Rosas

Rosas

sábado, 30 de octubre de 2010

TRAS LAS HUELLAS DE FRANCISCO SALAMONE, EL ARQUITECTO DE LAS PAMPAS

Por Claudia Alejandra Heredia.

Y un día me decidí. Ya conocía algunas de sus obras pero no había tomado conciencia de su magnitud e impronta. Como a la mayoría de los pobladores del sudoeste de la provincia de Buenos Aires les sucedió, la cotidianeidad de su presencia ante mis ojos las convirtió en casi invisibles.

Enormes estructuras de alto impacto urbano emergiendo en la horizontalidad de la llanura, en zonas rurales o pueblos diminutos, apenas un poco más grandes que en tiempos de su fundación, no más de 50 años antes, cuando formaban la línea de frontera con los indios.

Así que armé mi bolsito y me dirigí a la Ciudad de Azul, a cumplir un sueño: ver con mis propios ojos una de las esculturas más imponentes... el llamado “ÁNGEL EXTERMINADOR” del olvidado arquitecto de las pampas.

Francisco Salamone (1897-1959) nació en Leonforte, Sicilia. A los 6 años sus padres decidieron emigrar a América del Sur. Francisco es el típico hijo de inmigrantes europeos que llegaron pobrísimos pero que dieron al país hijos profesionales. Estudió en el Colegio Otto Krause egresando como Maestro Mayor de Obras y en 1917 viajó a Córdoba para seguir sus estudios en la universidad. A los 25 años ya tenía dos títulos: Ingeniero Arquitecto e Ingeniero Civil. Fue admitido en la Sociedad Central de Arquitectos pero se desvinculó por ser sus proyectos rechazados y criticados

En 1928 se casó con Adolfina Croft Finita, hija del cónsul inglés en le Ciudad de Bahía Blanca. Se instalaron en Córdoba donde Francisco desarrolló sus primeras armas en la proyección y construcción del trazado de la plaza y el matadero de Villa María y la municipalidad de Las Varillas.

En 1935 regresan a Buenos Aires y allí comienza su historia. En plena Presidencia del General Agustín P. Justo su período de trabajo corresponde al gobierno de Manuel Fresco en la provincia de Buenos Aires, conservador del Partido Democrático Nacional, su Ministro de obras públicas fue el ingeniero  José Manuel Bustillo, hermano del arquitecto Alejandro Bustillo.

Por aquella época circulaba un dicho:  NO SE MUEVE UN LADRILLO SIN QUE LO HAGA BUSTILLO.

Manuel Fresco lanzó un plan de obras municipales para cambiar la fisonomía de los pueblos bonaerenses y Francisco Salamone ganó los concursos para llevar adelante las construcciones.

Agregando al dicho: LO QUE FRESCO DISPONE LO CONSTRUYE SALAMONE.

Setentas obras en menos de cuatro años (1936-1940) en más de treinta localidades, todas proyectadas, diseñadas y dirigidas por él mismo en sitios olvidados de la pampa húmeda: Balcarce, Rauch, Laprida, Coronel Pringles, Guaminí, Alberti, Tornquist, Alem, Adolfo Alsina, Pellegrini, Azul, Gonzales Chaves, Chascomús, Salliqueló y mas...

Su método consistía en llegar al sitio donde debía realizarse la construcción y sentado allí, con carbonilla y papel dibujaba y diseñaba varios bosquejos hasta elegir el definitivo que luego entregaba a los escultores para que plasmaran la idea. Supervisaba todas sus obras trasladándose en una avioneta que él mismo piloteaba.

Con su nueva técnica de la Piedra Líquida u Hormigón Armado quebró la línea horizontal de la llanura y se convirtió en el arquitecto oficial de Manuel Fresco. Ésta asociación provocaría que se lo tildara de fascista, especialmente entre quienes criticaban su estilo y veían en sus obras una simbología del régimen.

