Rosas

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domingo, 1 de julio de 2018

La fundación de Corrientes

Por María Leoni
El tema de la fundación de Corrientes encerraba una serie de cuestiones controvertidas, como la individualización de su verdadero fundador, la determinación del lugar preciso en que se trazó la ciudad y la autenticidad del Milagro de la Cruz, hecho sostenido por la tradición y fuertemente arraigado en la sociedad. Lapolémica tuvo como protagonistas a Manuel Florencio Mantilla y Ramón Contreras en el contexto de la celebración del Tercer Centenario de la ciudad, en 1888. 
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Por esos años, la provincia de Corrientes estaba gobernada por Juan Ramón Vidal, figura principal del partido autonomista que, alineado con el presidente Miguel Juárez Celman, formaba parte del Partido Nacional. En la prensa oficialista, la administración de Vidal era presentada como la más firme oportunidad de alcanzar el progreso anhelado por la elite correntina. Frente a estas renovadas expectativas, los liberales, desplazados del poder en 1880 y enrolados en la construcción de un frente político opositor a Vidal, a nivel provincial, y a Juárez Celman, en el orden nacional, utilizaban sus órganos de prensa para describir a ambos gobiernos como una etapa oscura ala que comparaban con los tiemposdel artiguismo y de la “tiranía” de Rosas. En este marco, a fines de 1887 comenzó a hablarse de la celebración del Tercer centenario de la ciudad, que se basaría, como las celebraciones anuales del Milagro de la Cruz, en la tradición recogida en los versos deldominico Zambrano, elaborados en 1730 en ocasión de la traslación de la Cruz desde la ermita al templo construido para conservarla. Los versos hablaban de 28 españoles enfrentados a 6.000 indios, que resistieron el asedio durante ocho días hasta que un rayo milagroso provocó la muerte de quienes intentaban quemar la cruz, a la que atribuían el poder de resistencia de los conquistadores. El rayo, la cruz incombustible y la rápida conversión de los infieles serían los elementos del referido milagro (Contreras, 1888).  Con el objeto de fijar un relato sobre la fundación, el gobierno encargó a Contreras la tarea de reconstruir los acontecimientos que rodearon al hecho fundacional, confiando en sus condiciones intelectuales y por el antecedente de su participación en la elaboración del Informe de 1877. Para ese momento, la obra más conocidade Manuel F. Mantilla era Estudios Biográficos sobre Patriotas Correntinos (1884), que nada decía acerca de la fundación de la ciudad y el período colonial.
La prensa, uno de los principales campos de batalla del enfrentamiento entre la administración autonomista y la oposición liberal, fue el ámbito elegido por Mantilla para la polémica, que inició con la publicación, en LasCadenas del 3 de abril de 1888, de un largo estudio titulado“La ciudad de Vera” . La intervención, en el día exacto en que la ciudad cumplía trescientos años, respondía a un objetivo tanto político como intelectual. Mantilla lo presenta como un obsequio a la ciudad y cuestiona, entre otros aspectos, que los actos centrales de la conmemoración estuviesen previstos para el día 3 de mayo,fecha en la cual se celebraba el episodio del Milagro de la Cruz.
El artículo critica que la celebración consolidara y prolongara la tradición vigente desde los tiempos coloniales, mientras que ofrece los resultados de sus indagaciones, que presenta como una verdad histórica. A ello se sumaba el proyecto de elevar una Nueva Columna en reemplazo de la que había sido construida en 1828,bajo el gobierno de Pedro Ferré, en homenaje a los fundadores de la ciudad. El monumento se hallaba en el sitio señalado por la tradición, al final de la Calle Ancha, a la que se planeaba nominar como Avenida 3 de Abril. Mantilla había decidido atacar la tradición y para ello planeó el momento de la publicación, previendo sus repercusiones y consecuencias. Sostuvo que el acto de fundación, presidido por el Adelantado Juan Torres de Vera y Aragón, se habría realizado en el sitio de las siete corrientes, donde se hallaba la ciudad; que el fuerte había sido construido con posterioridad al acto fundacional y que el ganado que llegó por tierra al sitio de la fundación había sido conducido por Alonso de Vera. La fundación de Vera —nombre original que rescató Mantilla— tuvo lugar el 3 de abril, como señala el acta original que Mantilla se enorgullecía en haber dado a conocer. Todas sus afirmaciones se sostenían en el análisis de este documento, que había obtenido a través de Vicente Quesada. Con evidente ironía hacía uso de él al sostener: “¿Qué se hizo el acta orijinal? (Sic).Nosotros la hemos buscado con interés en el Archivo de Corrientes y no hemos hallado más