Rosas

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domingo, 24 de diciembre de 2017

Partes enviados al Restaurador desde Vuelta de Obligado

El combate de la Vuelta de Obligado -20 de noviembre de 1845- donde tropas del ejército y milicianos defendieron con gran valentía y denuedo dicho punto, no ha sido recordado y valorado en su justa medida, muy probablemente por el hecho de haberse producido bajo el gobierno de Rosas.  Una página de heroicidad se escribió en Obligado y por dicho motivo y en recuerdo de ella, publicamos los partes enviados por el Comandante de la Defensa, General Lucio Mansilla

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¡ Viva la Confederación Argentina !

¡ Mueran los salvajes unitarios !

Baterías, Noviembre 20 de 1845.

Año 36 de la Lib., 30 de la Independencia y 16 de la Confederación Argentina

Al General Primer Edecán de S. E. D. Juan Manuel Corvalán.

Sírvase V. S. Elevar al Superior conocimiento del Exmo. Señor Gobernador y Capitan General de la Provincia, Brigadier D. Juan Manuel de Rosas, que hace tres horas nos estamos batiendo con los Anglo-Franceses, y que hasta ahora no se han podido acercar a la línea de atajo; pero que tengo el sentimiento que empeñado el combate de un modo violento, tendré que suspenderlo por falta de municiones.    Dios guarde a V. S. muchos años.

Lucio Mansilla





¡ Viva la Confederación Argentina!

¡ Mueran los salvajes unitarios!

Campamento, Noviembre 21 de 1845

Año 36 de la Lib., 30 de la Independencia y 16 de la Confederación Argentina

Al General Primer Edecán de S. E. D. Manuel Corvalán.

El infrascripto ha mandado ayer un obstinado combate durante ocho horas contra la Escuadra Inglesa y francesa que atacó vigorosamente las baterías de la Vuelta de Obligado.  La situación del infrascripto, a causa de una herida que ha recibido, no le permite estender el parte; y remito a V. S. el que ha ordenado al Coronel Jefe de las baterías, D. Francisco Crespo, que pase a V. S. para que se sirva elevarlo al supremo conocimiento del Exmo. Señor Gobernador y Capitán General de la Provincia, Brigadier D. Juan Manuel de Rosas.  La Escuadra Francesa e Inglesa ha tomado y domina el punto de las baterías y está sitiada de parte de tierra en la circunferencia del alcance de sus cañones por fuerzas nuestras suficientes que no dejan a los invasores otro terreno que pisar que el que pueden defender con sus fuerzas de artillería.   Dios guarde a V. S. muchos años.

Lucio Mansilla





¡ Viva la Confederación Argentina!

¡ Mueran los salvajes unitarios !

Campamento, Noviembre 21 de 1845

Año 36 de la Lib., 30 de la Independencia y 16 de la Confederación Argentina

Al Sr. General primer Edecán de S. E., D. Manuel Corvalán.

El infrascripto ha recibido orden del Sr. Comandante en Jefe accidental del Departamento del Norte, General D. Lucio Mansilla, de dirigir a Ud. el parte del combate que han sostenido ayer las Baterías en la Vuelta de Obligado contra las Escuadras invasoras Inglesa y Francesa combinadas. No siendo posible al Sr. General pasar el parte, a causa de haber sido herido, dando a esta División un ejemplo de valor heroico, toca al infrascripto este honor.   El 18 del corriente fondeó la Escuadra combinada francesa e inglesa, a dos tiros de cañón de nuestras Baterías.  Dispuso el Sr. General que tres embarcaciones pequeñas explorasen hasta medio tiro de cañón de las Escuadras enemigas, su actitud y disposición. Estas les hicieron fuego y las persiguieron, y al punto se replegaron sobre las Baterías sin contestarlo.  El 19 se preparó el enemigo para atacar; y el 20 a las ocho de la mañana toda su Escuadra maniobró hábilmente sobre las baterías. A la vanguardia estaban en línea cuatro bergantines de guerra, uno inglés y tres franceses; al centro los vapores Fulton,  Gorgon y Firebrand; y en la retaguardia dos corbetas y dos bergantines.  A las nueve y media de la mañana, estando el Sr. General al frente de las fuerzas de las Baterías, se entonó el Himno Nacional de la Confederación Argentina, la banda de música tocó dianas, y se empezó el combate.   El enemigo atacó con intrépido arrojo, y con el poder de 113 cañones de los calibres de 24, 32, 48, 64 y 80, sosteniendo sin intermisión de un instante, un bien dirigido, vivísimo y abrasante fuego de toda la línea sobre el frente y flancos de nuestras baterías.   A este fuerte ataque, opusieron las Baterías un vigoroso fuego de 35 cañones de los calibres de a 4, 8, 10, 12,16, 18 y 24, y los soldados argentinos sus pechos heroicos sobre las esplanadas. Estos, y el primero, el Sr. General, se disputaban los peligros del combate y el honor de sostener la dignidad del pabellón argentino. Después de ocho horas de un encarnizado combate, valeroso de una y otra parte, el dominante fuego del enemigo apagó los nuestros, desmontó una parte de nuestros cañones, desmontó los merlones, y nuestros artilleros quemaron los últimos cartuchos, quedando concluídas así todas nuestras municiones.  Entonces se arrojó el enemigo a un desembarco, protegido por su poderosa artillería. El Sr. General al conducir valientemente en persona, en ese acto, la infantería para cargar a la bayoneta, fue derribado por un golpe de metralla sobre el estómago, que desgraciadamente lo dejó sin sentido y fuera de combate.  El infrascripto, que acabado de recibir una contusión, tomó el mando, y ordenó al Coronel Edecán de S. E. D. Ramón Rodríguez, que se opusiese a las fuerzas enemigas de desembarco. Asi lo enfrentó, arrastrando el fuertísimo fuego de la artillería enemiga y sus proyectiles. Cubierto el enemigo con este poder, estando apagados ya nuestros fuegos, desmontada parte de nuestra artillería, sin municiones, y puestos fuera de combate por muertos y heridos en su mayor parte nuestros improvisados artilleros, logró el enemigo penetrar en el punto de las baterías destruidas por sus fuegos. Se le resistió con todo, disputándole siempre el terreno, y salvando toda la artillería volante.  Las Escuadras inglesa y francesa, descargaron incesantemente sobre nuestras