Existe una evidente relación ideológico-arquitectónica en el paisaje plano y monótono de la llanura bonaerense del cual emergen estructuras monumentales que ponen de manifiesto la supremacía de un Estado gigantesco y poderoso elevándose por encima de las instituciones religiosas. Con su estilo art déco Salamone construye en los municipios altas torres espigadas más altas que las de las iglesias, que elevan relojes hacia el cielo en edificios municipales en pueblos diminutos y olvidados.

CIUDAD DE AZUL

Pero volviendo a mi viaje, llegué a Azul, ciudad de la línea de frontera fundada por Juan Manuel de Rosas allá por el año 1832, y ya instalada salí rumbo a mi principal objetivo: el cementerio.

Todos los genios tienen sus excentricidades, y en el caso de Salamone anticipaba sus obras con un planeamiento obsesivo del paisaje. Siempre los naranjos estratégicamente plantados conducen a sus obras.  En la ciudad de Azul si uno sigue el camino de los naranjos a lo largo de la calle Necochea llegará fácilmente a destino. Ver una foto o un video no es suficiente para anticipar el impacto emocional que provoca a la vista el dar la vuelta a la esquina y toparse abruptamente con una estructura en hormigón de 43 metros de simétrica fachada y 22 metros de altura que abraza toda la esquina. Nada ha sido librado al azar...Al diseñar el nuevo portal del cementerio, Salamone instala el conjunto arquitectónico en la ochava, para crear una mayor imponencia.

Parado en el centro de la escena el Ángel Exterminador o Ángel de la Muerte con sus enormes alas y las manos cruzadas sobre la empuñadura de una espada. Su rostro tiene el ceño fruncido y según la posición del sol, las líneas cubistas, facetadas, parecen moverse, cambiar de posición. En realidad la escultura refiere al Arcángel San Miguel, quien, según la tradición católica, defiende con su espada a las almas del demonio y las recibe en el juicio final . Nada de oscuro ni tenebroso hay en ello, aunque según cuentan los pocos pobladores que quedan vivos desde el momento de la inauguración y emplazamiento del ángel, la gente comenzó a enterrar a sus muertos en los pueblos vecinos por temor a la creencia de que el ángel se llevaría a todos los que entrasen a visitar a sus difuntos.

Completan la estructura externa unas enormes letras RIP (REQUIESCAT IN PACE) y llamaradas zigzagueantes en los extremos, internamente también llama la atención la imponencia y sencillez de una cruz gigante de cemento.

Por una ley del año 1929 los trabajos públicos debían ser encargados y financiados directamente por los municipios, no por el gobierno de la provincia. En Azul, como también sucedió en Carhué, la obra fue fuertemente resistida por el concejo deliberante y generó tal deuda que el ingenio popular creó la idea de que esas monumentales letras RIP en realidad significaban “Resulta Imposible Pagar”.

 




Uno de los Cristos del escultor Chierico en la capilla del cementerio y el detalle de su pie.

El Portal del cementerio fue realmente impactante, pero no fue solo ello lo que me atrajo a la ciudad de Azul, en segundo lugar mi interés estaba puesto en conocer la Plaza San Martín, utilizando distintas variantes dentro del art déco, rara vez el siciliano va a repetir un mismo diseño en las diferentes plazas donde dejó su inconfundible sello.

En la plaza principal de Azul, todo converge en torno a la estatua ecuestre del Libertador Don José de San Martín, ubicada sobre un basamento de hormigón, en medio de una fuente que en algún momento tuvo varias cascadas que daban un efecto de movimiento. Y si hablamos de movimiento,  es una sensación extraña pararse por primera vez sobre las baldosas romboidales blancas, grises y negras, los que lo hacen por primera vez experimentan una sensación de mareo y ni hablar si se animan a dar unas vueltas trotando... el piso parece moverse en un oleaje que fluye desde la estatua de San Martín hacia el exterior … en contraposición con los diferentes diseños de bancos que convergen hacia el interior, comenzando por los más trabajados a los más sencillos. En ésta plaza encontramos tres tipos de bancos, varias combinaciones de luminarias y cuatro macetones enormes. Todo en un marcado contraste con la Catedral Gótica Nuestra Señora del Rosario situada en la vereda de enfrente.






