Año de 1921 en la Asociación Argentina de Foot Ball,
cuando la entidad tenía su sede en la calle Suipacha 1069.
Ha renunciado el Consejo Directivo y la Asociación está
provisionalmente en manos del colega Miguel Ángel Dos
Reis. Una noche se presentan unos muchachos de un club que
vienen a pedir afiliación. Han jugado algunos partidos
desde mucho tiempo atrás y los éxitos entonces obtenidos
les han hecho abrigar esperanzas de un futuro sólido en la
Liga.
Los muchachos, acompañados por el árbitro Emilio
Cavatorta, entran en el viejo edificio y le entregan a Dos
Reis la nota de solicitud.
—Bueno, muchachos, la afiliación se les va a dar, pero
tendrán que cambiar el nombre.
—¿Por qué?
—¿Otro nombre? ¡No! ¡O nos aceptan Chacarita Juniors o
nada!
¡Y los aceptaron...!
Así nació a la vida futbolística oficial un club que tiene
su historia. O sus historias, para decirlo con más
propiedad. Porque Chacarita Juniors, afiliado en 1921,
había nacido antes dos veces.
Y ya que comenzamos a relatar su historia en el instante
de su aparición en la Asociación, vayamos, en marcha
cronológica invertida, como en racconto cinematográfico, a
los orígenes del club, que tuvo varias etapas en su vida
accidentada.
Mediados de 1919. Café de la Curva. Una mesa en la que
varios pocilios exhalan el aromático humito de la negra
infusión. Sentados a su alrededor, en la fría noche de
julio, Santiago Piaggio, Gilio, Caputo, Perticone,
Juancito Stagnaro, Alberto Lema y otros futbolistas
aficionados de la zona hablan de sus proyectos futuros. Y
como siempre, e fútbol ocupa el primer lugar: en la charla
juvenil. Santiago Piaggio ha recibido ese día una nota del
club España invitando a los muchachos a jugar un partido.
Pero para dar más carácter al desafío, le han pedido a
Manuel Sívori, intermediario en la gestión, que la
respuesta se haga llegar por carta.
—Bueno, muchachos, ¿qué hacemos, le jugamos al España?
—Claro que le jugamos, pero, ¿quién hace la carta?
Hacer una carta no era problema, Pero había que darle a la
nota un cierto aspecto de legalidad. ¿Y qué menos que un
sello...?
—Yo tengo uno — dijo Perticone — que guardé cuando se
fundió Argentinos de Praga.. .
—Y mi tío Arata guardó el de Chacarita Juniors — dijo
Stagnaro, — y no sé si todavía lo tiene...
—Bueno, vayan a buscar los dos. El que llega primero le
pone el sello.
*****
Perticone vivía a tres cuadras del Café de la Curva. Pero
el viejo Arata, tío de Stagnaro, habitaba en los fondos
del café. Y por eso, como lo encontraron en seguida,
Stagnaro y Alberto Lema, que lo había acompañado, llegaron
antes. Y aunque el dichoso sello había perdido el cabito
en sus andanzas lo mismo sirvió para el caso. Y el desafío
del España fué contestado por Chacarita Juniors.
*****
Pero la existencia de ese sello merece también una
explicación. Porque de algún clubcito, tan modesto o tan
romántico como todos los de principio de siglo, debió
salir...
Esa es otra historia que también en el retroceso de este
relato vamos a mencionar. En efecto, allá por Jorge
Newbery y Rosetti había nacido entre un grupo entusiasta
de muchachos Defensores de Villa Crespo, que tuvo muchos
jugadores pero pocos partidos, porque no había con quien
jugar.
El 1º de mayo de 1906 se concertó, por fin, un encuentro.
Pero como no podían jugar más que once, los que quedaron
afuera resolvieron abrirse y fundar otro club. Como casi
todos ellos eran de los alrededores de Federico Lacroze y
Triunvirato decidieron llamar al nuevo club con el signo
del barrio: Chacarita Juniors, y confeccionar un sello de
goma, que entonces equivalía a la personería jurídica...
Mientras aquellos entusiastas estaban una noche en una
reunión, bajo el acogedor farol esquinero, apareció el
comisario de la seccional con una pelota de fútbol bajo el
brazo. Con su voz ronca y autoritaria, como correspondía a
un buen funcionario, carraspeó entonces la autoridad.
—Buenas.... esta pelota es para que jueguen un partido
contra los otros taitas del barrio. ¡Y al que pierda lo
meto preso!
Los muchachos entraron a jugar con el susto de perder.
