Rosas

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jueves, 28 de febrero de 2019

Urquiza y la masonería


Por Federico Ibarguren
 Era necesario asegurarse, además, y sobre todo, el renunciamiento completo del jefe federal máximo, a los designios del Gobierno invisible. Y para esto, Mitre, que ya había ingresado en la masonería tiempo atrás, maniobró con gran tenacidad y sagacidad política. Complicó en el asunto a Dalmacio Vélez Sarsfield, a quien envió a Entre Ríos para que tuviera audiencias personales con el vencedor de Cepeda en el Palacio San José, convenciéndolo —en aras de la paz de la nación— a enrolarse en la misma logia masónica donde a la sazón militaba Mitre.    Sobre este asunto completamente desconocido, hasta hace unos años, por el público, don Antonio Castro (historiador urquicista que fue nada menos que director del Museo Sarmiento) escribió en el número 2 de la revista Historia, a cargo del académico Raúl Molina, un artículo titulado Urquiza y la masonería, en el cual da pruebas fehacientes —basándose en documentos auténticos en poder del autor— del ingreso secreto de don Justo José a la masonería (Logia Confraternidad Argentina) en la sesión porteña del 21 de julio de 1860; es decir: 14 meses antes de su derrota en Pavón a manos de Mitre.  
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 Escribe a este respecto don Antonio Castro: "Después de la batalla de Cepeda, el 23 de octubre de 1859, y de la firma del Pacto de Unión, en San José de Flores, el 11  noviembre de 1859, que puso fin a la larga separación de Buenos Aires, uniéndose la Nación, y antes de la batalla de Pavón, el 17 de setiembre de 1861. donde las fuerzas de la Confederación Argentina, al mando de Urquiza, abandonaron el campo estando triunfante su caballería, en un gesto que aún no ha desentrañado la Historia, pero existiendo la documentación precisa que puede interpretar el doloroso suceso —y manifestamos que la poseemos en nuestro archivo y oportunamente la publicaremos— en el lapso de estos acontecimientos, repetimos, se produce el acto de la incorporación del general Urquiza a la orden masónica de la República Argentina, el 21 de julio de 1860. Antes de proseguir, es necesario relatar los pasos previos llevados a cabo para preparar el ambiente y disuadir a Urquiza de la conveniencia de aceptar su ingreso a la masonería, proyecto iniciado en seguida de la firma del Pacto de Unión. En el escrutinio de las elecciones efectuadas para elegir el segundo presidente constitucional de la República, realizada el 6 de febrero de 186O, resulta electo el doctor Santiago Derqui, presidente, y el general Juan E. Pedernera, vice, que son proclamados el 8 de ese mismo mes y año para el período 1860-66. en medio de general y unánime aprobación y tranquilidad. El 14 de junio llega el doctor Dalmacio Vélez Sarsfield al Palacio San José, residencia del general Urquiza en Entre Ríos, comisionado del. gobernador Mitre ante el presidente Derqui, con el pretexto de invitar a ambos personajes a visitar  Bueños Aires, pero con el exclusivo fin, oculto, secreto, de sondear el pensamiento de Urquiza y fortalecer su ánimo alarmado por las proposiciones que le habían llegado de ingresar a la masonería, ya que su fe católica le impedía tal acción. El astuto e inteligente Vélez Sarsfield debió haberlo convencido, indudablemente, arguyendo que la Iglesia no prohibía [sic] a sus fieles formar parte de esa clase de sociedades secretas, ya que, en ese momento, servían como instituciones de carácter benéfico, o por lo menos así se disfrazaban... y no las había prohibido expresamente la Santa Sede [?]. Sabemos bien de la capacidad intelectual del sabio cordobés, extraordinario dialéctico, que no se paraba en pelillo más o menos para la consecución de sus fines, demostrada en su dilatada actuación pública. Y creemos que convenció a Urquiza. El 8 de julio el presidente Derqui y el organizador Urquiza llegan a Buenos Aires como invitados especiales del gobernador, Mitre, que los agasajó muy cordialmente durante quince días. Uno de los actos más cuidadosamente preparados en honor de sus huéspedes fue el realizado el 21 de julio de ese año de 1860, es decir, el ingreso de Urquiza a la masonería, juntamente con el otorgamiento al grado 33 a Derqui, Mitre, Sarmiento y Gelly y Obes".
En efecto: el 21 de julio do 1860 ingresa Urquiza, como se verá, a la Logia Confraternidad Argentina, convencido por Mitre. Sobre esta tenida masónica, el investigador católico padre Matías E, Suárez, inteligente historiador v archivista que se maneja con documentos de la época, en su esclarecedor libro Sarmiento, ese desconocido, Buenos Aires, Ediciones Theoría, año 1964, nos relata a través de los discursos pronunciados aquel día lo siguiente: "El 21 de julio de 1860 el antiguo Teatro Colón. ubicado en el solar que hoy ocupa la casa matriz del Banco de la Nación Argentina, vestía sus mejores galas para conferir el grado 33: 'a los ilustres Hermanos Santiago Derqui, presidente de la Nación Argentina; al general Bartolomé Mitre, gobernador del Estado de Buenos Aires v a Domingo Faustino Sarmiento, ministro de Gobierno de Buenos Aires; al general Juan A. Gelly y Obes, ministro de Guerra del mismo Estado, y regularizó en el mismo grado al gobernador de Entre Ríos, general en jefe de los ejércitos de mar y tierra, Ilustre Hermano Justo José de Urquiza'.  En la oportunidad, el masón Roque Pérez, como lo recuerda el legista Fabián Onsari, pronunció 'un gran discurso que felizmente se ha conservado íntegro'. Así dijo el citado jerarca; 'Si en épocas no muy lejanas, ellos han representado ideas políticas divergentes; si en el campo de la lucha han chocado sus espadas, la hidalguía de sus corazones y la altura de sus ideas les han hecho concebir que ésas son luchas estériles para los pueblos, de las que la humanidad sólo recoge lágrimas y despojos. Sólo la concordia, la fraternidad y la libertad en él orden han podido producir bienes perpetuos. Y abrazando con fe sus leyes y principios, esos hombres y sus adictos se presentan a nuestros ojos como los Verdaderos Masones, como los obreros de la paz y los re constructores de la sociedad. . ¡Sí, felices vosotros que al fundar la Masonería en este país, dábais a su primera logia el nombre de «Unión del Plata» y a su hija primogénita el de «Confraternidad Argentina». Estos dos nombres simbolizan lo que véis hoy realizado, después de cinco años de lucha desgarradora; y esas dos logias, que desde un principio manifestaban nuestros votos por la Unión Nacional aún existen vivas y florecientes para recibir en su seno, la una al Jefe de la República, la Unión del Plata; la otra, a los dos guerreros que cruzando sus espadas en el campo de batalla, firmada la paz, se daban el abrazo de hermanos y condujeron a la República al estado de felicidad en que hoy se encuentra, estableciendo la verdadera confraternidad argentina. Es que ambos eran «hermanos» al ligar sus esfuerzos para derrocar la espantosa tiranía que oprimía a los argentinos y para alzar en alto el pendón de la ley, de la libertad, del progreso y del orden, en la sociedad que les confiere sus destinos... El acto de hoy —concluye Roque Pérez— tiene pues un alcance y una importancia solemne, que dando realce a nuestra institución, nos obliga a ser fieles cooperadores de la obra colosal de sellar para siempre la revolución de nuestros pueblos y de mantener elevado y puro él pendón de nuestros padres [?], su creencia y su fe. política, al crear una grande y poderosa República unida por el vínculo indisoluble de la Constitución Nacional. Nos impone, antes que todo, el deber de acallar nuestras pasiones, de no desmentir en ninguna ocasión los principios profesados por él verdadero masón de trabajar con constancia para conseguir el imperio de la ley, de ¡a libertad y de la concordia, sin el cual toda sociedad es un caos; todo derecho, una mentira absurda; todo ascenso, un favoritismo repugnante en que se sacrifica la virtud y el mérito a la adulación y a la bajeza".
Bueno, señores, creo que después de lo leído se explica suficientemente el famoso "misterio" que envuelve la derrota de Urquiza en Pavón. Aquí está la causa verdadera —oculta— de por qué Urquiza abandonó el campo de batalla en 1861, en favor de su "Hermano Mitre", refugiándose en Entre Ríos y entregándole en definitiva el poder político de la Argentina al jefe porteño, su enemigo —ya que Mitre era más antiguo en la masonería y probablemente así lo exigió la central de la logia que los recibió a ambos—. Ésa es la razón, por lo demás también, del asesinato posterior de Urquiza por sus parciales que él había traicionado.

