Extraido del "Desvan de Clío" TEH Nro 1
Juan Facundo Quiroga -el temido y también admirado caudillo riojano- salia sufrir de ataques reumáticos, producto de su intensa vida en campaña a la intemperie. El 25 de febrero de 1835. Juan Manuel de Rosas le envió una carta con una receta para curar el reumatismo, carta que el destinatario no llegó a recibir. pues fue asesinado en Barranca Yaco nueve dias antes, el 16 de febrero a eso de las once de la mañana. De cualquier manera, la carta de Rosas, que conserva su interés, dice, incluso con sus particularidades ortográficas:
"Mi querido compañero, Señor Dn. ,Juan Facundo Quiroga - Haviendo mi primo el Señor Dn. Tomás Anchorena adquirido la noticia del remedio siguiente me ha parecido conveniente comunicarlo a V. S. por si de algo le sirve su conocimiento, pues en la clase de males que V. padece, generalmente, donde menós se piensa suele encontrarse el alivio de la Divina Providencia. Pero yo sería de opinion q. V. Resolviera intentarlo. no debía ser hasta qe. regresace y gosace ya de un completo sosiego. "Un griego qe. tiene Fonda en Sn. Isidro, muy hombre de bien me ha referido qe. siendo el joven cuando Napoleon fue al Egipto, su padre fue salvado con este remedio.
"Tomó una porción de ajos, los peló y colocó sobre un pedazo de lienzo de camisa de ilo usada: en seguida pulverizó aquellos ajos con polvo de mercurio dulce en una dosis como de dos narigadas de rape, y doblando el lienzo lo coció en forma de bolsa o saco cerrado por todos lados - Después tomó una olla de dos orejas en qe. cabrían como cinco o seis botellas de agua y colocó en ella la bolsa pendiente por unos ilos de las dos orejas de modo qe. estando dentro de la olla, se manitubiese el aire como en una maroma: Acto continuo le echó agua fría en la olla, pero cosa que la bolsa no tocase en la agua; la tapó con un plato y engrudó por las orillas para que qúedase ermeticamente cerrada la olla; puso un peso sobre el plato para qe. no se moviese, v colocó la olla asi tapada y cerrada con fuego de carbon fuerte en donde la tubo irviendo como hora y media, cuidando mucho de reponer y pegar el engrudo donde se desprendía para qe. no saliera ningún vapor de la olla. "Después de esta operación separó la olla del fuego y cuando había aflojado el calor la destapó, sacó la bolsa, y cerrada y caliente cuanto podía sufrirse en las manos, las exprimió con las mismas manos sobre una fuente haciendole echar una especie de: aceite que lo acomodó despues en un frasco o botella. Con la brosa de los ajos exprimidos le frotó los miembros enfermos para aprovechar el jugo o aceite qe. tenían dejando en ellos las brasas que se qedaban pegadas; y las envolvió después con unos lienzos usados - Concluida la primera cura, lo despidió entregándole, el frasco del exprimido aceite para qe. se diese con él a mano caliente dos frotaciones al día, una al acostarse a la noche y otra al levantarse por la mañana, y le previno qe. cuando se acavase volviese por más - observó exactmte. la instruccion y a los tres días ya movía los miembros qe. se le habían
adormecido del todo, a los nueve días caminó por sus pies sin muleta, y sanó del todo hasta el presente, sin necesidad de repetir la confección del medicamento - No le quedó otro defecto que cierta desigualdad a la vista, y entre el nudo de una muñeca y el la otra qe. me lo hizo notar, y qe. cuando quiere hacer mucha fuerza, le flaquea al rato el brazo izqdo. qe. fue el enfermo. Siempre de Ud. affme Amigo. Juan Manuel de Rosas
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