Rosas

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miércoles, 30 de abril de 2014

Pegándole una Pigna a la historia

Por Alfredo Mason

Una de las necesidades que posee la ideología neoliberal para llevar adelante su proyecto de globalización es transformar la concepción del tiempo que habla de un pasado, presente y futuro en un presente instantáneo. El pasado por la tradición y el futuro por los proyectos, son capaces de generar conductas y hábitos que chocan ideológicamente con la «filosofía social» de ese neoliberalismo, a la cual conocemos como «consumismo».

Respecto del pasado, dos son los caminos que lleva adelante esta obra de verdadera aculturalización: una es asentar como verdad indiscutida que todo lo que signifique alusión al pasado debe ser eliminado, porque lo importante es lo que estamos haciendo a partir de ahora. Viejo concepto que trae la Ilustración que niega lo anterior por considerarlo un pre-juicio.

Claro, pero la vida no es como aquellos viejos cines de barrio que con el «continuado» permitían que la película empezara cuando uno llegaba. Entonces el neoliberalismo intenta el segundo camino, encargándose de mostrar una imagen falsa o cuando menos mañosa del pasado para dejar en un mismo lodo, todo manoseao.

Para hacer eso es necesario contar con «historiadores» ad hoc con cierta especialidad mediática o divulgadores de falsedades, discípulos de Silvano Santander.

Vamos a enviar a "El Escarmiento", una serie de notas donde hablaremos de las piñas que le han dado a la historia para ir "formando" una joven generación ignorante de la verdad, por supuesto que los neoliberales no conocen la sentencia de von Salomon: "...la verdad siempre toma venganza".

Perón era nazi

Un miserable mentiroso llamado Silvano Santander escribió un panfleto denominado Técnica de una traición: Juan D. Perón y Eva Duarte agentes del nazismo en la Argentina (Buenos Aires, Antygua, 1955) cuyo prólogo para la edición argentina (la original se hace en Uruguay) la firma a bordo del acorazado 9 de julio que ha participado del golpe de estado de 1955 (pura basura). A esta patraña escrita por un antiguo colaborador de Spuille Braden (a quien lo presentó Vittorio Codovila) o sea, un «garca paladar negro», lo destruyó en primer lugar, junto a sus documentos trucados la Comisión Investigadora de Actividades Antinacionales del Uruguay por no presentar, precisamente, documento alguno; luego el Tribunal Superior de Honor del Ejército Argentino con su fallo de 1956, finalmente Enrique Díaz Araujo reúne todos los datos de la mentira (La conspiración del '43, Buenos Aires, La Bastilla, 1971).

Pero dejó cría. Así surge Uki Goñi & asociados (Engañi), quien sostiene que el gobierno de Perón facilitó de varias maneras, pero sobre todo enviando agentes a Europa, el traslado a la Argentina de nazis. El principal encargado habría sido un ex capitán de la SS (Sturmbannführer) Carlos Fuldner, argentino de nacimiento cuya familia había vuelto a Alemania en la década del treinta. Este, después de la guerra, escapa a Madrid y habría organizado la primera red de escape a la Argentina. Una verdadera novela, pues en primer lugar, los nazis declarados que venían a la Argentina -porque muchos otros fueron a los Estados Unidos- lo hacían con pasaportes de la Cruz Roja otorgados en Italia y muy pocos provienen de España.

Sigamos con Engañi, según el cual, Perón, tenía una simpatía natural (¿?) por el nazismo, el fascismo y los oficiales del Ejército alemán, a su vez, señala el hecho que éste dijo que consideraba que los juicios de Nüremberg eran una infamia. También Engañi hace ver que Perón quería traer a Argentina a científicos y técnicos alemanes, y con ellos una gran cantidad de criminales de guerra como Adolf Eichmann y Josef Mengele, que también entraron al país disfrazados de técnicos. Hasta aquí las acusaciones.

Pero como dijo un león herbívoro: la única verdad es la realidad, y así encontramos a quien de niño entró al país en aquella época, su nombre es Rubén Ezra Beraja -ex-presidente de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA)- afirma que debemos reconocer que el general Juan Domingo Perón en todo momento mantuvo una muy buena relación con la comunidad judía y no se lo puede acusar de anti-semita [...] Argentina fue la segunda Nación latinoamericana -la primera fue Uruguay- que reconoció el estado de Israel (El Cronista, 9.12.1992 p.12-13).

