Rosas

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jueves, 31 de mayo de 2018

La "Inca Kola"

Por Pedro Granoni
Es una bebida inverosímil” Palabras de Jorge Luis Borges, sobre la Inca Kola.
Dos gaseosas locales se destacan en el territorio peruano, la Inca Kola y la Big Cola La Inca Kola es creada en 1935 por inmigrantes de origen británico, la familia Lindley. Esta bebida se acopla a la perfección con la culinaria peruana, especialmente con la mezcla de sabores peruano-asiáticos, denominados Chifa. Solo en dos lugares del mundo bebidas locales superan en ventas a la Coca-Cola, en Perú la Inca Kola e Irn- Bru en Escocia. Entre 1960 y 1980 logro consolidar su hegemonía, recurriendo a una iconografía y a publicidades que se apoyan en las tradiciones y costumbres históricas peruanas. Desde su nombre rescata la tradición incaica, al igual que en su logo, en el cual aparece el rostro de un habitante originario, acompañado de ilustraciones geométricas tradicionales y el mapa de Perú de fondo. La publicidad nacionalista de la gaseosa se ejemplifica en los siguientes anuncios: “Inca Kola, la bebida de sabor nacional”; “Inca Kola sólo hay una y el Perú sabe por qué”. La clave del éxito de la gaseosa fue haber explotado la televisión con un sabor más local que la Coca-Cola. Lo dice el sociólogo Guillermo Nugent, que (de Inca Kola) sabe bastante. Así, mientras la amarilla husmeaba en fondas y chiringuitos, Washington enviaba al Tercer Mundo al hermano del presidente, Ted Kennedy, para repartir cocacolas. 
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Inca Kola tanteaba la mesa exhibiéndose junto a un plato de cebiche con música criolla de fondo. Una vez conquistado el mercado local, a nivel internacional cambio el contexto político y cultural, con la globalización de la década de los 90´, cuando las marcas estadounidenses comenzaron a fagocitar el planeta. Según el antropólogo Miguel Angel Hernández “La masiva invasión de productos y capitales extranjeros resultaron en el colapso de la industria nacional. Fueron pocos los productos que lograron permanecer en el mercado y muchos de ellos, como Inca Kola, apelaron a ese posicionamiento en el imaginario nacional en sus estrategias publicitarias. A los discursos anteriores se le agregó la representatividad como la bebida “propia” frente a lo invasivo, lo foráneo. El índice de consumo de gaseosas, que era compartido entre varias ofertas, se polarizó entre Coca-Cola e Inca Kola”.La globalización capitalista hizo que las culturas locales se vieran en la disyuntiva de adoptar los valores ofrecidos o rescatar de sus tradiciones elementos culturales que consideraran propios, en particular en la música y en la comida. Inca Kola enfrento con éxito en un principio la avanzada estadounidense, motivo por lo cual Mcdonald´s rompió en Perú su alianza exclusiva con la Coca-Cola, ofreciendo también en sus locales el combo Big Mac-Inca Kola. La familia Lindley se endeudo para sostener su hegemonía, la cual se había reducido, en los 80´ el mercado se dividía en un 50% para la Inca Kola y un 30% para la Coca-Cola, en 1995 fue cuando estuvo cerca de ser superada (33% frente a 32% respectivamente). Luego de años de Coca-Cola acepto su derrota y decidió cambiar su estrategia, ante lo cual en 1999 compro el 50% de la Inca Kola, Avilés y Titinger relatan así ese episodio:
“Color orina y sabor a chicle. Él no lo dijo, pero quizá lo pensó. Muchos lo piensan. En abril de 1999, el recién llegado a Lima presidente del directorio de The Coca-Cola Company, M. Douglas Ivester, tuvo que probar en público (para el público) la gaseosa que los peruanos preferían. Entrevista de rigor. La prensa esperaba el trago definitivo. La bebida gaseosa más bebida en todo el mundo había sido derrotada, lejos de casa, por una desconocida. El brindis fue la claudicación: Coca-Cola no podía competir con Inca Kola, así que sacó la billetera y la compró. Perder, comprar, todo depende del envase con que se mire. Lo cierto es que la compañía que había hecho añicos a la Pepsi en Estados Unidos, y que en menos de una semana desbarató el imperio de esta bebida en Venezuela, que facturaba más de diez mil millones de dólares al año, que pudo conquistar el enorme mercado asiático, que auspiciaba en exclusiva los mundiales de fútbol y las olimpiadas, que distribuía botellas etiquetadas en más de ochenta idiomas, que alguna vez hizo de Buenos Aires la ciudad más cocacolera del mundo, que se había adueñado de Columbia Pictures, que estuvo a punto de comprar American Express, que fue publicitada por The Beatles y Marilyn Monroe, y que hacía que el emperador de Etiopía, Haile Selassie, subiera a su avión sólo para ir a comprarla a países vecinos, es decir, la Coca, nunca logró convencer del todo el paladar de un país tercermundista llamado Perú. Primera plana del día siguiente: “Presidente de Coca-Cola brinda con Inca Kola”. Goliat arrodillándose ante David luego de la pedrada en la frente. El gigante maquilló bien la herida. M. Douglas Ivester tomó Inca Kola con una enorme sonrisa: el sabor dulce de la derrota”.

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