Leyes”, redactado por el letrado rosista Nicolás Mariño.  Encarnación Ezcurra y sus fieles esparcieron la noticia de que se iba a juzgar al Restaurador de las Leyes, sin aclarar que se trataba del periódico. Muchos entendieron que quien iba a ser juzgado era el mismísimo ex gobernador. La mañana del 11 de octubre, día en que tendría lugar el juicio, una multitud se congregó en el Cabildo para apoyar al acusado. Hubo desmanes; se conformó un grupo de rebeldes que, orquestado por dirigentes rosistas de segunda línea (como Andrés Parra y Ciriaco Cuitiño), marchó hacia las afueras de la ciudad y, con el apoyo de la campaña, estableció un sitio que se prolongaría durante casi un mes. La dimensión simbólica quedaba escamoteada y se enseñoreaba la cosa, en este caso, el sujeto al que las palabras aludían; el lenguaje se transformaba en una fuerza material, como si la sola pronunciación del nombre del Restaurador bastara para presentificar su persona

sábado, 27 de junio de 2020

Juan Manuel de Rosas y la población Negra en la visión de un antirrosista

Por José María Ramos Mejía
Rosas era Presidente y Rey de todos los Tambores de la ciudad. Las negras celebraban su presencia en las grandes tenidas, con recep­ciones de gala y besamanos, con gritos que pertenecían a sus ritos religiosos, saludos y piruetas que revelaban la desenfrenada alegría. Las excitaciones se van agru­pando como para aumentar su eficacia; la luz. el humo y el hedor de la carne en ebullición, el continuo provocar de la desnudez torácica, el espasmo de los brazos, las danzas de vientre con sus variadas y cínicas localizaciones abdo­minales, acaban de enloquecer a la negrada.  Es un tango infernal, y peculiar de ellos, el que se baila y que se inicia con un ¡Viva el Restaurador! ¡Viva la Federación entonado por el negro más ladino y de mejor pulmón. Es el baile más lascivo que conoce la co­reografía de las razas primitivas. Su localiza­ción, sin dejar de ser dorsal como la flamenca, desciende hasta hacerse postero pelviana. El juego de caderas se generaliza a «con­tracciones abdominales que lo aproximan a la danza de vientre y la representación total es un simulacro erótico». 
Parecían sibilas de algún antiguo culto lúbrico y sangriento. Las fiestas tenían lugar desde el día de Natividad, 25 de diciembre hasta el de Reyes, el 6 de enero.  Al lado de la negra obesa, montaña de fuerza y de lujuria, existía la de matices menos subidos y tolerantes, las negras Venus esbeltas, que el candombe ofre­cía a las familias para el servicio doméstico, entonces múltiple y variadísimo.  Para explicarse esta influencia de las muje­res plebeyas de color, la razón consistía en que eran agentes de averiguación íntima, es menes­ter decir que ella constituía una pieza impor­tante en el mecanismo del viejo hogar. Y como estaba tan íntimamente arraigada en él, la trai­ción podía producir efectos tan seguros como desastrosos.  Pero la mulata era aún más peligrosa que la negra pura. Generalmente nacida en la casa, y procedente de alguna morena en­cariñada con los niños o tolerante con los amos mayores, solía contar con toda la benevolencia del ambiente. Vivaracha e insinuante, disponía de halagos que brindar para apoderarse de los secretos y complicar la infidelidad conyugal, de que Rosas sacaba discretamente buen provecho político. La confidencia iba a la madre de esta, al oído de la ama mayor, y de allí adonde correspondiera para la final ejecución «del castigo o la simple amonestación preven­tiva.  La fidelidad de la negra madre no tenía más que un deber imprescindible: el de ser consecuente y grata al amo grande. Cuando el conflicto entre dos cariños, el de aquel y el del hogar en donde había nacido, surgía en el turbio espíritu, la solución se buscaba en la mentira, cuya comprobación costaba azotes o el destierro a Bahía-Blanca, o en la alteración de los datos para no hacer graves denuncias.  Por la equidistancia en que la colocaba el cruzamiento, la mulata se insinuaba más ínti­mamente en el corazón, no sólo de los varones sino de las niñas siempre ingenuas. Creía tener derechos que las negras nunca se atrevieron a reclamar. Mientras que ésta no pasaba general­mente del «tercer patío» en el desempeño de sus humildes oficios, aquella era dueña de la casa: abría las gabelas, registraba los cajones con franca insolencia y hasta conocía los no muy recónditos secretos de aquellas viejas casas. Como dije antes, el mundo entero de la vagabundez y de la delincuencia urbana, su­frió un verdadero drenaje con el reclutamiento militar hasta en las mismas mujeres de la plebe. 
Dice Sarmiento que la población de color, en su parte femenina, constituía para Rosas, un poder formidable. La influencia de todas ellas, sobre las mujeres de la familia del amo federal que las manejaban y les distribuían el servicio político, era enorme. Un joven sanjuanino, agrega el autor de  Ci­vilización y Barbarie, estaba en Buenos-Aires cuando Lavalle llegó a Merlo en 1840. Había pena de la vida para el que saliese del recinto de la ciudad. «Una negra vieja, que en otro tiempo pertenecía a su familia y fue vendida después en Buenos Aires, lo reconoce; sabe que está detenido y le dice: amito, como no me ha­bía avisado, en el momento voy a conseguirle pasaporte. ¿Tú? Yo, amito, la señorita Manuelita no me lo negará». Un cuarto de hora des­pués, la negra volvía con el pasaporte firmado por Rosas con orden a las partidas de dejarlo salir sin molestarlo.  Como se comprenderá fácilmente, esta ­adhesión no fue en todas las mujeres tan plató­nica y oficiosa. El dinero corría en abundancia bajo la forma de generosas propinas y de pre­mios.  La sirvienta «que delataba a sus patrones, obtenía la liber­tad si era esclava, crecidas recompensas, si libre».  La plebe femenina, negra, inculta, pendenciera y en demo­crática rebeldía contra la aristocracia de los patrones, oprimidos a su vez, había llegado a constituir, en el suburbio, pequeñas republiquetas autónomas y libres en donde la policía tenía que entrar, algunas veces, a palos para poner orden. Bueno era que sirvieran devota­mente a la federación, retribuyendo así a la Santa sus servicios libertadores, pero también era preciso que guardaran los respetos debi­dos al sueño y pudor de los buenos vecinos, cuyas familias solían ser poco respetadas por el desborde de la prostitución ebria y en re­beldía.  Ensoberbecidas con la protección de Rosas, se le animaban demasiado a la autori­dad de la gente aristocrática, culta y unitaria-