En 1946, por primera vez en la historia argentina se conceden días libres a los soldados conscriptos de confesión judía para que puedan celebrar sus fiestas religiosas. Al año siguiente, se instituye la primera Feria del Libro Judío. Durante mucho tiempo hubo colonos israelíes en algún kibutz de Israel que no pasaba frío gracias a las frazadas con el sello de la Fundación Eva Perón, enviadas en 1948, cuando Argentina reconoció la soberanía del Estado israelí. Tanto es así, que en 1951, Golda Meir visita Buenos Aires para agradecerle a Eva Perón la labor realizada en favor de su país.

Personas de confesión religiosa judía ocuparon lugares de importancia tanto en el Gobierno como el Movimiento Peronista, tal el caso de Miguel Angel Borlenghi, ministro del Interior; Abraham Karislavin sub-secretario del Ministerio del Interior; León Rabovitch es nombrado juez; Pablo Mangel será el primer embajador argentino en Israel; el rabino Amran Blum es designado catedrático de la Facultad de Filosofía y Letras (UBA), y asesor presidencial en temas religiosos; la Constitución de 1949, incluyó una condena a la discriminación racial y religiosa. En ese mismo año, Eva Perón pronunció un discurso en el que afirmaba que quienes propiciaban el antisemitismo en la Argentina eran los nefastos representantes de la oligarquía. El jefe de prensa del gobierno peronista, Raúl Apold, era de confesión judía; en el diario "La Prensa" del período cegetista (1952-1955) colaboran intelectuales de origen judío como César Tiempo, Eduardo Koremblit, León Benarós y Julia Prilutzky Farny que carecían de militancia política. Y algo aún más anecdótico: el relator deportivo Luis Elías Sojit, amigo personal de Perón y Evita, que populariza la frase: "hoy es un día peronista", también era judío. El politólogo israelí Ranaan Rein sostiene que Perón era demasiado perspicaz para caer en el antisemitismo. (La Nación 22.02.2006).

La aseveración sobre los juicios de Nüremberg provienen de un texto que no firmara Perón, sino los periodistas Luca de Tena, Esteban Peicovich y Luis Calvo, quienes han escuchado unas grabaciones realizadas por Perón y las editan bajo el nombre Yo, Juan Domingo Perón. Relato autobiográfico (Barcelona. Planeta. 1981). De cualquier manera, las voces críticas sobre esos juicios tienen diversas voces: uno de los autores más cáustico con estos juicios es el inglés F. J. P. Veale, quien llegó a afirmar que en 1945 los pueblos de Europa que se encontraban en el bando de los vencedores volvieron de pronto a sus costumbres de piedra. A esas críticas se suman los nombres de Hannah Arendt, Bert Röling, Hedley Bull y Hans Kelsen, y a ninguno de ellos se los puede tratar de filonazismo.

Arendt, que era judío-alemana, dice que considera extremadamente débiles las motivaciones adoptadas por los países vencedores para justificar los poderes jurisdiccionales que le atribuyeron al Tribunal de Nüremberg; el holandés Röling -que fue miembro del Tribunal de Tokio, versión asiática de Nüremberg- sostuvo con firmeza que la finalidad de ambos procesos no fue la de hacer justicia, sino que éstos habían sido utilizados intencionalmente por los vencedores con fines propagandísticos y para ocultar sus propios crímenes. Para el inglés Bull, esos juicios cumplían la arcaica función sacrificial; para el austriaco Kelsen el proceso y la sentencia no podían tener el valor de un antecedente judicial por expresar solo la voluntad del vencedor. A ello se suma el italiano Danilo Zolo quien sostiene que aun a un dictador lo debe juzgar su propio pueblo. Con esto demostramos que desde el punto de vista académico y jurídico, la crítica al juicio de Nüremberg -como al de Tokio- no es factible de relacionarla causalmente con una posición, como dijo Jauretche irónicamente, nazi-facho-nipo-falangista (Cf.: Zolo, Danilo, "La justicia de los vencedores", Buenos Aires, 2007, Edhasa).