Pero por suerte para todos la pelota, que había pasado
largos meses en una vidriera del barrio, reventó en el
primer encontronazo.
*****
No fué la única vez que los muchachos estuvieron a punto
de ir a parar al calabozo. Tiempo después habían colocado
los palos y los hilos de alambre en un terreno donde hoy
se cruzan las calles Álvarez Thomas y Federico Lacroze.
Pero el terreno era municipal, y cuando iban a comenzar a
jugar llegaron los empleados y barrieron con arcos,
casillas y demás instalaciones... En la comisaría los
muchachos explicaron su actitud. Los dejaron hablar y en
consecuencia... no los metieron presos. Pero la cancha
quedó en el recuerdo.
Después de aquellos acontecimientos el club quedó en
paréntesis durante largos años. El letargo fué casi
definitivo, hasta que en aquella noche de 1919 otros
muchachos, en el Café de la Curva, mediante la sencilla
operación del sello de goma, le infundieron nueva vida. Y
se inicia así una nueva etapa, la más sólida y fecunda, en
la vida de la institución.
Pero pese a la oficialización de las cartas de desafío con
el sello sin cabito los muchachos resolvieron dar
categoría y solemnidad al acto de fundación. Y la noche
del 20 de agosto de 1919 crearon oficialmente la
institución, que se llamó definitivamente Chacarita
Juniors.
El acto se realizó en el local que los socialistas tenían
en Dorrego y Giribone, y del que era secretario Nicodemo
Perticone. Y estaban en la reunión Santiago Piaggio,
Nicolás Caputo, Nicolás Frumento, Nicodemo Perticone,
Ramón Otal, Domingo Gilio, Lorenzo Colombo, José Manuel
Lema, Maximino Lema, Alberto Lema, Eduardo Herrera
Montivero y Lucione. Fué designado presidente José Manuel
Lema, secretario Nicolás Caputo y tesorero Santiago
Piaggio.
Ya Chacarita tenía nueva vida. Debido a estas etapas
distintas es que algunos impugnan la primera fecha de
fundación y aseguran que el verdadero y auténtico
Chacarita nació en 1919.
Pero es necesario reconocer que las dos tienen importancia
fundamental en la historia de nuestro fútbol, hecho así,
un poco a los ponchazos al principio. Y ahora...
*****
En 1921 la muchachada de Chacarita, ya en sólida posición
anímica, necesita una cancha en serio para realizar sus
actividades. Y ponen los ojos en un campito que la
municipalidad tiene en el parque Los Andes, donde existió
un club de nombre enigmático: Enigma. Los dirigentes de
las dos poderosas entidades, Chacarita y Enigma, resuelven
solventar en común los gastos que demande la instalación
de una cancha reglamentarla y cotizan para pagar las
maderas de un arco cada club. Y lo hacen.
Entre aquellos Jugadores del flamante Chacarita figuran:
Polinoto, Leonardo Biondi, Nicolita Di Giano, los hermanos
Lafleur y otros. Chacarita tenía ya 500 socios, que
abonaban una cuota mensual de ¡$ 0.50!
El debut en los campeonatos oficiales fué honroso. Las
tres divisiones inscriptas tuvieron lucida figuración y
eso los alentó a proseguir con mayor entusiasmo al año
siguiente, cuando la Asociación creó tres zonas de
división intermedia para disputar el ascenso a primera. A
Chacarita le correspondió el cuarto puesto en la zona
Norte, que ganó Urquiza. Y al comenzar la temporada de
1923 ingresó en el club el centro delantero internacional
José Bruno Gaslini, a quien luego los amigos llamaron el
"Padre de la Victoria".
Chacarita finalizó a un punto del ganador del torneo, San
Martin. Al terminar San Martin había quedado un punto
detrás, pero ganó una protesta a Germinal, por inclusión
indebida del arquero Banchero, que era de Atlanta.
Y llega 1924, año que será glorioso para la historia de
Chacarita. Ante la evidencia de que podrían prenderse
nuevamente en un final reñido, consiguen ese año las
transferencias de dos figuras excepcionales de nuestro
fútbol: Renato Cesarini y Pedro Amicone, que pertenecían
al club Alvear. ¡Gran campaña! Finalizan invictos la zona
Norte, mientras Adrogué, Brístol y Gutenberg se imponían
respectivamente en la Sur, Oeste y La Plata.