lunes, 15 de junio de 2020

LA PONCHO COLORADO (A. Nella Castro -- Hilda Herrera) Al Gran Martín Güemes


LA PONCHO COLORADO (A. Nella Castro -- Hilda Herrera) Si se duerme don Martín No habrá ninguno que duerma Pues le ha de velar el sueño Toda la tierra despierta. Que monten los Infernales La Guardia de las Estrellas Y los Ponchos colorados Cubran toda la frontera. Estribillo: Corazón de guayacán Ay Martín Miguel de Güemes Por la falda de los cerros Baja tu nombre a machete. Su corazón de caudillo Cayó en la tierra caliente Y un padrenuestro de bombos Resuena el monte su muerte. Porque los gauchos de Salta Los gauchos de Martín Güemes Llevaban cuando peleaban Una zamba entre los dientes.

LA RELACIÓN ENTRE ESTANISLAO LÓPEZ Y JUAN MANUEL DE ROSAS.


Por Ricardo Gerasi Del Campo Ríos

La relación entre el caudillo y Gobernador de Santa Fe, Estanislao López y el caudillo bonaerense y Comandante del 5to Regimiento de Campaña Juan Manuel de Rosas se fue conformando a medida que las circunstancias los enfrentó. López había puesto a Buenos Aires de rodillas con su socio entrerriano Pancho Ramírez.  Debido a la creciente influencia de Pancho sobre el litoral, hizo que López deseara la paz con Buenos Aires.  Aún asi y a solo cuatro leguas de la ciudad, López quiso sacar toda ventaja de su paradojicamente ventajosa posición. El inteligente y estratega jefe santafecino accedió al cese de hostilidades con Buenos Aires siempre y cuando se eligiese un gobierno que acceda a la paz con Santa Fe y a las peticiones de éste último.
Aquí en esta coyuntura el Coronel Dorrego juega un importante papel en tanto y en cuanto se comprenda que independiente de tales enfrentamientos, los verdaderos patriotas, cada uno en su posición, querían lo mejor para la paz y el bienestar para las Provincias Unidas. En esos idas y vueltas, entre negociaciones truncas y demás especulaciones, el estanciero y caudillo bonaerense don Juan Manuel de Rosas, con perspicaz sabíduria empieza de a poco a involucrarse en las cuestiones públicas. Si bien el " Principe " de la pampa hacía 1819 debió dejar de atender sus asuntos en los establecimientos que administraba para engrosar su influencia en las Campañas, reuniendo muchos milicianos en Monte, Lobos, etcétera...marchando con ellas sobre las tribus de indios enemigos ( muchos de ellos guiados por el chileno Carrera, aliado de López ) acumulando las fuerzas que movía la provincia contra los " invasores" del gobierno de Santa Fe. El posterior Gobernador de Buenos Aires, entabló negociaciones con don Estanislao para lograr la paz que estos dos anhelaban.
Si bien Rosas fue parte comisionado para sellar la paz con López impuesto por Manuel Dorrego y que tenía a Martín Rodriguez como parte del arreglo por Buenos Aires y a Cosme Maciel por Santa Fe, el estanciero pampeano luego de la batalla de San Nicolás se dirigió a Dorrego pidiendole la potestad de arreglar la paz definitiva con López. Rosas que no desesperaba del buen resultado de sus trabajos abarcó la cuestión con toda franqueza y le dijo al Jefe Federal porteño;  "___ Déjeme usted arreglar con López una paz digna para nosotros y necesaria para Santa Fe; Fírmela usted, que será usted nombrado, le aseguro, Gobernador de Buenos Aires.___  Recordemos que Dorrego en ese momento fue Gobernador Sustituto y no fue del todo bien recibida la propuesta del insigne Jefe bonaerense, del cual creía que sacaría redito y provecho político de esta situación, lo cual nobleza obliga, Rosas escribe a Dorrego y le aclara su proposito de mediador y renuncia a tales facultades.

