Rosas

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martes, 31 de mayo de 2022

PISTAS PARA INTERPRETAR EL SUICIDIO DE LEOPOLDO LUGONES.

 Por Santiago Delgado

El escritor se envenenó en un recreo del Tigre En la carta que dejó no decía nada sobre las razones de su decisión Para Borges se mató por amor Lugones tenía una relación con una joven estudiante.   Tal vez un informe forense y unos libros puedan decir más sobre un hombre que todas las anécdotas que jalonan una vida. Leopoldo Lugones, polígrafo nacido en un pueblo de Córdoba en 1874, apareció muerto por envenenamiento en una habitación de un recreo del Tigre, llamado El Tropezón, el 19 de febrero de 1938. El deceso se produjo la noche anterior. En su mesa, como imagen espartana de su vida, había una botella de whisky a medio consumir, un vaso de agua intacto, una carta y un artículo inconcluso.  La carta no decía nada en absoluto sobre los motivos de la muerte. Sólo alertaba que el difunto era dueño de sus actos. Fuera de eso, pedía que lo enterraran sin cajón y sin lápida. Curiosamente, la carta póstuma empezaba así: No puedo terminar el libro sobre Roca. Basta

Y es éste el primer indicio sobre las razones del suicidio del discutido poeta del nacimiento de los tiempos modernos en la Argentina. Pocos suicidas hubiesen recordado a cinco minutos de ejecutar su propia sentencia que no habían terminado un trabajo. Y el basta que sigue a esta constatación resulta significativo. ¿Basta con qué? ¿Con Roca? ¿O con escribir, con la literatura, con sostener un trabajo que se suele suponer gratificante?Este es el problema, éste es el enigma Lugones. El informe forense puede introducir en pistas. Los escritos de Lugones, versos llenos de majestuosidad y arcaísmos, artículos que van desde el anarquismo hasta el desprecio del pueblo y el elogio de la fuerza y del Ejército como la última aristocracia (discurso en Lima, en el centenario de la batalla de Ayacucho, en 1924, donde también dijo su famosa frase Ha sonado la hora de la espada frente al ministro de Guerra argentino Agustín P. Justo) es otro indicio. Diría el informe forense que Leopoldo Lugones, escritor y periodista de 64 años, director de la Biblioteca del Maestro, bebió una fuerte dosis de cianuro, además de alcohol, aquella noche del 18 de febrero. Sus escritos dicen que era un enamorado de la antigüedad griega -en el modo idílico en que entendían esa antigüedad los neoclásicos, los románticos y los parnasianos del siglo pasado-. De modo que el cianuro remite a la cicuta de Sócrates. Una ejecución civil que paradójicamente se encomendaba al propio reo.La sentencia se cumplió en un lugar llamado significativamente El Tropezón. Puede suponerse que Lugones, a quien sus escritos revelan como un megalómano, un hombre que no dudaba sobre su destino póstumo de bronce y laurel, había chocado contra algo. Un imprevisto se descolgó sobre su vida, que describió en algunas entrevistas como la de un buen burgués. Otros constataron que era amante de la buena ropa, que escribía de mañana en un estudio maniáticamente ordenado y limpio, para salir a la tarde a cumplir sus tareas de empleado público. En rigor, no bebía. El whisky simplemente acompañó al veneno.  Dicen sus escritos que el tratamiento del sexo, tema oculto de la poesía modernista, resultaba afectado, distante e impregnado de sentimientos machistas de dominación sublimados: Y al penetrar entre tus muslos finos, / la onda se aguzó como una daga, por ejemplo.  Hace unos años, el poeta y narrador Juan José Hernández examinó este problema y encontró mucho más. Lugones estaba fijado a la imagen de la mujer como un enigma que conduce a la muerte y su represión erótica le hacía rechazar toda idea de fertilidad y vitalidad en la mujer y complacerse en la luna doncella, la amante niña, que enamora y mata.  Cuando Lugones muere, la hora de la espada que había augurado sonaba en todo el mundo. Estaba en auge el fascismo y pronto Hitler se lanzaría sobre Polonia. De algún modo, la revolución, aquí, de José Félix Uriburu, que Lugones apoyó, se había diluido en un sistema conservador y tramposo, los dirigentes se parecían más al Viejo Vizcacha que a unos aristócratas, pero no parecía eso motivo suficiente para que bebiera la cicuta. Lo hizo, y recién aparecen evidencias públicas en 1984, porque al fin la luna doncella había entrado en su vida, cuando ya tenía 52. En 1984, la historiadora María Inés Cárdenas de Monner Sans publicó, bajo el nombre de Cancionero de Aglaura, los poemas que Lugones dedicó a su amante niña, Emilia Cadelago, a quien había conocido en la alta madurez, cuando ella era una estudiante. También incluye ese libro sus cartas, que revelan a un erotómano como nunca fue Lugones.Lo que dijo Borges Se mató por amor, no dudó Borges. El padre Leonardo Castellani, que lo había asistido en su conversión al catolicismo en 1934, durante el Congreso Eucarístico, lamentó ese suicidio. El hijo de Lugones, el comisario Polo Lugones, introductor de la picana eléctrica en la Sección Especial, en 1930, tuvo que ver, aseguraba Emilia, con aquel desenlace. El hijo trató de detener esa primavera tardía del padre amenazando a la familia de la chica con que metería al viejo en un manicomio. 

