Rosas

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miércoles, 30 de junio de 2010

MARCOS MARCELINO AZCONA

 Por Daniel Manzur

“EL YACARE”
EL MEJOR LANCERO DEL EJÉRCITO CORRENTINO Y ARGENTINO 🇦🇷
Nació el 19 de octubre de 1819 , falleció el mismo día de 1879 . Pertenece a un selecto grupo de Correntinos conocidos como jinetes del Paí ubre , quieres lucharon durante 40 años desde la Batalla de Pago Largo hasta la Batalla de Insfran. El Coronel poseía un caballo tordillo llamado “Curé”, chancho en guaraní, animal noble e inteligente que lo acompañó en sus luchas, se decía que cuando estaba en plena batalla, viboreaba brioso, relinchando al parecer contento y se abalanzaba sobre los entreveros con diabólico desenfreno, como si se complaciera con el derramamiento de sangre; también se comentaba que Azcona tenía una reliquia para proteger su vida, poderosa para la pelea, sin desmerecer su coraje y gran valentía, algo natural en él y que el General Bartolomé Mitre calificara”¡ Primera Lanza de Corrientes!”. Estas son algunas anécdotas de nuestro valiente militar que supo conseguir sus ascensos en el campo de batalla, como lo plasmara en sus versos el genial poeta Mercedeño Don Carlos Alberto Castellán, “¡fue soldado, fue sargento ha oguahé hasta Coronel!
Letra y música de
Carlos Alberto Castellán y Pedro Sánchez
CAA GUAZÚ
I – parte
Si la historia es un momento
y es tan sólo una palabra
ta guapú che mbaracá ndi
jha icatú co ambopucú
evocando el heroísmo
del soldado saladeño
oyeyapó jué sargento
amó ité caá-guazú.
Denodado y valeroso
hijo de esta estirpe brava
que amoñá jué a la gringa
jha oñerairó sin cuartel
Marco Azcona como Fraga,
Rivas,Campos y Romero,
fue soldado, fue Sargento
jha oguajhé hasta coronel.
II – parte
En las lides más sangrientas
yendo Paz a la cabeza
con su cargo de valientes
que hizo patria en Taragüí
contra Echagüe, cabayú ari
lanza en ristrre a lo baigorria,
etá ité a los mazorqueros
Marco Azcona ombué potí.
Las gloriosas epopeyas
de las lomas Valentinas
Humaitá, Paso La Patria,
Boquerón, Itá Ivaté,
la jornada del Paí-Ubre,
Tuyutí, campos y lomas,
Oicuajhá maicha pa era
Marco Azcoma, El Yacaré.
I – parte – bis
Guaycurú puá guasú
va que la historia acateiva
ni siquiera un monumento
ndo yapoy chupé guará
avá lleno de laureles,
guerrillero puacava
que al heroico paraguayo
aveí omborreculá.
Si la historia es un momento
y es tan sólo una palabra,
comandante Marco Azcona,
aní que reyé apurá,
los pagueros saladeños
jha los tapes pai-ubreros
imá co nde monumento
nde rera pe omopuá.

Orden de detención para José Gervasio Artigas firmada por Manuel Belgrano el día 12 de noviembre de 1810

Por Daniel Manzur

Ambos serán protagonistas en la próxima década .
Imagen del Archivo Histórico de Provincia de Corrientes..
“He sabido que Don José Artigas, oficial al servicio del gobierno insurgente de Montevideo, ha pasado el Uruguay con pliegos que al Paraguay : a su ida o morada inporta aprehenderlo de cualquier modo que sea, por tanto a toda persona como sospechosa debe detenerse, mientras no acredite quién es , y su residencia fija.
Dios guarde a Vuestra Señoria . Muchos Años”
Cuartel General de CURUZÚ CUATIÁ , 12 de noviembre de 1810
Manuel Belgrano


Arturo Jauretche y el Coronel Juan Domingo Perón

 Por María José Hollman

Arturo Jauretche y el Coronel Juan Domingo Perón dialogando en uno de los tantos encuentros que tuvieron en el departamento del barrio de Palermo, en 1944.

Como sigue costando Arturo querido!

