Rosas

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miércoles, 12 de septiembre de 2012

Tangos...

Por Don Singulario “No llores, no muchacha, la gente está mirando, bailemos este tango, el tango del adiós... “ -¿Qué le pasa don Singulario? Vuelve a las andadas queriendo hacerse el Gardelito… - Ando medio taciturno, me estoy poniendo viejo y cada noticia me retrotrae a épocas juveniles. No vaya a creer que soy pesimista. Por el contrario me alegra que hayan vuelto los carnavales a los barrios, pero las tabas están duras y los bailes no son para mí… -No le veo gollete a su charla… -Es que en mi cabeza, el carnaval se trasladó a uno de los últimos grandes bailes populares que participé de pibe. Me habían dado la llave y con la Libreta en el bolsillo del lompa blanco, fuimos al Gasómetro de Boedo a bailar. Tocaban Barry Moral que animaba con su jazz los trencitos y tarantelas, y la típica de Carlos Di Sarli. Chiquilín abombado entre mascaritas, papel picado y serpentinas, en el barullo, una melodía increíble me conmovió, y se me grabó esta letra tristona, que cantaba un tal Mario Pomar: “…así entre mis brazos, mirándote a los ojos / yo quiero despedirme sin llanto y sin dolor...” -¿De qué año está hablando? -Corría el verano de 1955 y no había hecho la colimba. Después vino el bombardeo a Buenos Aires, el decreto 4161 -todo prohibido, hasta el tarareo de la marchita-, luego fusilamientos, y las milongas masivas pasaron a la historia. Se mimetizaron por asaltos en las casas, o en clubes con selectas grabaciones. Pero aquella primera para mí, es inolvidable, será por esos versos que todavía escucho: “…La vida caprichosa nos puso frente a frente / prendiendo en nuestro pecho la hoguera de un querer, / mas hoy, la misma vida nos manda separarnos / el sueño de querernos, ya ves, no puede ser…” -Yo me acuerdo de los bailes de Comunicaciones en Agronomía con Mochín Marafiotti, un montón de pistas llenas, pero era con las grabaciones que pasaban por la radio. -Los músicos populares empezaron a galguear, los “disc jokey” reemplazaban más barato y la música venía de afuera. Tango y jazz en vivo pasaron de moda: “…Bailemos / como antes, cariñito, / abrazados, bien juntitos, / sólo un alma entre los dos...” -Don Singu, así milogueábamos en una baldosa, pero con Los Panchos, y terminaba el asalto. Los boleros suplantaban al tango. Piazzola desalojaba a D’Arienzo. El tango entraba en retirada. Era un quemo bailarlo, ninguna mina te salía…. - Las revistas de actualidad iban conformando un pensamiento social de lo que era bueno y lo que era malo. Era “in” todo lo que venía de afuera y estaba “out” lo que tenía olor popular… “…Bailemos / que no vea en tus pupilas / una lágrima furtiva, / ni una sombra, ni un dolor... “ - Segunda mitad del siglo XX. La guerra fría congelaba todo y los jóvenes que nos queríamos comer el mundo descubrimos a los Beatles y Bill Halley. ¡Qué ibamos a gustar de esa música decadente, que encima nos hablaba de cosas ajenas: chamuyo de malevos y tranvías eran fatos de los nonos! ¡A bailar suelto y revolear la compañera! - Y esa rebeldía, que se manifestaba en el pelo largo, hippismo, LSD, tanques en las calles de Hungría, Checoslovaquia, México, China, Argentina. Aguantes en el mayo francés, el cordobazo, los bastones largos…En tanto aparecían palabras nuevas: SIDA, ecología, ordenadores, computadoras… “… Bailemos / que después ya sin tus ojos / he de arrancar un sollozo / por mi amor y por tu amor... “ - Don Singulario, su recorrida me llevó a la “new age”, el “power flower” y Vietnam. Esos sí que eran bailes bravos, nos contaban