Borges, completando el retrato, escribiría años más tarde: Si tuviéramos que cifrar en un hombre todo el proceso de la literatura argentina, ese hombre sería indiscutiblemente Lugones. Para Borges, gran parte de la literatura posterior sería inimaginable sin él. Y sin embargo, no renunciaba a ubicarlo en un plano preponderantemente intelectual. Al prologar un libro sobre Almafuerte, en 1962, Borges escribía: El poeta argentino es un artesano o, si se prefiere, un artífice; su labor corresponde a una decisión, no a una necesidad. Almafuerte, en cambio, fue orgánico, como lo fue Sarmiento, como muy pocas veces lo fue Lugones.Estas muy pocas veces fueron las brechas por las que al fin todo lo reprimido irrumpió en la vida de un hombre de 64 años. A 12 años de haber conocido a la joven Emilia, Lugones bebe su cicuta solo, en el lugar llamado El Tropezón, y establece su enigma.

10 de junio: Día de la Reafirmación de los derechos soberanos sobre las Malvinas

Por el Dr. Julio R. Otaño
10 de junio de 1829 se nombra al primer gobernador político y militar de las Islas Malvinas, Don Luis Vernet. Por ello, es el día de la Reafirmación de los Derechos sobre las Islas Malvinas, Islas del Atlántico Sur y del Sector Antártico.   Es también el 10 de junio, una fecha importante en la historia, pero de 1770. En esa fecha los españoles expulsan a los ingleses que se establecían en una de las islas de la Gran Malvina. 
El 10 de junio de 1829, se dicta el decreto que lo hace a Vernet gobernador político y militarmente de las Islas Malvinas, cargo que él había pedido tiempo atrás.  Martín Rodriguez (Gobernador de facto de Bs. As.), dicta el siguiente decreto:
«Cuando por la gloriosa Revolución de Mayo del 25 de Mayo de 1810, se separaron estas provincias de la dominación de la Metrópoli, España, la España tenía una posesión material en las Islas Malvinas y de todas las demás islas que las rodean hasta el Cabo de Hornos; incluso, la que se conoce como la Tierra del Fuego; hallándose justificada y documentada aquella posesión por el derecho del primer ocupante, por el consentimiento de las primeras portencias marítimas de Europa, y por la adyacencia de estas islas al continente que formaba el Virreinato de Buenos Aires, de cuyo gobierno dependían por esta razón habiendo entrado al gobierno de la República Argentina en la sucesión de todos los derechos que tenía sobre todas las provincias la antigua Metrópoli, España, y de que gozaban sus virreyes; habiendo seguido ejerciendo actos de soberanía y dominio en dichas islas, sus puertos y costas; a pesar de que aquellas circustancias no han permitido hasta ahora dar a aquella parte del territorio de la República Argentina, la atención y cuidados que su importancia exigen; pero siendo necesario no demorar por más tiempo las medidas que puedan poner a cubierto los derechos de la República Argentina, haciéndose al mismo tiempo, gozar de las ventajas que puedan dar los productos de aquellas islas, y que, asegurando la protección debida a su población; el gobierno de la República Argentina, en mi representación, ha acordado y decreta:

Art. 1: Las Islas Malvinas y las adyacentes al Cabo de Hornos, en el Mar Atlántico, serán regidas por un comandante político y militar, nombrado inmediatamente por el gobierno de la República Argentina.