"Mire, coronel, la revolución va a tener su mayor dificultad no con los analfabetos y los que apenas terminaron la escuela primaria. Esos hombres aprenden de la vida diaria y de sus necesidades insatisfechas. Se vuelven sabios por el estómago vacío y distinguen bien lo que es bueno de lo que es malo para ellos, que suele ser coincidente con lo que es bueno para el país. El problema está en esas amplias capas medias, que están educadas y son lectoras de diarios como La Prensa, La Nación o Critica; que han leído minuciosamente la historia de Mitre. Esos están educados, pero mal educados. Sus cabezas han sido conquistadas por un falso sentido común, repleto de zonceras. De esas falsedades que, de tanto repetirse, se instalan como premisas. Se han educado en el mito sarmientino de que la opción está entre la civilización o la barbarie. Por supuesto, todo lo extranjero es civilización, y lo de acá, lo criollo, es barbarie. Y mire qué curioso, porque la palabra “bárbaro” viene del griego, y así llamaban los griegos a los extranjeros, a los que no hablaban su lengua. Sarmiento invirtió esa lógica que fundó Occidente y, con sus buenas intenciones de educar a todo el mundo, los civilizó bárbaramente, es decir, extranjerizando nuestra cultura. Entonces, coronel, los más educados son también los peor educados. El medio pelo es, en nuestra sociedad, el hombre que se mira en un espejo equivocado, que no es el propio. La oligarquía es una minoría ínfima en nuestra sociedad; son dueños de la tierra, sí, pero su mayor poder es el de ser dueños de la cabeza de miles de argentinos de clase media, que, sin tener más tierra que la de los canteros del patio, se comportan como fieles defensores de un modelo que no les pertenece. Esos son muchos, miles, tal vez millones movidos no por la necesidad, sino por esa distorsión cultural, forjada en décadas de educación sarmientina y académica, y por la cotidiana lectura de los diarios “serios”. A esa gente le importa más parecer que ser. Ahí está el hueso más duro de roer para cualquier intento revolucionario. 

- Mire, Jauretche, para mí hay una sola clase de hombres, los que trabajan. Y trabajadores, además de los ferroviarios y los metalúrgicos, son los empleados de comercio y los bancarios, que también son de clase media. Con esa harina, haremos el pan del cambio.

- Coronel, usted puede cambiar un gobierno, también puede modificar con esfuerzo las leyes del trabajo, como lo está haciendo. Lo difícil va a ser cambiar la mentalidad de los tilingos, que se orientan todos los días por zonceras. Eso va a costar muchos años, tantos que no sé si vamos a ver en vida el cambio, ni usted ni yo. Y el pan del que habla nos va a quedar con la corteza quemada y la miga cruda."

La propuesta de Locke ¿Es fruto de la ética protestante/espíritu capitalista o reaccionaria en cuanto a ella?