En semifinal Chacarita vence a Adrogué 2 a 1, ganando así
el ansiado ascenso a primera división, sin perder su
condición de invicto. El equipo que ganó el ascenso fué
éste: Pibona Alterio; Lloupias y Giachetti; Amicone, Ángel
Vaccaro y Avancini; Franchelli, Cesarini. Gaslini, Pérez y
Luz. Ese mismo equipo venció luego a la intermedia de
Boca,
que hacia tres años no perdía.
*****
En 1925 actúa Chacarita en primera división. Su campaña
inicial fué buena y así prosiguió durante varios años,
siempre ocupando puestos intermedios. Y cuando llega el
profesionalismo se encuentra ubicado entre los 18 clubs
que Inician la nueva etapa del fútbol rentado. El primer
partido de la nueva etapa lo jugaron contra Huracán —ya
estaban en la cancha de la calle Humboldt—, y como no
tenían tribunas para albergar a la gran cantidad de
público que suponían presenciaría el partido improvisaron
una colecta entre socios y simpatizantes. Y con los
primeros mil pesos y el esfuerzo personal de los más
entusiastas levantaron en una semana una gradería que fué,
además de una gran satisfacción, un legítimo motivo de
orgullo.
*****
La primera cancha oficial de Chacarita —las demás fueron
sólo escenarios improvisados— estuvo en la manzana
comprendida por las calles Humboldt, Murillo, Padilla y
Darwin. Cuando eligieron el terreno había un desnivel de
más de un metro, y fué desmontado con una zorra accionada
por un burrito y el trabajo parejo de asociados,
simpatizantes y hasta jugadores. La casilla era de madera
y fué levantada con la dirección de Gaslini. Allí jugaron
hasta 1930, en que adquirieron la manzana que estaba
enfrente, entre Humboldt, Padilla, Murillo y las vías del
ferrocarril.
El nuevo campo se inauguró en 1933 enfrentando a Nacional
de Montevideo, y ganó Chacarita 3 a 1.
Una noche, hace algunas semanas, en procura de datos y
documentos para componer esta memoria, conversamos en la
sede actual de Chacarita, en Teodoro García, con algunos
socios fundadores y viejos jugadores. Todos ellos tienen
algo para contar. Los recuerdos se amontonan, y después de
regarlos durante horas la charla termina por la noche
callada.
—¿Se acuerdan de la temporada del 31, cuando en doce
fechas apenas habíamos conseguido 5 puntos? —dice Nicolás
Cotta—. ¡Qué situación difícil!
—Pero se remedió con la contratación de los santiagueños
Marcos Díaz, Luis Díaz, Benjamín Coria y Marcial Barraza y
el paraguayo Bartolomé Brizuela —responde Perticone—, y
comenzamos a ganar en serie: no perdimos hasta la fecha
décimatercera de la rueda siguiente. Es decir una rueda
invictos...
—¿Recuerdan aquel equipo?
—¿Cómo no? Alterio, Lloupias y Cichino; Duchini, Brizuela
y Busti; Sampayo, Stochetti, Luis Díaz, Coria y Marcos
Díaz. Se comenzó ganando a Argentinos Juniors 3 a 2, en
cancha de Boca, y luego se le ganó a Estudiantes de La
Plata 5 a 1, a River Plate 3 a 2, a San Lorenzo 1 a 0 y a
Boca Juniors 3 a 1.
—¿Duchini había jugado en las inferiores?
—Sí. y cuando era muy pibe, allá por el 21, venía a ver
los partidos desde el poste de un alambrado que circundaba
la cancha. ¡Y una tarde un rechazo de Cotta le dio en el
melón y lo dejó nocaut!
*****
Muchas anécdotas hay en la vida de Chacarita. Pero una que
no habrá de ser fácilmente olvidada por quienes entonces
actuaban en el club es la que protagonizó un dirigente de
gratísima recordación en Chacarita: don Alfonso Colángelo.
El rival de barrio de Chacarita era Villa Crespo, y los
equipos debían jugar en un domingo de elecciones en la
Capital. Por esa razón la Asociación había suspendido los
encuentros que debían disputarse dentro del perímetro de
su jurisdicción. Pero... la cancha de Villa Crespo estaba
en la provincia — estación Rivadavia, — y los locales,
aprovechando la fecha libre de Almagro y Liberal Argentino
— que militaban en la Amateur y también había suspendido
la jornada por el comido — reforzarían su equipo con
jugadores de esos conjuntos.