Art. 2: La residencia del comandante político y militar será en la Isla de la Soledad, y en ella se establecerá una batería bajo nuestro pabellón.

Art. 3: El comandante político y militar hará observar por la población de dichas islas, las leyes de la República Argentina, y cuidará en sus costas de la ejecución de los reglamentos sobre la pesca de anfibios.

Art. 4: Comuníquese y publíquese.

-Firmado: Martín Rodríguez – (Gobernador) – S.M. Del Carril – (Secretario)- 10-06-1829.-

Es también un hecho destacable en la historia, lo sucedido el 10 de junio de 1770…
El 19 de febrero de 1770, la expedición española de Montevideo, comandada por Madariaga, llegó al Puerto de la Cruzada, y tras una descortés entrevista con Antony Hunt (comandante inglés), se retiró nuevamente a Montevideo.  En la entrevista, el comandante español dirigió al inglés una protesta por la usurpación, a lo cual el aludido, le respondió que «estas islas pertenecen a Su Majestad Británica por derecho de descubrimiento», y que estaba allí para protegerlas.   Más tarde, se activaron los preparativos para la expedición armada a «Puerto Egmont», la cual partió de Montevideo el 8 de mayo, al mando de Madariaga. Se componía de cinco fragatas, alrededor de mil quinientos hombres y tren de artillería.  La guarnición inglesa estaba reducida a la corbeta Favourite, cuando los navíos españoles arribaron el 8 de junio. Los ingleses no se resistieron, entregaron las islas y firmaron una capitulación, donde los soldados y demás súbditos debían abandonar las islas.
Retirados los ingleses, el estupor y la cólera se acrecentaron cuando la corbeta inglesa llegó a Londres.   Ambos países se preparaban para una guerra que parecía inevitable.  Cabe aclarar que el único establecimiento que Inglaterra poseyó, no se encontraba en la Gran Malvina, sino en el islote Saunders, al noroeste de las dos grandes islas.  El 16 de agosto España para no entrar en guerra con los ingleses entrega nuevamente el fuerte al capitán del navío Juno, donde volvieron a establecerse los ingleses, para luego abandonarlas definitivamente en 1774. Luego, en 1833, los británicos usurpan las Islas Malvinas, pero ya no a España, sino a la nueva Nación, Argentina.

Ley 20.561
Declaración al 10 de junio Día de la Afirmación de Los Derechos Argentinos sobre las Islas Malvinas y Sector antártico.
“Articulo 1° – Fíjese como Día de la afirmación de los derechos argentinos sobre las Malvinas, Islas y sector antártico, el 10 de junio, expresión de soberanía que se celebrará todos los años en todo el país.
“Articulo 2° – Ese día y a una misma hora se conmemorará el fasto en todos los establecimientos de enseñanza de todos los ciclos, del estado y particulares, unidades y oficinas de las fuerzas armadas, sedes judiciales y dependencias de la administración pública, dentro y fuera del territorio, con actos alusivos, dictándose al efecto clases especiales y conferencias en las que se señalarán los antecedentes históricos, la legitimidad de los títulos argentinos y la forma en que ella se ejercita en el sector austral.
“Articulo 3° – Asimismo y como protesta simbólica contra las agresiones sufridas por la República en la región, se embanderarán e luminarán obligatoriamente en esa fecha todos los edificios donde funcionen dependencias oficiales.
“Articulo 4° – Comuníquese al Poder Ejecutivo.
“Dada en la Sala de Sesiones del Congreso Argentino en Buenos Aires, a los catorce días del mes de noviembre de mil novecientos setenta y tres”.
Sanción: 14 de noviembre 1973.
Promulgación: 30 de noviembre 1973.
Publicación en B. O. 20/XII/73.
Senador Fonrouge, considerado y aprobado con modificaciones por el Senado en la sesión del 13 de setiembre de 1973 (D. ses. Sen. 1973, ps. 1426 a 1430) y por Cámara de Diputados en la sesión del 14 de noviembre de 1973 (D. Ses. Dip. 1973, ps. 3620 y 3621).

Manuel Dorrego - presentó Julio R. Otaño

 Organizó Instituto de Investigaciones Históricas Juan Manuel de Rosas de Gral San Martín




sábado, 21 de mayo de 2022

Manuelita Rosas ¿sucesora de su padre?

