Rosas

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domingo, 2 de abril de 2017

Coronel Eugenio del Busto

Por el Dr. Raúl Carlos Chiviló
Una vida consagrada a la patria
EN 1826 EL CORONEL FEDERICO RAUCH -militar de origen prusiano al servicio del gobierno de Buenos Aires- realizó una expedición a la zona de las Sierras de la Ventana con el objeto de someter a una partida de indios "alzados" (o "ladrones" como los denominaba D.Juan Manuel de Rosas), que asolaban el sud-oeste bonaerense más allá de las costas del Río Salado. En ésa ocasión logró rescatar a numerosos cautivos, entre los cuales se encontraba un joven de quince años que hablaba a la perfección varias lenguas de los aborígenes de la región pampeana: D. Eugenio del Busto; y fue necesario valerse de un intérprete para interrogarlo y conocer su historia, pues había olvidado completamente su idioma materno. 

 
A través de sus declaraciones, el coronel Rauch logró conocer la ubicación de varias tolderías de indios "infieles", a los cuales atacó con éxito, apoderándose de prisioneros y ganado.
Luego de ése episodio -y a pedido del mismo Coronel Rauch- el joven Eugenio intervino como "baqueano" y "lenguaraz" en expediciones punitivas, de reconocimiento y de exploración llevadas a cabo en territorio bonaerense, dado su alto grado de conocimiento del territorio que se debía recorrer, y de los hábitos y costumbres de los primitivos habitantes de la zona. Su desempeño eficaz en las tareas que le fueron encomendadas,como así también sus cualidades personales, le valieron el reconocimiento de sus superiores quienes le confirieron el alta inmediata como soldado en el Regimiento de Húsares del Plata nº 5 bajo las ordenes de su antiguo comandante. Eugenio del Busto había nacido en 1811 en la Ciudad de Montevideo(por entonces capital de la Banda Oriental del Uruguay), y poco tiempo después se trasladó junto con su familia a la Ciudad de Buenos Aires, para radicarse por último en la Guardia de Luján (hoy Ciudad de Mercedes). Contaba nuestro ilustre personaje con seis años de edad, cuando en ése lugar fue capturado por un malón de indios pampas, y llevado a unas tolderías del sur de la Provincia de Buenos Aires como cautivo hasta el momento de su rescate. Luego de haber ingresado al mencionado Regimiento de Húsares en 1827, fue designado "lenguaraz y baqueano mayor" con la jerarquía y sueldo de ayudante mayor. Al año siguiente fue con su regimiento a poblar el fortín "Federación" (hoy Ciudad de Junín), y participó -con éxito- de varios combates contra los indios "rebeldes", en uno de los cuales luchó "cuerpo a cuerpo" con el llamado "Comandante Zúñiga" (jefe de la indiada y cristiano renegado), a quien hirió en forma mortal. Como consecuencia de la Revolución del 1º de diciembre de 1828 -mediante la cual el general Juan Galo de Lavalle derrocó al gobernador legítimo de la Provincia de Buenos Aires coronel D.Manuel Dorrego- el Regimiento de Húsares que apoyaba al militar sublevado, se enfrentó con fuerzas federales partidarias del entonces comandante general de campaña D. Juan Manuel de Rosas. En ése combate que se llevó a cabo en 1829 en el paraje denominado "Las Vizcacheras", D. Eugenio del Busto fue herido y tomado prisionero, en tanto que su comandante el coronel Rauch, resultó muerto; luego recuperó su libertad. Habiendo accedido al poder mediante elecciones libres y democráticas como gobernador de la Provincia de Buenos Aires, D. Juan Manuel de Rosas le otorgó a D. Eugenio del Busto la jerarquía de capitán, y le confirió la misión de parlamentar con los indios voroganos a fin de apartarlos de los hermanos Pincheiras (ex-jefes de los ejércitos realistas que luego de las derrotas sufridas por la acción de las fuerzas patriotas en Chile, invadieron el territorio argentino para saquear, matar, tomar cautivos y robar ganado). Ésa gestión fue plenamente exitosa, pues D. Eugenio del Busto logró la ruptura entre esos antiguos aliados, y obtuvo una paz -que fue casi permanente- con dichos aborígenes. En el año 1833 D. Eugenio del Busto fue ascendido al grado de sargento mayor y participó de la expedición al desierto como "lenguaraz" y ayudante de campo del general