Rosas

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viernes, 30 de junio de 2023

La Protegida. Un almacén para viajar en el tiempo en Navarro

Por Teresa Arijón

Antiguo almacén de Ramos Generales que alberga la colección personal de Raúl Lambert. También es restaurante y oficia de centro cultural.  Hace quince años, Raúl Lambert encontró el lugar ideal para montar la colección de objetos, documentos y misceláneas que viene juntando desde hace más de medio siglo: el antiguo almacén de ramos generales que perteneció al sirio libanés Emilio Mustafá en Navarro, a 130 km de Buenos Aires. Un establecimiento que, como tantos del rubro, debió cerrar sus puertas en los 70. “La inflación mató a los gallegos y a los turcos, que aceptaban pagos semestrales e incluso anuales y, en vez de actualizar los precios, cumplían a rajatabla la palabra empeñada”, rememora.  “La Protegida es una manera de tener siempre presentes a los vecinos, los que ponían el hombro”. Lambert empezó a coleccionar en la adolescencia, cuando su abuela le regaló las cartas que habían intercambiado sus padres durante el noviazgo. Ese manojo de sobres atados con cintas desató la pasión por “atesorar testimonios en forma de objetos e imágenes”.

Las paredes de su pequeño museo evocan personajes e hitos de la historia. Allí están los dos hombres que literalmente marcaron a fuego a Navarro: el controvertido Juan Moreira (hay fotos de su mujer Andrea Santillán, madre de su único hijo, Valerio; de la pulpería Crovetto, donde mató por primera vez, y hasta del mismísimo gaucho, la única que se le atribuye) y el coronel Manuel Dorrego (la fotocopia de su certificado de defunción comparte espacio con testimonios de su fusilamiento en El Talar por orden de Juan Lavalle, apodado “la espada sin cabeza”). También se exhiben imágenes de diligencias y chatas (entre otras la icónica Luz del Desierto, tirada por once percherones, que prestó servicio hasta 1965) y de los numerosos almacenes de ramos generales que abastecían al pueblo.
En La Protegida –que debe su nombre a la empresa de diligencias que unía Navarro con Buenos Aires en el siglo XIX– los objetos de todo tamaño y porte invaden alegremente hasta el último rincón… e incluso cuelgan del techo, como los tres “sulkitos” y la bicicleta holandesa de Carmen Tejerina, maestra de segundo grado de Lambert, que le fue obsequiada por la hija de la docente: Carmencita… su compañera de banco.
Las vitrinas y las estanterías, que “contienen todo lo que podría ofrecer un almacén de ramos generales y algo menos”, exponen sus tesoros tal como llegan a la colección, sin restaurar, con las huellas del tiempo y del polvo. Hojitas de afeitar ensobradas, cajas de cerillas Ranchera, carameleras, sifones de vidrio y metal, las “monedas del patrón” utilizadas para pagar a los peones en las estancias, mapas ruteros, almanaques. Llaman la atención las copas robadoras (su base de vidrio grueso engaña la vista y por eso eran grandes aliadas del pulpero a la hora de timar parroquianos) y el portachasqui de chapón donde se transportaban los papeles importantes en el siglo XIX, una auténtica rareza.
Los clientes pueden tomar una grapa acodados en el estaño junto a la reja original de la pulpería del Cuartel Octavo de Navarro o disfrutar una suculenta carbonada regada con vino tinto en alguna de las mesas del salón. Si eligen acomodarse en el patio, donde jamás faltan las guitarreadas, podrán apreciar chapas publicitarias, carteles de calles que ya no existen y patentes de carruajes, carros, sulkys, charrets, jardineras y hasta bicicletas. Una colección indisciplinada, al decir de Lambert, que es vivo reflejo de la historia y las costumbres de Navarro, pueblo que nació en 1767 con el primer fortín.
 