Por el Prof. Julio R. Otaño 

La muerte de Encarnación puso a Manuela en un escenario de extrema exposición pública, completamente inusual para las mujeres en ese entonces. Madre e hija tuvieron de este modo un peculiar rol en la política, pues lo frecuente era que las mujeres de hombres prominentes formaran parte de sus círculos íntimos, opinaran pero sin adquirir tal presencia pública. Manuela cumplió también con esas prácticas usuales, pero lo distintivo fue su rol de mediadora con sujetos provenientes de los más variados ámbitos sociales, desde los negros y las negras de la plebe urbana hasta los ministros de las legaciones diplomáticas.  Manuela había nacido en 1817 y su formación política corrió bajo el influjo de su madre, y fue su muerte la que cambió completamente su lugar en la vida familiar y social. Tan es así que a sólo días de acaecida, ya se hacía cargo de su correspondencia y ayudaba a su padre como escriba. Pocos años después cumplía también delicadas tareas diplomáticas trabando una relación particularmente amable con el enviado británico hasta 1845, John H. Mandeville, y especialmente con su sucesor, Lord Howden, quien la llamaba su “linda, buena, querida y apreciadísima hermana, amiga y dueña”, un lenguaje muy amoroso, por cierto. Hacia 1848, un norteamericano que lo entrevistó relataba que le habría dicho: 

Esta es mi mujer -me dijo señalando a Manuelita-. Tengo que alimentarla y vestirla y eso es todo: no puedo tener con ella los placeres del matrimonio; dice que es hija mía pero yo no sé por qué; cuando estuve casado, teníamos en la casa a un gallego y puede ser que él la engendrara. Se la doy a usted, señor, para que sea su mujer y podrá tener con ella, no solamente los inconvenientes sino también las satisfacciones del matrimonio. [...] La pobre Manuelita se ruborizó ante la grosería de su padre y se disculpó diciéndome: Mi padre trabaja rnucho y cuando ve alguna visita, es como una criatura, como en este caso.(en Busaniche "Rosas visto por sus contemporáneos) Es dificil confirmar la veracidad de este relato. Aunque este tipo de situaciones parecen haber sido habituales en los encuentros de Rosas con visitantes extranjeros, a quienes buscaba incomodar. Pero, frente a otros interlocutores, Rosas no escatimaba elogios para su hija: “En Manuela, mi querida hija, tienen ustedes una heroína - ¡Qué valor! Si es el misino de la Madre”, había escrito a su colaborador Vicente González en 1839. 

Más aún: también le habría dicho: “Si Yo falto por disposición de Dios en ellos -en Manuela y en su hermano Juan- han de encontrar usted quienes pueden sucederme”. No se trataba de un rumor sino que la carta fue publicada en La Gaceta Mercantil y se entiende que en 1841 varios de sus más destacados partidarios pensaran en proponer a Manuela como su heredera en el gobierno, en caso de necesidad. Fuera alentada o no por Rosas esta posibilidad, lo cierto es que llama la atención en Rosas mantuvo su rasgo más prototípico, el acentuado patriarcalismo y pese a ello no parece haberle asignado a su hijo Juan Bautista un rol relevante en su “sistema”, el cual, incluso, fue menor del que tuvo su hijo adoptado, Pedro Rosas y Belgrano, el hijo no reconocido de su cuñada con Manuel Belgrano. El lugar decisivo fue claramente ocupado por Manuela. Y, sin embargo, no era la única mujer que rodeaba a Rosas. María Eugenia Castro fue su compañera y madre de cinco hijos que Rosas nunca reconoció, al punto de que en su testamento negó expresamente haber tenido otros hijos que no fueran los que le dio Encarnación. No es claro cuándo comenzó esa relación, pero se sabe que Rosas había sido su albacea y tutor y que María Eugenia era una de las personas que atendían a Encarnación desde que tenía trece años. 

