Por Pablo Vázquez
Nacido
en Jáchal, San Juan, en 1911, José Gerónimo Espejo aún no había
terminado el secundario cuando empezó su actividad gremial. Fue chofer
de la compañía Bagley y, con el tiempo, “dirigente en el Sindicato
Obrero de la Industria de la Alimentación (SOIA) y en la Federación
Obrera de la Industria de la Alimentación (FOA), de orientación
comunista.
Con
simpatías por las ideas socialista, fue elegido como vocal del SOIA en
1939 y reelegido en 1943, siendo su secretario de prensa entre 1945 y
1947”. Luis
Gay y Cipriano Reyes fueron los principales organizadores del partido
Laborista, herramienta electoral que le permitió a Perón presentarse en
las elecciones del 24 de febrero de 1946 y resultando elegido
presidente de la Nación. Gay
fue elegido secretario general de la CGT y designado presidente de la
Caja Nacional de Ahorro Postal, hecho que aparentemente entró en
confrontación con Ángel Borlenghi, ministro del Interior y secretario
general de Empleados de Comercio, ya que éste se había opuesto a Perón
para disolver el Partido Laborista con el fin de fusionarlo con los
otros partidos que lo apoyaban
En
1947 con la excusa del acercamiento de Gay a la central sindical
estadounidense, la AFL, Gay fue desplazado de la conducción de la CGT y
reemplazado por Aurelio Hernández, quien ejerce por muy poco tiempo esa
función, para dar paso a José Espejo como secretario general.
El
3 de diciembre de 1947 fue elegido Espejo como nuevo secretario general
de la CGT. Fue vicepresidente de la Convención Nacional Constituyente
de 1949, vicepresidente de la Comisión Nacional de Aprendizaje y
Orientación Profesional, director de la Caja de Industria, titular de la
Caja de Préstamos para la Vivienda, y presidente del directorio del
diario La Prensa, cuando paso a manos de la CGT.
La
labor del nuevo secretario general estuvo ligada a acompañar
estrechamente no sólo las medidas gubernamentales sino en plantear una
fuerte adhesión a las figuras de Perón y Evita. La
imagen de Espejo, junto a Santín, Soto y Cabo, junto a la pareja
presidencial sea coronando a la Reina del Trabajo o inaugurando un
establecimiento industrial fue constante en la representación sindical
de apoyo oficial durante el primer peronismo. La
CGT formó parte del movimiento peronista como una de sus ramas, a la
vez que es el puntal de las movilizaciones de los 1º de mayo y 17 de
octubre de cada año, junto a aquellas movilizaciones especiales en apoyo
al justicialismo. Se
ejemplificó dicha posición en el Congreso Extraordinario de la CGT del
17 al 19 de 1950, con la reforma de sus estatutos y el apoyo explícito a
Perón. Pero
también motoriza la labor sindical al lograr que la CGT cuente con 707
organizaciones adheridas, 92 delegaciones regionales y 167
organizaciones, contando con un números cercano a 5.000.000 de
afiliados.
Hay
una participación activa en el desarrollo de la legislación laboral de
la época, no sólo por los diputados de extracción obrera y la labor de
José María Freire, ministro de Trabajo y Previsión, sino por el impulso
dado por Espejo y sus compañeros de la CGT.
El
decálogo de los Derechos del Trabajador, luego incluidos en la
constitución de 1949, ejemplifica como nada la imbricación entre
identidad obrera y ciudadanía, planteando un nuevo modelo de pueblo
“trabajador”.
En
1950 Espejo, delegado en la reunión anual de la Organización
Internacional del Trabajo, acusó a la Federación Internacional de
Obreros del Transporte de “interferir en la política gremial argentina”.
Semanas después, Perón, en un acto organizado por la CGT que es buena
política no adherirse a la Confederación Internacional de Sindicatos
Libres ni a la Federación Sindical Mundial, pues responden,
respectivamente, a la influencia capitalista y comunista. Para
profundizar los lazos internacionales entre centrales obreras del
continente se impulsó la Agrupación de Trabajadores Latinoamericanos
(ATLAS).
El
cenit de su carrera fue el impulso al Cabildo Abierto del 22 de agosto
de 1951 postulando a “Perón – Eva Perón, La fórmula de la Patria”. Allí se iba a iba a legalizar el poder de Evita con la demostración que el pueblo todo la legitimaba.Y
otro golpe más duro que el cáncer se produjo. La presión militar y de
la oposición impuso su posterior Renunciamiento, siendo la primera
derrota del campo popular. Luego
– tras el intento de golpe del general Menéndez – el supuesto
suministro secreto de Evita a la CGT de armas y el intento de milicias
obreras fue abortado, paradójicamente por quienes luego volvieron esas
armas contra Perón.
El 17 de octubre, dedicado a ella, fue una despedida al pueblo y a su hombre.
Siendo
las 20.25 hrs. del 26 de julio de 1952 Evita murió y con ella morían
muchas esperanzas. La revolución estaba herida de muerte….
Espejo,
aquel que escoltó con otros secretarios generales la cureña que llevó
los restos de Evita al edificio de la CGT, también inició la recta final
a su labor al frente de la CGT.
Producido
el golpe de la autodenominada “Revolución Libertadora” fue encarcelado y
llevado al penal de Rio Gallegos junto a Guillermo Patricio Kelly,
Pedro Gomis, Héctor J. Cámpora, Jorge Antonio y John William Cooke,
donde al tiempo escapan de forma cinematográfica en marzo d e1957. Tras
su fuga permaneció en Chile hasta que la amnistía dictada por Frondizi
le permite retornar a su patria. Aunque
ocupa un lugar en el Comando Táctico e intercambia correspondencia con
Perón ya no tendría la misma trascendencia que años atrás. Murió
el 19 de diciembre de 1980, paradójicamente el mismo día que Cámpora,
uno exiliado en México, el otro en un exilio interior…
El
diario Crónica en su necrológica del domingo 21 consignó sobre José
Espejo: “Ante la carencia de recursos económicos trabajó como corredor
de galletitas y vinos de mesa. Tuvo que encara esa actividad por cuenta
propia porque las empresas al conocer su identidad lo despedían. Al momento de morir percibía una modesta jubilación como trabajador de la alimentación”. Salvo un trabajo de Bosoer y Senen González en una obra compilada por Rein y Panella, poco y nada se ha investigado sobre él. Recientemente
la familia Espejo a suministrado material de archivo al Instituto
Nacional Eva Perón para empezar a profundizar sobre aquel que simbolizó
la lealtad absoluta a Perón y Evita en épocas fundacionales del
peronismo.
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