Por Florencia Zeballos

Nota: No pensaba hacer capítulo 1C (que es más como un anexo que parte de la serie en sí) pero acá lo tienen. Este artículo además podría considerarse autónomo en sí mismo, ya que no me concentro tanto en el tema religioso sino en Locke y su teoría como tal.
Hace unos días este tema, es decir, la teoría política de Locke, salió en la facultad y me inspiró para hacer un escrito desarrollando un punto que consideré necesario ampliar en la serie sobre religiones, antes de publicar los capítulos sobre la religión más libertaria de la que se conoce existencia (y la comparación de su discurso con el discurso liberal, que hace tiempo están en proceso), pues siempre encuentro algo para agregarle. En el último capítulo publicado de esta serie había mencionado que la ética laboral justicialista era superior (siguiendo un razonamiento de corte teleológico) tanto al tradicionalismo económico como a la ética protestante/espíritu capitalista y especifiqué los puntos en los que las supera, uno por uno, y apenas mencioné que “con respecto a la ética protestante y espíritu capitalista, el liberalismo es reaccionario” ya que mucha gente tiende a equiparar ética protestante con liberalismo pero esto es un gran error por las siguientes razones: principalmente, porque al mismo tiempo que se estaba desarrollando dicha ética de trabajo en países como Inglaterra o EEUU, en dichos países existía una política proteccionista e iniciativas estatales para el desarrollo económico como bien ha señalado Marcelo Gullo y en su momento las economías de países predominantemente católicos y contrarreformistas (como España, Italia y Francia) eran más ricas que las de países protestantes, incluso hubo países protestantes, como el caso de la actual Alemania, que estaban reducidos al tercermundismo, esto ya en términos históricos. Si bien Weber escribe desde una perspectiva casi histórica (pues aplica el método hermenéutico creado por Dilthey a la sociología, el cual es tradicionalmente usado en la investigación histórica y que además surge de adaptar la epistemología kantiana a las ciencias sociales) también hace una suerte de teleología al hablar del tradicionalismo económico y el posterior espíritu capitalista, también cuando se pasa de un fundamento religioso a un fundamento secular. Además de que veo necesario hacer un texto casi exclusivamente sobre Locke ya que no sólo la burguesía (era el adalid de la burguesía) ve en él un referente, sino también los creyentes liberales. Los dos puntos centrales de este texto son pues
1. Demostrar que Locke no es un fundamento para establecer el vínculo entre liberalismo y cristianismo, por motivos de contexto histórico, y también teológicos.
2. Demostrar que con respecto al espíritu capitalista, el liberalismo es reaccionario y está más cerca del tradicionalismo económico que del E.C.
Para hablar de si algo es reaccionario o progresista hay que tomar un punto de referencia en determinada época, pues en términos historiográficos lo correcto sería hablar de “progresista con respecto a X” o “reaccionario con respecto a X”. Estos términos de hecho surgieron en el contexto de la Revolución Francesa y mientras que el término “progresista” se usaba para referirse a quienes apoyaron a dicha Revolución, el término reaccionario se usaba para referirse a quienes preferían el “antiguo régimen” (entendido como monarquías absolutas con sesgo religioso) o apoyaron la reacción (de ahí “reaccionario”) romántico-conservadora. Sin embargo por la connotación que hoy en día tiene el término “progresista” por nuestro contexto sociohistórico actual, cuando algo supera y mejora a un “algo” que existió en una época o instancia anterior, preferimos el término “superador”, incluso lo que hoy entendemos como progresismo tiene algunos elementos “reaccionarios” pero eso es harina de otro costal.
Tradicionalismo económico según Max Weber:
Sé que ya lo he explicado dos veces en este espacio pero para que se entienda todo veo bastante necesario volver a exponer la definición, aunque sea de forma más sencilla y resumida sin perder ningún detalle de lo anteriormente expuesto, dando a entender que el tradicionalismo económico consiste en los siguientes puntos.
-Tiende a verse el trabajo como una especie de castigo o mal necesario, justificando esta postura a partir de un fundamento religioso usando versículos que por ejemplo daban a entender “trabajarás con el sudor de tu frente”. También solía verse al trabajo como un simple medio de subsistencia en vez de un estilo de vida. Pese al enfoque en sociedades culturalmente cristianas de la obra de Max Weber, el tradicionalismo económico también se practicó en épocas y lugares donde predominaban los paganismos.
-Con respecto al dinero éste era considerado el fin de la actividad económica y un medio de intercambio de bienes. En vez de reinvertir, se pensaba en la acumulación del mismo como su función primaria, lo cual solía verse en el mercantilismo, pensado como un juego de suma cero, Estados compitiendo por acumular dinero en vez de reinvertirlo (la economía al servicio del capital).
-Se trabajaba lo indispensable y se cobraba lo indispensable para vivir, no había mentalidad de lucro ni estaba bien vista en el común de las personas.
-La producción no estaba totalmente racionalizada (por sectores, especialización de tareas y con una rutina fija), y por lo general los medios materiales corrían por cuenta de cada trabajador. A la hora de pasar al último escalón de la etapa de producción, que es la puesta en venta, los mismos productores (sobre todo de manufactura) iban a la ciudad a vender sus productos a un burgués (comerciante) para que éste los revendiera. En vez de haber empresas como hoy las conocemos, con rutina fija, producción sectorizada y en la que los medios materiales de producción corren a cargo de ella, había muchos artesanos agremiados y campesinos que tenían que proveerse sus propios medios materiales para trabajar. Si bien hubo lugares donde se racionalizó la producción como hoy la conocemos, ésta no fue llevada hasta las últimas consecuencias.
