Rosas
viernes, 19 de octubre de 2012
Arbolito, el justiciero
Por Doc9
- Usted será encarcelado en una cárcel de mujeres, porque además de injuriar la memoria de un héroe de la Patria, usted no es suficientemente hombre...
¿Qué había hecho Osvaldo para que lo manden a encerrar casi 2 meses; a que Prócer había ofendido?... la historia cuenta que en marzo de 1829 el entonces Presidente de las Provincias Unidas, Bernardino Rivadavia, priorizando los intereses de los estancieros sobre tierras vírgenes, designó por decreto a un mercenario oriundo de Prusia, llamado Federico Rauch; su misión exterminar: a los indios ranqueles, personas naturales de estas pampas americanas.
Los métodos de este matador que años atrás había servido a Napoleón Bonaparte, eran bastante sanguinarios; Rauch se ufanaba de su practicidad: "ahorremos balas, degollemos a los salvajes ranqueles, porque estos no tienen salvación sino no tienen sentido de la propiedad".
El prusiano había llegado a Buenos Aires y de movida arrasó con todo aquello que olía a aborigen nativo, mandando a violar a sus mujeres, destrozando su arte y cultura, arrebatando miles de cabezas de ganado. Rauch contaba entre sus hombres a los soldados que años atrás habían aprendido a asesinar en la Guerra librada contra el Brasil por la adquisición del territorio de la Banda Oriental (hoy Uruguay). El futuro golpista y -verdugo de Manuel Dorrego-, el general Juan Lavalle era uno de sus soldados preferidos.
Lo que no intuía el prusiano Rauch es que alguien estaba observando su modus operandi de la muerte. Sucede que una vez que el genocida terminaba su obra de destrucción, arengaba para donde haya arbustos y campo cerrado. Por semanas alguien, lo estaba mirando. Era un muchacho delgado pero robusto, alto y bien melenudo. De lejos, con su larga cabellera parecía un pino, su nombre Nicasio Maciel, más conocido como Arbolito.
Los días se sucedieron, Arbolito observaba, esperaba, y cuando pudo, tal un tigre esperando su víctima, boleó el caballo del prusiano genocida y degolló al General europeo.
La poderosa provincia de Buenos Aires lamentó la muerte del prusiano como nunca lo hizo con los miles de nativos que se exterminaron por sus órdenes. Hasta homenajeó al militar muerto denominando Ciudad de Coronel Rauch a una porción del territorio bonaerense. Pasaron casi 180 años del ajusticiamiento del genocida europeo. Pero en 1960, Osvaldo, que estaba investigando la matanza de cientos de obreros en la Patagonia a manos del gobierno del radical Hipólito Irigoyen casi 40 años atrás, comenzó a hurgar en la identidad perdida del justiciero Arbolito. Aunque muy poco se sabía de él, Osvaldo descubrió que su nombre era Nicasio Maciel, a quien Rauch le había asesinado a muchos familiares y amigos. Osvaldo comprendió que con Rivadavia y el prusiano comenzaba la “limpieza” de los verdaderos dueños de las tierras que cincuenta años después culminaría el dos veces presidente de la Nación, Julio Argentino Roca con su Campaña del Desierto.
Se avecinaba otro golpe de Estado en esa Argentina de 1962. En poco tiempo, la militar Revolución Argentina se iba a ser cargo del timón del Ejecutivo. Pero Osvaldo siguió su lucha, viajó a Coronel Rauch y contó la historia de Arbolito.
Apenas llegó a la Capital Federal fue detenido y enviado a la cárcel de mujeres. Al salir, la lucha por revindicar a Arbolito continuó. A Osvaldo siquiera pudo frenarlo los sucesivos golpes militares. Hace menos de un mes, en este 2008, vecinos de la ciudad de Azul, en Buenos Aires, impulsaron el cambio de denominación de una de sus calles, llamada Coronel Rauch, por el nombre de Arbolito. Osvaldo estuvo presente allí, junto al grupo musical de nombre Arbolito en reconocimiento al justiciero.
Este Apunte quiere ser un reconocimiento de la pelea que esta llevando el gran escritor Osvaldo Bayer, el autor de la Patagonia Rebelde, mentor de la campaña Awka Liwen que propone erradicar de todos los espacios públicos del país a los monumentos que homenajean al general Roca y denominar Arbolito a la localidad Coronel Rauch.
“Es increíble la forma como se repartió la tierra después de la Campaña del Desierto; alcanza con ver el resultado que sacamos del Boletín de la Sociedad Rural Argentina fundada en 1868, que entre 1876 y 1903, pasó a tener 41.787.000 hectáreas de terratenientes, principalmente de la familia Roca y la familia y la familia Martínez de Hoz, del clan del que iba a ser ministro de Economía de la dictadura militar de 1976”, dijo alguna vez Osvaldo.
Nada es casualidad. Osvaldo Bayer es un luchador, un revolucionario…esta historia de Osvaldo fue primordial para el nacimiento de la banda de rock/folclore: Arbolito, esa que escucha Verónica. Pero por ahora, gracias Osvaldo, el alemán¡¡ uno de mis maestros en periodismo.
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No hace falta esplicarle nada, él sabía la historia de sus antepasados...
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