Rosas

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lunes, 28 de marzo de 2016

LA MADRID Y SUS HERIDAS: TERAPEUTICA DEL CHUPON

No fue venturosa para La Madrid su campaña en Tucumán. Graves heridas molestaban al bravo soldado. En sus Memorias cuenta la curiosa pero eficaz terapéutica que procuró alivio a la producida por un profundo bayonetazo: “Mandé colocar en la posta de Palmitas una vanguardia de 300 hombres de milicias, a las órdenes del coronel José Ignacio Helguero. Yo entretanto seguía con dos heridas abiertas: la de la espalda que profundizaba hacia el pulmón Izquierdo y la nueva de las costillas, sin poderme libertar todavía de una larga mecha con que conservaba abierta para mantener la supuración de la estocada que tenía detrás de la oreja derecha, ni poder hacer uso todavía de mi brazo izquierdo. Se me mantenía a una dieta rigurosa y estaba en extremo aniquilado; aún las costras en algunas de las heridas de la cabeza no habían acabado de caer, y conservaba cerrado uno de los conductos de la nariz. Así que llegué de Santiago, sabiendo un viejo de la campaña que conservaba todavía abierta la herida de la bayoneta, habla dicho que no sanaría mientras no se me chupara la herida, y que sólo él podía hacerlo si yo quería. Se me avisó al Instante por el comandante y coronel Zerrezuela y me mandó en seguida a dicho viejo. Así que llegó éste y me vio la herida, díjome: «Ya estaría esta herida sana si yo la hubiera visto desde el principio y chupándola; la bayoneta ha entrado o resbaládose para la parte de abajo y el humor no puede salir sino sacándolo con la boca a fuerza de chuparlo. ¿No ve, señor, cómo lo sacan?», me dijo, viendo que exprimían con la mano, de abajo para arriba, para extraer el humor. «Va a ver ahora la diferencia», y poniendo no sé qué en la boca la aplica a la herida, y me dio un chupón tan fuerte y continuado que sentí su impresión desde el fondo de la herida, como si me extrajeran algo con un fuelle; en seguida escupió una porción de humor, se enjuagó la boca con vino aguado y repitió otra con el mismo éxito. En efecto, sentí un consuelo, pues conocía visiblemente que se me habla descargado de un peso. Acaricié mucho al viejo y quedó establecido en mi casa; mandé ponerle cama en mí mismo dormitorio y siguió siendo mi médico de cabecera, pues el doctor Berdía me dijo que era verdaderamente el mejor medio para poder extraer todo el humor".

3 comentarios:

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    1. Escuché sobre ese tipo de cura a un amigo santiagueño. Al principio me dio un poco de asco. Pero profundizando, uno cae en la cuenta que mucho mas eficiente que apretar una herida con los dedos para sacar el pus, es preferible hacerlo chupando, porque la boca tiene mas fuerza de absorción. Claro que los que lo hacen deben resguardarse de no tragar, y es que para eso sabrán darle el freno a tiempo antes que el pus atraviese la garganta, y luego se higienizan con una bebida blanca como la caña, la ginebra o el cognac.

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  2. Eso salvo el triste caso del paisano al que le pico una vibora a la que mojo, en una parte del organismo, y el que lo acompañaba que no queria aplicar ese tipo de cura, le dijo, "te vas a tener que morir nomas, hermano". Tenia miedo que si aplicaba el remedio el otro sobrevivia y la hacia mala fama!!

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