Por Pedro Granoni En
1898 Coca-Cola entró en México. Los mexicanos le entregan a dicha
empresa cerca del 10% de sus ganancias a nivel mundial, sus aportes son
solo superados por el país de origen de la marca. Coca-Cola ha
construido un monopolio en México, al comprar la mayoría de las marcas
de gaseosas del país y a todas las cerveceras. Monterrey, la segunda
ciudad más grande del país, consume más Coca-Cola per cápita que ninguna
otra ciudad en el mundo. Coca-Cola llegó a la cúspide del poder en
México cuando un empresario proveniente de sus filas, Vicente Fox,
arribó a la presidencia de la república en el año 2000. Vicente Fox
fue el manager y representante de Coca-Cola en México por muchos años,
llegando a la presidencia de esta empresa en su país. En 1972, contrajo
sus primeras nupcias con su asistente en Coca-Cola, Lilian de la Concha,
estuvieron casados hasta 1991. La conflictiva relación que tenía con
los obreros, pudo palparse en una célebre huelga, cuando los
trabajadores sabotearon a la empresa orinando en los tanques. Desde
su llegada al poder la transnacional obtuvo concesiones de agua,
exenciones de impuestos, disminución de aranceles y de cuotas de
importación. Durante
la campaña presidencial de Vicente Fox (quien fue presidente entre
2000-2006), el llamado grupo “Amigos de Fox” atrajo sumas millonarias de
diversos sectores empresariales que el Instituto Federal Electoral
(IFE) declaró como ilegales. Entre estos donativos estuvieron los
recursos aportados por empresarios azucareros y embotelladores de la
Coca-Cola. Gracias
a la participación de México en el Tratado de Libre Comercio con
América del Norte (TLCAN), el consumo de Coca-Cola en México se duplicó,
según datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). En su
informe “Derecho a la Alimentación en México”, Olivier de Schutter,
relator especial de la ONU, explica que entre 1992 y 2002 se incrementó
la disponibilidad y el consumo de dicha marca. Como consecuencia los
niños mexicanos sufren graves problemas de sobrepeso y desnutrición, por
la desbalanceada dieta basada en “comidas con alto contenido en grasas,
sal y azúcar”. El informe de De Schutter afirma que para el año 2017
México gastará alrededor de cinco mil 600 millones de dólares al año
sólo para atender casos de diabetes. Desde
el año 2000, Coca-Cola ha negociado 27 concesiones de agua del gobierno
mexicano. Diecinueve de las concesiones para la extracción de agua de
los acuíferos y de 15 ríos diferentes, algunos de los
cuales pertenecen a los pueblos indígenas. Ocho concesiones son para el
derecho de Coca-Cola para volcar sus residuos industriales en las aguas
públicas. Según la Asociación Mexicana de Estudios para la Defensa del
Consumidor (Amedec), la calidad del agua potable es tan mala que induce
al consumo de gaseosas, la mala calidad del agua potable favorece las
ventas. En las comunidades indígenas y rurales no se cuenta con agua
potable, por lo que la gaseosa sustituye esa carencia. El
crecimiento Coca-Cola en México y en cualquier país tiene al menos tres
consecuencias inmediatas: la presión sobre la tierra, los bosques y el
agua. Desatándose una velada guerra por el control de los recursos
naturales. Toma tres tazas de agua para hacer una taza de Coca-Cola. En
México, esta presión se ejerce sobre la población indígena y campesina
que poseen la tierra y sobre las leyes del país con el fin de garantizar
a las empresas la posesión de estos recursos. El Programa de
Certificación de Derechos Ejidales y Solares Urbanos (PROCEDE) en torno a
la privatización de la tierra, es impulsado por las Instituciones
Financieras Internacionales (Fondo Monetario Internacional, Banco
Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo). Estas instituciones
también ejercen una fuerte presión, financiando la aprobación de leyes
de agua en el país; el desplazamiento de indígenas y campesinos de las
Áreas Naturales Protegidas, de las montañas y bosques, como es el caso
de Montes Azules en Chiapas. Algunas
comunidades han desterrado Coca-Cola. Gustavo Castro Soto, un dice:"La
conciencia sobre el papel de la Coca-Cola se refiere a la economía, la
sociedad, la política, la cultura e incluso los militares.
Tiene que ver con los derechos humanos, derechos laborales, los
derechos de los pueblos indígenas, y el control de las tierras y el
agua por la multinacional. Esta conciencia crecerá y se integran los
ciudadanos, comunidades y universidades en un boicot gigante. Todo
comienza con nuestros hábitos de consumo. " Chiapas es uno de los
estados mexicanos que más gaseosa consume y al mismo tiempo está en los
primeros lugares, junto con Oaxaca y Guerrero, de mayor pobreza y
desnutrición. En algunas comunidades han lanzado la prohibición de la
Coca-Cola y han recuperado el tradicional consumo del pozol, bebida
hecha a base de maíz, lo que impactará favorablemente en su producción,
consumo y valor del maíz en las mismas comunidades.
