Rosas

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miércoles, 4 de abril de 2018

JOSÉ MARTÍ. EL HÉROE DE LA INDEPENDENCIA CUBANA QUE FUE CÓNSUL ARGENTINO EN NUEVA YORK

Por Juan Carlos Serqueiros
Se cumplieron este 19 de mayo, 123 años desde la muerte en combate de José Martí, héroe de la independencia de Cuba, poeta, escritor, periodista y pensador.  La mayoría de los argentinos ignora que Martí se desempeñó, entre junio de 1890 y octubre de 1891, como cónsul de nuestro país en Nueva York -que en la práctica, significaba ser cónsul general-. En efecto, fue designado en tal cargo por el presidente Miguel Juárez Celman, a iniciativa de su ministro de Relaciones Exteriores, Roque Sáenz Peña. 
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Ocurría que este último había sido nombrado, en 1889 y conjuntamente con Manuel Quintana, delegado argentino a la Conferencia Panamericana en Washington. Dicho evento respondía a la intención del gobierno yanqui de establecer una unión aduanera con los países latinoamericanos, estipular la creación de un tribunal arbitral para los diferendos y conflictos, y, de paso; pedirles que intercedieran ante España a fin de que ésta accediera a vender Cuba a los Estados Unidos.  Llegado en octubre de ese año a Washington, Sáenz Peña entabló una relación de amistad con José Martí -quien se encontraba exiliado allí y era corresponsal del diario "argentino" (de alguna manera tengo que llamarlo, sabrán ustedes comprender) La Nación-.   No escapaban a la sagacidad de Sáenz Peña -ni a la de su colega Quintana ni a la del canciller (Estanislao Zeballos)- los designios que perseguían los yanquis en la Conferencia, los cuales eran absolutamente contrapuestos a los intereses argentinos. Su desempeño, al igual que el de Quintana, fue brillante y entrambos lograron dar por tierra con las pretensiones norteamericanas. En el tratamiento del Zollverein, Sáenz Peña opuso a la tesitura yanqui "América para los americanos", su célebre y recordada "América para la humanidad"; y la oratoria de Quintana rebatió magistralmente la propuesta norteamericana de tribunal arbitral obligatorio. Martí saltaba de contento. Sus cartas de esos días reflejan la profunda admiración que sentía por los integrantes de la delegación argentina.
Nombrado Sáenz Peña ministro de Relaciones Exteriores, ni bien llegó a Buenos Aires y se hizo cargo de la cartera, pidió a Juárez Celman que designara a Martí cónsul en Nueva York.
Posteriormente, a mediados de 1891, las protestas españolas por el accionar de Martí en pro de la independencia cubana, llevaron a que el ministro argentino (hoy sería embajador) en Estados Unidos, Vicente G. Quesada, solicitara a la cancillería (y al propio Martí) la renuncia de éste al consulado, la cual el prócer cubano formalizó el 17 de octubre de ese año.

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