Rosas

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viernes, 17 de agosto de 2018

EL ALMIRANTE BROWN Y JOSE GARIBALDI

Por: Roberto Antonio Lizarazu

La Historia nos ofrece permanentemente  hechos producidos en circunstancias extrañas y contradictorias. En la nuestra, uno de esos hechos inusuales, fue la participación de José Garibaldi al servicio del Gobierno Títere de la Banda Oriental, enfrentándose con la Confederación Argentina y puntualmente, en la batalla  que comentaremos en esta nota, con nuestro máximo héroe naval el Almirante Guillermo Brown. Esta batalla terrestre y naval es la de Costa Brava que ocurre entre los días  15 y 16 de agosto  de 1842, en el paraje de ese nombre, Costa Brava, en el río Paraná, cercano al límite entre las provincias de Corrientes y Entre Ríos. Giuseppe Garibaldi, quien termina siendo unas décadas más tarde, una de las  figuras más destacadas del proceso de la  unificación italiana, nace en Niza, en ese momento Reino de Piamonte el 4 de julio de 1807 y fallece en Caprera, Reino de Italia, el 2 de junio de 1882. Pero entre los años 1840/50, Garibaldi andaba por estas alejadas pampas contribuyendo a la fragmentación de estas incipientes naciones.
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Cuadro de situación en la Confederación Argentina.   Como consecuencia del Tratado de paz con Francia, y firmado en octubre de 1840 el Tratado Arana-Mackau, una de las consecuencias fue la pérdida del dominio del Río de la Plata, el Paraná y el Uruguay inferior por parte de la Banda Oriental.
Para 1841,  en la Confederación Argentina  se había intensificado la guerra interna y los triunfos y fracasos de unitarios y federales eran fluctuantes y alternados. El 28 de noviembre de 1840 Lavalle es derrotado en Quebracho Herrado por Manuel Oribe. El 19 de septiembre de 1841 Lavalle sufre otra derrota en Famaillá a manos del mismo Oribe. Luego muere en Jujuy el 8 de octubre de ese año.
Rosas llama a Oribe que cruce al litoral porqué Paz había triunfado sobre Echagüe en Caa-Guazú el 28 de noviembre de 1841 y amenazaba con un avance desde Corrientes sobre Entre Ríos. Justo José de Urquiza evacua al gobierno de Entre Ríos de La Bajada del Paraná y se refugia en la Isla del Tonelero, en jurisdicción de la Provincia de Buenos Aires.  Dadas estas novedades, Rosas requiere los servicios de varios marinos de gran experiencia para formar una Escuadra de la Confederación. Son convocados y dados de alta: Guillermo Brown, Juan Bautista Thorne, el mítico sordo de la Vuelta de Obligado, Francisco Erézcano y Azcuénaga, Francisco José Segui,  Juan King y José María Pinedo. Varios de ellos, como Segui y Pinedo por ejemplo, habían sido dados de baja por un recordado decreto de Rosas del 16 de abril de 1835, que fue fundamentado por razones de política partidista. Pero ahora no era momento de hacer política. 
Por su parte Rivera, (colorado, unitario) quien había reemplazado a Oribe (blanco, federal) que andaba de campaña por nuestro interior, prepara su propia escuadra con la pretensión de llegar hasta Corrientes, donde se encontraban  Ferré y Paz, para colaborar con  las intenciones de pretender avanzar sobre Entre Ríos y eventualmente llegar hasta Buenos Aires y desplazar a Rosas del gobierno.
Pero previamente  debemos explicar el proceso de como  Garibaldi aparece involucrado en la Batalla de Costa Brava del 15 y 16 de agosto de 1842, dirigiendo una escuadrilla contra otra de la Confederaciónque comanda Guillermo Brown. 
Desde 1835 el Estado de Río Grande del Sur, mantiene un enfrentamiento con Río de Janeiro porqué mantiene ideas independentistas y varios dirigentes libertarios y carbonarios pretenden segregar ese Estado del Estado central, en ese momento, con pretensiones imperiales. El jefe de este movimiento era el libertario Coronel Bentos Goncalvez da Silva. Este proceso revolucionario se denomina como  “Revolución de los farrapos” (harapientos).  Garibaldi, de ideas libertarias y prófugo de Italia y Francia, aparece en Río Grande para apoyar la segregación y logra  que se le otorgue patente de corso para lograr financiamiento para la revolución, radicándose en Porto Alegre. Arma la nave “La Mazzini” con la cual hace algunas incursiones de rapiña por el sur del Brasil, en nombre de la revolución de los farrapos. Finalmente los separatistas son derrotados gradualmente por los imperiales  y Garibaldi termina refugiado en Montevideo   al servicio de Fructuoso Rivera. Para 1841 Garibaldi ya con su mujer Anita Ribeiro y su primer hijo Menotti, presta servicios de variada índole a Rivera. 