que la “Era de Acuario” traería la paz al mundo y las fotos nos mostraban a una nena desnuda corriendo incendiada con fósforo blanco… - Gurúes que venían de la India y del Tíbet, pelados con campanitas y túnicas amarillas ¿lindo colol?, la acupuntura y los cambios de paradigma con la medicina alternativa: propóleo, gotas de flores musicales en muchos frasquitos y, el descubrimiento del siglo, “la pastilla anticonceptiva”. Eso sí, no confundirse, tomarlas en el orden prescripto. Si el resultado fallaba, la culpa era de la víctima, conejito de indias de omnímodos laboratorios … “…Siempre / estarás en mi desvelo / ¡como una estrella en el cielo / prendida en mi corazón!...” -Sabe don, me acuerdo del apodo de tortuga a don Arturo Illia, que quizo ponerle coto a los laboratorios farmacéuticos … -Y así le fue… “…No intentes rebelarte, lo nuestro es imposible, / un sueño irrealizable que nunca floreció…” -¡Bueno amigo librero, me parece que del chamuyo por el carnaval de antaño, en vez de las comparsas y máscaras en los corsos barriales y los “8 grandes 8” bailes populares, nos metimos en el otro candombe finisecular! - Es que una cosa trae la otra, los recuerdos viejos -frescos aún- se agolpan, confrontando con las noticias actuales que llegan en cataratas y confunden, ayer pasó algo super importante y hoy ya está olvidado, ¡qué se yo!: tsunamis, mineros aislados bajo tierra, esclavos en estancias cercanas, muertes inesperadas, gobiernos y faraones eternos que caen … Pero…, tiene razón, estamos en carnaval, hablemos de milongas… “…qué importa que nos una un mismo sentimiento / y encienda nuestras almas la antorcha del amor... “ - Ud. no está queriendo deschavar su evocación y me parece que los versos que intercala en cada frase tienen algo que ver. Reconocí al tango “Bailemos” del poeta Reynaldo Yiso, pero no le veo la pata a la sota… -Tiene razón, pienso en el autor de la música de ese tangazo que recorrió el mundo (perdón Zappino). Es uno de los pocos “académicos” que admiro y respeto, que fue reconocido como “Gloria del Tango” en la Academia del Lunfardo y “Académico de Honor” en la Nacional del Tango. Hoy es un pibe de casi de 90 años, bandoneonista y arreglador de orquestas de la talla de Pedro Maffia, su maestro; Pugliese; Basso; Gobbi; Laurenz y otros grandes; acompañante de cantorazos como Alberto Morán, Montero, el Tata Floreal, María Volonté, Choly Cordero, Luis Linares 0entre muchos … “…Que tengas mucha suerte, que Dios no te abandone, / yo sé que a mí me espera la eterna soledad,…” -¿Qué le pasa don Singulario? Lo veo quebrado, no es para tanto, es sólo la letra de un tango… -Mientras describía la trayectoria de esta gloria viva de nuestra música popular, iba a decir que también nos deleita a todo el pueblo desde hace casi veinte años ¡gratuitamente! en el Complejo Municipal Plaza como director de la Orquesta Municipal de Tango. Pero vacilé ante la noticia: algún tinterillo de los que abundan en todas las administraciones, consideró la cultura como un gasto superfluo (también las bibliotecas populares) y los han despedido… “…no tiembles en mis brazos, te ruego me perdones, …” -Me hizo acordar de Favaloro, esos burócratas maltratando a las grandes. Es una constante que padecemos todos, pero cuando se ensañan con figuras populares se hacen más perceptibles. ¿Cómo se llama el ñato, se me ha escapado de la memoria, don? -Homenajeamos y desagraviamos al Cholo para todos los amantes de nuestra música. Al Maestro Pascual “Cholo” Mamone… “…el tango ya termina... salgamos a llorar... “

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