Su trayectoria personal sólo es excepcional porque se vinculó con alguien como Rosas, pero este tipo de relaciones eran un rasgo típico de los entramados sociales elitistas. Como fuera, no se trató de un vínculo ocasional y la relación se mantuvo al menos entre 1840 y 1852, tiempo durante el cual María Eugenia parece haber sido una de las pocas personas que compartían la intimidad de Rosas, lo atendía en sus frecuentes enfermedades. ¿Hubo otras mujeres en la viudez de Rosas? Según algunas versiones, al parecer se habría enamorado de una acompañante de su hija, Juanita Sosa, pero Manuela se opuso firmemente a que contrajera un nuevo matrimonio: si lo hacía, debía ser con María Eugenia

Bibliografía

Busaniche José Luis "Rosas visto por sus contemporáneos"

Ibarguren Carlos "Manuelita Rosas"

Gelman, Fradkin "Rosas la construcción de un liderazgo político"

Lynch John  "Juan Manuel de Rosas"

viernes, 20 de mayo de 2022

Hugo Wast (1883-1962)

Por el Prof. Jbismarck
Bajo el pseudónimo de Hugo Wast, tomado a partir de la redacción de su tercer novela, Flor de durazno, encontramos a Gustavo Martínez Zuviría. Nacido en 1883 en la ciudad de Córdoba y perteneciente a una familia acomodada con tradición militar, Martínez Zuviría recibió una marcada educación católica y realizó estudios de Derecho en la Universidad de Santa Fe. Comenzó a incursionar desde temprano en la literatura (escribió su primer novela, Alegre, a los veintidós años) y redactó artículos para La Nación y Caras y Caretas; su vocación literaria no se vió interrumpida por su labor docente en el Colegio Nacional de Santa Fe y en la Universidad de Santa Fe, llegando a escribir más de treinta libros que contaron con gran acogida entre el público y que se destacaron por su predilección por el heroísmo romántico. Su obra El Kahal y Oro (1935), fue intensamente criticada por su antisemitismo. El respaldo y aval de los círculos católicos y nacionalistas luego de estas críticas se refleja en su carrera política: candidato a la vicegóbernación de Santa Fe y elegido diputado nacional en 1916 por el Partido Demócrata Progresista, abandonó sus filas debido a sus desacuerdos con la orientación laicista del partido. Luego de abandonar el país entre 1927 y 1930 para viajar por Europa y Estados Unidos, regresó posteriormente al golpe de Uriburu, siendo nombrado en 1931 director de la Biblioteca Nacional, puesto que no abandono hasta 1955. 
Miembro fundador de la Academia Argentina de Letras, fue designado en 1937 presidente de la Comisión Nacional de Cultura, y en 1941 interventor de la provincia de Catamarca. Su carrera como funcionario estatal llegó a su cumbre durante el gobierno del presidente de facto, Pedro Pablo Ramírez, cuando fue nombrado ministro de Justicia e Instrucción Pública. Se intervinieron las universidades nombrando a miembros de las filas católicas como funcionarios, se suprimió la política gremial estudiantil y se impuso la enseñanza religiosa en las escuelas públicas. Sin embargo, ante la ruptura de relaciones del país con el Eje, Martínez Zuviría renunció a su cargo junto a un nutrido grupo de católicos nacionalistas que se desempeñaban en el gobierno. Luego de esta experiencia, se alejaría de la actividad política, dedicándose a la escritura. Murió el 28 de marzo de 1962
El Año X (1960) Martínez Zuviría escribió El Año X con el propósito de caracterizar la Revolución de Mayo como una revolución militar y católica, sin ninguna intervención popular. A partir de esta idea, destaca a la figura de Saavedra como jefe militar de la revolución al tiempo que pretende demostrar que Moreno es una construcción historiográfica liberal; para esto acude a las fuentes más consultadas por los historiadores, a los que acusa de lo que denomina una construcción "dirigida" de la historia. Revaloriza la tradición hispánica en contraposición al liberalismo, exaltando el legado católico. Selección de fragmentos 
"5 verdades que todavía parecen blasfemias:
I. La Revolución de Mayo fue exclusivamente militar y realizada por señores. 
II Nada tiene que ver con la Revolución Francesa. 
III. El populacho no intervino en sus preparativos, ni comprendió que se trataba de la independencia. 
IV. Mariano Moreno tampoco intervino en ellos y después su actuación fué insignificante cuando no funesta. 
V. Su principal actor fue el jefe de los militares don Cornelio Saavedra." 