El combate fluvial y terrestre de Costa Brava ( 15 y16 de agosto de 1842). Rivera solamente pudo disponer de limitados recursos, sobre todo de calidad de personal, para competir el dominio fluvial en disputa,  precisamente con Guillermo Brown. Rivera designa a Giussepe Garibaldi como nuevo jefe de la escuadra oriental en reemplazo de Coe. La flotilla se componía de la corbeta “Constitución” de dieciocho cañones, el bergantín “Pereyra” de dos cañones, la goleta “Libertad”, cuatro faluchos y cuatro transportes de tropas y materiales.  
La escuadra de la Confederación quedó integrada por los  bergantines  “Echagüe”, “Americano”, “Republicano”, y las goletas “9 de Julio y “Chacabuco”. Aumentando sus efectivos por gestiones e iniciativa de Brown a siete buques y un total de setenta cañones, mas transportes de marinería (hoy infantería de marina) y diversos materiales bélicos y de aprovisionamiento.
La misión encomendada a Garibaldi era una misión imposible de concretarse. Había que remontar el Paraná, burlar el bloqueo de la Confederación, llegar a Corrientes y tomar contacto con Ferré. No se podía desconocer que para tales fines, tenía que superar, además de los buques de Brown, el obstáculo de la isla Martín García, que se encontraba artillada y algunos buques menores en la Bajada del Paraná que estaban al mando del experimentado Segui.
El 26 de junio de 1842, Garibaldi cuando pasa por la Isla Martín García, enarbola bandera argentina para engañar a las baterías. No engaña a nadie, pasa pero bajo fuego a discreción  que produjeron algunos daños. Mientras tanto Brown levó anclas desde Buenos Aires al tomar conocimiento de la presencia de la escuadrilla oriental en el Río de la Plata.
Recién el 19 de julio Garibaldi puede forzar el paso frente a la Bajada con acciones de combate con Segui. Detrás venía navegando Brown que al llegar a la Bajada incorpora a Segui con cuatro buques más: dos goletas y dos transportes de infantería.
El 15  de agosto, Brown da alcance a Garibaldi en el paraje llamado “Costa Brava”, cerca del límite de Corrientes y Entre Ríos, donde existe una estrechura del río y se produce el combate definitivo. El mismo se extiende desde el 15 al 16 de agosto. El combate se efectúa desde los buques y también en tierra. El “Echagüe” se apoyó en la orilla izquierda y Brown ordena el  desembarcado de infantería y cuatro piezas de artillería al mando de los hermanos Mariano  y Bartolomé Leónidas  Cordero. Ambos tenientes, que desde tierra hacen estragos al enemigo y mostraron en la acción heroico comportamiento.
En la noche del 15,  Garibaldi aprovecha la oscuridad para lanzar dos brulotes, que son interceptados por dos falúas, una dirigida por Bartolomé Leónidas Cordero y el otro interceptada por la falúa que dirige el Teniente José María Mayorga. Desde tierra Mariano Cordero y sus tiradores apoyan ambas acciones.
Para la tarde del 16 la escuadrilla garibaldina había consumido todas sus municiones y esa noche se produce el desbande de sus tropas. Garibaldi acodó los barcos “Constitución” y “Pereyra”, los roció con pólvora y aguardiente y llevó a los tripulantes a la goleta “Libertad”. La explosión y el incendio fueron tremendos. Aprovechando ese momento Garibaldi y algunas tropas desembarcan y regresan a Montevideo caminando. Brown ordenó, expresamente, que en esa huída pedestre no se le disparara a nadie.
Con el desastre sufrido por la escuadra riverista, Ferré y Paz solamente podían recibir ayuda oriental por el lado del río Uruguay. Pero estamos en vísperas de Arroyo Grande, que demorará por algunos años con las aspiraciones de los liberales unitarios de derrotar a Rosas. Cosa que sucederá recién diez años más tarde a manos de los federales urquicistas.
Llama la atención lo poco realista de esta acción bélica emprendida por los orientales y la subestimación que demuestran por los hombres de la Confederación.  Rivera y Garibaldi eran personas de extensa experiencia militar pero el plan nace muerto desde el principio. Habría que darle la razón a San Martín cuando afirmaba que “Hay algunos trasnochados que suponen que somos como las empanadas, que se pueden comer de un solo bocado”.

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