Caminando por la bella costanera “Cacique Cipriano Catriel” y siguiendo el curso de arroyo llegamos al Parque Municipal Domingo Faustino Sarmiento diseñado por el paisajista francés Carlos Thays. Con más de 22 hectáreas y 250 especies de árboles distribuidos entre pérgolas, puentes y senderos zigzagueantes, atravesado por el arroyo Azul, es el pulmón verde de la ciudad y lo que nos detiene aquí es su portal de ingreso, simple pero imponente consta de tres agujas de más de 30 metros de altura pero de diferente diseño entre sí.

En líneas generales la trilogía básica de la obra de Salamone es Municipio-Cementerio- Matadero.

CIUDADES DE LAPRIDA Y SALDUNGARAY

Si bien muchas fueron las fachadas de cementerios, tres son las más importantes: en la ciudad de Azul, en Laprida y en la diminuta ciudad de Saldungaray.

En Laprida encontramos la máxima expresión del urbanismo salamónico. Tres kilómetros de ruta en medio de una frondosa galería de árboles que conduce al centro. Allí la municipalidad y la plaza principal y la misma galería continúa hasta el cementerio. Una estructura hueca en forma de cruz de 30 metros de altura que soporta un Jesucristo cubista, facetado, podría pensarse demasiado para un camposanto tan reducido.

Nada quedó librado al azar. La diagonal flanqueada por árboles va en dirección este-oeste al cementerio, de modo que, al comenzar la primavera, el sol salía por detrás. Además tenía unos reflectores con luces azules que se encendían al anochecer acentuando la imponencia del Cristo en la cruz.

Seguimos en la ciudad de Laprida. En la plaza principal encontramos el mismo entramado zigzagueante de Azul y en su centro, una fuente-macetero con una extrañísima forma de “nave espacial” pero que es el mástil de la bandera del pueblo.

En la vereda de enfrente, el edificio municipal parece tener forma de avión estrellado... o es la imaginación de los pobladores que vieron plasmada en aquella construcción el accidente sufrido por el arquitecto en las inmediaciones del sitio mientras piloteaba su avioneta, afortunadamente sin graves consecuencias.

La “locura de Saldungaray” completa sus tres portales de cementerios más impactantes. La cabeza inerte de un Cristo en medio de un disco de 18 metros de diámetro, simbolizando según dicen algunos “la rueda de la vida” o dándole una simbología más personal según otros que ven plasmada allí la imagen de la ruleta, uno de los vicios que condujeron al arquitecto a su fin. Detrás de la cabeza pendiente y su cruz, cristales azulados acompañan una serie de rayos en ésta increíble estructura emergiendo en el paisaje rural.


CEMENTERIO DE BALCARCE.



CIUDAD DE TORNQUIST

La ciudad de Tornquist es un cobijo de colonias alemanas y de ésta ciudad es el único registro en video que disponemos sobre la inauguración del edificio municipal en el año 1938. Se celebró un desfile que congregó a las autoridades municipales y pobladores de las regiones aledañas. Luego del desfile el cura párroco manifestó su disconformidad porque el nuevo edificio municipal era más alto que el de la iglesia con cruz y todo. Esta es una muestra del rechazo a la obra de Salamone y su posterior modificación del entorno, plantándose árboles que hoy en día impiden ver en conjunto el diseño de la plaza y sus edificios linderos. El resultado es un parque con glorietas, pérgolas, fuentes y lagos artificiales con patos anteponiéndose al Palacio Municipal.




CIUDADES DE CARHUÉ Y VILLA LAGO EPECUÉN

En Carhué el edificio de la Municipalidad es el más alto de todos los edificios de Salamone, mide 36 metros de altura y estaba proyectado que midiera 10 metros más pero no llegó a concretarse por razones de presupuesto. Posee en su base una fuente con agua.


