Rosas

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sábado, 30 de abril de 2016

Guillermo Brown y su Familia

Por el Prof. Jbismarck

Guillermo Brown nació en junio de 1777 en Foxford, un pueblo al noroeste de Irlanda. La persecución religiosa contra los católicos, el hambre y la pobreza lo llevaron con su padre al destierro, con la ilusión de que su madre y sus hermanos viajaran después. Pero al tiempo de llegar a Filadelfia, en 1787, su padre murió de fiebre amarilla.  No existen referencias a la madre de Guillermo Brown en sus biografías, ni siquiera alguna hecha por él mismo cuando narró su vida, ya en la madurez.  Debió entonces el adolescente Brown, embarcar de grumete un buque mercante yanqui, iniciando así su carrera naval. Se casó el 29 de julio de 1809 en la Parroquia de la Iglesia Anglicana de Saint George in the East, condado de Middlesex, Londres, ubicada en las actuales Cannon St. Road y Cable St., con Elizabeth Chitty, ella cumplía los 22 años. Elizabeth era hija, nieta y hermana de marinos, por lo que no extraña que se casara con un hombre de mar. Si bien Elizabeth pertenecía a una tradicional familia inglesa sus recursos económicos no eran muchos.  Debido a que Elizabeth era protestante y Guillermo católico, llegaron a un acuerdo por el cual las hijas que tuvieran serían educadas en la religión de la madre y los varones en la del padre.  Tuvo tres hijos: Guillermo, Ignacio Estanislao y Eduardo y dos hijas, Eliza y Martina.  Ese año, desembarcó en Montevideo a bordo de la fragata Belmond. "Al llegar al Río de la Plata Guillermo Brown se comprometió en cuerpo y alma con el proceso de emancipación. Desde el primer momento fue un gran patriota".  Tanto es así que en 1814 un decreto del director Gervasio Posadas lo nombró responsable de la Escuadra. "Ante la falta de marinos, los hombres de Mayo se enteraron de la experiencia de Guillermo Brown y le ofrecieron la dirección de la escuálida escuadra de Buenos Aires", agrega el historiador.   En tres meses, liberó Martín García y Montevideo, y terminó con la presencia española en el Río de la Plata. Un año más tarde inició una campaña de corso por las costas americanas del Pacífico y, en 1822, regresó a sus tareas de agricultura en "la kinta" -así llamaba a su casa-, sus actividades comerciales y la vida en familia.   "Pero fue durante la guerra con el Brasil, en 1826, cuando el prestigio del almirante llegó a su esplendor. Enfrentaba con unos pocos barcos a la escuadra más grande de Sudamérica", dice el historiador Miguel Angel de Marco. "Las naves brasileñas terminaron por retirarse, en tanto Brown era objeto del entusiasmo y de la admiración del vecindario", completa.  Por cinco meses, se hizo cargo del gobierno de Buenos Aires (1828-1829). "Hasta ese momento no se metía en disputas políticas. Pero cuando Lavalle hizo el golpe contra Dorrego, Brown lo apoyó. Su alto prestigio militar hizo que muchos opositores a Lavalle no se rebelaran, hasta que Dorrego fue asesinado, en contra de la voluntad de Brown, desencadenando la guerra civil", expone el historiador Gabriel Di Meglio.     

En oportunidad de casarse Elizabeth Chitty con Guillermo Brown, el futuro almirante le regala un anillo que debía ser heredado por las mujeres de la familia. Era  un hermoso anillo de compromiso de oro blanco con un importante diamante en forma de corazón, secundado por otros dos diamantes más pequeños a los lados. Este anillo respondía a la moda de la época.   A principios del siglo XIX, cuando una mujer se casaba, recibía de su prometido un anillo. Eran muy apreciados aquellos que simbolizaban el amor, como los corazones, las coronas o las flores, tradición que se había iniciado en el siglo XVIII, entre las familias de abolengo.  Elizabeth usó el anillo por 59 años, hasta 1868 año en que falleció. Siendo Elizabeth protestante,  fue sepultada en el cementerio de los Disidentes, que estaba ubicado Suipacha y Juncal, frente a la Iglesia del Socorro. Luego de una mudanza sus huesos nunca pudieron ser hallados. Hoy, en la plaza Primero de Mayo, una placa de bronce recuerda “a la virtuosa compañera de nuestro máximo prócer naval, cuyos restos hoy perdidos reposan en este solar”.  Dado que Elisa había fallecido en un drama de amor la  fatalidad hizo que el anillo de su madre lo heredara su hermana menor Martina García Brown, luego pasó a su sobrina Corina Brown de Caravia, después a Corina Brown de Morel.  Hoy el anillo lo tiene en custodia María Cristina Brown, hija de la bisnieta en primer grado del Almirante Guillermo Brown, quien lo uso sólo una vez en su vida. 

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