Rosas

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jueves, 30 de abril de 2020

Correspondencia entre Manuelita Rosas y Antonino Reyes: contra las infamias de la Historia Oficial

Por el Prof. Jbismarck
La casa de la familia Terrero - Rosas en el barrio de Hampstead (50, Belsize Park Gardens, London, N.W., dirección que lucía en letras rojas de relieve en el papel de carta que empleaba Manuelita) era una sólida construcción de tres pisos que no sabemos si sigue existiendo; la planta baja muestra en las fotografías un porche con escalinata a la izquierda y una "bow-window" a la derecha, mientras que cada uno de los pisos superiores parece revelar en su frente una habitación pequeña con una sola ventana y otra mayor con tres ventanas juntas. Ese era el reino casero desde donde "la duquesa", como la llamaba su padre, mantuvo fielmente su correspondencia con el otro exiliado en su casa montevideana de la calle Agraciada N° 45 (numeración antigua),Antonino Reyes.                            Manuelita Rosas sobre reclinatorio. 1877. Toma de W.E. Debenham, Londres. Colección Museo Histórico Cornelio Saavedra.
    En el diario "La Razón" de Montevideo (11 y 13 de agosto de 1892), el historiador argentino Mariano Pelliza publicó unos artículos en que repetía los infundios de José Rivera Indarte sobre las relaciones incestuosas entre Rosas y su hija. A ello se refiere Manuelita en carta a Reyes del 15 de noviembre: "mi honor tan infamemente calumniado".          Reyes contestó, por lo cual "el señor Pelliza juzgó prudente batirse en retirada, en una carta que el señor Reyes no ha querido publicar íntegra por exquisita hidalguía, dice "La Razón" ("Historicus" en "El Siglo" de Montevideo, 13 de enero de 1893). Pero en el mismo artículo el desconocido "Historicus" - que acaso fuera el joven Daniel Martínez Vigil -, aunque toma distancia en lo referente a la vida privada de Manuelita, insiste en atribuirle un rol político.   Tal fue el origen del desmedido de la hija del Restaurador en carta destinada a la publicidad y fechada el 16 de noviembre.                              Esta polémica, en la que echaron su cuarto a espadas "Martín de Chacabuco" en defensa de Reyes y de Rosas y un cierto Victorino José Cabral en contra ("La Razón" de 15 y 17 de enero de 1893, respectivamente), se cerró el 2 de febrero con la carta de Reyes que transcribimos a continuación CUESTION HISTORICA. 
Señor Director de LA RAZON.- Muy señor mío.- A causa de mis ocupaciones retardaba la contestación que me había propuesto dar a un señor "Históricus" que publicó un largo artículo en El Siglo del 13 del mes ppdo., en defensa de don Mariano Pelliza, a quien comuniqué yo por intermedio de La Razón una carta de la señora doña Manuela de Rozas de Terrero, negando su participación oficial en la despedida hecha al general don Manuel Oribe cuando marchó de Buenos Aires en expedición a las provincias del interior. Pronta ya mi respuesta, recibí una carta del doctor Saldías, opinión autorizadísima, que sintetiza nuestra idea. Por esta razón la echo al cesto de los papeles viejos, no crea el anónimo "Históricus" que por prudencia, sino porque no es mi ánimo entrar en aclaraciones respecto a su elucubración, sino sobre lo que el distinguido historiador don Mariano Pelliza tomó de los panfletos de Rivera Indarte.   La carta del doctor Saldías dice así: "Buenos Aires, Enero de 1893.- Señor don Antonino Reyes.- Distinguido señor y amigo.-......Entre los diarios que he recibido de Montevideo, he visto una rectificación muy larga y muy deshilachada de un señor "Historicus" y referente a la participación oficial que este señor se empeña en darle a doña Manuela de Rozas de Terrero en los actos del gobierno de Rozas. "Entre los comprobantes que aduce entran algunos párrafos de la antigua edición de mi libro sobre esa época. "Lo curioso es que la propia cita condena al Sr. "Historicus" porque allí se muestra como Rozas puso en ridículo la intentona de gobierno hereditario.  "Si condujera a algo yo le mostraría al Sr. "Historicus", cuya hilacha creo conocer, como no se puede ni se debe tomar truncos párrafos de un libro para pretender acreditar extremos históricos con espíritu preconcebido; es una mala acción, una ligereza, bien que a la larga comulguen con esos extremos los tontos de solemnidad. "Pero a nada conduce discutir historia nacional con el señor "Historicus" "Las cosas han de quedar en su lugar aunque él quiera tergiversarlas valiéndose de cartas que se contienen en "la Historia de las Repúblicas del Plata" y en la "Efemeridografía" que son sus autores favoritos. "Soy de opinión que los deje usted en paz en el consorcio híbrido con las preocupaciones estériles que ya no hacen camino" "Queda de usted affmo. amigo". - Adolfo Saldías. Hasta aquí la carta y repito, aceptando sus juiciosas indicaciones que dejo en paz al señor "Historicus". Saludo al señor Director.- Antonio (sic) Reyes. 