Bolivia
“Cuando
se tapa la taza del baño, ¿qué es lo que hacemos?, llamar al plomero
(...) sin embargo, el plomero con sus diferentes instrumentos no puede
resolver eso, y nos dice, dame cinco bolivianos, ocho bolivianos, ¿para
qué?, para comprar Coca-Cola. Compra la Coca-Cola y la echa a la taza
del baño, pasan minutos y ya está destapada (...) Imagínense, ¿qué
químicos tendrá la Coca-Cola?” Evo Morales En
Bolivia se da una particularidad, ya que ese país andino es el
principal productor de hoja de coca, siendo éste un cultivo central en
su cultura, en su historia y en su vida política, su actual presidente,
Evo Morales ascendió al poder destacándose como dirigente cocalero. Hay
varios productos de la coca: mate, jarabe, pasta dental, licores,
caramelos y hasta tortas Evo
Morales reclamó ante la prensa internacional el trato especial que le
dan los gobiernos andinos a la comercialización de la hoja de coca que
compra Coca-Cola, ya que el comercio de dicha hoja está ilegalizado
entre los países andinos, pero la Coca-Cola sí puede comprar la cantidad
que quiera en cualquier país andino que la produzca. En
el año 2004, Nils Ericsson (presidente de la Comisión Nacional para el
Desarrollo y Vida sin Drogas) afirmó que: “La Coca-Cola, la mundialmente
conocida fábrica de bebidas gaseosas, compra al Perú 115 toneladas de
hoja de coca al año y a Bolivia 105 toneladas con las cuales produce,
sin alcaloides, 500 millones de botellas de gaseosas al día”22, según el
periodista Luis Gómez la presión por erradicar la coca en los países
andinos es una estrategia para asegurar a Coca-Cola el monopolio de la
hoja de coca, no sólo con la intención de controlar ese mercado sino
también para monopolizar el mercado de refrescos que utilizan hoja de
coca. A pesar de este control monopólico de la comercialización de la
hoja de coca, materia prima esencial de la Cocaína, sus voceros se
niegan a reconocer la utilización de hoja de coca en la fabricación de
la bebida, entonces esta empresa debe ser el primer sospechoso en la
investigación de las redes mundiales del narcotráfico porque ¿Qué hacen
con todas esas toneladas de hojas de coca que compran anualmente? Antes
de la Conquista, la coca ya era parte de los rituales andinos y desde
la Colonia pasó a ser parte de la economía minera: el “akulliku”
(mascado) permitía a los obreros mantenerse en pie en los peligrosos
socavones a decenas de metros bajo tierra, y ni las protestas de la
Iglesia contra la “hoja diabólica” lograron su prohibición. La Comisión
de Estupefacientes de la ONU creada en 1961 penalizo el mascado de la
hoja de coca, dicha práctica fue despenalizada en enero del 2013. En su
intervención ante la Comisión de la ONU el mandatario boliviano insistió
en que la hoja de coca no es cocaína y en que la planta tiene usos
rituales y medicinales. “El uso de la hoja de coca en su estado natural
tiene innumerables y comprobados fines medicinales, se ha comprobado su
efectividad durante cientos de generaciones en la lucha y alivio contra
la artritis, diabetes, mal de altura, digestivo”. Morales recordó que ya
en el siglo XIX se producía en Europa un tónico conocido como “vino
Mariani” y que era muy apreciado incluso por el papa León XIII
(1810-1903).El mandatario boliviano negó la eficacia de las políticas de
diversificación de cultivos ya que, los altos beneficios que da la
producción de la coca para el narcotráfico hace que otros productos sean
siempre menos atractivos. Por el contrario, apostó por la
industrialización y comercialización de productos realizados a partir de
hoja de coca, y mencionó que ya hay en el mercado desde vinos y jarabes
a dulces y cremas dentales. Morales recordó que el objetivo de la
Convención de 1961 “es el de fiscalizar el uso indebido de
estupefaciente, y no el de prohibir usos medicinales y prácticas
socio-culturales, que no hacen daño a la salud humana”. Recientemente
hubo dos gaseosas bolivianas producidas en base a la hoja de coca, que
buscaban competir con la transnacional, la Coca Colla (creada en el
2010) y la Coca Brynco (creada en el 2011), hoy en día sus producciones
están paralizadas.
En
el 2012 el ministro de Relaciones Exteriores de Bolivia, David
Choquehuanca, mencionando el cambio de era anunciado por el calendario
maya dijo “El 21 de diciembre de 2012 es el fin del egoísmo, de la
división, el 21 de diciembre tiene que ser el fin de la Coca-Cola, y el
comienzo del mocochinche (refresco de durazno). Los planetas se alinean
después de 26.000 años (…) es el fin del capitalismo y el comienzo del
comunitarismo…estamos viviendo la Macha, la oscuridad, el egoísmo, el
individualismo, la división; luego de esa fecha, desde el Lago Sagrado
debemos proyectar la Pacha, la hermandad, el amor, el comunitarismo”.
Las palabras de Choquehuanca nos recuerdan a la vieja profecía de los
pueblos originarios de Norteamérica: “Cuando la oscuridad se haga más
densa, cuando la Tierra clame de desesperación, cuando plantas y
animales sean despreciados y pisoteados por el hombre, vendrán por el
Oeste... se les verá llegar. Los Guerreros del Arcos Iris. Que traerán
la Luz, el Conocimiento y el Amor al resto de sus semejantes.”
Si
bien Mcdonald´s (empresa aliada que cuenta con un contrato de
exclusividad con Coca-Cola) se fue de Bolivia, porque los bolivianos
prefiriendo sus costumbres alimenticias tradicionales, no consumían la
comida rápida (fracaso reflejado en el documental ¿Por qué quebró
McDonald’s en Bolivia?), Coca-Cola continúa desde su llegada en 1941
haciendo negocios allí.
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