-Max Weber menciona que en algunos casos se tendía a tolerar la mendicidad. Personalmente agrego que en otros casos solía ser profundamente despreciada. Aquí tenemos dos discursos diferentes que había en dicha época, que eran el discurso pobrista (predominante en contextos católicos) y el discurso antipobrista (predominante en contextos protestantes) llevado a un extremo bastante radicalizado y que fue así al punto que se llegó a despreciar al hombre de trabajo y de pueblo, sobre todo en la época del humanismo renacentista y de la modernidad temprana. A este último punto lo completé con la crítica que Perón hace al humanismo renacentista en el texto “Filosofía peronista”.
Elementos del espíritu capitalista según Max Weber:
También lo expliqué ya mil veces pero veo necesario recapitular de manera muy resumida los elementos en que consiste.
-Establecer la relación entre dinero y tiempo para establecer una mejor forma de aprovechar este último. Aparece la idea de “de casa al trabajo, del trabajo a casa”.
-El trabajo deja de ser considerado un castigo, para pasar a ser considerado un estilo de vida digno, honroso y vinculado a la autorrealización, desde los trabajadores principiantes hasta quienes pueden conducir actividades económicas. Más que un medio para obtener dinero se lo considera un fin en sí mismo, aparece la idea de que “el trabajo dignifica”.
-Con respecto al dinero éste no es el fin esencial de la actividad económica sino que pasa a segundo plano, convirtiéndose en un primer momento, en un signo del favor de Dios al creyente (en el contexto de la ética protestante) y en un segundo momento (cuando se seculariza) en la justa retribución del trabajador por la actividad realizada. La riqueza producida no es consumida ni despilfarrada, mucho menos acumulada infructuosamente, sino que se destina a ahorro e inversión (“el capital al servicio de la economía”). Se fomenta también, en caso de requerir crédito por no contar con los capitales necesarios en ese preciso momento, se tome conciencia de hacer un uso responsable de esta herramienta, para que la deuda no se agigante con el tiempo.
-En un primer momento se consideraba que la riqueza y propiedad no eran del trabajador sino que pertenecía a Dios y el trabajador sólo se encargaba de administrar dicha riqueza (cuando el fundamento era religioso). En un segundo momento, cuando se seculariza, se sigue pensando al trabajador como administrador de riqueza y ésta pertenece a la comunidad. Pese a la existencia de la propiedad privada (en forma de títulos de propiedad que se desprenden del derecho positivo, o sea, la ley escrita), se considera que la riqueza pertenece a la comunidad y los trabajadores la administran en diferentes proporciones.
-Aparece la racionalización de las actividades económicas como hoy las conocemos. Los medios materiales de producción ya no aparecen a cargo de cada trabajador sino de quienes conducen las actividades económicas, hay especialización de tareas, sectores que encuadran esas tareas y una rutina fija a seguir.
Contexto sociohistórico:
Antes de seguir con el plato fuerte, un poco de contexto histórico, el cual para describirlo nos vamos a basar en el profesor Tomás Várnagy. El “Segundo ensayo sobre el gobierno civil” surge en medio de la llamada Revolución Gloriosa de 1688-1689 y fue tomado como referencia por el nuevo monarca Guillermo de Orange.
Como bien los relata Varnagy, la muerte de Carlos II (quien anteriormente había iniciado el período de la Restauración Monárquica, caracterizado por un gobierno absolutista con preferencia por el catolicismo) llevó al trono a Jacobo II, quien era católico declarado y además de buscar continuar las políticas de su antecesor, buscó desafiar a la burguesía. Para 1688 los protestantes ingleses se rebelaron contra este gobierno católico (al cual consideraron una tiranía) y Jacobo II huyó a Francia. Este episodio fue el que desencadenó la Revolución Gloriosa, la cual se produjo cuando el Parlamento logró que Guillermo de Orange y su esposa María regresen a Inglaterra en 1688 junto a una poderosa flota. Este rey obtiene la corona con apoyo de los Whigs, para quienes el derecho del monarca derivaba de un contrato entre la nación y la monarquía, y en parte también del sector más crítico de los Tories (que si bien preferían la autoridad del rey por encima del Parlamento, se sintieron decepcionados por los excesos del “papista” Jacobo II)
El Parlamento adoptó la Bill of Rights (declaración de derechos), la cual limitaba el poder de los monarcas y garantizaba el derecho del Parlamento a elecciones libres y legislar. El rey en contrapartida tampoco podía suspender al Parlamento ni imponer impuestos o mantener un ejército sin la aprobación de éste. Posteriormente se aprobó la Ley de Tolerancia, la cual garantizaba la libertad de cultos. A modo de consecuencias, la Revolución Gloriosa implicó el triunfo del parlamento sobre el rey, dando fin tanto a la monarquía absoluta como a la teoría del derecho divino de los reyes, fue además influencia para la revolución norteamericana de 1776 y francesa de 1789. También implicó una nueva estructura social, política y económica con base en los derechos individuales, libre acción económica e interés privado, sentando las bases para el posterior desarrollo del capitalismo en el contexto inglés, en el cual la burguesía (comerciantes primeros e industriales después) adquiere papel protagónico.