Fuente diario La Nación

UN RETRATO DE MANUELITA ROSAS

 Por Guillermo Palombo

La firma J. C. Naón & Cía. S. A. incluyó en su catálogo impreso para el remate realizado en los salones del Hotel de Ventas sito en Guido 1785 (Buenos Aires) desde el 11 al 13 y del 17 al 19 de agosto de 2004, un “Retrato de Manuelita Rosas” (lote 148). Su descripción técnica precisa que trata de una figura al óleo sobre tela, firmada con el monograma C.M.F. (Fecit), en la parte inferior izquierda de la tela cuyas dimensiones son 0,560 m. de alto y 0,415 m. de ancho. El valor de base de la obra fue estimado entre 6.000 y 10.000 dólares estadounidenses.
El catálogo incluye un comentario firmado por Ángel N. D´Alessio, en el cual se califica al retrato como una “obra inédita”, cuya existencia se desconocía con anterioridad, remitida a la firma martillera “para su estudio y tasación”. Agrega que como su estado de conservación impedía su “interpretación” fue necesario realizar “profundas tareas de estudio e investigación” encomendándose tareas de limpieza y restauración a un conocido taller de plaza”. El señor D´Alessio nos dice que la imagen de Manuelita luce “los símbolos federales de la época”, y que a ambos lados de su figura están representados “el escudo nacional argentino” y otro escudo “de carácter particular y de homenaje” orlado con laureles que encierran las iniciales “MRyE” junto a la fecha “24 Mayo 1817-40”. De ello, el comentarista deduce que la figura retratada es Manuelita Rosas y Ezcurra, nacida el 24 de mayo de 1817, que la cifra “40” se refiere al año 1840 como el de realización de la obra, y que su autor es Carlos Morel, puesto que la firma está representada mediante un monograma con letras de su nombre y apellido junto a la “F” fecit, dado que Morel utilizó diversas formas para identificar algunos de sus cuadros y, en este caso, tratándose de “un homenaje tan especial”, empleó “este monograma tan especial”.
Como último detalle se afirma que la tela utilizada lleva un sello al dorso de forma oval de Reeves & Sons-London.
Las referencia indicadas, para el autor de la anotación que he glosado estrechamente, confirman “la certeza del hallazgo”, por lo que concluye expresando que “Estamos en presencia de una importante obra de quien fue cronológicamente nuestro pintor nacional y que representa la figura femenina más apreciada de la sociedad de su época.
Los símbolos federales
Los “símbolos federales de la época” que luce el retrato de Manuelita Rosas, referidos por el catálogo, son el moño federal punzó sobre su cabeza y la divisa federal punzó sobre su pecho: se trata de dos símbolos cuya presencia simultánea es incompatible, con el agravante de que el uso de la divisa en el pecho fue vedado a las mujeres por el propio Rosas.
La divisa federal fue impuesta, primero por un decreto del 22 de septiembre de 1830 y luego, rigurosamente, por otro del 9 de enero de 1832. Y aunque nada dicen ambas disposiciones sobre su uso por las integrantes del sexo femenino, Rosas dispuso que ellas debían llevarla, exclusivamente, en la forma en que fue usada por su esposa, Encarnación Ezcurra, quien “se puso la divisa punzó al lado izquierdo de la cabeza”. Así lo manifestó Rosas a su primo Tomás de Anchorena en carta del 25 de diciembre de 1838, publicada por Ernesto Celesia en su libro Rosas, aportes para su historia, tomo II, Buenos Aires, 1968, pág.454.
Un decreto del gobernador de San Luis, del 9 de noviembre de 1835 ordenó a todos los empleados públicos de la provincia y a los ciudadanos el uso de la divisa federal, y lo recomendó, sin imponerlo, a las señoras de los empleados. Y si bien no se aclara cómo debían llevarla estas últimas, debió serlo en la misma forma que el propio Rosas expresó en la carta que he citado (en forma de moño y al lado izquierdo de la cabeza), porque así lo demuestran en forma concordante todos los testimonios documentales que he visto al respecto, correspondientes al período que va desde 1836 hasta 1852, y nunca en el pecho, modalidad reservada para los hombres.
El Obispo de Buenos Aires, monseñor Mariano Medrano, en una circular dirigida a los curas vicarios el 6 de septiembre de 1836, publicada por el P. Cayetano Bruno en su Historia de la Iglesia Argentina, tomo X, Buenos Aires, 1975, pág. 37, les recomendó exhortar a sus feligreses para que llevaran constantemente la divisa federal color punzó que tenía ordenada el Gobierno, los hombres “al lado izquierdo sobre el corazón y las mujeres en la cabeza del mismo lado”.  Rosas en carta del 28 de noviembre de 1836 dirigida a Felipe Ibarra, gobernador de Santiago del Estero, a la vez que le anunciaba el envío de cintas punzó con los letreros correspondientes, definiendo como debía ser la divisa federal femenina: “La divisa federal en las señoras debe ser un moño punzo al lado izquierdo de la cabeza con letreros de “Vivan los Federales, Mueran los impíos Unitarios”. Esta es la verdadera divisa en ellas, colocada como queda dicho al lado izquierdo de la cabeza y no en otra parte. Ellas la quieren al pecho, pero no se les debe consentir porque ahí solo se le ve a la que quiere mostrarla. Verdad es que esta divisa en la cabeza es majadera y cara porque se les pierde muchas veces y así es que por eso aún no se ha generalizado, principalmente en las pobres que no les alcanzan sus recursos pero si se las da ellas la usan con la mejor voluntad”. Esta carta fue dada a conocer por José Luis Busaniche en su artículo Muestrario rosista. Los colores nacionales, aparecido en La Nación, núm. 25.199, Buenos Aires, domingo 31 de agosto de 1941. Y en 1839, Rosas reiteró a Juan Pablo López, gobernador de Santa Fe, la conveniencia de generalizar el uso de la divisa federal “los hombres al pecho en el costado izquierdo y las mujeres al costado izquierdo de la cabeza”.
El jesuita Mariano Berdugo, que estuvo en Buenos Aires hasta 1841, en un informe reservado publicado por el P. Bruno en el tomo X, pág. 38 de su obra citada, recuerda que los mazorqueros vigilaban que no salieran a la calle los hombres sin el cintillo punzó en el sombrero y las mujeres sin “un moño punzó en la cabeza”. El viajero norteamericano Samuel Greene Arnold, que estuvo en Buenos Aires en febrero de 1848 apunta en su libro Viaje por América del Sur 1847-1848, Buenos Aires, 1951, pág. 155, que “las señoras están obligadas a usar una cinta punzó en el cabello cuando salen, pero no adentro de sus casas”.
El español Benito Hortelano que llegó a Buenos Aires en 1849, recuerda en sus Memorias que cito en la edición publicada por Eudeba en 1972, págs.79 y80, que “También las señoras usaban divisa, consistiendo esta en un lazo de cinta punzó al lado izquierdo de la cabeza”. Y finalmente, tampoco lleva la divisa, el retrato de Manuelita Rosas ejecutado por Prilidiano Pueyrredon en 1851 que se exhibe en el Museo Nacional de Bellas Artes.
Por otra parte, al reparar en el texto de la leyenda de la divisa que luce en el pecho la figura femenina del retrato que estamos comentando, advertimos que la misma reza “Viva la Confederación Argentina”, por lo que está evidentemente incompleta y falta el muera a los unitarios que contienen todas las divisas de la época.
La colocación de la divisa en el pecho de Manuelita y la leyenda que luce en ella evidencian un error ignorantemente equivocado que nunca pudo haber cometido un pintor de aquel tiempo, que Manuelita nunca hubiera permitido y que su padre no hubiera tolerado por contravenir sus expresas indicaciones expuestas en los documentos citados en los párrafos precedentes.
El escudo nacional argentino
No alcanzamos a advertir por qué motivo Rosas, detallista al máximo cuando del cumplimiento de normas protocolares se tratara, hubiera autorizado la inclusión en el retrato de su hija de un atributo de la investidura nacional – el escudo, con rayos cuyas curvas difieren con la forma de los que se usaban por entonces – que él ejercía por delegación de las provincias (el encargo de las relaciones exteriores ante las potencias extranjeras) cuando Manuelita nunca desempeñó funciones oficiales que justificaran la inclusión. Al respecto, vale la pena recordar que ella misma, en carta a su amigo Antonino Reyes, fechada en Hampstead – Londres – el 16 de noviembre de 1892, publicada por el Archivo General de la Nación en el volumen Manuelita Rosas y Antonino Reyes. El olvidado epistolario (1889-1897), Buenos Aires, 1998, pág. 92, respondiendo a la pregunta de Reyes de si era cierto que al despedirse el general Oribe de Buenos Aires, precisamente en 1840, lo hizo ella “en carácter oficial”, Manuelita aclaro que era “completamente falsa” esa especie: “Mi finado padre el general Rosas jamás me hizo desempeñar un rol que no debía, o que ridiculizase tanto a mí como a él mismo. Tampoco es cierto que yo tomase parte alguna oficialmente de asuntos públicos o políticos durante la Administración de mi lamentado padre, cuando, creo, que hice cuanto me fue dado para desempeñarme en los actos privados y sociales con la dignidad que correspondía a nuestra posición”. Y ese concepto lo ratificó en otra posterior carta del 21 de febrero del año siguiente. Y no deja de ser un dato de valor concurrente, la circunstancia de que no se contempló incluir el escudo nacional en el retrato de Manuelita, ejecutado por Prilidiano Pueyrredon en 1851 por encargo y bajo supervisión oficial.
El escudo de carácter particular y de homenaje
El otro escudo, que en el catálogo se califica como “de carácter particular y de homenaje”, contiene en su interior las iniciales “M.R. y E.” Y las fechas “24 Mayo 1817-40”. No conocemos retrato femenino alguno de la época en el que se haya insertado la fecha de nacimiento de la dama retratada, detalle que, “prima facie”, parece incompatible con la sempiterna y astuta coquetería femenina, uno de cuyos recursos consiste, precisamente, en el ocultamiento de la edad real. Pero más allá de ello, la inclusión del adefesio perjudica el equilibrio de la composición plástica, que es, de suyo, de factura muy pobre, al punto de resultar incompatible con la obra conocida de Morel. Pero, claro, si tal escudo con esos datos y el monograma de Morel no estuviera presente ¿cómo podría argumentarse que el retrato pertenece a Manuelita y que su autor fue Morel?
La palabra de Manuelita Rosas
El retrato de Manuelita (no “inédito”, adjetivo que se reserva exclusivamente para un escrito no publicado, sino desconocido), colocado bajo nuestra observación, carece de elementos de autenticidad de la época. Pero aún cuando esos errores no estuvieran presentes en la obra, tampoco podría tenérsela como un retrato de Manuela, a juzgar por los hechos documentados que pasamos a relatar. En 1851 un grupo de ciudadanos representados por Baldomero García, Eustaquio José Torres y Juan Manuel de Larrazábal solicitaron a Manuelita que accediera a dejarse retratar para poder exponer públicamente su retrato. Manuelita les respondió por escrito, el 25 de junio, que nunca antes había permitido ser retratada (“jamás he abrigado la idea de retratarme”), no obstante lo cual solicitaría autorización a su padre para hacerlo. Rosas concedió la autorización, y para supervisar la realización del retrato, que fue encargado a Prilidiano Pueyrredon, y es el que se exhibe actualmente en el Museo Nacional de Bellas Artes, fue constituida una comisión oficial integrada por Juan Nepomuceno Terrero, Luis Dorrego y Gervasio Ortiz de Rozas, quienes se dirigieron a Manuelita por nota fechada el 1° de julio, en la cual, entre otras consideraciones, y refiriéndose a la necesidad de contar con un retrato de la niña de Palermo expresaban: “Pero, no hay un retrato de Manuelita. Todo el mundo se retrata y sin embargo esa Manuelita Rosas que antes aunque tan imperfectamente hemos bosquejado, jamás ha pensado en ello”, ratificándose, de ese modo, que no existía retrato alguno anterior de Manuelita ejecutado por nadie. Esos documentos oficiales, auténticos, fueron publicados en el libro de Antonio Dellepiane titulado El Testamento de Rosas, Buenos Aires, 1957, págs. 187-188, y evidencian, sin asomo de duda alguna, que Manuelita nunca había sido retratada con anterioridad, porque no tiene valor de tal el dibujo ejecutado por García del Molino en su álbum. Así surge de las propias palabras de la interesada, del aval tácito de su padre y del reconocimiento de sus contemporáneos.
Por su parte, el profesor Adolfo Luis Ribera refiere que el poeta José Mármol, en el número del 6 de octubre de 1851 de La Semana, de Montevideo, comenta los entretelones de este retrato, que iba a constituir el primero de Manuelita (véase Academia Nacional de Bellas Artes, Historia del Arte en la Argentina, tomo III, Buenos Aires, 1984, pág. 315).
Si los errores de época que contiene el retrato atribuido a Morel son inadmisibles (por ejemplo, la duplicación de la divisa, incluyendo la expresamente prohibida, lo que constituye una torpeza inaceptable para la época y para el personaje retratado) pretender sostener la existencia de un retrato anterior al de Prilidiano Pueyrredon, significaría nada menos que pretender desmentir a la propia Manuelita. Por ello el cuadro bajo análisis no puede ocupar, por derecho propio, lugar alguno en la iconografía de la hija de don Juan Manuel.
[Artículo publicado en El Tradicional. Año 9, N° 61, Buenos Aires, noviembre de 2005, pp. 10-11]

