Por Daniel Chiarenza
Al ser detenido y desaparecer para siempre, Oscar Smith tenía 45 años. Nacido el 8 de enero de 1932 en Villa Dominico, partido de Avellaneda, provincia de Buenos Aires. Casado con Maruja Pérez, con quien tuvo dos hijas. Era peronista e hincha de Independiente.
Smith, parte de su formación la hizo al lado de Félix Pérez y Juan J. Taccone, dos históricos de Luz y Fuerza.
Secretario general de este gremio, el que agrupa a los trabajadores del sector energético, hasta abril de 1976, cuando el mismo fue intervenido por el ejército. La empresa estatal SEGBA fue ocupada por la Marina, cuando las fuerzas armadas se repartieron los organismos del Estado. El interventor de Luz y Fuerza fue el coronel Saumel y el de SEGBA el coronel Roberto Roualdés. Tras el golpe militar hubo un despido masivo de delegados de Luz y Fuerza, y el ejército –con capacidad “constitucional”, que no era del arma de caballería- derogó las convenciones colectivas de trabajo. En febrero de 1977, Oscar Smith pretendió "negociar" la reincorporación de los compañeros despedidos por el ministro de Trabajo, general Liendo, y con el segundo de éste, general Daer (homónimo del traidor sindicalista). Entre el 7 y 8 de febrero Smith se reunió con Liendo y Daer y llegaron a un acuerdo, en el que se levantarían las medidas de fuerza. Tres días después, Oscar fue detenido desaparecido. Antes de su secuestro, el general Viola le había advertido que saliera de circulación porque estaba en peligro. El 11 de febrero Oscar salió de su casa -en pasaje Diamante al 5.000- con su automóvil. Tomó por avenida Mitre y luego giró por la calle Debenedetti hacia el Riachuelo. Allí fue encerrado por otros autos. Un grupo de civiles se lo llevó en un Falcon blanco. Aparentemente la Marina, recelosa por el acuerdo final con el ejército sobre zonas de jurisdicción, no respetado éste por el arma terrestre, los navales tuvieron que demostrar su poder “desapareciendo” al dirigente máximo lucifuercista.
Roberto Corrales, un ex detenido desaparecido con fama de mitómano, testimonió ante la subsecretaría de Derechos Humanos que había sido el compañero de celda de Oscar en un centro clandestino de detención ubicado en el sótano de una fábrica abandonada, en avenida La Plata y 12 de Octubre, Quilmes (donde hoy funciona el hipermercado Carrefour). Corrales dio nombres. También confesó tener miedo de ser represaliado. Allí Oscar fue torturado y murió entre el 8 y el 10 de enero de 1978. Se cree que fue enterrado en ese predio. Sobre los represores: Corrales relata que reconoció a uno, llamado Pastorini, que había sido su amigo de otrora, prometiéndole que colaboraría con ellos si lo soltaban. Así fue, quedó libre el 27 de enero del ´78. Luego, facilitó la detención de su viejo amigo Corsini. “Cantó” también que el jefe del grupo de tareas era el comisario Alberto Rousse, jefe de la policía bonaerense, que dependía del general Camps. Corrales había pasado por la subsecretaría de Derechos Humanos –dependiente del ministerio del Interior- por lo menos un año antes, con la intención de consultar sobre reparaciones para las víctimas de la dictadura. Allí contó lo que referimos más arriba. El supuesto compañero de celda de Oscar dijo también que él era obrero de la General Motors-Barracas, ingresando por su amistad con Corsini, sindicalista en esa fábrica. Corrales fue echado en el invierno del ´77 tras discutir con el jefe de seguridad; supo, también, del secuestro de un obrero de Citroen, de un ingeniero de la Peugeot y otros. Explicó que un día ingresaron a alguien en muy malas condiciones físicas, quien dijo ser Oscar Smith. Destacó que éste moralmente conservaba su entereza, insultando a sus captores. Smith fue víctima de un método de tortura llamado “el chupete”: le colocaban en el pene una especie de preservativo de goma gruesa que le impedía orinar y le provocaba fuertes dolores.
Smith se jugó la vida por los derechos de los trabajadores, y cada 11 de febrero el gremio Luz y Fuerza recuerda su desaparición.
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