Por Vicente F. López
BERNARDINO RIVADAVIA Levemente inclinada hacia atras y más bien piramidal que espaciosa, su frente presentaba esas lineas fluyentes que, según dicen, denotan proporciones fantásticas, De buen tipo, su cabeza se ergüía con arrogancia en medio de una espalda demasiado ancha para su estatura, Hasta aqui todo era respetable; pero los brazos eran tan pequeños que parecian de otro cuerpo y, allí nomás, a minima distancia del pecho, sobresale un abultado y gigante vientre que producía el efecto material de una esfera sostenida en dos palitos.
Tenia los ojos redondos y abiertos al ras de las cejas, con una mirada satisfecha, inmóvil, pero franca y sin ceño; los labios muy gruesos y tendidos hacia afuera, con cierto gesto de orgullo, pero benevolente y protector al mismo tiempo. Rivadavia tenia un trato demasiado solemne con los hombres, que jamás degeneraba en chiste o en conceptos familiares, Con las damas, a cuyo trato era muy dado, modificaba su formalismo, pero tenía el decoro de los conceptos y la elevación de sus ideas.
SARMIENTO Su pluma tenia, como las espadas, filo, contrafilo y punta, Casi todos sus libros son alegatos; no escribió ninguna página de pasatiempo, Su pensamiento era acción, Se descongestionaba escribiendo, Su aspecto era plutónico; parece que hubiera brotado de "alguna rajadura de la tierra. Tiene planta de jornalero, manos rudas, media estatura, cargado de hombros; pero era calvo y este rasgo desorienta: no es jornalero. Fue un hombre "humano", de "humus", tierra', producción ingenua y fuerte ,de la tierra madre, pero producción violenta y catastrófica, porque él era sin duda de formación volcánica, Se veía con evidencia en sus ángulos, en sus aristas y en sus puntas, en sus silencios y en sus estallidos, la tragedia del parto de la tierra.
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