EL PASO DEL CAUDILLO DEL METAL POR LOS SANTOS LUGARES DE ROSAS

Por Lautaro Durán

“Mía es la voz que lo canta
Y es por sentir que me atrevo
Con las raíces que tantos olvidan
Persiguiendo foráneos modelos”.
Zamba de Resurrección – Almafuerte

El pasado sábado 22 de Julio, el fundador y compositor  de las míticas bandas de metal pesado argentino V8/HERMETICA/ALMAFUERTE, tuvo su esperado regreso en el Club Alemán de Villa Ballester ubicado ni más ni menos entre calles 9 de Julio y AVENIDA BRIGADIER GENERAL JUAN MANUEL DE ROSAS. Fue la primera fecha de la GIRA FEDERAL 2023 “Unas Estrofas Mas” que Ricardo Iorio (61) decidió sea el punto de partida de su nueva formación como proyecto solista, luego de discontinuar en noviembre del 2022 por motivos personales  la banda conformada por los hermanos León (Alejo guitarra líder y Facundo en bajo), los hermanos Martínez (Ruben en segunda Guitarra y Walter en Batería) y Joana Gieco (tecladista e hija de León Gieco). Esta vez lo acompañan los neuquinos (ex músicos de AONIKENK) actual banda trio power CHEWELCHE con Ariel Basualto (Bajo), Juan Bruno Basualto (Guitarra) y Sebastian Figueroa (Bateria).

Ricardo quien ha tenido una larga relación de amistad con los Basualto, ayudando a producir los discos de AONIKENK e incorporando a la banda como teloneros en varias fechas nacionales de ALMAFUERTE los eligió como compañeros de ruta en este tramo de su actividad artística, retornando a un sonido más pesado y crudo, recorriendo sus más de 40 años de trayectoria que lo avalan como indiscutido Caudillo y Padre del Metal ‘Pesau’ argento.

La cita estuvo acompañada de grandes emociones, por un lado por ser la primera fecha en nuestra localidad –CAPITAL DE LA TRADICION/CUNA DE JOSE HERNANDEZ- luego de varios años de ausencia (como era habitual fue el 25 de Mayo del 2007 para la celebración del primer gobierno patrio la última fecha en donde Iorio se presentaba con Almafuerte en Villa Ballester), segundo por ser la primera en BUENOS AIRES en el marco de la GIRA FEDERAL que anuncio para este año y que abarca las provincias de Mendoza, Tucumán, Santa Fé, Córdoba, Chubut, Neuquén, Santa Cruz y Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur.

   Fecha con Almafuerte en 2007, Club Aleman                                  Afiche de la primer fecha 2023 en el Club Aleman

     

“Federal evocación hasta mi trajo… 
Vuelvan las porteñas a llorar de amor (En referencia a Guitarrera de San Nicolás)
Piense en Patria el varón joven del interior”.
Guitarrera – Iorio

 Lugar muy especial si de allí tenemos en consideración algunas referencias históricas:

Las tierras que actualmente se conoce como el Partido de General San Martin, fue bautizado en épocas del Restaurador -y conocido entre 1836 y 1856- como Santos Lugares (de Rosas) ya que en las mismas había dos grandes conventos conducidos por las ordenes de los Mercedarios y Franciscanos.  Ante un pedido de vecinos dirigidos por Don Félix Ballester solicitaron (en 1836) al poder ejecutivo el trazado de calles y quintas. El oficial mayor del Ministerio de Gobierno Agustín Garrigos escribe en diciembre de 1836: ”Deseando por una parte llenar los justos deseos de ese virtuoso vecindario, transmitidos por la autoridad civil y por la otra no dejar al olvido de los tiempos el nombre santo de esos lugares que le acordaron sus antiguos padres, he creído que todo podía conciliarse fijando el siguiente nombre santo y militar: Santos Lugares de Rosas...”

   Remera con símbolos del federalismo            Ricardo Iorio con la divisa punzo

   Además es importante mencionar para quien no lo sepa, que se ubicó en el Partido de San Martin la comandancia del cuartel general más grande de la Confederación Argentina, ocupada por orden del Gobernador de la Prov. De Buenos Aires y representante de las Relaciones Exteriores Don Juan Manuel de Rosas – donde hoy día funciona el Museo Histórico Regional de Gral. San Martin (Museo Rosas)- situado en calle Diego Pombo 3324 (San Andrés) siendo un baluarte de defensa de la soberanía nacional.