En ésta ciudad encontramos otro ejemplo de la resistencia a sus obras. Los concejales tuvieron que ser obligados por la fuerza pública para dar quorum en las sesiones para la aprobación del proyecto.

Carhué y Villa Lago Epecuén son los pueblos de mi infancia... sin saberlo me senté en bancos bajo glorietas, diseñados por Salamone. Fui testigo del Cristo de Chierico sumergido hasta el pecho, marcando el límite de la inundación y protegiendo a la ciudad de Carhué de no ser devastada y destruída por las aguas como sí lo fue Epecuén en el año 1985.

El escultor Santiago Chierico creó un diseño de Cristo cubista pequeño como boceto para crear el Cristo monumental que precede al cementerio de Laprida. Los famosos “cristos” que Salamone obsequiaba a cada ciudad donde dejaba su obra y que también eran una manera de dejar su sello en cada lugar.

El de Carhué fue emplazado en la bifurcación de dos caminos: el que conducía al cementerio y el que llegaba a Villa Lago Epecuén, ciudad turística, famosa por las propiedades curativas del barro y la salinidad de sus aguas. Situada al márgen de la laguna homónima, perteneciente al sistema de encadenadas, en el año 1985 se produjo el desborde del terraplén que contenía el caudal de agua, dejando sumergida a la ciudad durante 20 años. Cuentan los lugareños que el agua sólo llegó hasta el pecho del Cristo y desde entonces comenzó a ser venerado como el protector de la zona. Poco a poco las aguas comenzaron a descender pero toda la región se perdió. El Cristo muestra los estragos sufridos... hoy en día Epecuén es un pueblo fantasma detenido en el tiempo y visitado como atracción turística.

LOS MATADEROS

Un capítulo aparte es el de los mataderos. Fueron puestos de trabajo en las ciudades y un avance en las condiciones higiénicas de la época ya que anteriormente el faenado se realizaba a cielo abierto. Con la aparición de los mataderos, los carniceros llegaban allí a comprar las reses que iban a vender en el día. La infraestructura contaba con rieles transportadores hacia el área de faenado y el depósito en cámaras frigoríficas hasta el momento de su traslado.

Los primeros mataderos obra de Salamone son el de Epecuén, que resistió a estar sumergido 20 años en aguas salinizadas, los de Azul, Laprida y Guaminí (éste último según dicen tiene forma de barco). Todos ellos con el sello distintivo de delgadas láminas semejando cuchillas altísimas que presagiaban su función.

Epecuén


Azul

Laprida


Guaminí

CIUDADES DE BALCARCE, GUAMINÍ, CHASCOMÚS, PILAR Y EL RECHAZO A LA OBRA DE SALAMONE

La ciudad de Balcarce es el punto de partida de las obras de Salamone y un claro ejemplo de la resistencia y el rechazo de los habitantes y las autoridades del lugar.

En la plaza principal se erigió una confitería que también funcionaba como escuela de arte. Fue tan criticada y menospreciada comparándola con una “torta de cumpleaños” cuando en realidad simbolizaba a la rosa de los vientos y marcaba los cuatro puntos cardinales. Años después de su inauguración, los vecinos la destruyen por completo.



Balcarce antes y después de la confitería.

Lo mismo sucedió con el edificio que fue pensado para sede del Palacio Municipal y que, quedando inconclusa su construcción se convirtió en sede de una escuela llamándosela “el submarino” en alusión a la extraña forma resultante al privársele de la torre con la que originalmente había sido proyectada.


La tardía Municipalidad de Chascomús también fue también peyorativamente comparada con una “torta de cumpleaños” con velas y todo. Los vecinos la aceptan, pero no mucho... Es un diseño atípico porque Salamone impone su impronta art déco en un escenario donde debe respetarse el estilo neo colonial del casco histórico de la ciudad.


También en Guaminí, la construcción futurista de la plaza fue devaluada y criticada en los años 1939 y 1940 y la gente, disgustada, dejó de frecuentarla por muchos años.

El pórtico del cementerio de Pilar con su imponente cruz que descendía para convertirse en puerta fue mutilado y demolido a fines de los 50.