frágiles esplanadas, una lluvia de bombas, granadas, balas y proyectiles, con la prontitud, buena dirección y destreza de sus expertos artilleros. Esta inmensa desproporción no sirvió sino para enardecer el valor de nuestros Jefes, Oficiales y soldados, y del Sr. General que dignamente las ha comandado con tanto denuedo; y que en un momento tan importante cayó gloriosamente herido. El Comandante del Bergantín Nacional de Guerra “Republicano”, D. Tomás Creig, después de haber consumido todas sus municiones, quemó el buque, y arrastrando intrépidamente los fuegos enemigos, se incorporó a las fuerzas de tierra.  El Coronel D. Ramón Rodríguez y todos los Comandantes de las Baterías, todos los Oficiales y soldados han llenado heroicamente su deber. Los enemigos han sufrido gran pérdida de vidas. Continuamente se les veía arrojar de a bordo de sus buques los cadáveres de los muertos que flotaban en las aguas del Paraná. Se calcula el número de los muertos y heridos del enemigo en más del doble que los nuestros. Tres de sus buques salieron fuera de combate y los demás han sufrido considerables averías y detrimento en su arboladura, velamen y cascos.  Los Jefes, Oficiales y tripulaciones del enemigo han correspondido en este fuerte combate al renombre y fama del valor de las marinas de Inglaterra y de Francia. Los enemigos han visto la defensa heroica que ha hecho esta División del Ejército Argentino de la independencia, soberanía y honor nacional.  Por nuestra parte han muerto peleando con heroica valentía el Teniente de Marina D. José Romero, los Subtenientes D. Marcos Rodríguez y Faustino Medrano, los

Alfereces Martínez y Sánchez y sesenta soldados de las Baterías, fuera de los que han muerto con igual denuedo dentro del Monte de Obligado donde se sostuvo el fuego hasta media noche. Su número, incluso los de las baterías, se calculan ciento cincuenta. Han recibido honrosas heridas, combatiendo valientemente, el Mayor D. Avelino Garmendia, Ayudante del Señor General, los Tenientes de Marina D. Javier Gómez y D. N. Correa, el Subteniente D. Víctor Fernando Elizalde, los Guardias Marinas D. Tomas Hallet y D. Fernando Pastor, el Teniente D. Juan Gainzal, el Alferez D. Francisco Estevez y noventa y tres individuos de tropa.  También han muerto con heroicidad varias virtuosas mujeres, que se mantuvieron en este sangriento combate, al lado de sus esposos, hijos o deudos, socorriendo a los heridos, y ayudando a los combatientes en la defensa del honor argentino. El infrascripto cumple con el deber de presentar por el órgano de V.S., y por orden de su valiente Jefe el Sr. General D. Lucio Mansilla, a la consideración del Exmo. Sr. Gobernador y Capitán General de la Provincia, Brigadier Dn. Juan Manuel de Rosas, la virtud y denodado valor de los Jefes, Oficiales y soldados que han combatido en esta jornada de honor y gloria, contra enemigos, aunque iguales en valor, muy superiores en medios de destrucción y personal de artillería. Dios guarde a V.S. muchos años.                                               Francisco Crespo

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