                                                                                                          “Cumpliendo un sueño de niño estoy,

Cantando el nombre de Juan Perón,
Pues de mi tierra fue benefactor
y no se sere yo quien lo olvide”.
Orgullo Argentino – Almafuerte

Por otro lado, en otro tramo trágico de nuestra historia, se acontecieron en estas mismas ubicaciones los fusilamientos en los basurales de José León Suarez el 9 de Junio de 1956, crímenes cometidos por el Gobierno de facto de la Revolución Libertadora que derrocaría al  General Perón en Septiembre de 1955, una vez más encontrándose el nacionalismo católico en una encrucijada (Lonardi y su famoso “Ni vencedores ni vencidos…”) y siendo nuevamente como en el 30’ furgón de cola del liberalismo vernáculo y apátrida. Como supo decir el General Valle en su carta al General Aramburu: “Nosotros defendemos al pueblo, al que ustedes le están imponiendo el libertinaje de una minoría oligárquica, en pugna con la verdadera libertad de la mayoría, y un liberalismo rancio y laico en contra de las tradiciones de nuestro país.  Hoy está en pie justo frente al Club Alemán sobre calle 9 de Julio el monumento a los héroes de la Resistencia Peronista.

              
Ricardo Iorio y la linea San Martin/Rosas/Peron         Iorio en su  visita a la CGT (2016)
  
Allí en el Club Alemán, más de 4000 almas se juntaron para ver al último bastión del folklore nacional, el señor Ricardo Horacio Iorio, censurado por el INADI y la DAIA, prohibido por productores locales que prefieren negarle el espacio a un artista que les es redituable en términos económicos, ignorado y difamado por los medios oficiales y el pulpo mediático.

                                                                                                          “Siempre me opuse a que me pase,

Tener que callar la verdad por miedo,
Por eso perdí amigos y me gane el desprecio
De los muchos jodidos que hay en mi suelo”.
Cumpliendo Mi Destino – Almafuerte

La pregunta sería ¿Por qué tanta saña? O como el mismo sostiene en una de sus letras ¿será pecado sentirse argentino? Una vez más frente a tanto velo impuesto por el enemigo, aquellos viejos seguidores del “Loco” que hoy se acercan con sus hijos y las nuevas generaciones,  se identifican con una figura autentica, políticamente incorrecta, contradictoria pero sincera, que además de sus composiciones, su prosa, y su poesía  contestataria en los 80 a través de V8, de resistencia con las liricas de Hermética en los 90, y con su impronta nacional consolidada con Almafuerte a comienzos de siglo-  es reivindicado por su constante e irrenunciable lucha por inculcar valores humanos casi extintos frente al avance globalizador y las sociedades liquidas, esto es, la defensa de los lazos sociales más humanos: la amistad, la familia, las tradiciones, el amor por la tierra que uno pisa, la Patria y la Causa Malvinas, la austeridad como modo de vida, la sencillez como arquetipo argentino. He aquí la respuesta. “Me desprecian porque me identifico con el escudo nacional y la escarapela” según sostuvo el mismo luego de ser censurado por la AFA el año pasado, cuando estaba a punto de cantar el himno nacional en un partido amistoso de la Selección Argentina con Bolivia, siendo reemplazado por el cantante de música tropical Sergio Torres.

Retomando… Luego de más de dos horas de un espectáculo de calidad (sonido, luces, pantalla a la altura de un artista que inicio su carrera en 1982) y con la satisfacción de haber disfrutado junto a miles de personas de un grato momento, tuvimos el privilegio de ser recibidos por Ricardo Iorio, a quien pudimos acceder a través del querido Roppo Marsch - y aquí va nuestro agradecimiento público- con motivo de hacer entrega en nombre del Instituto de Investigaciones Históricas “Juan Manuel de Rosas” de Gral. San Martin de un reconocimiento “por su labor en defensa de los valores de la nacionalidad” además de regalarle unos libros editados por el Instituto y un cuadro de Rosas como obsequio.

En la brevedad del encuentro, nos aconsejó -para quienes no tenemos aún- a tener hijos, hablo de historia argentina, y se mostró muy cómodo y agradecido. También -detalle no menor- se disculpó por el poco tiempo disponible para atendernos ya que tenía que seguir trabajando, algo más que entendible. Luego de una foto grupal, nos despedimos con la seguridad de volver a cruzarnos o simplemente compartir un rato, porque de eso de trata.

Y en el destino de nuestra Nación reencontrarnos….”

Nosotros más que contentos, por haber cumplido.

Lautaro Durán

 

De izquierda a derecha: Lautaro Durán (Vocal Titular), Maria Florencia Llobet (Voc. Suplente), Julio R. Otaño (Vicepresidente), Daniel Conde (del Circulo Nacionalista de la Prov. De Buenos Aires) y David Acuña (Historiador amigo del Instituto de Investigaciones Historicas Rosas de Gral San Martin)



                                                              Diploma entregado al Señor Ricardo Iorio

 

 


Palabras del Padre Ezcurra ante los restos del Restaurador - Cementerio de la Recoleta 30/09/1989

En nombre del Padre y del Hijo y del espíritu Santo... Señor te damos gracias porque Juan Manuel ha vuelto a su Patria.
Te damos gracias porque ha vuelto por la puerta grande con el reconocimiento y con el honor que San Martín le deseara...
Te damos gracias porque ha encontrado un lugar en el corazón de su Pueblo...
Te damos gracias porque al sepultarlo, sepultamos más de cien años de leyenda negra, de oscuridad, de historia escrita con inexactitudes a designio... Te damos gracias en nombre de todo este Pueblo en fiesta...Y te pedimos Señor... Te pedimos que no olvidemos nunca las cosas grandes de nuestro pasado porque una Nación solo puede construir su futuro si como un árbol tiene hundidas profundamente las raíces en la Verdad de su pasado.
Te pedimos Señor que el ejemplo de Juan Manuel sea la inspiración de nuestra juventud. Que miren no a los ídolos de la farándula o de las series extranjeras sino al ejemplo de los santos y al de los héroes y encuentre en Juan Manuel el arquetipo del Gaucho y del Patriota... Que Juan Manuel con su austeridad y con su honradez, con su patriotismo y con su firmeza sea el ejemplo para nuestros hombres de gobierno.
Te pedimos Señor por la Unidad de todos los argentinos. Por una unidad que no sea construida sobre pactos que no se cumplen, sobre dobles discursos, sobre palabras falsas ni un sentimentalismo que no dura sino en la verdad de una empresa grande, de una empresa nacional del Bien Común de la Patria puesto por encima de los intereses particulares, por encima de los intereses de sector, de clase o de partido.
Te pedimos nos des la gracia de construir la Argentina mirando hacia las profundas raíces, hacia los valores espirituales, culturales y tradicionales de nuestra Patria. No hacia lo que nos viene importado desde afuera, hacia las ideologías, hacia los imperios que Juan Manuel enfrentó sin ceder ante ellos ni un 'tranco de pollo'.
Te rogamos Señor por los que han hecho esta Patria, regando y santificando su suelo con el sudor en el trabajo, con la sangre en las batallas. Te rogamos por el alma de todos los muertos por la Patria. En la Independencia, en las guerras de la Soberanía, en la Vuelta de Obligado. Por aquellos que no descansan sino esperan en la turba de las Malvinas y en las aguas heladas de los mares del sur. Te rogamos Señor que le des a Don Juan Manuel de Rosas el descanso eterno y que a nosotros nos niegues el descanso, nos niegues la tranquilidad, la comodidad y la paz hasta que con los escombros de esta Patria en ruinas sepamos edificar la Argentina Grande que Juan Manuel amó, en la cual soñó y por la cual entregó su vida.
Padre nuestro, que estás en los cielos. Santificado sea el tu nombre. Venga a nosotros tu reino. Hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo. El pan nuestro de cada día dánosle hoy; y perdónanos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos dejes caer en la tentación. Más líbranos del mal. Amén.
Dale Señor el descanso eterno y brille para su alma la luz que no tiene fin.
Que el alma de Don Juan Manuel de Rosas y las almas de todos los fieles difuntos por la misericordia de Dios, descansen en paz y que la bendición de Dios Todopoderoso, del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo descienda sobre todos los aquí presentes y sobre todo el Pueblo de nuestra Patria”.



