Rosas

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miércoles, 15 de abril de 2020

Documentos sobre el Restaurador

Por Gonzalo V. Montoro Gil
-DOCUMENTACIÓN ENCONTRADA EN LA ACTUALIDAD- LUGAR DONDE SE ENCUENTRA-
En estos últimos años se ha conocido fehacientemente que Rosas tenía en el exilio un enorme archivo con documentación que había tenido la precaución de llevarse a Inglaterra. Incluía tanto documentos personales propios y de Encarnación Ezcurra y su familia, como otros relativos a su gestión de gobierno.
Parte de dicha documentación había quedado en Buenos Aires. Existe una carta manuscrita de Máximo Terrero que explica el derrotero la misma.
Según consta en la esquela, en el año 1857 el Gobierno del Escribano Victorino Cabral retiró todos los expedientes, sin conocerse su localización hasta 1883 cuando llegaron sin saber cómo a manos de Terrero, quien los conservó en su propia oficina.  En 1881, Manuelita le envió una parte de la documentación que estaba en Inglaterra a Adolfo Saldías, que se la había solicitado para su enjundiosa obra sobre la Confederación Argentina.
Ese material incluía no solo la documentación original producida en las épocas en que Rosas estaba en el país, sino también la que se acumuló durante los 25 años del exilio (cartas, órdenes políticas y de manejo administrativo de sus propiedades, los títulos que acreditan la propiedad de J.M. de sus bienes y sobre todo del predio de Palermo, que le había sido entregado por el Virrey Liniers. Propiedades que fueron confiscadas vilmente por el Estado Gobernado por el Odio de Mitre, Avellaneda, Sarmiento... a lo largo de los años.
Cuando murió Manuelita, su marido Máximo Terrero remitió a Saldías todos los baúles, que contenían 20 cajas con los documentos faltantes del Archivo de J.M.   Posteriormente, toda la documentación quedó en manos de J. M. León Ortiz de Rozas, nieto de Rosas.   Al fallecer J. M. León, todo recayó en sus hijos: primero en Ricardo Ortiz de Rozas; luego en Sara Ortiz de Rozas (casada con Alejandro Cesar Fernández Sáenz). Después, llegó a manos de la hija mayor de ésta, Ana Rosa Fernández Sáenz de Abriani y posteriormente a sus descendientes Alejandro Fernández Sáenz Ortiz de Rozas y Arturo Abriani.
Todos ellos vivieron en departamentos ubicados en el edificio de la calle Juncal 2100/70 en la ciudad de Buenos Aires

Entre los años 2000 y 2002 al conocerse donde se encontraba toda esa voluminosa documentación, tomó intervención una comisión ad-hoc presidida por el Gral. Oscar R. Chinni, que procedió a evaluarla y contabilizarla. Asimismo, sugirió dónde entregar todo, sin tener en cuenta que se trataba de documentación privada y no pública.    Entre otros documentos, allí se encuentran, tal como se adelantó, el testamento de Encarnación Ezcurra, cartas públicas y privadas de J.M. de Rosas y de su familia, detalles precisos de la rendición de cuentas durante su gestión de gobierno, entre otros escritos personales.
La familia Abriani, sin autorización del resto de los herederos de Rosas, procedieron a fin del año 2016 a donar inconsultamente a la Academia Nacional de Historia, todo el material en cuestión. De este modo, se perdió irremediablemente la posibilidad de hacer visible, en forma documentada, los derechos y los actos de J.M. tanto en el país como en el exilio.
Otro elemento que influyó en contra de la exposición al público de ese gigantesco material, por calidad y volumen, y de altísimo valor histórico, fue la postura contraria a la persona y la actuación de Rosas y la Confederación, que siempre ha mantenido la Academia.
Ese error o desinterés por parte de los Abriani al elegir esa institución como depositaria, ha imposibilitado ver o estudiar los documentos tanto antes como después de su entrega. Situación que sigue vigente actualmente en el año 2018.
La citada Academia ha informado en Julio de 2019 que hasta que no se “pongan en orden” (sic) todos esos documentos, el público-ni siquiera su familia- podrá acceder a su lectura y estudio. Culminada la organización y ordenamiento del material, no habría inconvenientes para exponerlos.
Con el tiempo se sabrá si esto es verdad….
“Y LA HISTORIA JUZGÓ”…(G.V.M.G.) 
Si la historia es la que juzga
pues que juzgue como es debido:
quienes nos inculcaron
el renegar de nuestro hispanismo
y quien elevó ese valor íntimo
que a nuestros hijos ha ennoblecido!
Quienes quisieron con parricida instinto
que fuera de Bs.As. no hubiera argentinos
y quien unió a las provincias
y dio a la patria, su digno sentido!
Para quienes juego de salón era
con reglas de afuera, patria y destino
y quien venció a los anglo-franceses
a fuerza de sangre y diez cañoncitos!
Quien se unió al extranjero
allá en Caseros, mi amigo
y quien luchó junto a un criollo
que solo a traición pudo ser vencido!

Así es que la historia juzgó
Juzgó como era debido
a un Brigadier General, y a su sable
que heredó con honor altísimo
con el que restauró a la bandera, el sol
y su orgullo de haber nacido!”

extraido de "Revisionistas"

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