LAS VEINTICINCO MIL CABEZAS DE GANADO.
Luego de extensas idas y vueltas entre Dorrego y Rodríguez, este último fue anunciado y elegido Gobernador de Buenos Aires por la Junta de Representantes y el Jefe Federal porteño lo tuvo que reconocer. Luego de una " escaramuza " que se dió al pie del Monumento a la Victoria, los milicianos de Rosas vuelven al plano público y desalojan a los agitadores y restablecían el orden y al Gobernador Rodríguez.  Con la concreción del caso y el orden impuesto, Rosas fue condecorado, reconocido y pagado por cuanto él mismo había subvencionado los movimientos a lo largo de todo el anarquíco conflicto. A esta altura la situación con Santa Fe aún no resuelta, lo evoca una vez más al joven Rosas nuevamente al plano público.
Historia Argentina - Unitarios y Federales - Gobierno de Martín ...
Con Martín Rodríguez resuelto a terminar el conflicto, decide hacerlo tanto por la paz como por la guerra si fuera necesario. Con la buena voluntad de terminarlo sin conflicto armado, Cordoba y Salta se suman como mediadores, aún con diferencias entre las partes que distaban mucho de resolverse.
Había una clausula en el borrador del acuerdo que López pretendía y que Rodríguez no quería cumplir por considerarla indecorosa para su provincia. López exigió gran cantidad de cabezas de ganado.
Lo cierto es que el Gobernador bonaerense accedió a cambio de que dicha dadiva no aparezca en el tratado. Ofreció al comisionado de Cordoba como garantía de cumplimiento..pero allí sucede un pedido del santafecino que muestra la mutua confianza que había entre López y Rosas. López pide con todas sus fuerzas que quien sea garante, tenga a Rosas en cuenta a la hora de elegir.  A raíz de éste pedido , el gaucho de " Los Cerrillos" se vió personalmente obligado a entregar a Santa Fe veinticinco mil cabezas de ganado, para ser distribuidas entre los vecinos de esa provincia que hubieran sufrido a causa de la guerra.  En concecuencia, se firmó el Tratado de paz en la Estancia de Benegas, el 24 de noviembre de 1820.
Ante tal compromiso, es necesario destacar que Rosas debió tener una determinada anuencia de estancieros y hombres de la política, en aquella época la provincia sufría de abastecimiento debido a la sequía y la guerra civil.
No fue para nada sencillo obtener tal cifra, pero hubo un convencimiento importante de Rosas a ciertos amigos, pidiendoles que contribuyan con ganado. Con esto y lo que recibió por parte del Gobierno de Buenos Aires como " el diezmo tropea " del que menciona Adolfo Saldías en su obra " Historia de La Confederación Argentina Tomo I "...Rosas reunió las 25.000 cabezas más 6000 que el mismo caudillo bonaerense aumenta.
Desde entonces se estableció una vigorosa relación política personal entre el bonaerense y el santafecino.
Por otro lado cabe reconocer que las coyunturas hicieron parecer en el juicio posterior enemigos a quienes por conceptos compartidos no lo eran. A veces los conflictos de intereses se fragúan en terrenos que convidan a la desorientación. Antes de ser asesinado, Dorrego le escribió a López designándolo Jefe del Federalismo. El coronel sin llegar a comprender el por que de su ejecución ( Dorrego tenía un profundo conocimiento repúblicano..por la vida repúblicana y no concebía la idea de ilegitimizar un gobierno elegido por la voluntad popular con un golpe de Estado ) concluía su nota a López con una reflexión.
El asesinato del Jefe Federal porteño y el avance unitario, obligó una vez más a Rosas y a López a unir fuerzas y volver a formar la " Columna vertebral " de La Campaña para defender los intereses provinciales por sobre los de la oligarquía portuaria.
Las tropas santafecinas al mando del Brigadier General don Estanislao López fueron también la columna federal que eficazmente y con gran valor se impusieron a la prepotencia del Directorio, en algunos casos arrasando la Campaña bonaerense, pero con justas pretensiones.
El caracter muchas veces conciliador de Rosas definió las cosas a favor de López.
Juntos armaron un frente federal que pusiera a las regiones más productivas de las Provincias Unidas en resguardo de una causa que asegure federalizar las rentas aduaneras y evitar que los hombres del mercantilismo librecambista entreguen la incipiente organización nacional a merced de las políticas británicas y francesas.  Signo de amistad y buena voluntad con el objetivo de unir a la Nación. Dos hombres funcionales al pueblo criollo que los seguían y que los abrazaban como verdaderos autocratas paternalistas.