Rosas

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jueves, 5 de abril de 2018

Apuntes electorales del “PRO”.

Por Carlos Pistelli
Quienes me leen seguido saben que no soy muy dado a hablar de política presente porque me revientan nuestros representantes actuales. Pero, como el bicho pica, a veces debo dejar de lado mi retraimiento y recordar que fui un militante político y, por sobre todo, soy un ciudadano. Intentaré abordar estas elecciones pasadas como lo que intento ser: un historiador.
La ratificación del PRO en las elecciones denominadas de medio término sorprendieron a más de uno: En parte, porque nadie le daba un céntimo al Presidente como líder político, menospreciándolo; porque se pensó  (y con esto, escapo a mi visión del tema, ya expresado por otra parte), que el caso de Santiago Maldonado pegaría en el electorado; y porque no se termina de valorar del todo, esa fortaleza que tiene el gobierno en la protección mediática de sus actos.  Dicho esto, cabe referir que como historiador intento abstraerme de las opiniones vertidas cualesquiera y por cualesquiera fueran, para poder llegar bastante limpio a las investigaciones, lecturas, etc. Eso que se llama honestidad intelectual, pero, fundamentalmente, el intento de escribir historia aún contra mi opinión primaria de lo que estoy relatando. Quitarme el prejuicio, y mi posicionamiento político. Sería muy difícil escribir sobre el General Roca si me dejase llevar por eso que les digo..
Mitre.Macri
Tres disparadores quisiera referir en estos apuntes al voleo que escribo:
El primero de ellos consiste en referir que el PRO es un partido moderno que surge de la eclosión política del 2001. Se termina ese más mítico que real bipartidismo radical-peronista, y el PRO se presenta como una expresión moderna de representatividad y con un discurso sesgado que golpea a la política clásica desde esa mirada “antipolítica” que conjura que todo ‘político es corrupto’. Mucha gente compra ese verso, aunque tiene bastante asidero en la realidad. Y es la primera vez que un Partido que representa intereses identificados con las dicatduras del siglo pasado, gana en forma honesta las elecciones. Esa modernidad que encuentra el PRO, dentro de la llamada “posverdad”, es un baluarte que han establecido para intentar perdurar un poco más que los 4 años de mandato constitucional. Comiendo, en la vieja clientela electoral gorila que identificaba a la UCR; Y creciendo, desde el Puerto hacia el resto del páis. Es interesante remarcar, otro dato de la construcción PRO, que difiere de las construcciones radicales y peronistas. En los primeros, la mayoría de sus dirigentes y militantes, aún antes de Franja Morada, provenían del mundo universitario; Así como en el peronismo, del mundo trabajador, y no es menor el dato que Perón tuvo una brillante carrera militar. Ellos construyen a sus dirigentes, y militantes, desde otra óptica, novedosa, que abarca una heterogeneidad que se homogeneidiza detrás del liderazgo absoluto de McCree. Es un abanico amplio, desde CEOs de corporaciones, a gente del mundo artístico y deportivo, que les picó el vicio de lo público, como de mucha gente “común”: El segundo verso, el de la gente común.
Pero a su vez, el PRO, como heredero de la UCR y los gobiernos dictatoriales, ha roto con el machismo de esas fuerzas. Nómbreme a los máximos referentes radicales de su historia, y no hay ninguna mujer: El PRO ha encontrado, en la hoy alicaída Gabriela Micheti (¡a dios gracias!), y en María Eugenia Vidal, referencias electorales que lo han puesto en la pole position de la política vernácula. Y ese es un dato, no menor. ¿Se siente identificadas las mujeres con el PRO, cuyas banderas feministas dejan que desear?, ¿O no?. La cuestión es que han conquistado triunfos electorales en donde antes todo era color peruca.
Nota al pie: Eso no quita una cosa: Que el PRO cohesionó un electorado que le permite ser la primer minoría, ante un peronismo desunido. En su apogeo, el 54% de Cristina de 2011, no difiere en nada a la sumatoria de los candidatos del domingo pasado: Ella (37%) + Massa (11%), + Florencio (4%). Es el PJ el que le ha cedido en bandeja la oportunidad, y hay que decirlo.
Pero a los historiadores nunca se nos escapa, como así a muchos analistas, cómo el mundo y América incide en el interior argentino. Los cambios de época funcionan, como fichas de dominó que van cayendo y reconfiguran los mapas políticos. Si en los ’90, el neoliberalismo impregnó América, con el Cailos; Lacalle-Sanguinetti-Battle; Collor de Melo-Iramar-Cardozo; Fujimori; la Venezuela pre chavista, etc; y en la década pasada América siguió la extraordinaria impronta de Chávez…
Nota al pie: Ud puede gustar, o no, de don Hugo, pero el cambio de época lo marca su llegada al gobierno de Caracas. La capacidad, el olfato, y el carisma de Chávez, hizo de Venezuela, un país siempre segundón en el continente, aún con Bolívar, en un referente ineludible de la discusión política. No por nada hablamos de las cuestiones que suceden en el país hermano, como si en otros países de América no pasaran cosas similares a las de Venezuela. Chávez, se abocó a ubicarse en un centro político, que ningún dirigente venezolano jamás pudo conseguir, ni siquiera Bolívar.
Esa impronta chavista, que corrió por América bajo la definición “populista”, perduró casi diez años, un poco más, y con su muerte, esa antorcha se detuvo. No son menores las repercusiones que generaron su ausencia.
Hoy América vive signos de cambios, dentro de una paridad equilibrada: Perviven Maduro y Evo, conviviendo con McCree y Temer (tema el brasileño central por la separación escandalosa de Dilma), y países que están cohabitando en ese equilibrio.
¿Y el mundo?. En el mundo siempre hay cambios, y la llegada de Donald Trump cerrando EEUU al mundo comercial, para intentar abocarse a reconstruir la industria yanqui, dejan a McCree ante una interesante disyuntiva: Seguirá su instinto ideológico/político, el de recostar en EEUU aunque nos la pongan doblada; O, algo de la experiencia empresarial pragmática que pudo departirle el truhán del padre, lo lleve a darse cuenta, que América, Argentina dentro de ella, debe ir a Oriente: Debe ir, a China y a la India. ¿Sabrá el Presidente aprovechar oportunidades históricas?, ¿O quedará como un pasajero transitorio, de un cargo suponen, eterno?.Mitre.Macri
El mitrismo, ha regresado, y con todo, ¿para quedarse?.

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