Respecto de los científicos que llegaran a Argentina -como a los Estados Unidos, donde nació Engañi- efectivamente desarrollaron la industria aeronáutica construyendo el Pulqui I y II, aviones a reacción de construcción y tecnología nacional dirigidos por el ingeniero alemán Kurt Tank, al igual que locomotoras que se producían en Córdoba. A ello se le suma la planta experimental de generación de energía atómica montada en la isla Huemul, bajo la dirección de Ronald Richter que culminará con la inauguración del primer reactor totalmente nacional en 1955. (Mariscotti, Mario, "El secreto atómico de Huemul", Buenos Aires, 2004, Ed. Sigma).

La presencia de Mengele en Argentina es algo a demostrar. De cualquier manera, sostener cierta afinidad del peronismo o de la persona de Perón con el nazi-fascismo ha sido negada por especialistas (citando solo textos en castellano) como De Felice, Renzo "Entrevista sobre el Fascismo" (con Michael A. Ledeen), Buenos Aires,1979, Ed. Sudamericana; Rein, Raanan, "Peronismo, populismo y política". Buenos Aires, 1998, Editorial de Belgrano; Newton, Ronald C., "El cuarto lado del triángulo", Buenos Aires, 1995, Ed.Sudamericana. Respecto de la apreciación de Perón acerca los judíos remitimos a "El pensamiento de Perón sobre el pueblo judío", Buenos Aires, 1954, DAIA (ver el texto completo en la página web del Proyecto Gutenberg Ambas Américas: www.ambasamericas.net); Carta a María de la Cruz del 20 de abril de 1956 (Cartas del Exilio, p.109); Carta a Noé Davidovich del 21 de febrero de 1972 (Correspondencia I p.250-251).

Finalmente, el propio Perón sostiene en carta a la chilena María de la Cruz: "...no hay que olvidar que las fronteras pueden ser para los países pero que jamás los países deben ser para las fronteras [...] entre las creaciones del capitalismo internacional ha inventado, las fronteras son un elemento destinado a tener separados a los pueblos para explotarlos mejor [...] El verdadero patriotismo es el amor a los hermanos, a la comunidad [.] merced a su sentido de solidaridad y justicia. Ese amor a la comunidad no es excluyente ni es negativo [...] El sentido geográfico del patriotismo es un sentido humanísticamente negativo, porque separa con el odio a las comunidades más afines [...] Los judíos, sin una Patria geográfica, en lucha a través de cuatro mil años, han mantenido el sentido universal de su comunidad solidaria y así han podido resistir, no solo a la acción destructora del tiempo, sino también a sus numerosos enemigos que pretendieron destruirlos y aniquilarlos. Es un ejemplo de lo que pueden las verdaderas formas sobre las fuerzas y formas ficticias de la organización..." (Cartas del Exilio. Buenos Aires. Legasa. 1991 p.108-109).

Como vemos, aunque lo quieran ligar a alemanes, son cuentos chinos.

Perón y la represión a los indios

Hace algunos días, en el canal Encuentro (canal 5 de Cablevisión y Multicanal; 15 de Telecentro), emisora del Ministerio de Educación cuyos contenidos están orientados a un público joven, se difundió un programa donde se planteaba la represión que en 1946 se había llevado adelante contra los indios, durante el gobierno de Perón.

Los hechos que se relatan se inician el 15 de mayo de 1946, veinte días antes de la asunción presidencial de Perón, un grupo de aborígenes salieron de los departamentos jujeños de Cochinoca y Tumbayas, y de las cercanías de Orán en Salta. En los días siguientes se pusieron en marcha las columnas provenientes de otras haciendas lindantes con Orán, de Iruya y de Varas de Palca de Esparzo, sumando 174 integrantes del que se denominará Malón de la Paz. La idea era arribar a Buenos Aires en simultáneo con la asunción de Perón o al menos para participar del desfile del 9 de julio.

Las principales radios transmiten en cadena. Han pasado casi tres meses y han atravesado dos mil kilómetros a pie. Es un momento de euforia pues ya están en Buenos Aires.