jueves, 29 de junio de 2023

XXIII CONGRESO DE HISTORIA DE CORRIENTES: "CAÁ GUASÚ, LA VICTORIA ESTÉRIL" por el Prof. Julio R. Otaño

 Ponencia en el XXIII CONGRESO DE HISTORIA DE LA PROVINCIA DE CORRIENTES; DR. Julio R. Otaño. "CAÁ GUASÚ LA VICTORIA ESTÉRIL"



martes, 27 de junio de 2023

El “tormento” de Urquiza por la traición a Rosas: "Temo ser muerto con el mismo cuchillo"

por Virginia Iceta
Luego de derrotarlo en Caseros, el entrerriano se arrepintió de su accionar. "Toda mi vida me atormentará constantemente el recuerdo del inaudito crimen que cometí al cooperar a la caída del General Rosas. Temo siempre ser medido con la misma vara; y muerto con el mismo cuchillo, por los mismos que por mis esfuerzos, y gravísimos errores, he colocado en el poder” Carta de Urquiza a Rosas.
El primer arrepentido de la traición en Caseros fue el mismo Justo José de Urquiza. Luego de la batalla que acabaría con la vida política de Rosas y el pronunciamiento mediante el cual Urquiza impulsó su renuncia, Rosas se exilió en Inglaterra, despojado de sus bienes y de su honor. El “restaurador” pasó el resto de su vida en Southampton, Inglaterra, hasta su fallecimiento en 1877.
En el exilio y en ausencia Rosas fue acusado de rebelde y de traidor a la Patria, cargos por los que se le condenó a muerte. Inglaterra nunca aceptó su extradición, pero Rosas nunca más pudo regresar a su país. Por eso es que reclamó por la devolución de sus bienes a través de cartas enviadas a amigos como Josefa Gómez, Roxas y Patrón y hasta al mismo Urquiza. Atendiendo al pedido, Urquiza encargó la resolución del caso a una comisión constituida con personalidades de la política y algunos antiguos ex aliados de Rosas; quienes luego de analizar el reclamo resolvieron su devolución. Urquiza entonces firmó la orden para la restitución a favor del albacea de Rosas, su amigo Federico Terrero quien llegó a vender la Estancia San Martín, que pertenecía al otrora gobernador. Pero con lo recaudado Rosas sólo pudo llegar a establecerse en Southampton y pagar sus deudas.
Para ese entonces Urquiza reconoce su error: dice haber sido víctima del vapuleo político por parte de las fuerzas con las que se alió en contra de Rosas. Meses después de Caseros le confesaría al representante británico Gore, en ocasión del Acuerdo de San Nicolás: “Hay un solo hombre para gobernar la Nación Argentina, y es Don Juan Manuel de Rosas. Yo estoy preparado para rogarle que vuelva aquí”.
Pero antes de que esa promesa se haga realidad y que la devolución de los bienes se haga efectiva se produce la revolución de Buenos Aires del 11 de Septiembre de 1852, y Valentín Alsina es elegido gobernador. Este vuelve atrás todas las decisiones tomadas por su antecesor Urquiza, dejando sin efectos la restitución ordenada. El 29 de julio de 1857 Alsina declara a los bienes de Rosas de orden público. Algunas propiedades son subastadas y otras quedan para el Estado, como su estancia Palermo (ubicada en el hoy parque 3 de Febrero, que irónicamente lleva la fecha de la batalla de Caseros).
La correspondencia entre Rosas y Urquiza se convierte en fluida. En todas ellas el entreriano destaca la figura de su ex adversario, como en su carta del 24 de Agosto de 1858:
Buenos sentimientos le guardan los mismos que contribuyeron a su caída, no olvidan la consideración que se debe al que ha hecho tan gran figura en el país y a los servicios muy altos que le debe y que soy el primero en reconocer”. Asimismo, en otras dos cartas enviadas entre el fin de aquel año y principios del siguiente, se queja de la situación de sus bienes por “las injustas y violentas medidas tomadas contra sus propiedades y las de sus hijos, por el Gobierno Irregular de Buenos Aires”. También lamenta que nada pueda hacer al respecto, y le dice que “debe confiarse en que cuando los sentimientos de verdadero nacionalismo prevalezcan sobre las pasiones de círculo que agitan hoy a los que gobiernan a Buenos Aires, los actos que han ofendido los derechos de usted serán corregidos como los demás errores de autoridades reaccionarias. Lamenta además que “ese círculo perverso que se ha apoderado del gobierno de la provincia de Buenos Aires y que la ha hecho teatro de toda violencia, de todo desorden y de toda persecución”.
Urquiza se compromete a enviarle anualmente y mientras pueda 1.000 libras para su socorro. Si bien él mismo fue la razón de su caída, no olvida la consideración que “se le debe en razón del servicio que hizo en defensa de los derechos de soberanía e independencia nacional”. Rosas nunca deja de agradecer este reconocimiento, además de su ayuda económica. En los últimos años, hasta se convierte en su consejero.  La ayuda no fue anual....fué sólo en una ocasión.

viernes, 23 de junio de 2023

XXIII CONGRESO DE HISTORIA DE LA PROVINCIA DE CORRIENTES

 El teatro Cervantes, de Mercedes –con capacidad para 400 asistentes– fue el epicentro que convocó a investigadores, docentes, alumnos e integrantes de distintas instituciones académicas para la 23ª edición del Congreso de Historia de la Provincia. "Este es un congreso único, en otras provincias no se produce con estas mismas características", destacó Dardo Ramírez Braschi, historiador y secretario de la Junta de Historia.    Se expusieron 42 investigaciones, y fueron seguidas en una "modalidad híbrida: presencial para quienes acudieron al teatro Cervantes, de Mercedes, pero también virtual, a través de la red social de Facebook de la Junta de Historia de Corrientes. Todas las ponencias luego quedarán disponibles también en el canal de YouTube", detalló Ramírez Braschi, en tanto que destacó la adhesión del Ministerio de Educación de la Provincia al evento, también las adhesiones de las Cámaras de Diputados y Senadores de la Provincia, del Instituto de Cultura y de Moglia Ediciones, la firma editorial que publica el compendio de los trabajos presentados en cada congreso. También adhirio la Academia Nacional de la Historia y los Municipios de Mercedes Corrientes y de Gral San Martín Provincia de Buenos Aires.  En representación del Instituto Nacional de Investigaciones Históricas Juan Manuel de Rosas, del Instituto Juan Manuel de Rosas de Gral. San Martín y del Municipio homónimo, el Dr. Julio R. Otaño se refirió a "Caá Guasú: la victoria estéril"








