Rosas

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viernes, 9 de septiembre de 2011

A Don Juan Manuel.....

POR EL DR. ARTURO PELLET LASTRA
En la mañana del frío invierno del sur de Inglaterra del 14 de marzo de 1877, hace nada más ni nada menos que 133 años y en la austera habitación del "cottage" o chalet rural de techo de paja en que vivía a tres millas léase 5 kilómetros del "Down town" o centro urbano del puerto de Southampton, se extinguía quien en vida había sido el mas notable caudillo en la America del sur del siglo XIX.
Nuestro Don Juan Manuel de Rosas llevaba ya un cuarto de siglo exiliado entre quienes habían sido sus adversarios en algunas de las mas notables contiendas que después de la guerra de la independencia se libraron en territorio americano contra nada menos que las mas importante potencias coloniales de aquella época: El Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda y el reino de Francia. Había contraído una neumonía, que lo condujo rápidamente a un final que esperaba tranquilo, limpia su conciencia, seguro su andar y su galopar hasta pocos días antes entre los caballos y potrillos que poblaran su campo, también ocupado por las plantaciones típicas de granja que justificaban el renombre que tenia en la región su propiedad,"Burgess farm". En la cabecera de su último habitáculo terrestre estaba Manuelita, la estrella federal,
que iluminó las mejores fiestas de la confederación,su médico John Wibbling, sus nietos, y también algunos de sus peones. Como en cada una de las otras etapas de su vida, esa gente humilde, con la que hablaba en un fluido inglés con acento, eran los mismos que cada mañana recibirán sus precisas instrucciones para la tarea que les había encomendado, luego de lo cual volvía al galope a la casa principal. A veces desmontaba aquí y allá, para terminar con sus manos alguna labor que no se había hecho tal como lo había encargado…Pero lamentablemente, según el "establishment"
argentino y en especial el porteño de la época, nuestro Don Juan Manuel seguía a 13
mil kilómetros de distancia un tabú, un maldito, el "tirano prófugo" que había tenido
que derrocar para cubrir paso a un supuesto progreso y a una pretendida organización
nacional. Era un "maldito" al que había que omitir, silenciar en los libros de historia, discursos oficiales, diarios, periódicos, textos y fiestas escolares e incluso hasta en las reuniones familiares. Es que con la caída de nuestro prócer en Caseros, comenzó una tarea o mejor dicho faena de desarticulación y demolición de la identidad del ser nacional y de mistificación de fechas, nombres y eventos históricos de todo tipo. Y esto ocurría a pesar de que el mismísimo jefe federal,y por cierto renegado rosista Justo José de Urquiza, le escribía a don Juan Manuel en carta que obra en el Archivo General de la Nación, en diciembre de 1858, "… considero injustas
y violentas las medidas tomadas contra sus propiedades por el gobierno irregular de Buenos Aires… Deben reconocerse sus servicios, cuya glorias nadie puede arrebatarle y esos servicios son los que se refieren a la energía con que siempre sostuvo los derechos de la soberanía e independencia nacional"… A más de un siglo de su muerte, es indiscutible que las ideas de Don Juan Manuel de Rosas no iban contra la organización del Estado Nacional. Tal como decía Rosas en carta a Estanislao López en 1834, "…Entre nosotros nada ha podido adquirir consistencia por medio de congresos. En las diferentes veces que se han reunido, lejos de mejorar la suerte del país, han servido para amontonar combustible para mayores incendios… Los congresos no deben ser el principio, sino la consecuencia y último resultado de la organización general" Y agregaba "O sea primero se organiza en cada provincia en Estado de derecho, se establece un sistema de convivencia pacifica entre ellas y luego como consecuencia de este proceso, se constituye definitivamente el Estado nacional…".
En fin, nunca como en esos años de la Confederación, las provincias estuvieron gobernadas por tantos líderes natos del pueblo, tal como lo eran los caudillos federales que convivieron -con su poder local- con el poder nacional que ejercía Rosas. Ellos sabían qué quería el pueblo, lo sabían interpretar y actuaban con rudeza, si, pero más que nada con paternal certeza del acierto de su mando. Y aceptaban a la vez el liderazgo natural del caudillo de los caudillos, tal como era don Juan Manuel. Esto fue así en los veinte años que van del pacto federal de 1831 al amañado pronunciamiento del 1 º de mayo de 1851, día en que Urquiza abandono la
Confederación para aliarse con los enemigos de la Argentina, el Imperio de Brasil y los gobernantes del partido colorado instalado en Montevideo.
Por eso debemos rememorar con orgullo esa forja del nacionalismo decimonónico, consolidado por hombres de la talla de Facundo Quiroga,Estanislo López, Felipe
Ibarra, el fraile Aldao y tantos otros caudillos de la Federación, que alzaron la
divisa punzó y llevaron adelante sus caballerías, pletoricas de estrellas federales y
vidalas argentinas, unas y otras virtuales legados del Restaurador y sus camaradas
de aquellos años. Pero al levantar nuestras divisas punzo y exaltar los valores propios que lamentablemente vemos desdibujados por algunos de los gobernantes que nos ha tocado padecer,debemos remarcar que lo que hace a una Nación no es solo la comunidad de lengua, sangre,religión y cultura, sino y fundamentalmente el destino común que debemos proyectar con nuestros ideales y la identidad nacional que debemos exhibir hacia el exterior
Arturo Pellet Lastra: *DOCTOR EN DERECHO Y CIENCIAS SOCIALES. SE HAN PUBLICADO 15 LIBROS DE SU AUTORÍA Y ES CO-AUTOR DE OTROS 7, LA MAYORÍA DEDICADOS A LAS CIENCIAS
POLÍTICAS Y AL DERECHO CONSTITUCIONAL. HA SIDO PERIODISTA PROFESIONAL Y ACTUALMENTE ES PROFESOR TITULAR CONSULTO DE TEORÍA DEL ESTADO E INVESTIGADOR PERMANENTE EN LA FACULTAD DE DERECHO DE LA UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES. ES ACADÉMICO DEL INSTITUTO
NACIONAL JUAN MANUEL DE ROSAS. ENTRE SUS LIBROS PUBLICADOS SE ENCUENTRAN: "TEORÍA DEL ESTADO" DE LA EDITORIAL LEXIS NEXIS.

6 comentarios:

  1. Fernando López23 junio, 2010 23:57

    Excelente comentario. El Dr Pellet Lastra es un lujo como Historiador, poeta y pensador nacional.

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  2. Diego Recavarrren26 junio, 2010 17:43

    El Dr. Pellet Lastra es un gran profesor universitario. Lamentablemente no es conocido por el mundo mediatico. Gran Discurso

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  3. Javier Lanzilotti01 julio, 2010 09:54

    Muy buen artículo

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  4. Pellet Lastra un gran intelectual argentino.

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  5. Es un orgullo ser su ayudante de cátedra desde hace 2 años. Don Arturo es un intelectual y una persona brillante

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  6. Muy buen material, para seguir apuntando. Abrazo

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