Contenido de la propuesta de Locke en términos de economía y un poco de política:
Para describir qué pensaba Locke con respecto a este tema nos vamos a basar en el “Segundo ensayo sobre el gobierno civil”, que es considerada la obra fundadora del liberalismo y nos vamos a concentrar especialmente en el capítulo 5, que es el que refiere a la propiedad. Es cierto que en esta obra sobre la economía no dice mucho y se limita sólo a este capítulo, pero según Varnagy, lo poco que escribió sobre economía en otros textos fue para defender el modelo mercantilista, cuestión que luego ampliaremos. Para empezar analizaremos el capítulo anteriormente aludido, que es el único que menciona alguna que otra cuestión económica, el resto del libro trata de temas puramente políticos y plantea un modelo de gobierno tipo parlamentario, en el cual además, todos los poderes se subordinan al poder legislativo (sí, incluso el ejecutivo). Será conveniente explicarlo punto por punto, ya que este capítulo es de hecho bastante largo y conviene ir por partes.
Para Locke la propiedad es el eje central de todo el texto y la concibe como un fin en sí misma. Comienza argumentando que “Dios ha dado la tierra a toda la humanidad para que ésta participe en común de ella”, usando argumentos teológicos para establecer el origen de la propiedad como derecho natural. Además de dar el mundo en común, también ha dado la razón a las personas para hacer el mejor uso posible de los recursos que ofrece la tierra para comodidad y subsistencia de la especie humana. La propiedad es postulada como derecho natural y de existencia prepolítica, es decir anterior al surgimiento del derecho positivo (ley escrita) usando el argumento de “si espero el consentimiento de los demás para hacer uso de los frutos de la tierra, no podré subsistir (pues tendré hambre)” y acá aparece el primer elemento que sirve como título de propiedad de algo, que es el trabajo entendido en el sentido más amplio posible. Un ejemplo de esto es que la manzanas de un árbol que no tiene dueño, pasan a ser de propiedad de quien las recogió, apenas las cortó del árbol, pudiendo hacer uso y disponer de ellas como desee. Pero acá aparece un primer límite natural a la propiedad que es, tomar lo que puedo consumir y usar antes de echarse a perder. Un segundo límite natural a la propiedad aparece en el caso de las tierras; las tierras pasan a ser propiedad de alguien apenas han sido cercadas y parceladas, pero sólo puede tomar lo que usará para labrar o pastorear y criar ganado, debiendo quedar en igual proporción y de igual cantidad para el resto. Pese a existir límites naturales a la propiedad (la caducidad de los bienes naturales y el terreno que usará), hay un elemento que supera los límites naturales y es el dinero (en esa época se usaba oro y plata, incluso piedras preciosas en otros casos), el cual según Locke puede ser acumulado tanto como se desee y sin perjuicio alguno. Acá aparece el comercio, pues se pueden cambiar bienes perecederos por dinero o por otros bienes de mayor duración. En resumidas cuentas, bienes en estado comunal no pueden acumularse más de lo que se consumirá, o más tierra de la que se podrá usar, pero dinero se puede acumular de forma ilimitada y este mismo capítulo admite la desigualdad como un hecho natural del que nadie puede quejarse, acá además del ahorro aparece la acumulación de dinero de la renta de las tierras, en el caso de los que poseen tierras que no usan pero que otros trabajan. Una vez más con respecto al valor del dinero, sostiene que el oro y la plata al ser poco útiles en comparación con otros bienes como el alimento o la vestimenta adquiere su valor por consenso de las personas y es el trabajo el que constituye la medida de dicho valor.
Puede ser una imagen de 1 persona y texto que dice "CREER QUE ÉTICA PROTESTANTE Y ESPÍRITU CAPITALISTA EQUIVALEN A' "LIBERALISMO" Y RESPALDARSE EN LOCKE (CREYENTES LIBERALES PARTE 1C CLICHÉS LIBERALES"
Ahora que hemos expuesto el contenido de ese capítulo, también se sabe que la producción literaria de Locke sobre temas económicos fue escasa y no la he encontrado traducida al español, pero he conseguido una ficha de cátedra de la Universidad de Alcalá escrita por Carlos Mario Gómez Gómez, que expone brevemente el contenido de dichos textos y parafrasearemos a continuación. Tenemos en este caso el texto “Consideraciones sobre las consecuencias de la disminución del interés y del aumento del valor del dinero” (texto que originalmente tiene la estructura de un intercambio por cartas), para este autor, el dinero es el instrumento de cambio por excelencia. Relaciona pues la cantidad de dinero necesaria con el valor de las transacciones a realizar, que a su vez dependen de los ingresos percibidos. Continúa el análisis sosteniendo que “cada hombre debe tener al menos suficiente dinero (…) para satisfacer al prestamista que le provee los bienes necesarios a su subsistencia y a su actividad profesional”. Pero debe tenerse en cuenta que los flujos de ingresos y gastos no están perfectamente coordinados. Existe una pequeña brecha de tiempo entre el ingreso del dinero y su utilización para cubrir un gasto, mientras que el dinero que se mantiene en caja se convierte de forma temporal en conservación del poder de compra. Este estancamiento del dinero depende del tiempo que separe los ingresos del mismo y servirá para determinar la velocidad de circulación. Según la frecuencia de la percepción de ingresos, habrá mayor o menor velocidad de circulación.
