Rosas

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sábado, 27 de abril de 2019

Murieron por la Causa del Pueblo: Mártires de la Resistencia Peronista

Por el Prof. Jbismarck
El 16 de septiembre de 1955 un grupo de resentidos apañados, instigados e impulsados por la oligarquía cívico militar local y el imperialismo capitalista, se instaló en el gobierno.  Este hecho no fue consecuencia de una victoria militar, fue el resultado y la culminación de una campaña antinacional, de una ofensiva de acción psicológica hábilmente desarrollada contra un orden social y constitucional existente, poniendo incluso a quienes debían defenderlo en contra del mismo y, a la vez, sembrando terror en el pueblo.   Nada fue espontáneo ni resultado de una acción casual. Se premeditó el daño. Las consecuencias de los actos fueron las deseadas, se fue “afinando la mira” como un francotirador artero para dar el golpe final en un plan desarrollado en varias etapas.  El gobierno peronista había cambiado el rumbo de la historia, había industrializado la nación e incorporado a los trabajadores activamente a la vida cívica y política de un país federal, nacional y popular.  La oligarquía, el resto de los partidos políticos (juntos en una oposición sistemática) y los militares (pertenecientes a la línea fusiladora y clasista histórica “Mayo/Caseros”), no podían permitir que continuara un gobierno que defendía un único interés: el del pueblo. 
     Resultado de imagen para fusilados de josé león suárez 

El 9 de junio de 1956, ellos transformaron a cristo en Satanás; nosotros la flor del no me olvides, nunca olvidamos ni al General, ni a Evita ni a cada uno de nuestros queridos compañeros caídos en las luchas por la recuperación de la democracia y de la vigencia de la Constitución Nacional. Los que asesinaron el 9 de junio de 1956, los que ametrallaron y bombardearon Plaza de Mayo en junio de 1955, los que pusieron las bombas en los subtes en abril de 1953, los comandos civiles que salían a perseguir y torturar o asesinar a compañeros, pretendieron no solo las muertes físicas que provocaron, pretendieron fusilar al ejército nacional reemplazándolo por un Ejército de castas (el mismo que existió previo al Grl. Perón), quitar la dignidad otorgada a los suboficiales y su posibilidad de convertirse en oficiales, y asesinar toda posibilidad auténticamente nacional y popular.  La dictadura de Aramburu y Rojas reaccionó criminalmente contra el intento encabezado por los generales Juan José Valle y Tanco y los dirigentes sindicales Andrés “El Negro” Framini y Armando Cabo para restaurar la soberanía popular: fueron asesinados treinta y un patriotas, iniciando así el camino de las dictaduras genocidas en la argentina contemporánea.  Llegaron diciendo que no habría ni vencedores ni vencidos, prometiendo que las conquistas sociales serian mantenidas cuando no, acrecentadas, hablando de libertad, de paz, de reencuentro nacional, de moralización de la vida pública.   ¿Quién no anhela tales cosas? Pero, poco a poco, a medida que se afianzaron en el dominio de las guarniciones, y se fueron sintiendo fuertes y poderosos, comenzaron a experimentar, una extraña metamorfosis: les creció el pelo, los dientes, las garras, y asomaron todos ellos “los gorilas” que iniciaban la destrucción del país, y de todo el que se les opusiera.  A la traición, ellos la llamaron “libertadora”; el pueblo la bautizó y la recuerda como “fusiladora”. ¡Fusiladora la libertadura! Esas son las dos argentinas que se cruzan y reemplazan, con la dictadura de Aramburu y Rojas, y por esa argentina que se desechaba, por todos esos logros y conquistas, en defensa de ellos es que ese mismo  16 de septiembre de 1955 nace la heroica Resistencia Peronista. La persecución, cárcel, tortura, y asesinato de tantos compañeros –incluidos los asesinados y fusilados en Junio de 1956- otro golpe de terror para desalentar opositores- durante los dieciocho años del Luche y Vuelve, nos ha dejado claramente la sensación de que tanto ellos, como nosotros estábamos arrepentidos,  ellos de no haber asesinado antes y nosotros de no haber concretado nuestra convicción de combatirlos y haber entregado mansamente el gobierno.   Este fue el basamento filosófico de la primer dictadura genocida en la Argentina contemporánea, aquí nació también el proceso neo liberal oligarca y extranjerizante que nos ha llevado a tanta lucha, extendida hasta hoy, lucha en la que ninguno de nosotros debe permanecer ajeno, comprometerse con la defensa de estos ideales y asumir hoy  la acción que, entonces, no pudimos o no quisimos, o no supimos asumir. El enemigo sigue siendo el mismo, tanto el interno como el extranjero, nunca más actual este pensamiento con el que finalizo este recordatorio:  “Cuando la patria está en peligro, todo esta permitido, excepto, no defenderla”  General Don José de San Martín.    La fusiladora,  gobierno de facto establece a las 0:32 del 10 de junio de 1956, la Ley Marcial por el decreto de Aramburu, Rojas, los ministros de Ejército, Arturo Ossorio Arana, de Marina; Teodoro Hartung; de Aeronáutica, Julio César Krause y de Justicia, Laureano Landaburu. Es decir, que para aplicar la ley marcial a los sublevados ésta debía ser aplicada con retroactividad al delito cometido, violando el principio legal de la irretroactividad de la ley penal. Pocas horas después, firman el decreto 10.363 que ordena fusilar a quienes violen la Ley Marcial. La masacre por fusilamiento estaba decidida por el gobierno de Aramburu. Entre las 2 y las 4, se asesina a los detenidos en Lanús. Horas más tarde, en los basurales de José León Suárez, la policía bonaerense, a cargo del teniente coronel Desiderio Fernández Suárez le ordena al jefe de la Regional San Martín, comisario Rodolfo Rodríguez Moreno, que ejecute, con armas cortas, a 12 civiles, de los cuales siete logran huir pero cinco mueren. Uno de los sobrevivientes, Juan Carlos Livraga, será el "fusilado que vive" que permite reconstruir la historia.
Lista de los muertos-asesinados-fusilados
En Lanús,  10 de Junio de 1956
• Tte. Coronel José Albino Yrigoyen, • Capitán Jorge Miguel Costales,• Dante Hipólito Lugo, • Clemente Braulio Ros,• Norberto Ros y • Osvaldo Alberto Albedro.
Los basurales de José León Suárez, Fusilados por la espalda: Nicolás Carranza, Francisco Garibotti, Carlos Alberto Lizaso, Mario Brión y Vicente Damían Rodríguez. Sobrevivientes: Además de Livraga, habían logrado huir 6 civiles más: Horacio Di Chiano, Miguel Angel Giunta, Rogelio Díaz, Norberto Gavino, Julio Troxler y Reinaldo Benavidez.
Muertos por la represión en La Plata 10 de junio de 1956
• Carlos Irigoyen, • Ramón R. Videla y • Rolando Zanetta.
Fusilados en La Plata 11 y 12 de junio de 1956
• Teniente Coronel Oscar Lorenzo Cogorno,
• Subteniente de Reserva Alberto Abadie
Fusilados en Campo de Mayo 11 de junio de 1956
• Coronel Eduardo Alcibíades Cortines, • Capitán Néstor Dardo Cano, • Coronel Ricardo Salomón Ibazeta, • Capitán Eloy Luis Caro, • Teniente Primero Jorge Leopoldo Noriega y   • Suboficial Néstor Marcelo Videla.-
Asesinados en la Escuela de Mecánica del Ejercito 11 de junio      • Sub Oficial Principal Ernesto Gareca;  • Sub Oficial Principal Miguel Ángel Paolini; • Cabo Músico José Miguel Rodríguez; y  Sargento Hugo Eladio Quiroga.
Ametrallado en el Automóvil Club Argentino 11 de junio de 1956
(falleció el 13 de junio de 1956 en el Hospital Fernández)
• Miguel Ángel Maurino
Fusilados  En la Penitenciaria Nac.  de la Av. Las Heras 11 de junio
• Sargento ayudante Isauro Costa
• Sargento carpintero Luis Pugnetti y
• Sargento músico Luciano Isaías Rojas
Fusilado en la Penitenciaria Nacional de la Av.Las Heras 12 de junio
• Gral. De División Juan José Valle.-
Entre otros encarcelados, torturados y fusilados (ley marcial, Dec. 4161, etc.)
El 12 de junio, a las 22:20, Valle fue fusilado con fusil Máuser 7,65 mm Mod. Arg. 1909, por un pelotón cuyos nombres se clandestinizaron como secreto de Estado.- No hubo orden escrita ni decreto de fusilamiento, ni registro de los responsables.
El saldo de esas 72 horas de junio de 1956 fue trágico y premonitorio: 18 militares y 13 civiles asesinados.-
Los pueblos que olvidan su historia tienen un futuro sin paz y sin gloria.-
Las naciones se edifican sobre las tumbas de sus muertos.-
El derrocamiento de Perón en 1955 fue una tragedia colectiva pero también personal para los Valle. Porque el general comenzó a preparar la rebelión contra la dictadura de su antiguo amigo, el general Pedro Eugenio Aramburu. En junio de 1956, el mundo conocido por Susana Valle estalló definitivamente. El levantamiento peronista comandado por su padre fracasó, y fue fusilado en la Penitenciaría de la calle Las Heras por orden de Aramburu.