Es un día de sol, claro y peronista, y en la plaza, la gente viva a los indios y al general Perón, quien ha aparecido en el balcón y los saluda. Tras un improvisado desfile al ritmo de erkes, charangos, sikus y quenas, un mensajero surge desde la Casa Rosada pidiendo la presencia de la representación indígena. Una pequeña comitiva entra. Los funcionarios seleccionan a dos mujeres y a un hombre collas y los llevan al balcón. Es un momento único, el Malón tocaba el cielo con las manos. La primera vez que la principal autoridad política recibe y se abraza en público con indios.

El contingente que bajó del norte es hospedado en el Hotel de Inmigrantes, donde son atendidos correctamente y donde se les asigna un pabellón. Llevan veintitrés días en Buenos Aires. De pronto, el gobierno comienza a cercenar el ingreso de intermediarios al Hotel de Inmigrantes. El miércoles 28 de agosto, funcionarios del gobierno les comunican que deben alistar sus pertrechos porque serán trasladados a otro lugar. En principio, se niegan, pero finalmente aceptan. Son trasladados a la estación Retiro y cuando llegan descubren que hay un tren con sus caballos, carros y mulas alistados para partir y devolverlos a la Puna. Hay forcejeos, empujones y golpes. Para evitar un tumulto en la estación, los mandan de vuelta al Hotel. Los aborígenes hacen gestiones frenéticas para contactar al mismísimo Perón y no son atendidos. En la madrugada, tropas de asalto al mando del general Velazco ocupan el Hotel de Inmigrantes, irrumpen en los dormitorios y comienzan a sacarlos a la rastra, golpeados y empujados escaleras abajo. Afuera, en una vía secundaria del puerto estaban los dos vagones, lejos de los andenes de Retiro, para evitar el escándalo y para mandarlos de vuelta, sin escalas, a la Puna. Hasta aquí lo que se relata, aunque de lo único que hay testimonios e imágenes es de la primera parte, de la recepción.

Lo primero que llama la atención, es que un hombre que se jactaba de tener sangre de indios, que escribiera la Toponimia Patagónica de etimología araucana (ver el texto completo en la página web del Proyecto Gutenberg Ambas Américas: www.ambasamericas.net) y que fuera el artífice de que los indios obtuvieran su libreta de enrolamiento, o sea, que no solo tuvieran existencia legal sino que se incorporaran a la ciudadanía, pudiera ordenar su represión arbitraria.

Lo que no nos cuenta Encuentro es el final de la verdadera historia. Ahí va el relato que nos trae Adriana Kindgard -una investigadora del CONICET y la Universidad Nacional de Jujuy- que publica en un libro colectivo: La invención del peronismo en el interior del país, cuyos editores son Darío Macor y César Tcach (nada que ver con peronistas fanáticos) en Rosario, Universidad Nacional del Litoral, 2003.

En Jujuy el peronismo se nutre en su conformación de diversas corrientes -como en todas partes- pero del tronco yrigoyenista proviene Miguel A. Tanco, el cual es electo el 24 de febrero de 1946 senador nacional por su provincia, con los votos mayoritarios de los departamentos de la Quebrada, la Puna y San Salvador de Jujuy, digámoslo sin ambages era el pobrerío que lo sostenía. Sensible a la necesidad de Justicia Social que contemplaba en su gente y a la proclamada por Perón, presentará el 7 de agosto de 1947 en el Senado un proyecto de ley de Expropiación de terrenos de la provincia de Jujuy que pertenecieron a los aborígenes (Diario de Sesiones, tomo I, 7.8.1947), aprobada la ley y adelantándose al decreto regulatorio que se promulgara en 1949, el gobierno de la provincia ya había dispuesto destinar una partida de 500.000 pesos para iniciar los trámites de expropiación (exp. 4005/48).

Esta historia termina con la expropiación de 2.000.000 (dos millones) de hectáreas que son devueltas a los collas de Jujuy, pero como lo hicieron peronistas como Tanco, para los «progre» no tiene validez. Importa más falsear la historia. Para nosotros, que contamos «la otra historia», compañeros como Miguel A. Tanco son los ejemplos que podemos transmitir a nuestros jóvenes para mostrarles que si una vez se pudo fue con el trabajo y esfuerzo sostenido. no por soñar con utopías, para que sepan que la Argentina que ellos quieran podrá ser realidad efectiva con una voluntad férrea y un objetivo claro

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