De este análisis se desprenden dos principios, en primer lugar, que “existe la necesidad de una cierta proporción entre el dinero y el comercio”, y en segundo lugar “es difícil determinar esa proporción, ya que ella no depende solamente de la cantidad de dinero, sino también de la velocidad de circulación”. En este mismo análisis incluye también la percepción de ingresos de los diferentes grupos sociales. En el caso de los campesinos y artesanos, estos presentan una demanda baja de dinero (no solamente por sus bajos ingresos sino también la elevada frecuencia de su percepción, pudiendo ser esta mensual, quincenal, semanal, diaria o a destajo en esa época, recordemos que estamos hablando de un autor del siglo XVII), en el caso de los propietarios del suelo, éstos presentan una demanda fuerte de dinero (percibido a través de rentas elevadas que se pagan una o dos veces al año). La demanda de dinero también se ve afectada por las tasas de interés.
Tanto Varnagy como Gómez Gómez coinciden en que Locke defiende ideas mercantilistas, pues justifica la antigua idea de que el dinero es la vida del comercio y es posible utilizar mejor las especies aumentando la velocidad de circulación. Esto implica, en palabras de Locke, que se necesitará mucho menos dinero para el comercio de un país y en segundo lugar, que se mantendrá en reposo una menor cantidad de dinero. Esto es, si desarrollar la actividad es multiplicar los flujos de gasto, entonces la expresión monetaria de este desarrollo será la velocidad de circulación de encajes y este objetivo se conseguiría reduciendo los periodos de percepción de ingresos. Aparte, debido a su alto valor y baja periodicidad, se cargan las tintas sobre la percepción de la renta de la tierra. Sin embargo su posición sobre los impuestos es clara, pues para Locke solamente los impuestos destinados a defensa y seguridad se consideran legítimos, y no se podían aprobar impuestos sin consenso de los representantes, pues los consideraba un ataque a la propiedad de los individuos.
Otro detalle que Gómez Gómez señala es que poniendo el acento en el dinero como medio de pago, Locke entendió que el valor de los bienes intercambiados en determinado período es igual al valor de la cantidad de dinero ofrecida en contrapartida. Esto implica que en un determinado momento, el nivel de precios (inverso del valor del dinero) es proporcional a la cantidad de dinero ponderada por su velocidad. También nos comenta que Locke era seguidor de William Petty, economista pre-smithiano, enrolado en el mercantilismo y que además (Petty) estaba a favor del proteccionismo aunque abogaba por una aplicación más “prudente” de impuestos. En pocas palabras la posición de Locke en cuanto al libre mercado es por lo tanto ambigua pese a tener una posición clara sobre la legitimidad de los impuestos como hemos mencionado anteriormente.
Hasta ahora sabemos que aquello que Locke ha hablado sobre economía es muy poco y se trata del derecho de propiedad, que es natural y de procedencia pre-política, además de que para él la economía ordena la política y no al revés. Concibe la propiedad también en un sentido amplio (vida, libertad y bienes) y como un fin en sí mismo, además de que la función principal del Estado en su teoría es garantizar la protección de la propiedad privada. Lo otro poco que habla sobre economía es la cuestión de la circulación del dinero y la velocidad de esta, pero no hace mención alguna a una economía libre (de hecho su posición al respecto es un tanto ambigua) pese a su marcado sesgo pro-burgués. En lo que sí es explícito es en lo excluyente de su propuesta pues como bien nos comenta Várnagy, mucha gente consideró que la teoría de Locke era igualitaria y democrática, cuando en realidad si se lee entre líneas y todo en su correcto contexto, era todo lo contrario, pues considerado que aquellos que no tenían propiedades no podían ser considerados ciudadanos, cuanto mucho meros habitantes y no tenían derecho a la representación ni al voto (del cual gozaba una ínfima minoría). Para 1831 solamente el 4,4% de la población votaba, para 1914 sólo el 30% y no es hasta 1931 que el electorado británico alcanza el 97% de la población mayor de 20 años. Para Locke, aquellas personas cuya única propiedad era su vida y su libertad, debían ser tratados según el derecho natural, pero no podían participar de la sociedad política.
Textos fuera de contexto y actitudes ventajeras de clase:
Es bien sabido que la burguesía de dicha época, al igual que los grandes terratenientes, tenía ciertos vicios inherentes a la misma y considero que el peor de ellos es utilizar la biblia para justificar acciones o modos de comportamiento que son inaceptables desde cualquier punto de vista posible. Pese a que no me considero versada en teología, es bien conocida la frase no sólo en círculos teológicos, sino también filosóficos (y en general de las demás ciencias dentro de las “humanidades”) “texto fuera de contexto es un pretexto” y esa era una de las prácticas más viciosas de las burguesías y aristocracias de los siglos XVII y XVIII, usar textos fuera de contexto para justificar conductas tales como el desprecio al pobre o inculparlo por su situación sin tener en cuenta otros factores (como por ejemplo el contexto socioeconómico en general o causa de fuerza mayor sin factor humano, como por ejemplo un desastre natural).