miércoles, 7 de junio de 2023

Rosas y los afrodescendientes; Eusebio y Biguá

Por el Prof. Jbismarck

Los africanos esclavos y sus descendientes eran considerados “Cosas”.  Estos negros esclavos fueron parte también de la influencia cultural y musical; allá por mediados del 1800, llegaban a ser casi el 35% de la población porteña. Contaban con el aprecio del Jefe de la Confederación Argentina, Brigadier General Juan Manuel de Rosas y fue la época donde los negros tuvieron la mayor participación e influencia en la sociedad porteña a la par de una utilización política, claro. Ya para el 1839 Rosas abolió la trata de esclavos y en el 1853 quedó plasmada en la Constitución Nacional.  Los negros tenían un baile muy sensual, bailaban al ritmo de candombe y milonga. Muchas veces esos bailes fueron censurados, prohibidos y aislados a lugares cerrados. Humildes ranchos, de paja con pisos de tierra alisados y arenados para el baile. Se agrupaban en sociedades que llamaban naciones y tenían su rey y su reina que se sentaban durante la tertulia en un trono y tenían lugar para visitas importantes, como lo fue Rosas muchas veces (el pintor Martín Boneo lo representa muy bien en su obra: Candombe Federal, 1836) o su hija Manuelita.  A partir de 1829, y por un lapso de poco más de dos décadas, Juan Manuel de Rosas habría de convertirse en la principal figura política de la región del Plata. Como gobernador de Buenos Aires y líder de la Confederación, Rosas se convirtió en una de las grandes figuras de la política Americana.  Brindó también un ambiente para las prácticas de origen africano que aún persistían, en el marco de las llamadas “naciones africanas”, como medios de preservación del acervo cultural. Este nuevo papel les dio a los afroargentinos un rol social protagónico que ellos habían carecido reducidos a la más inhumana esclavitud.   Asimismo, los bailes o candombes, constituyeron grandes manifestaciones festivas que pasaron a ser oficializadas desde el gobierno.

La fiesta, en la cual la danza ritual ejercía un rol fundamental, constituía para la población negra un medio esencial para la interacción de sus miembros.  Para el historiador unitario Vicente Fidel López, quien fuera testigo de aquellas manifestaciones: «Los domingos y días de fiesta ejecutaban sus bailes salvajes hombres y mujeres, la ronda, cantando sus refranes en sus propias lenguas al compás de tamboriles y bombos grotescos».   Rosas captó el apoyo de ellos y garantizaría la obtención de ciertas concesiones mediante un trato, muchas veces, particular e individualizado que mantuviera Rosas para con ellos, quienes adquirían un protagonismo inusitado en la política que lo diferenciaba de la situación social de antes.   Los carnavales de Rosas representaban para los intelectuales la barbarie y la antítesis a la “civilización y modernidad” que se buscaba para la sociedad argentina. Por ejemplo, en 1907 (casi 60 años después de la caída de Rosas) Ramos Mejía escribía en forma de recuerdo:  El carnaval de Rosas, como se le ha llamado después, era la institución popular por excelencia […] Como actores de la infernal orgía, tomaba parte principal todo lo que el pueblo tenía de menos pacífico […] Los candombes empezaban a fermentar con la alegría gritona y agitante de los negros en libertad […] Porque la fauna séptica se insinuaba en el alma de todos, despertando aquellos apetitos que el voluptuoso presentimiento del manoseo de las niñas y señoras movilizaba de un modo brutal. […] Las casas de familia percibían en la agitada alegría de la servidumbre las promesas que aquellos días de enajenación ofrecerían.  El liberal Ramos Mejía define al negro como un animal que produce ritmos gruñidos, y por otro lado un hombre inferior que trae desde su tierra africana sus reyes.   Rosas reconocó oficiales de esa ascendencia étnica en puestos claves en el manejo de tropa. Recurrió a los negros para engrosar tanto las tropas regulares como las milicias.  Tenían posibilidades de ascenso los miembros de la comunidad negra, no limitándolos al mero desempeño en la tropa. Algunos testimonios como Manuel Macedonio Barbarín, quien se iniciara como capitán de milicia hacia 1810 y alcanzó el grado en 1833 de teniente coronel o el caso de Domingo Sosa, demuestra una fructífera carrera militar que se inició en tiempo de la reconquista frente a los ingleses y que continuó aún después de la caída de Rosas, quien lo había nombrado coronel.  Rosas era caracterizado como bárbaro y loco. Por un lado, su desinterés en todo lo que fuera europeo, básicamente francés, y su elección de modelos españoles era considerado por los unitarios como rasgo de barbarie. Se lo retrataba como un señor feudal rodeado de una corte en la cual no podían faltar bufones y locos como Biguá y Eusebio de la Santa Federación (Negros ambos). 