Hasta el día del encuentro nadie dijo media palabra, pero
cuando se iba a comenzar a jugar apareció un oficial de la
seccional y exigió que, para disputarse el partido, debía
correrse un arco hasta varios metros hacia la provincia,
porque las maderas estaban colocadas exactamente en el
lugar fronterizo. Y entonces el encuentro debía
suspenderse... Así se hizo. Colángelo salió con la suya,
aunque después Chacarita cedió los puntos, que no
necesitaba, pero que no quiso perder frente a un rival
reforzado por elementos extraños.
*****
El año 1931 es el comienzo de la nueva etapa, la del
profesionalismo. Y Chacarita Juniors cumple una actuación
de mérito poco común. Finaliza colocado en el séptimo
lugar, detrás de los seis grandes. El equipo de 1931 lo
integran: Alterio, Silva y Cichino; Duchini, Brizuela y
Busti; Sampayo, Stochetti, Luis Díaz, Coria y Marcos Díaz.
Y vence a todos los equipos, por lo menos una vez, con
excepción de Independiente, Racing y San Lorenzo. Se
convierte en la sombra de los grandes, y a River Píate le
gana los dos partidos: 1 a 0 y 3 a 2. Y ese año está
construyendo el que sería su penúltimo estadio y juega, en
consecuencia, en cancha neutral todos los partidos que le
corresponden como local.
*****
Varias veces Chacarita Juniors levanta su nivel de juego y
se coloca en puestos intermedios, pero en 1940 le toca la
amargura del descenso. La dura prueba sólo se enfrenta
durante una temporada: en 1941 asciende ganando el
campeonato por 13 puntos de diferencia sobre Colegiales,
su rival de barrio.
Al cabo de su regreso, las etapas se van sucediendo en la
vida de la institución, que con los esfuerzos naturales de
todas las entidades que practican el fútbol sigue
avanzando hacia su porvenir con los pasos seguros de una
estabilidad que siempre ha costado conseguir, pero que se
irá logrando. La situación económica de la mayor parte de
las instituciones deportivas no es halagadora sino por
excepción, y Chacarita no ha podido escapar a las
generales de la ley. Pero compárese lo que hoy es el club
con aquellos primeros pasos vacilantes y se advertirá sin
esfuerzo que la ilusión de sus fundadores se va
cumpliendo.
Actualmente tiene Chacarita un estadio para muchos miles
de aficionados, en pleno barrio San Martín, al que llegara
en 1945. Y el 21 de septiembre, dentro de una semana,
iniciará su ambicioso plan de construcción de la sede
social propia, en el magnífico terreno de Federico
Lacroze, en el centro del barrio que lo vió nacer y crecer
al compás del progreso irrefrenable.
FIGURAS
He aquí una reseña muy somera de algunos nombres que algo
significaron en. la historia de Chacarita Juniors, en su
larga y fecunda vida futbolística: Eduardo Alterio,
Alejandro Lloupias, José Giachetti, Pedro Amicone, Ángel
Vaccaro, Rodolfo Avanzini, Ruggero Franchelli, Renato
Cesarini, José Gaslini, Rogelio Pérez, Bernardino Luz,
Ernesto Cichino, Gerardo Méndez, Silva, Camale, Piaggio,
Bertieri, Bartolomé Brizuela, Luis Díaz, Benjamín Coria,
Duchini, Sábransky, Busti, Sampayo, Stochetti, Marcos
Díaz, Valussi, Juan Carlos Iribarren, Ruiz Días, Marcial
Barraza, Bottyan, Santiá, Zava, Segovia, Gaspari, Cascio,
José García, Ferrari, López, Tarzob, Mildenberger,
Ricciardi, CébaLlos, Valdivia Moret, Sosa, Roselló,
Chamarreta, Benavento, De Genaro, Vitullo, Juárez,
Biancotti, Palomino, Avila, Spina Sivori, Julio Gómez,
Guzmán y Potro, Guaico, Isaac López, que fué arquero de
1938 a 1952: Narvajas, Araiz, Aragüez, Cassan, Galateo,
Magán, Juan C. Lorenzo; y algunos más nuevos, pero no por
ello menos meritorios: Barreiro, Lizterman, Caserío,
Campana y Busico, Valsechi, Pizarra, De Luca, Jaime Coll,
Isidoro García, Eduardo Ricagni, Segundo Díaz, Spinelli,
Dutruel, Pesarini y mil más.
COLORES
Quizá para muchos resulte novedoso saber que los primeros
colores que lució Chacarita no fueron los actuales, a
rayas verticales rojas y negras, con una línea fina
blanca, sino el celeste con cuello y puños blancos. Varios
años después de sus comienzos se adoptaron definitivamente
los que hoy conocemos.
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