UNSAM - UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN MARTÍN
En 1895 otro amigo de la causa federal, el coronel Prudencio Arnold, recopilo y editó en Rosario varios artículos que Reyes había escrito para el periódico "El Argentino".   En respuesta a los "Apuntes de otro tiempo", de Vicente Fidel López, trata sobre las relaciones de Rosas con Facundo Quiroga y Estanislao López y la expedición del desierto, con una reivindicación global del gobierno del Restaurador y de quienes sirvieron bajo su mando. Mereció las felicitaciones de Manuelita (carta del 18 de julio de 1895): "la buena tunda que has dado a don Vicente con tus explícitos desmentidos". Como dice la hija de Rosas en una de sus cartas a Reyes, una íntima amistad los había "ligado desde nuestros primeros años". 
Hay una carta que se encuentra en el tomo 1854 del Museo Histórico Nacional de Montevideo  de Manuelita a su amiga Petrona Villegas, en copia mecanografiada remitida a Reyes Thévenet en 1926 por Carlos Ibarguren (que no la incluyó en el apéndice de su "Manuelita Rosas"). Esa carta está fechada en Southampton el 6 de julio de 1852, o sea antes de la boda de Manuelita con Máximo Terrero, que se efectuó el 22 de octubre. En hoja separada decía lo siguiente. "Reservado ¿Y Reyes? ¿Cree Ud. que piensa aún en mí? De veras: es la única persona que deseo saber si me quiere siempre, y cuya amistad sentiré muy de veras perder. Dígame Ud. algo de ese amigo mío tan querido en mi época pasada, y jamás olvidado en mi futuro. Por Máximo supe algo de él, pues fue el primer hombre por quien le pregunté. Después nada he sabido, y aunque no dudo de sus buenos sentimientos hacia mí, quiero tener la certitud.   Dirigiéndose a la misma corresponsal el 3 de noviembre le encarga: "Si lo ves salúdalo con un abrazo por mí, y asegúrale mi constante amistad". De aquí cabe deducir que las primeras cartas entre ambos cruzaron el océano en fechas posteriores, e indudablemente por iniciativa directa o indirecta de Manuelita. 
De su matrimonio con Máximo Terrero, Manuelita tuvo dos hijos nacidos en Londres: Manuel Máximo Juan Nepomuceno (20/ V/1856), casado con Janie Thompson, de nacionalidad inglesa, y Rodrigo Tomás (22/IX/1858), que contrajo enlace con Ina Michalovsky, de origen ruso (su madre murió en ese país y una hermana vivía en Dresden, Alemania). De esta pareja nació el 17 de agosto de 1890 la primera nieta de Manuelita, Vera Manuela Helena Terrero.  Una presencia muy destacada en este epistolario es la de Agustina de Rozas de Mansilla, hermana del Restaurador y viuda del general Lucio Mansilla (1792-1871); nacida en 1816, era apenas un año mayor que su sobrina Manuelita, que siempre la nombra con el apodo de "Tinita". En lo que se refiere a Antonino Reyes, hacía ya años había perdido a su esposa Carmen Olivera
Prácticamente en todas las cartas dirigidas por la hija de don Juan Manuel a su amigo Reyes aparece, a veces extensamente,  el ilustre historiador Adolfo Saldías; los datos de que ellas surgen acerca de las fuentes de la Historia de la Confederación Argentina son de positivo interés. Lo mismo ocurre con el fidelísimo subordinado de Rosas coronel Prudencio Arnold, a quien ha devuelto notoriedad la reedición de su obra "Un soldado argentino" realizada por EUDEBA en 1970. La correspondencia directa de Manuelita con Saldías y Arnold parece haber sido copiosa; no así con "Don Pedrito", a quien permanentemente enviaba sus recuerdos. Se trata de Pedro Regalado Rodríguez (1818-1903), que fue secretario de despacho de Rosas entre el 12 de setiembre de 1835 y el 3 de febrero de 1852. Estaba junto a Rosas, Manuelita y la amiga de ésta Telésfora Sánchez el 28 de marzo de 1841, cuando a todos pudo costarles la vida la apertura de la famosa "máquina infernal" enviada por los unitarios al Restaurador. Pedro Rodríguez, que durante el juicio contra Reyes testimonió en su defensa, había quedado ciego en 1870.

bibliografía:  Manuela Rosas y Antonino Reyes: olvidado epistolario

2 comentarios:

  1. Fue muy común en esa época y entre muchos unitarios, difamar al Restaurador, a su hija, al Brig Gral Juan Facundo Quiroga y otros.- Los mas infames mentirosos y falsarios, fueron y creo que en ese órden: Sarmiento, Rivera Indarte. Pelliza, Marmol

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  2. Excelente artículo. Menciona que, efectivamente, siempre Manuelita preguntaba por Pedro Regalado Rodríguez y Aguiar (mi tatarabuelo), secretario de primer despacho de Rosas, pero no mantenía correspondencia con él. Sucede que "Pedrito", progresivamente fue perdiendo la vista, lo cual lo afectaba mucho anímicamente. Quedó totalmente ciego a los 50 años.

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