Muchos creyentes liberales creen que la existencia de creyentes liberales en el pasado es un argumento fuerte para sostener la falsa relación entre cristianismo y liberalismo, tomando a Locke como un referente, pero he mencionado en el capítulo primero de la serie sobre religiones, que durante esos siglos (XV-XIX) muchas personas se declaraban creyentes porque estaba mal visto declararse deísta, agnóstico, o aún peor ateo, pues el ateísmo era considerado tabú para ese entonces. Incluso existe controversia acerca del “cristianismo” de Locke, pues si bien es conocido que profesaba una postura cercana al arminianismo (que se da a entender de manera implícita tanto en el Segundo tratado como en el Ensayo sobre el entendimiento humano, especialmente a este último y se sabe que admiraba también a los remonstrantes holandeses, que eran arminianos), es probable que se haya presentado como cristiano ante la sociedad por conveniencia o por el tabú con respecto al deísmo, agnosticismo o ateísmo de su época. De hecho Varnagy nos dice que para algunos estudiosos en su teoría política hay valores sociales calvinistas (aunque yo sostengo como dije antes, que su postura teológica era más cercana al arminianismo, sobre todo si leemos el “Ensayo sobre el entendimiento humano”, pues para los calvinistas existe una idea innata de Dios, que de hecho era sostenida por Calvino, no así para los arminianos, y Locke siendo empirista rechazaba la noción de ideas innatas; para mí incluso es probable que la disputa entre calvinistas y arminianos haya sido la antecesora de la disputa entre racionalismo y empirismo pero eso es harina de otro costal y no nos compete en este momento), pero otros ven en él un enemigo de la ortodoxia religiosa, que incluso como dije antes, si bien se presentaba como cristiano, es probable que haya sido deísta, para otros incluso ateo, ambas posibilidades en secreto, e incluso es probable que haya rechazado la inmortalidad del alma. Yo voy más con la tesis de que era un deísta en secreto, pues no podría haber sido ateo ya que en sus cartas sobre la tolerancia recomendaba no tolerarlos (junto a los católicos y cuáqueros) ya que creía que “carecían de principios morales” (es debido a esa creencia que en esa época el ateísmo era tabú).
Para no meter la pata en cuanto a cuestiones teológicas argumentaré desde el sentido común ¿No les parece que usar textos fuera de contexto para justificar lo injustificable es algo bastante anticristiano de hacer? Remitámonos a la escena de la caída y a la escena de la tentación en el desierto, el Innombrable usando textos fuera de contexto para inducir a desobediencia (en el primer caso) y la avaricia (en el segundo). Bueno, eso es lo que muchos burgueses y aristócratas hicieron (los textos fuera de contexto en pos de satisfacer sus intereses), de la misma manera que algunos personajes funcionales a determinados monarcas usaron algunos textos para justificar y tolerar abusos de poder (como paso en tiempos de la teoría de las dos espadas, y en el caso Lutero y también Calvino), lo mismo hizo la burguesía de países protestantes para sacar la porción más grande de la torta, aprovechando la religiosidad del común del pueblo en contra de este y también usaron textos fuera de contexto para justificar la esclavitud (siendo Berkeley uno de los primeros en hacer esto). Les dejo este apartado para que lo piensen.
¿Tradicionalista o capitalista?
Yo creo que Locke está más cerca del tradicionalismo económico que del espíritu capitalista (en sus definiciones weberianas) por las siguientes razones.
-Piensa el trabajo como medio y la propiedad (como vida, libertad y bienes personales) como fin en sí mismo. También piensa al dinero como medio de cambio y vida y fin de la actividad económica.
-Piensa al dinero como algo que se puede acumular sin límite alguno y también ha defendido varios postulados mercantilistas, empezando por colocar al dinero como vida de la actividad económica, ideas propias del tradicionalismo económico. En la ética puritana/capitalista se pone en cuestionamiento esta acumulación, pues se piensa en el ahorro e inversión.
-Sigue postulando la acumulación de dinero como un juego de suma cero, ya no entre Estados sino entre particulares, y este juego de suma cero está garantizado por las leyes y la misma concepción del dinero como fin y vida de la actividad económica. La ética puritana/espíritu capitalista, en su etapa de fundamento religioso no postulaba la obtención de dinero como un juego de suma cero entre particulares, sino como un juego en el que todos los que estaban bajo la gracia de Dios podían ganar, además de que el dinero no era como tal el fin de la actividad económica (pues la actividad económica era el fin como tal) sino un signo del favor de Dios al creyente.
-Con respecto a la riqueza, consideraba que ésta era propiedad del que la producía (o en todo caso propiedad del propietario de las tierras) y podía disponer de ella como mejor le plazca. Esta idea de propiedad también es propia del tradicionalismo económico. Dice textualmente que la tierra fue entregada en propiedad por Dios a los humanos, contrario de la ética puritana descrita por Weber, que pese a existir una garantía de propiedad basada en el derecho positivo, ellos creían que la riqueza pertenecía a Dios y el propietario terrenal sólo se encargaba de administrar una parte de ella. Aunque debe admitirse que en ocasiones hay contradicciones en el texto de Locke con respecto al uso del término “propiedad de Dios”, por ejemplo cuando el individuo toma recursos que podrían echarse a perder “cometiendo una afrenta contra la propiedad de Dios” pero anteriormente dando a entender que de ser propiedad de Dios pasaron a ser propiedad del particular apenas se les aplicó trabajo. Se podría entender desde las teologías manejadas, para resolver esta aparente contradicción, que en términos de Locke hay una transferencia de derechos de propiedad de Dios a las personas, en el caso de la ética puritana/espíritu capitalista una delegación de tareas administrativas pese a la existencia terrenal de un título de propiedad.
-Tenía una concepción bastante negativa del hombre de trabajo y de pueblo, propia del humanismo renacentista y de la modernidad temprana, el antipobrismo radicalizado, que iba emparejado con ver el trabajo como un castigo o simple medio de subsistencia y ordenador de la vida (dependiendo el contexto social del que se esté hablando, acá estamos hablando del contexto inglés del siglo XVII).