que fragmentos que nos han parecido partes de ella; los historiadores y cronistas de la conquista y de la colonia no la vieron. En estos últimos días, sin embargo, hemos cobrado la esperanza de conocerla, pues en el programa de las fiestas del centenario se anuncia, para el día segundo, la lectura pública del acta de fundación de la ciudad, y suponemos que otros más felices que nosotros hayan dado con ella; salvo que se trate de una copia igual a la que poseemos”. (Gómez,1973: 139) Ramón Contreras acusó el golpe en medio de los preparativos de las celebraciones previstas para los días 1, 2 y 3 de mayo, y respondió desde las páginas del periódico autonomista El Litoral . Su respuesta recibiría una nueva réplica de Mantilla, en víspera del inicio de la celebración, con “La Cruz del Milagro”. Ante estos hechos, Contreras se abocó a desarrollar sus argumentos, que daría a conocer en un folleto titulado Recuerdos históricos sobre la fundación de Corrientes en su tercer centenario” (1888), intento desesperado por sostener el programa de la celebración. La respuesta a este opúsculo llegaría una década después, en 1898, en el periódico La Libertad, bajo el título de “Antigüedades”, texto en el cual Mantilla se manifestaba como vencedor.  Contreras sostenía que antes de la llegada del adelantado Juan Torres de Vera y Aragón con el grueso de la expedición, Alonso de Vera había avanzado por tierra con fines de exploración, acompañado de un pequeño grupo de soldados. Esto lo infiere a partir de una serie de fuentes como Martín De Moussy, el padre Guevara y el Telégrafo Mercantil, y da crédito a la tradición contenida en los versos del padre Zambrano. El adelantado habría llegado sobre la fecha de la fundación, que se realizó en el sitio de Arazaty, alejado del emplazamiento en que posteriormente se trazó la ciudad. Según los mismos testimonios, en Arazaty se construyó un fuerte junto al cual se plantó la cruz que daría origen al episodio que la tradición consideraba milagroso. En este punto, Contreras recurre al hallazgo de los restos de lo que habría sido el fuerte, realizado por el padre Juan N. Alegre en 1857, como la prueba más fehaciente de su teoría. Con ella, desde una posición religiosa, se erige en defensor de la tradición: “es malo ir ligeramente contra las tradiciones populares porque estas generalmente tienen un núcleo de verdad” (Contreras, 1888).
En el artículo “La Cruz del Milagro” Mantilla busca desestimar el hecho milagroso y, dos días antes de los actos previstos, acusa a la Comisión del Centenario de sostener —a su juicio, de manera caprichosa— aquellas “tradiciones absurdas”: “Pudo tomar ese camino errado antes de conocer por nuestra publicación el acta de la fundación de esta ciudad, pues ajustaba sus actos a la falsa historia que de antiguo corría por cierta; pero después de leer aquel documento y conocer los datos nuevos que lo acompañan, cuya comprobación rigurosa se halla en el Archivo de Sevilla (...) la Comisión ha debido cambiar el programa de las fiestas en el sentido de la verdad histórica bien establecida (...) sin embargo, se ha aferrado a lo falso y, a causa de su incomprensible insistencia, las fiestas conmemorativas del tercer centenario tienen por base
fundamental la fábula”. (Gómez, 1973: 144)  Ambos contendientes intelectuales llevaron adelante una disputa de interpretaciones sobre los mismos testimonios. Contreras les dio crédito; Mantilla, con gran habilidad, intentó desacreditarlos. Las afirmaciones de éste tienen como base más firme el acta fundacional sobre la cual Contreras no se pronunciara y demuelen la fuente a la que su contendiente otorgara mayor crédito: el informe del Padre Juan Nepomuceno Alegre. En este aspecto, Mantilla, reproduce en “Antigüedades” el testimonio que obtuviera de Roberto Billinghurst, uno de los firmantes del acta suscripta en tiempos de Pujol, para dar cuenta del hallazgo de los restos que Alegre atribuyó al fuerte de la fundación. En él, su entrevistado sostiene: “Era un día de carreras en la Calle Ancha (...) nos encontrábamos en la cancha todos los de la ciudad,porque entonces no teníamos otra distracción. Allí se presentó Fray Juan Alegre y pidió a varios la firma en un acta por él hecha sobre cierta excavación practicada cerca de la barranca, algunos se la dimos por complacencia sin leer lo que suscribíamos (...) y resultó que habíamos convertido en fortaleza de la conquista el cerco de palo a pique de un antiguo poblador...” (Gómez, 1973: 156).  Contreras nunca respondió a esta tardía intervención de Mantilla, dando un tácito cierre a la polémica. Ya en el siglo XX, al cumplirse el centenario de la elevación de la Columna Conmemorativa, la polémica se reavivaría con otros protagonistas (Leoni, 1995).
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