Rosas

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viernes, 23 de agosto de 2013

LOS CUMPAS JUAN Y OSCAR GÁLVEZ

Por Alfredo Parga

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En ese año en que el Turismo Carretera (TC), la actividad automovilística más popular de la Argentina, cumplia 70 años de vida era imposible no recordar a quienes fueran sus máximos exponentes en la década del ‘50 y ’60: los hermanos Oscar y Juan Gálvez.

Está claro que la política y el deporte van de la mano.
 

Desde su nacimiento, allá por el año 1937, el TC siempre estuvo relacionado de manera directa o indirecta con los distintos gobiernos que se fueron sucediendo hasta el día de hoy.

Con algunos más y con otros menos.


Con la primera presidencia del General Juan Domingo Perón (1946-1952) el automovilismo y el deporte en general se habían convertido en política de estado, para uno de los gobiernos que más apoyo le brindó a la actividad deportiva en la historia de la República Argentina.


A pesar de no haber logrado sus máximos objetivos durante el gobierno justicialista, los Gálvez siempre fueron un símbolo para Perón.
 

De ahí todos los inconvenientes que tuvieron que sortear con el movimiento Revolución Libertadora, que derrocó al peronismo en el año 1955.


La familia Gálvez
pertenecía a un estrato económico social medio. Marcelino, el padre, era dueño de un taller mecánico, lugar donde se criaron Juan y Oscar.
 

El primero en enamorarse de los fierros fue Oscar, quien reacio para el estudio, se convirtió en la mano derecha de su progenitor.
 Oscar y Juan formaron una gran sociedad deportiva que con los autos Ford y con el tiempo se convirtió en dueña de gran parte del automovilismo interno.

En el Gran Premio de 1937 comenzó todo para Oscar.

Ganó una carrera en Santa Fe y dio el primer paso a la gloria.
 

Gracias a sus 13 victorias en el TC y cinco campeonatos ganados sigue hoy en la retina de todos los amantes de la segunda actividad deportiva en Argentina, en cuanto a concurrencia de público.


Entre sus logros, El Aguilucho cuenta con el de ser el primero en vencer a los pilotos europeos en la Fórmula 1, cuando el 6 de febrero de 1949 -al mando de un Alfa Romeo 3.800cc- se impuso en el circuito porteño de Palermo. 


De visitante tampoco le fue mal: en el Viejo Continente, Oscar venció en nueve oportunidades.

Por su parte, Juan se alzó nueve veces con la presea de la máxima competencia y con todos sus triunfos lidera las estadísticas de los primeros 70 años del Turismo Carretera.


En 1962 logró su último triunfo con su Ford. en Laboulaye, antes de su fatal accidente.


Sin contar el tiempo en que acompañó a su hermano Oscar fue corredor durante 13 años y 4 meses.

Consiguió el récord no igualado del 38,8% de efectividad.
 

También 8 triunfos en dos temporadas (en 1953 y 1960).
 Totalizó 59 victorias en el turismo de Carretera y corrió 153 competencias.185 km/h.

Además los Gálvez fueron campeón y subcampeón de la máxima categoría en siete oportunidades: Con Juan como protagonista se lucieron en 1949/1956/1957/1958 y 1960; mientras que con el Aguilucho delante en 1953 y 1954.

Como buenos héroes del deporte dejaron la vida para satisfacer sus necesidades deportivas y las de sus seguidores.
 

El 3 de marzo de 1963 en la vuelta de Olavaria, y tras un grave accidente muere Juan Gálvez, quien es considerado hasta hoy como uno de los mejores pilotos argentinos de todos los tiempos.


De allí en adelante todo cambió. Oscar nunca pudo superar la ausencia de su hermano y decidió retirase en 1964.


El 16 de diciembre de 1989, algunos meses después de que el Autódromo Municipal de la Ciudad de Buenos Aires fuera bautizado con su nombre, Oscar Alfredo Gálvez falleció a los 76 años, y pasó a ocupar un lugar entre las leyendas, junto a su hermano Juan (ganador de nueve títulos de TC) y a su rival y amigo Juan Manuel Fangio (quíntuple campeón mundial de F-1).


Las muertes de estos grandes corredores dejaron vacíos de gloria y triunfo los ojos de miles de fanáticos que los han seguido por todo el país, pero a su vez han llenado de orgullo al corazón del automovilismo y el pueblo argentinos.

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