-La racionalización de la economía en esta época (siglo XVII) todavía no había sido llevada hasta las últimas consecuencias, de hecho en las colonias británicas se seguían practicando formas irracionales de capitalismo (descritas por Max Weber en la introducción de “La ética protestante y el espíritu del capitalismo”).
-Es bien sabido que como bien comenta Max Weber, que muchos burgueses para sacar la mayor tajada, se aprovechaban de la idea tradicionalista de “trabajar lo necesario para cobrar lo necesario”, en el caso de obreros, artesanos y campesinos para hacerlos trabajar más, pagándoles cada vez menos. Esto seguía ocurriendo para la época de Locke, sobre lo cual no se pronuncia al respecto.
-El espíritu capitalista exigía jugar limpio y la mayor honestidad posible en cada actividad. En el caso de Locke éste sigue avalando algunas conductas deshonestas de la burguesía y sectores más pudientes.
En cuanto al liberalismo en general, referido esta vez al económico, yo creo que sí implica un retroceso en cuanto a varias áreas, para empezar, practicar formas irracionales de capitalismo (caso capitalismo financiero, de usura y de especulación, al cual Weber consideraba irracional, incluso he visto liberales abogando por la contraeconomía, por ejemplo mercado negro y piratería), también implicaría un retroceso en la racionalización de la economía (pues muchos liberales consideran que hay que abolir las leyes laborales, lo cual implicaría romper la rutinización/administración de la actividad y el descanso, en perjuicio del trabajador, pues ya no habría una jornada laboral establecida legalmente y frente a los abusos que puedan llegar a cometerse nadie podría quejarse). También se ha visto que muchos defensores del libre mercado tienen un sesgo individualista, considerando que la riqueza es de ellos y pueden disponer de ella como deseen (idea tradicionalista), no que pertenece a la comunidad de trabajadores y se administra pese a la existencia de títulos de propiedad en el derecho positivo. El dinero en vez de ser ahorrado para ser reinvertido, en el caso de los dueños de los medios materiales de producción también privilegiarían la acumulación por sobre todo lo demás, ya que sin leyes laborales no tendrían incentivo para dar una mejor paga a sus obreros/campesinos. En el liberalismo sale privilegiado naturalmente quien más recursos tiene o ha acumulado, los que menos tienen, tienden a ser acusados de su propia situación, cuando el propio contexto es el que la ha generado, implicando otro retroceso en esta área (el desprecio al hombre de trabajo y de pueblo que se veía en el tradicionalismo económico).
Conclusión:
Al principio de este artículo hemos mencionado dos puntos que queríamos demostrar
1. Locke no es un fundamento para establecer el vínculo entre liberalismo y cristianismo, por motivos de contexto histórico, y también teológicos.
Este punto lo hemos demostrado exponiendo que existe controversia acerca de las creencias religiosas de Locke (quien se presentaba como cristiano pero probablemente, debido a tabúes de la época, probablemente en realidad haya sido un deísta en secreto), además de practicar un vicio muy común de las burguesías de su época, que es el uso de textos fuera de contexto para justificar conductas deshonestas e incluso abusos de poder de un sector hacia otro, dicho en criollo, actitudes ventajeras.
2. Con respecto al espíritu capitalista, el liberalismo es reaccionario y está más cerca del tradicionalismo económico que del E.C.
Hemos demostrado este punto estableciendo los principios que menciona Weber acerca de estos dos paradigmas sobre las actividades económicas y aquello que Locke creía sobre estas determinadas cuestiones, demostrando que estaba más cerca del tradicionalismo económico que del espíritu capitalista, demostrando así que su propuesta es reaccionaria con respecto a éste.
Ya hemos visto que Locke no solamente propone un liberalismo político excluyente y bien aburguesado sino que como toda la gente burguesa de su época, sobre todo en círculos protestantes, usaba la religión para argumentar y defender ideas muy cuestionables desde todos los puntos de vista posibles, y no sólo eso, sino que tampoco era muy liberal en lo económico, de hecho defendía varias de las ideas mercantilistas que los liberales tanto critican (pese a dejar claro que quería pocos impuestos y sólo para defensa y seguridad) quizá a diferencia de los mercantilistas era más moderado pero no llega a ser un liberal en términos económicos, así que por favor, dejen de usar a Locke para justificar la falsa y cuestionable asociación entre liberalismo y cristianismo.
Fuentes:
-“La ética protestante y el espíritu del capitalismo” – Max Weber
-“Economía y sociedad” – Max Weber
-“Filosofía peronista” – Juan Domingo Perón
-“Segundo ensayo sobre el gobierno civil” – John Locke
-“Ensayo sobre el entendimiento humano” – John Locke
-“Cartas sobre la tolerancia” – John Locke
-“Institución de la religión cristiana” – Juan Calvino
-“The Works of John Locke, volume 4 – Economic writings and two treatises on government” Disponible en: https://oll-resources.s3.us-east-2.amazonaws.com/.../0128...
-“El pensamiento político de John Locke y el surgimiento del liberalismo” – Tomás Várnagy. Disponible en http://biblioteca.clacso.edu.ar/.../20100609020522/3cap2.pdf
-“El camino al liberalismo” – Artículo de la universidad de Alcalá. Disponible en https://econ.web.uah.es/hpeweb/HPE982.html
-Breve resumen de los postulados de William Petty https://www.youtube.com/watch?v=5P4cBDz5EWQ

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