5 comentarios:

  1. Páginas esclarecedoras de don Federico, de quien supe ser colega en la Facultad de Historia de la USAL y amigo y conferencista del Centro de Estudios de la Argentinidad que fundáramos en Lomas de Zamora en la década del 80' del siglo pasado. Y del Dr. Matías Suarez, mi dilecto amigo hasta su muerte en trágico accidente automovilístico, a quien acompañé en su Cátedra del Historia de América en la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de Mar del Plata. Felicito al BLog por reproducir "El Restaurador" señalando el verdadero cariz del proceso llamado por la historiografía oficial de "la Nación unificada".

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  2. Excelente trabajo y mejor aun el blog...felicitaciones.....les paso tambien el mio para que puedan encontrar algun material que les interese REVISIONISMO HISTORICO NACIONAL E INTERNACIONAL gonzalovicentemontorogil.blogspont.com gracias!!

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  3. Muchas gracias por los elogios y por los datos. A Federico Ibarguren lo conoci en 1982 cuando tenia 16 años y lo vi en varias conferencias. Tengo ese libro autografiado por él. Gonzalo Montoro Gil me daré una vuelta. Felicitaciones a vos tambien. Tenemos que seguir levantando las banderas de la Confederaci{on Argentina

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  4. elmensajerodelaconfederacionargentina.blogspot.com ahi está el material completo...gracias!!!

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