  
El  bufón es comúnmente llamado “anormal”, “insensato”, “inepto” o simplemente “demente”, fuera de la razón. El bufón aparece marcado por el signo negativo de estar fuera del espacio social organizado. Surge como un ser al margen, imagen de lo diferente al modelo normal, que sería la civilización. Y a quienes Rosas usaba (obviamente en la versión unitaria)  como seres infrahumanos con los cuales se divertía y utilizaba para mofarse de diplomáticos, generales, sacerdotes, etc. De hecho, Rosas se entretenía motejando a su bufón Eusebio con títulos de grandeza disparatada: “Gran Mariscal de la América de Buenos Aires, Vencedor de Ayacucho, Conde de Martín García, Señor de las Islas Malvinas, etc.”, de los que el bufón, encarnación del negro infantilizado, se enorgullecía.  También lo vestía con casco de oro, penacho llorón color punzó en el que están grabadas las armas de la Patria con sus laureles juramentados. Capa de paño pardo con cuello y vueltas de terciopelo punzó. Usa uniforme redondo de paño azul con vivos punzo es. Pantalón de paño azul con franjas de galón de oro. Chaleco de merino punzó, galoneado de oro.  Cuentan las crónicas de la época que Eusebio se había identificado con Rosas, hasta el punto de adivinar en una mirada las personas que le eran antipáticas. A los visitantes de Palermo, mientras esperaban al Restaurador se les solía aparecer primero don Eusebio vestido de gala: “Aquí me manda mi padre Juan Manuel a que se le haga sociedad. Y aunque el bufón insistiera en sus insolencias, la víctima se cuidaba de contestar, temerosa de que Rosas estuviera espiando desde algún escondite. Todo el mundo vivía entonces con la sensación de la mirada ubicua del tirano invisible”.   En una litografía titulada El Negro Biguá, de autoría anónima y fechada en 1845, se representa a un muchacho negro o mulato, vestido con ropas andrajosas, descalzo, que bien podría vincularse con un esclavo o un liberto. Lo más inquietante resulta su cuerpo contorsionado, sus piernas entrelazadas en una pose casi imposible de mantenerlo en pie, con su brazo derecho en alto sosteniendo un billete en el que se lee: un peso, viva la santa federación. En el suelo yacen un sombrero y una escoba pequeña, a la manera de atributos que permitirían identificarlo.  José Mármol en Amalia no solo se ocupa de los aspectos físicos del bufón, sino que agrega el condimento de la degeneración y la estupidez “Rosas quedó cara a cara con un mulato de baja estatura, gordo, ancho de espaldas, de cabeza enorme, frente plana y estrecha, carrillos carnudos, nariz corta y en cuyo conjunto de facciones informes estaban pintadas la degeneración de la inteligencia humana y el sello de la imbecilidad”     El candombe, baile por antonomasia de los negros, tuvo su apogeo en la época rosista y se mantuvo en alza hasta su final, tras la batalla de Caseros, en 1852.  Existen varias menciones del apogeo de los bailes de negros en el período. “El pueblo bajo, compuesto en buena parte por negros y mulatos, está conforme con Rosas como lo estuvo en la Roma de los césares con Claudio, con Nerón o con Calígula”, expresó Sarmiento, uno de sus más acérrimos críticos, también señaló la importancia de esa relación: “Rosas se formó una opinión pública, un pueblo adicto en la población negra de Buenos Aires, y confió a su hija, doña Manuelita, esta parte de su gobierno. La influencia de las negras para con ellas, su favor para con el Gobierno, han sido siempre sin límites.  Rosas, pragmático y hábil, entendió desde temprano la conveniencia de movilizar a un sector numéricamente importante, los negros, y para ello contó con la ayuda de su influyente esposa, Encarnación Ezcurra, quien organizó candombes por cuenta propia, por más que su marido la alentara, según lo atestigua una carta. En ésta Rosas le escribe: “Ya has visto lo que vale la amistad de los pobres, y por ello cuanto importa el sostenerla y no perder medios para atraer y cultivar sus voluntades. No cortes, pues, su correspondencia. Escríbeles frecuentemente, mándales cualquier regalo sin que te duela gastar en esto. Digo lo mismo respecto de las madres y mujeres de los pardos y morenos que son fieles”.  Como se ve, el matrimonio en el poder y su hija, Manuelita, tendieron un lazo muy fuerte con la colectividad negra de la ciudad de Buenos Aires y esa relación quedó reflejada en los candombes.  En genuinos actos de provocación, Manuelita bailaba con hombres negros suscitando el escándalo entre las filas unitarias, como se plasma en la siguiente observación: “Y hela ahí danzando cuatro o seis horas con ebrios, con asesinos y hasta con negros una vez. Danzando no los bailes de la sociedad culta, porque eran unitarios, sino los bailes de la plebe, con todos esos movimientos repugnantes y lascivos que llaman «gracia»”(José Marmol). No obstante, haber recibido críticas y quejas abiertas por eso, don Juan Manuel hizo oídos sordos. Por otra parte, tuvo varios defensores: en 1843, un partidario expresó en el diario oficialista La Gaceta: “El general Rosas aprecia tanto a los mulatos y morenos que no tiene inconveniente en sentarlos en su mesa y comer con ellos…” Los candombes, según sus adversarios, mostraban la parafernalia del régimen rosista y probaban su demonización. En éstos los negros sacaban a relucir las insignias federales rojas, la divisa punzó.  Rosas las movilizó en 1836 con motivo de la celebración de un nuevo aniversario de la Revolución de Mayo, en la actual plaza homónima. Más de 16.000 negros participaron del acto, según registran las fuentes. Juan Manuel, Encarnación y Manuelita presidieron el candombe, desde su posición de reyes, acompañando a los jefes de cada uno de las naciones.  Por lo general, cada nación bailó candombe en su propia sede, ya sea en dos hileras o en ronda común. Además de las ocasiones señaladas, en Navidad y Año Nuevo, se congregaban alrededor del Restaurador y éste les devolvía el gesto.  En Nochebuena estallaba la algarabía. La fiesta consistía en comer, beber, cantar y, también, hacer candombe. Rosas se fundía entre la multitud, aunque al comienzo se presentaba vestido con uniforme y revistaba las filas de alegres bailarines. Además del candombe, los negros gozaron de otras ventajas tangibles. Por ejemplo, en 1839 se abolió el tráfico de esclavos y fueron frecuentes donativos a las sociedades africanas de ayuda mutua. La buena relación entre Rosas y sus adeptos negros también se mostró en el servicio de las armas; si bien el servicio militar más de las veces no era voluntario y el tiempo de conscripción se hizo muy prolongado (10 a 15 años), los hombres de color respondieron de buen modo al llamado en defensa de la Federación. Como en épocas pasadas, también Rosas contó con batallones formados exclusivamente por negros: la Guardia Argentina y el Batallón Restaurador.  Rosas y los afrodescendientes quedaron (para los unitarios y liberales) asociados con lo feo y por ello los críticos del régimen atacaron a la esposa del Restaurador apodándola “mulata Toribia”.   El año 1852 quedó registrado como una bisagra y el inicio de una buena época para todos a los que el odio antirrosista había aglutinado en el pasado; los exiliados durante las dos décadas previas eran numerosos. Una vez caído Rosas, tras la derrota en Caseros, muchos volvieron y se dispusieron a construir un país cuyo modelo mirara a Europa, pero no a la tradición hispánica, ni mucho menos a la indígena o africana. Así comenzó su exterminio y cuasi desaparición…

Bibliografía

Arsene Jean “Los Bufones de Rosas”

Lanuza José Luis “Morenada”

Lynch John “Juan Manuel de Rosas”

Marmol José, “Amalia”

Ramos Mejía, José María “Rosas y su tiempo”


viernes, 2 de junio de 2023

Banderín del Regimiento Highlander: trofeo de Guerra ubicado en el cabildo de Bs As

 El Regimiento N.º 71 Highlanders fue un regimiento de las Tierras Altas de Escocia que sirvió en el Ejército Británico entre 1758 y 1881.  En 1801 el teniente coronel Denis Pack asumió el mando del regimiento y en 1802 se sumó el remanente del regimiento que había permanecido en la India.  En la tarde del 6 de enero 1806  la compañía de cazadores del 71 desembarcó en Sudáfrica (colonia Holandesa) Tras enfrentar el fuego del centro holandés y de su artillería, ligera pero eficaz, la brigada cargó a bayoneta calada y rompió la línea enemiga que inició la retirada. Tras la caída de Ciudad del Cabo, ahora al mando de Beresford, la brigada de highlanders continuó el avance sobre los holandeses hasta obtener la rendición el 18 de enero de 1806. Durante la campaña el 71.º tuvo 6 muertos y 73 heridos.  Finalizada la ocupación, controlado el territorio y despejadas las principales amenazas de contrataques de la flota francesa, Popham convenció al flamante gobernador Baird de proporcionarle tropas para operar contra el Virreinato del Río de la Plata. Baird puso al frente del cuerpo expedicionario al coronel William Carr Beresford. El 71.º constituía el núcleo de la fuerza británica que partió el 14 de abril y tras ser reforzada en Santa Elena el día 24 de junio la flota británica anclaba frente a las costas de Quilmes (Buenos Aires). Cerca de 1600 hombres desembarcaron ese día sin oposición. Al siguiente día, tras un breve combate en Quilmes, los británicos se pusieron en marcha y vencida la débil resistencia en el Puente de Gálvez se adueñaron de la ciudad.  




