Rosas

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miércoles, 30 de septiembre de 2015

Ayohuma

Por Pablo Camogli

Ayohuma
14 de noviembre de 1813
Lugar: unos 160 km al norte de Potosí y 75 km al este de Chuquisaca.
Jefe patriota: General Manuel Belgrano
Jefe realista: Brigadier Joaquín de la Pezuela
Fuerza patriota: 3.200 hombres (mil veteranos) más 8 piezas de a 1 y de s 2
Fuerza realista: 3.500 (3.000 de infantería, 250 de aballería y 250 de artillería), más 18 piezas de artillería
Resultado: Victoria realista
Pérdidas patriotas: 400 muertos, 700 prisioneros, 1.500 fusiles, toda la artillería, los bagajes y el parque.
Pérdidas ralistas: 200 mueros y 300 heridos (Mitre, Best); 42 muertos y 96 heridos (Mendizábal, García Camba)
Duración: 7 horas.

Los godos solo se movilizaron veintinueve días después de Vilcapugio cuando levantaron su campamento de Condo Condo, 70 km al oeste de Ayohuma. Toda su tropa, incluso la aballería iba a pié, y la artilleríase transportaría a hombro.      Belgrano, apostado en Macha, el este de Vilcapugio, y su mayor general Eustaquio Díaz Vélez, lo propio en Potosí, se ocuparon todo ese tiempo en reorganizar el ejército gracias en parte a los refuerzos enviados por Francisco Ortíz de Ocampo, Juan Ignacio de Arenales e Ignacio Warnes desde distintos puntos del Alto Perú, y a la inmensa participación de las poblaciones indígenas cercanas. era tan grande el ascendiente de Belgrano entre los naturales, que éstos no sólo aportaría armas y caballería, víveres, agua y hombres al combate sino además, mantuvieraon el mayor de los secretos la posición del ejército patriota y los trabajos realizados para ponerlo nuevamente en condiciones de lucha.

Con lentitud, ambos ejércitos se fueron acercando. El 9 por la mañana, Belgrano ocupó Ayohuma mientras qeu recién el 12, los hombres de Pezuela descubrieron a los patriotas desde las alturas del cerro Taquiri, habiendo sufrido nevadas y lluvias constantes.
Más allá de la opinión de los oficiales que deseaban marchar a Potosí, y de una onsiderable ventaja en cuanto a artillería, Belgrano decidió afrontar una vez más, la verdad de las armas. Luego de dos días de espera, Pezuela movilizó sus fuerzas y comenzó el descenso hacia las pampas.
A las seis de la mañana del día 14 comenzó el descenso, formados en líneas de diez y con la artillería montada. Entretanto en plena pasividad, Belgrano y sus oficiales observaron el descenso del enemigo así como el cruce de un pequeño riacho y su posterior desaparición tras unas lomas, que le servirían de resguardo natural.
Belgrano había imaginado un ataque frontal. Muchso consideran un error el no haberlos ataado a la boca de la cuesta, durante las maniobras de descenso. Lo oncreto es que Pezuela, tras la lomada, asomaría amenazando el flanco derecho de los patriotas. Ante este escenario, los patriotas debieron reagruparse a lo ancho del terreno. Belgrano corrió a los Dragones de Balcarce hacia atrás, como reserva al extremo derecho adelantando su flanco izquierdo hasta quedar enfrentado al enemigo. este avanzó hasta la llanura, desplegando su temible artillería al frente de todas sus líneas. Y aquí vino el error fatal de Belgrano, el permitir que el enemigo monte su artillería sobre el terreno.
A las diez de la mañana, la artillería realista comenzó a cañonear a bala rasa al ejérito patriota. Según Mitre y Frías, los realistas lanzaron uatrocientas balas en treinta minutos. (...)Apagado el fuego de los cañones, Belgrano dio orden de cargar a toda su infantería, que debía previamente sortear un barranco, y a la caballería al mando del coronel Cornelio Zelaya, ubicada en el ala izquierda. Los patriotas abrieron un fuego sostenido por espacio de veinte minutos.
Por el otro lado, Pezuela recibía a Zelaya con toda su caballería (¡hasta su propia escolta!), dos batallones de infantería y diez piezas de artillería que esupieron cerca de cientocincuenta tiros de metralla en pocos minutos; por la izquierda de su línea, el coronel Valle desargñó toda su furia contra el flanco y la retaguardia del batallón de azadores que hasta entonces contaba con alguna ventaja parcial. Estos iniciarían retirada, siendo acompañados por el batallón de Pardos y Morenos, dejando a sus jefes respectivos, el mayor José Cano y el coronel José Superí, mueros en el campo de batalla. Pronto haría lo mismo el Nº6, dejando descubierto al Nº1 quien también se daría a la fuga.  La desesperada carga iniciada por Balcarce y el remantente de Zelaya sobre el flanco derecho enemigo, serviría solamentwe para cubrir la retirada de la infantería, aniquilada en aquel barranco. Amparado en este último accidente del terreno, Belgrano logró reunir a los dispersos trasladándose dos kilómetros a la retaguardia.
Como los realistas permanecieron inactivos habiendo traspuesto el barranco, por causa del cansancio y por estar ya definidas las accciones, el jefe patriota enarbolaría la celeste y blanca y reuniría unos cuatrocientos infantes y casi un centenar de los de caballería. Se parapetó en unas lomas pedregosas defendidas por un pequeño arroyo. ya en el campo de batalla habían quedado cerca de cuatrocientos muertos, setecientos prisioneros -con gran importante número de oficiales-, mil quinientos fusiles y toda la artillería y pertrechos.   La única salida era retirarse antes que los realistas volvieran a la carga.

Coronel don Cornelio Zelaya,fotografía extraída del libro 'Historia Argentina'de Diego Abad de Santillán
Se designo a Zelaya con ochenta jinetes con la misión de proteger la retirada y evitar el cruce del arroyo del enemigo. Estos avanzaron escribiendo una heróica página de nuestra historia, cubriendo la retirada por 45 minutos hasta el final de la lúgubre tarde.
Dos días después, Belgrano entraría en Potosí con los restos de su ejército. De allí seguiría camino hacia el sur, dejando al teniente coronel Manuel Dorrego al frente de una retaguardia de unos quinientos hombres, llegando al Tucumán para fines del mes de enero. Allí, en Yatasto, entregaría el mando al coronel José de San Martín, pasando a servir abnegadamente bajo las órdenes del Libertador.

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