Querida Susanita:

Sé fuerte. Te debes a tu madre. Sé muy compañera de ella y ayudala a pasar este triste momento. No te avergüences de tu padre, muere por una causa justa: algún día te enorgullecerás de ello.
Te deseo muchas felicidades en tu vida; y algún día a tus hijos cuéntales del abuelo que no vieron y que supo defender una noble causa. No muero como un cualquiera, muero como un hombre de honor.
Ni siquiera puedo darte el beso de despedida, hasta eso los hombres me han negado. Pero desde el fondo de mi corazón te mando toda la ternura y el idolatrado cariño que te tengo, hija querida. Desde el más allá velaré por ti; y en los momentos difíciles de tu vida que deseo sean pocos, recurre a mí, que estaré como siempre para defenderte.
Te pido nuevamente que veles por tu mamita. Sé su mejor compañera y que también sea tu mejor y segura consejera. Mi chiquita, tené valor y da el ejemplo de entereza que honra nuestra sangre. Nuestro honor no ha sido manchado jamás y con orgullo puedes ostentar nuestro nombre. Mi linda pequeña, trabaja con fe en la vida y en tus fuerzas.
Sólo traiciones y venganzas me llevan a este fin, pero no quiere dejarle ninguna amargura y Dios será misericordioso y velará siempre por ustedes.
Cuida mucho a mamita. Ella es muy buena y debe estar a tu lado por mucho tiempo más, para que con la resignación recobren la felicidad que hoy se pierde.    Susanita, te quiero y siempre cuidaré de ti. En estos papeles están todos mis besos que hubiera deseado darte, mi linda, coraje y a luchar con la frente alta en la vida.  Que Fofy sea bueno contigo, eso es lo que a él le pido.
Adiós, querida, besos y muchos cariños de tu papito que siempre te ha adorado.
Papito



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