Rosas

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miércoles, 30 de junio de 2010

Alfonsina Storni (1892-1938)

por el prof. Jbismarck
Capriasca, Suiza, 1892 - Mar del Plata, Argentina, 1938) Poetisa argentina de origen suizo. Alfonsina Storni pasó a ocupar un lugar destacado en el panorama literario hispanoamericano por la fuerza con que aparece en sus versos la afirmación de una mirada femenina sobre el mundo. Junto a la chilena Gabriela Mistral y la uruguaya Juana de Ibarbourou, contemporáneas suyas, conformó la primera avanzadilla en la lucha de las mujeres por ocupar lugares de reconocimiento en los espacios de la literatura de América.
A los cuatro años se trasladó con sus padres a Argentina, y residió en Santa Fe, Rosario y Buenos Aires. Se graduó como maestra, ejerció en la ciudad de Rosario y allí publicó poemas en las revistas Mundo Rosarino y Monos y Monadas. Se trasladó luego a Buenos Aires y fue docente en el Teatro Infantil Lavardén y en la Escuela Normal de Lenguas Vivas.    En 1917 fue nombrada maestra directora del internado de Marcos Paz. Por esa época comenzó Alfonsina Storni a frecuentar los círculos literarios y dictó conferencias en Buenos Aires y Montevideo; colaboró en las publicaciones Caras y Caretas, Nosotros, Atlántida, La Nota y en el periódico La Nación. Compartió además la vida artística y cultural del grupo Anaconda con Horacio Quiroga y Enrique Amorín y obtuvo varios premios literarios.
En la década de 1930 viajó a Europa y participó de las reuniones del grupo Signos,  En 1938 participó en el homenaje que la Universidad de Montevideo brindó a las tres grandes poetisas de América: Víctima de una enfermedad terminal, el 25 de octubre de ese mismo año decidió suicidarse en Mar del Plata.
Alfonsina Storni fue la primera mujer reconocida entre los mayores escritores de aquel tiempo. Su trayectoria literaria evolucionó desde el romanticismo hacia el intimismo sintomático del modernismo crepuscular para desembocar en la vanguardia. El rasgo más característico de su producción fue un feminismo combativo en la línea que se observa en el poema Tú me quieres blanca, el cual se halla motivado por las relaciones problemáticas con el hombre, decisivas en la vida de la poetisa.    Alfonsina dejó como poema postumo aquel que escribió el jueves 20 de octubre de 1938 y que se publicó en el suplemento literario de La Nación. El adiós literario revela que la muerte ya no representaba para ella algo trágico o una sombra amenazadora. De algún modo y dadas las circunstancias, poner fin a la vida tenía algo de amabilidad: los dolores de los últimos tiempos eran estremecedores, y aunque durante esos días escribió pausadamente en su cuaderno. Alfonsina necesitaba alcanzar la paz. El sábado 22 depositó personalmente su último soneto en el correo, con destino a La Nación y, a la mañana siguiente le pidió a su mucama, cuando partía para la misa dominical, que "rogara por ella durante sus oraciones" Sufriendo dolores insoportables, el lunes 24 una madre que se sentía “hermana" de su hijo dictó a Celinda su última carta:
Carta de Alfonsina a su hijo Alejandro Alfonso, de 26 años
No te escribo yo, porque me siento un poco cansada. Hago escribir a la mucamita. Suéñame que me hace falta. Te escribo tan solo para que veas que te quiero.
Te besa cariñosamente tu hermana : Alfonsina Storni
El 25 de octubre consumó su última búsqueda, lanzándose al agua desde el espigón de La Perla.
VOY A DORMIR
Dientes de flores, cofia de rocío,
manos de hierbas, tú, nodriza fina,
tenme prestas las sábanas terrosas
y el edredón de musgos escardados.
Voy a dormir, nodriza mía, acuéstame.
Ponme una lámpara a la cabecera;
una constelación; la que te guste;
todas son buenas; bájala un poquito.
Déjame sola: oyes romper los brotes...
te acuna un pie celeste desde arriba
y un pájaro te traza unos compases
para que olvides... Gracias. Ah, un encargo:
si él llama nuevamente por teléfono
le dices que no insista, que he salido...
Pero había antecedentes. En una carta al critico literario Julio Cejador y Frauca, un erudito del idioma con quien cultivó un especial amistad, Alfonsina, daba un elocuente mensaje su crisis con el mundo que le había tocado en suerte nacida en Suiza, maestra y poetisa en Buenos Aires "madre soltera':
Carta de Alfonsina Storni a Julio Cejador y Frauca
[...] sufro achaques de desconfianza hacia mí misma. De pronto la fiebre me posee y lo olvido todo: en esos momentos produzco, publico. Y el círculo de estos hechos se prolonga sin variantes sobre la misma espiral [...] ¡Es que a las mujeres nos cuesta tanto esto! ¡Nos cuesta tanto la vida! Nuestra exagerada sensibilidad, el mundo complicado que nos envuelve, la desconfianza sistematizada del ambiente, aquella terrible y permanente presencia del sexo en toda cosa que la mujer hace para el público, todo contribuye a aplastarnos. logramos sostenernos en pie es gracias a una serie de razonamientos con que cortamos las malas redes que buscan envolvemos; así, pues a tajo limpio nos sostenemos en lucha. “Es una cínica”, dice un°- “Es una histérica”, dice otro. Alguna voz aislada dice quedamente: es una heroína”. En fin, todo esto es el siglo nuestro, llamado el siglo de la mujer,
Y en 1919 el titulo de uno de sus libros ofrecía pistas inocultables.
Pudiera ser Autor: Alfonsina Storni
Pudiera ser que todo lo que en verso he sentido
no fuera más que aquello que nunca pudo ser,
no fuera más que algo vedado y reprimido
de familia en familia, de mujer en mujer.
Dicen que en los solares de mi gente, medido
estaba todo aquello que se debía hacer...
Dicen que silenciosas las mujeres han sido
de mi casa materna... Ah, bien pudiera ser...
A veces en mi madre apuntaron antojos
de liberarse, pero, se le subió a los ojos
una honda amargura, y en la sombra lloró.
Y todo esto mordiente, vencido, mutilado,
todo esto que se hallaba en su alma encerrado, pienso que sin quererlo lo he libertado yo.

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