Rosas

Rosas

viernes, 15 de octubre de 2010

Los restos de de Juan Manuel de Rosas

 Por Daniel Schavelzon

Lo de Rosas fue público, notorio y escandaloso, una falta de respeto a la antropología forense y al sentido común: recordemos que cuando el 30 de septiembre del año 1989 se repatriaron sus restos, los encargados de hacerlo mandaron a una empresa a excavar el lugar utilizando una pala mecánica; los responsables llegaron tarde tras quedarse dormidos y al ataúd -detalle esencial- lo habían dejado en la vereda. Más tarde, lo abrieron sin control científico alguno -ni una foto siquiera-, sacaron todo lo que había dentro para repartírselo sin dudar un segundo. Uno de los presentes, para más señas vendedor de departamentos, exhibía orgulloso en su casa la dentadura de Rosas, hasta que hubo que denunciarlo públicamente. Por supuesto, el sarcófago original de plomo fue fundido y vendido; y ni decir que los huesos, sin tratamiento alguno, sin siquiera los cuidados mínimos de un conservador, quedaron convertidos en polvo ¡y el embajador responsable -un Ortiz de Rozas- lo publicó, orgulloso, en el libro La repatriación de Rosas.

3 comentarios:

  1. Nuestro país, ni antes ni ahora, cuida sus raíces y su historia, estamos como dividos como en esa época, para muchos nuestros héroes, será bueno o malos, lo que no se debería olvidar, es que son parte de nuestra historia...

    ResponderEliminar
  2. Nada de lo que haga el estado lo va a hacer bien!

    ResponderEliminar
  3. Desvergüenza...muy triste situación.

    ResponderEliminar