Al enterarse de la reunión en el actual partido de General San Martín de tropas de resistencia al mando de Juan Martín de Pueyrredón, en la medianoche del 31 de julio al 1 de agosto Beresford al mando de unos 600 hombres del 71.º y seis piezas de artillería volante marchó contra las fuerzas de Pueyrredón. En la mañana del 1 de agosto de 1806 en la acción de Perdriel los británicos se alzaron con la victoria sobre las milicias de la campaña bonaerense aunque una carga de caballería liderada por Pueyrredón estuvo a punto de acabar con el cuerpo de oficiales incluidos Beresford y Pack.  Producido el desembarco de las fuerzas de Santiago de Liniers el 10 de agosto las avanzadas del 71.º fueron sorprendidas y Beresford replegó sus tropas sobre la Plaza Mayor de la ciudad. El 12 de agosto se produjo el asalto. Superadas las posiciones avanzadas el 71.º formó en la Recova mientras el resto de las tropas se refugiaban en el Fuerte de Buenos Aires, para luego hacer lo propio. Tras la capitulación de esa misma tarde, el 71.º había perdido sus banderas y sufrido en la campaña 93 bajas entre muertos y heridos.  Los sobrevivientes permanecieron prisioneros hasta que tras el fracaso de la Segunda invasión inglesa al Río de la Plata en 1807 y la capitulación de John Whitelocke fueron liberados, aunque algunos (especialmente irlandeses) desertaron y permanecieron en el Virreinato del Río de la Plata-  Un guion o banderín de guía del Regimiento n.º 71 Highlanders se exhibe en la Sala Invasiones Inglesas del Museo Histórico Nacional del Cabildo y de la Revolución de Mayo ubicado en el cabildo de Buenos Aires.​ Fue obtenido por Juan Martín de Pueyrredón el 12 de agosto de 1806 y entregado por él al cabildo de Buenos Aires el 23 de agosto de 1806.  En este estado, pidió permiso para entrar D. Juan Martín de Pueyrredón, y habiéndosele concedido, expuso: Que el día de la Reconquista tuvo la suerte de quitar a un oficial inglés, una guía o estandarte del Regimiento prisionero Nº 71, a tiempo que trataba de ocultarlo, y que ahora tenía el honor de presentarlo como buen patriota a este Ilustre Cabildo, para que se conservase en su archivo por monumento eterno de las glorias que adquirió la Patria en la famosa acción del día doce de Agosto; y habiéndolo puesto en manos del Sr. Alcalde primer voto, se le dieron las gracias en términos los más expresivos por tan importante y distinguido servicio (...) Acta del cabildo de Buenos Aires del 23 de agosto de 1806. El guion fue enviado por el cabildo a la catedral metropolitana de Buenos Aires, en la cual permaneció hasta su traslado de regreso al cabildo.

jueves, 1 de junio de 2023

Independencias

Por David Acuña

Independencia y Patria Chica:  A lo largo de trescientos años, el Imperio español conformará una sociedad colonial mestiza sobre lo que alguna vez habían sido las grandes extensiones del Tawantinsuyu Inca.  Hacia fines de 1815 y 1816, el otrora Virreinato del Río de la Plata se encontraba fragmentado en varias unidades políticas. La Banda Oriental era un punto de tensión constante entre la Liga de los Pueblos Libres, el gobierno de Buenos Aires y el Imperio Portugués. El Paraguay se mantenía autónomo y cerrado sobre sí mismo. Y, el Alto Perú era un frente de batalla constante entre las fuerzas absolutistas de Lima y las montoneras gauchas de Güemes.  Las únicas provincias que terminan participando del Congreso de 1816 son Buenos Aires, San Luis, Catamarca, La Rioja, Mendoza, San Juan, Charcas, Chinchas, Mizque, Santiago del Estero, Salta, Córdoba y Tucumán. Las restantes, alineadas bajo el mando de Artigas, ya habían declarado su independencia un año antes en el paraje de Arroyo de la China.


Ambos Congresos, deben ser vistos como hitos de un proceso emancipador que se realiza bajo el auspicio de una identidad popular americana y no como el surgimiento de una nacionalidad específica. San Martín lo expresará claramente al declararse como un hombre del “partido americano” y Belgrano lo dejará de manifiesto al proponer la organización política bajo una monarquía constitucional con un heredero de los incas.   Nuestra identidad mestiza, americana y popular, termina siendo negada por el Estado Nacional surgido luego de la derrota del federalismo, la destrucción del Paraguay y el sometimiento de la Patagonia y el Gran Chaco. El relato oficial de una argentinidad blanca bajada de los barcos y granero del mundo será mucho más acorde con las pretensiones materiales de una oligarquía agraria que le daba la espalda al ideal sanmartiniano de unidad continental, conformando así, una patria chica para pocos.   La historia enseña que no hay posibilidad de cambios profundos sin el protagonismo popular que les dé sustento. Bolívar y San Martín utilizaron los Andes como columna vertebral de un proyecto de emancipación y unidad continental. Sus tropas estuvieron conformadas por hombres y mujeres que mayoritariamente provenían de los sectores populares.   Más de un siglo después, la patria chica oligárquica aliada al capital extranjero se derrumba ante la impronta obrera del 17 de octubre de 1945. El peronismo, expresión radicalizada de la Revolución de 1943, surgía expresando la contradicción fundamental de liberación o dependencia sintetizándola en la consigna “Braden o Perón”.  Dos años después, el 9 de julio de 1947, el presidente Juan Domingo Perón declaraba desde Tucumán la Independencia Económica como única garantía de poder avanzar en mayores niveles de justicia social y profundización democrática. Y, a la par que se le da respuesta en el plano interno a las centenarias ansias de libertad de un pueblo oprimido, se rescata a la Nación de la intromisión política anglosajona volviendo cara a la Patria Grande propiciando el ABC y la Tercera Posición.
El Fondo Monetario Internacional surge como uno de los resultados de los Acuerdos de Bretton Woods (1944) llevado a adelante por las potencias victoriosas de la Segunda Guerra Mundial. La Argentina se integra al mismo el 20 de septiembre de 1956 luego que un golpe militar derrocara al gobierno democrático de Perón.
Desde la intromisión económica del FMI ha provocado no solo la recolonización del país por parte de la anglósfera Washington-Londres, sino el empobrecimiento sistemático del pueblo, la concentración de la riqueza en pocas manos y la extranjerización del aparato productivo. Ergo, venimos perdiendo cada vez mayores niveles de soberanía.  Sin embargo, lo más triste no es lo que vivimos en el plano económico, sino lo que se experimenta en el plano político. En la Argentina del 2023, ninguna de las opciones electorales con posibilidad de llegar a conducir el gobierno para el año que viene cuestionan las recetas fondomonetaristas y aceptan sin beneficio de inventario la deuda contraída por Macri y convalidada por los Fernández. La trágica experiencia menemista de los 90 vuelve como farsa pujando por una mega-devaluación más allá del resultado de las urnas.  Al igual que ayer la disyuntiva de la Argentina sigue sintetizándose en liberación o dependencia, pueblo u oligarquía, patria o colonia… patria o FMI. En la medida que el pueblo organizado no vuelva a tomar las riendas de su propia emancipación, será nuestro derrotero ir cambiando de collar sin dejar de ser perros.