Rosas

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lunes, 10 de septiembre de 2012

Homo ridens

Por Don Singulario -¡Hola don Singulario! me alegra verlo riéndose solo ¿Le hicieron cosquillas? -En la tarea de revisar papeles viejos, me encontré con la revista “La Maga” que le dedicó un número especial al tema de la risa, la que a veces es necesaria para frenar un poco con tantas pálidas que nos tiran diarios y noticieros. Muchos filósofos se han parado un poco sobre ella y han especulado sesudamente como corresponde a tan respetable profesión… -Me parece que intenta hacerse el gracioso a costa de una de las más elevadas actividades… -¿Cuál? ¿La de reidores? -¡No don, la de filósofos! -¡Ah! cuando me propuse reflexionar sobre el tema y a investigar sobre el sentido de la risa descubrí una serie de trabajos que me parecieron interesantes para compartirlos. Lo cierto es que muchos filósofos han intentado caracterizarla desde diferentes puntos de vista… -¡Pare un poco don Singu! Me parece que se la está piyando con eso de la seriedad y de los filósofos… cuéntese algunos chistecitos así nos reímos un cacho en lugar de tanta sanata académica. -Dicen que Sócrates contaba sobre la risa de una sirvienta, burlándose de su patrón Tales, que se había caído en un pozo mientras exploraba el cielo “tanto estudiar –decía ella– las cosas lejanas y no pudo ver lo que estaba debajo de la su nariz”. Platón aprovechaba la anécdota para tomar un poco en solfa a los que viven filosofando y creo que nos viene de perillas para esta charla. -¡Oia don! En ese párrafo metió un kilo de cosas que estuvimos charlando con mi nieto mientras le tomaba la lección. Primero, don Sócrates escribió que ese fulano Tales fue uno de los siete sabios de Grecia. Luego estuvimos tratando de comprender su famoso teorema musical, del que salimos del paso cuando lo aprendió de memoria cantándolo con Les Luthiers desde You Tube. (*) -Vamos por parte, entre las diferentes opiniones sobre la risa, una de ellas tiene que ver con la burla hacia el otro y con ese montón de barbaridades me hizo reír. Discúlpeme si lo incomodo… La primera bestialidad (con perdón de las bestias) coincide con la de aquel ex -presidente capicúa innombrable, que ostentaba haber leído todos los libros de Sócrates. (que no escribió ninguno). Y el “teorema” es de geometría y se le atribuye a Tales de Mileto, sin acompañamiento musical, por supuesto En cuanto a Les Luthiers con humor, comienzan inventando al autor de sus obras, el célebre compositor Johann Sebastian Mastropiero «Mastropiero era muy amigo de la duquesa de Lloybridge, mujer madura cuyos encantos no habían disminuido con los años… ¡habían desaparecido! Mastropiero fingía ardorosa pasión por la duquesa, pero a sus espaldas le hacía la corte a su hija Genoveva. De esta manera, siempre podía ingresar en el castillo y frecuentar a su nieta, Matilde. Semejante juego de simulacros galantes daba excelentes resultados. No era la primera vez que este sistema era utilizado… ¡por las tres mujeres!» - Muy bueno. Me hizo reír. Además no me molesta que se ría de mi ignorancia mientras me ayuda a comprender. Yo creo que aquella sirvienta no se reía del sabio, sino del golpazo. Siempre que metemos la pata en algún pozo los que miran se ríen. Es una actitud casi natural, tanto como la vergüenza que sentimos al caernos… - Fíjese que interesante es el fenómeno de la risa que está necesariamente conectada a un “otro”. Uno no puede hacerse cosquillas así mismo, no tiene ninguna gracia. Hay quienes proponen diferentes tipos de risas: como la burlona que puede ocultar envidia; la sádica que se mofa de la desgracia ajena; la del asombro ante lo impensado; la irónica que demuestra superioridad; la nerviosa que denota incomodidad; y la que más nos convoca que significa simplemente alegría y llama a la comunicación - Don, ¿sabe que es cierto que la risa alegre invita a la comunicación? Yo me engancho enseguida con cualquiera que se está riendo y les rajo a los caracúlicos. -Ante tantos debates “serios” de los pronosticadores de “la fin del mundo” a los que nos tiene acostumbrados nuestra televisión y que sólo mueven a risa yo le propongo uno que encontré en Internet. Está producido en España y confronta las distintas opiniones que reflexivos pensadores de todos los tiempos opinaron sobre la risa. -¿Cómo sería eso don Singu? -Se llama Un Viaje Alucinante al Centro de la Risa (**) coordinado por la académica Montserrat Muñoz Ávila. Ella invitó (virtualmente) a confrontar ideas al poeta Charles Baudelaire (1821-1867), autor de De la esencia de la Risa; a Henri Bergson (1859-1941) premio Nobel de Literatura en 1921, autor de La Risa; a Peter Ludwig Berger (1921), teólogo luterano vienés que escribió Risa Redentora y a la filósofa mexicana contemporánea Paulina Rivero Weber cuyo artículo Homo Ridens, una apología de la risa la hizo merecedora de participar en la reunión. También fueron invitados Baruch Spinoza (1632-1677) filósofo sefardí neerlandés y Friedrich Nietzsche (1844-1900) pero que se excusaron por razones de salud.
Entre otros se trataron los siguientes temas: ¿Qué es la risa?; ¿Hay filósofos cómicos? y ¿Los dioses también ríen? -La pucha con los sabios, la risa los convocó ingeniosamente al hacerlos hablar desde el allá y entonces en el aquí y ahora como suelen decir los psicólogos… -Cierto que fue una forma inteligente de confrontar y compartir ideas. ¡Fue muy interesante! Algunas de las conclusiones sorprendentes fueron que prácticamente ningún culto religioso considera a la risa como importante y la ubica en la escala de lo inmoral o pecaminoso. Otra que el ser humano es él único que puede reír o hacer reír. Y por último me quedo con Spinoza que afirmó que nada bueno surge del dolor o la tristeza y que lo sano es la alegría y la risa. -¿Me deja meter un bocadillo don? Me acordé de un tango que decía «[...] ríe el pobre,/ canta el rico / ronca el tano en su cotorro / se inventó el avión a chorro y el chorro viaja en avión» -Mientras termino esta nota y escucho riéndome otra desmentida sobre noticias falsas de un canal “independiente” me vino a la memoria una frase descubierta durante esta “sabia investigación sobre la risa” que dijo el genial Nietzsche: Lo que me preocupa no es que me hayas mentido, sino que, de ahora en adelante, ya no podré creer en ti.

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