Juan Manuel de Rosas. Durante ésa campaña llegó hasta la "Fortaleza Protectora Argentina" (hoy Ciudad de Bahía Blanca) para proteger a los indios voroganos (que para entonces eran aliados del gobierno) de los continuos ataquesa que eran sometidos por parte del cacique general Juan Calfucurá, a quien luego de su derrota obligó a escapar hacia la cordillera. Posteriormente, y estando al mando de escuadrones de soldados veteranos e indios amigos (entre 1835 y 1836) persiguió, atacó y venció a los ranqueles y a otras tribus de la zona pampeana, logrando tomar prisioneros y rescatar cautivos. Desde 1840 hasta 1844 permaneció en la zona de Tapalqué con propósitos defensivos, y luego se dirigió hacia el oeste bonaerense para fundar en 1846 -a requerimiento del jefe de la Confederación Argentina D. Juan Manuel de Rosas- un cantón militar en el lugar denominado "Bragado" junto a la laguna del mismo nombre. Ésa fortificación tenía piezas y cuadras para la tropa construidas de adobe, con ranchos para las familias, y un mangrullo, todo rodeado por un parapeto de barro cocido y una zanja o foso. Poco después, marchó con sus tropas hacia Junín y Rojas para reprimir a las distintas tribus que se habían aliado entre sí para atacar y saquear ésas nuevas poblaciones; y cuando regresó a Bragado en 1850, conformó con ésa guarnición y sus alrededores, un pueblo floreciente, en el que permaneció hasta 1851. Durante ése mismo año fue ascendido a teniente coronel, y con ésa jerarquía participó en la Batalla de Caseros el 3 de febrero de 1852, luchando en las filas del ejército de la Confederación Argentina -que comandaba el brigadier general D. Juan Manuel de Rosas- al frente de una división de caballería que causó estragos en el Ejército Grande, y que posteriormente fue casi diezmada por la artillería enemiga.  Luego de la derrota de las fuerzas del Restaurador en ésa batalla, D. Eugenio del Busto fue incorporado al Estado Mayor del Ejército, y ascendido al grado de coronel a pesar de sus antecedentes rosistas. Poco tiempo después,se lo designó comandante general de campaña de la zona centro de la Provincia de Buenos Aires, y se le encomendó la tarea de creación de dos regimientos de frontera: el de "Blandengues" y el de Caballería de la Guardia Nacional, proyectos que no pudo concretar por razones diversas. En 1877, el entonces gobernador de la Provincia de Buenos Aires Adolfo Alsina, lo nombró jefe del Cuerpo de Inválidos. Es posible afirmar -con seguridad- que sus ascensos en la jerarquía militar, y sus designaciones para desempeñar cargos públicos, fueron la consecuencia del reconocimiento por parte de las autoridades nacionales y provinciales de la época, de su honorable conducta, de su hombría de bien, y de su valentía y arrojo que puso de manifiesto en la lucha contra el indio y la defensa de la frontera interior de nuestra Patria. Cabe destacar que durante su larga y notable trayectoria como militar, recibió numerosas condecoraciones, que él solía lucir en público
conjuntamente con su viejo uniforme en los últimos años de su vida. Es necesario señalar también, que los exclusivos y profundos conocimientos geográficos que poseía D. Eugenio del Busto acerca de una gran parte de nuestro territorio, fueron debidamente valorados y utilizados por el Departamento Topográfico Nacional y por el coronel Álvaro Barros (primer gobernador de la patagonia argentina), para confeccionar planos, cartas, y mapas referidos a toda la región pampeana. La vida de D. Eugenio del Busto -llena de privaciones y sacrificios- se extinguió en la Ciudad de Buenos Aires el 22 de junio de 1899, y sus restos fueron inhumados en el cementerio de la Recoleta. En la plaza principal de la Ciudad de Bragado existe un monumento que lo recuerda como su ilustre fundador. Recientemente y con fecha 30 de agosto de éste año, la urna que guarda los restos de D. Eugenio del Busto, fue trasladada a requerimiento de sus descendientes directos desde el Cementerio de la Recoleta hasta Bragado, para ser depositada al pie del mástil de la plaza principal de ésa ciudad mediante la realización de una emotiva ceremonia oficial.

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