Si algo hay por destacar es su compromiso con todo lo referente a los edificios, no solo a su exterior, sino que también al diseño de interiores en una coherencia estética casi obsesiva, ocupándose del mobiliario por completo, los cerrajes, las lámparas y la utilización de los espacios.



SUS ULTIMOS AÑOS

Por razones políticas en el año 1940 se interrumpe el proyecto urbanístico de Manuel Fresco y Salamone deja de construir. Quedan descartados sus proyectos en Tres Arroyos y Lobería. Y es en éste, su período final, que construye el edificio municipal de Chascomús.

Luego de un juicio por una acusación casi ingenua por problemas en una pavimentación en la ciudad de Tucumán en la que él había firmado como director técnico, se exilió en Montevideo y solo regresó en 1945. La familia se instaló en la calle Uruguay 1231, donde Francisco montó una oficina de SAFRRA (ya no se presentaría como Francisco Salamone Ingeniero Arquitecto) y se autofinanció para levantar algunos pocos edificios en la capital, completamente alejados de su característico estilo, como el edificio de la calle Alvear 1917 en Capital Federal.

Y en ésta época tanbién se dedica a sus conocidas arquicaricaturas de estilo expresionista y cubista


El ingenioso arquitecto, gran transgresor, impugnador de lo tradicional, estaba influenciado por el art déco, el funcionalismo, el futurismo italiano, el constructivismo ruso y el expresionismo alemán.

También encontramos inspiraciones del mundo del cine, en sintonía con las letras de películas como Metrópolis o el emblema de la 20th, Century Fox.


Sus obras fueron ignoradas, modificadas, destruídas hasta el año 2002 en que la sanción de una ley provincial declaró Patrimonio Cultural toda la obra de Salamone para evitar mas modificaciones. Se lo considera el arquitecto invisible, negado por la historia... no hay registro alguno de sus inauguraciones ni existen documentos.

Su estudio fue demolido y su archivo se perdió para siempre, luego de su muerte en el año 1959. Tuvo 4 hijos y aunque los que viven le profesan admiración, nunca, jamás, se acercaron a ver su obra.

Nadie sale indiferente frente al primer impacto con la obra de Salamone. Es lo que impulsa a muchos extranjeros a recorrer la llamada “Ruta Salamónica” que parte de Azul y recorre cada poblado, ante la mirada sorprendida de los vecinos que, ya habituados a contemplarlas, recién en los noventa comenzaron a comprender el importante patrimonio arquitectónico que representan.

 


ÉSTE ES MI HUMILDE HOMENAJE A FRANCISCO SALAMONE,

 EL ARQUITECTO MÁS PROLÍFICO, CREATIVO,

 NEGADO Y CRITICADO QUE TUVO LA REPÚBLICA ARGENTINA.

 


6 comentarios:

  1. Excelente! conocí algunas obras suyas en Azul ,Caruhé ,y otros pueblos me llamó la atención majestuosas ! imagino que no fue comprendido en esos lugares .no gustó .como una obra de Picasso.gracias por tanta informacion

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por tu comentario, cómo lo dice la nota, fue rechazado e ignorado en los pueblos donde se emplazaron sus obras, hasta que descubrieron el valor del patrimonio cultural que tenían. Saludos !

      Eliminar
  2. Impacta ver sus obras

    ResponderEliminar
  3. Además de Villa María y Las Varillas, en la provincia de Córdoba hay obras de él en Corral de Bustos. El Matadero Modelo (ya desvirtuado por las reformas), el Mercado Municipal (se conserva la torre) y la Pileta Municipal (desaparecida).

    ResponderEliminar
  4. Gracias por la información, que desconocía, pero es evidente que la gente que lo rechazó no estaba preparada para una innovación arquitectónica como la que realizaba Salamone en un medio de llanura donde abundaba el estilo colonial.

    ResponderEliminar
  5. el "Puente Alsina" es de su autoría??????????Gracias. Saludos

    ResponderEliminar