"Para comenzar digamos algo que probablemente nunca se ha dicho: los patriotas del año X no entendían la palabra 'pueblo' como quieren entenderla ciertos admiradores de la revolución francesa, falsificadores de la nuestra ahora. Los demagogos mutilan el sentido de esa palabra. Para ellos solamente es 'pueblo' la masa plebeya, informe y enorme, caprichosa, infalible, sacrosanta, poseedora de todos los derechos y no atada por ninguna obligación. Es decir, la parte primitiva de la sociedad, más fácil de ser manipuieada, engatusada con discursos y ganada con donativos
Para los patriotas del año X 'pueblo' no era solamente la plebe, sino el conjunto de los habitantes del país, ignorantes e instruidos, ricos y pobres, capaces e incapaces de pensar por su cuenta, sacerdotes, militares, hacendados, abogados, comerciantes, artesanos, menestrales, pulperos, sirvientes, esclavos... iguales todos en sus derechos específicos, a los ojos de Dios, que los había creado y redimido con la Sangre de Jesucristo, pero desiguales en sus aptitudes y en sus derechos sociales, conforme a las circunstancias en que vivían. Los hombres de Mayo, que sabían su catecismo y por ello conocían esa igualdad esencial y esa desigualdad accidental, cuando mataban de resolver problemas de gobierno, que en aqi ¿ellos tiempos se resolvían a menudo en asambleas del pueblo o cabildos abiertos, jamás convocaban a la plebe, a los esclavos, los sirvientes, los menestrales, casi siempre analfabetos y a quienes tampoco les atraía meterse en tales honduras. Convocaban a los que las solemnísimas actas de dichas asambleas llaman 'vecinos de calidad', o Vecinos de distinción', o como reza la más solemne de todas, la del 25 de Mayo de 1810, 'la parte sana y principal del vecindario', que representaba por derecho natural, no por elección de nadie, a la totalidad del pueblo. (...) Los patriotas del año X, cuyo espíritu buscan afanosamente ciertos historiadores, deseándolo hallar distinto de cómo fue, no creían que las discusiones y resoluciones de aquellas asambleas de vecinos de distinción, pequeña minoría en comparación de los vecinos que no habían sido convocados, habrían de mejorar por que interviniera en ellas la parte menos principal del vecindario, es decir la turbamulta, que es la inmensa mayoría. Esa inmensa mayoría sentíase perfectamente representada por aquella minoría selecta, que conocía sus problemas y sabía defender sus intereses.  Se ve, pues, que los hombres de Mayo, aunque tenían un concepto del 'pueblo' más amplio y generoso que el que tienen los demagogos actuales, no eran partidarios del sufragio universal sino del voto calificado." (Wast 1960: 31-32) "Es que la Revolución de Mayo no la hizo el pueblo, la hicieron los Comandantes de los cuerpos militares, con un grupo de eclesiásticos y de civiles, que venían conspirando secretamente. El pueblo —lo que ahora llamamos pueblo—, no tuvo intervención en ello: ni conocía el complot, ni convenía que lo conociera. El pueblo nunca es motor, sino movido y siempre marcha disgregado, buscando instintivamente la gran personalidad que lo guíe. Cuando halla un jefe se convierte en una fuerza orgánica. Es verdad que ese jefe que lo subyuga y lo fanatiza, a cada paso lo invoca como si su poder le viniera del pueblo. Es que con esto legaliza su situación y mantiene su prestigio, haciendo creer que no trabaja en provecho propio, sino por el bien común; pero sabe que el amo es el mismo, porque es la idea y la voluntad. Si alguna vez un pueblo se ha manifestado apático para un gran movimiento ha sido el pueblo de Buenos Aires en los días de Mayo. No importa que pintores complacientes nos muestren una muchedumbre frenética, agolpada bajo la lluvia ante el Cabildo y armada no con fusiles, sino con paraguas. Mentira histórica. Nuestro pueblo de antaño nunca se defendió de la lluvia con otra cosa que con el poncho criollo. Le repugnaba el paraguas como un adminículo afeminado, especie de bastón con polleras.

domingo, 15 de mayo de 2022

"AMOR GAUCHO"

POR MARIANA MERLO

¡Cual si el mundo se acabara!
Se buscaron tiernamente
Y al amparo de la gente
Le pidió que la abrazara…
Con una mano, fue clara
Complacida la intención
La otra, del mancarrón
Tenía el cabresto apretado
Y del portón enrejado
Hacia retranca el varón.
Le dijo: no llore moza
¡No ha de ser larga la espera!
Es una tropa cualquiera
Que llevo hasta Villa Rosa
Quince días.... ¡poca cosa!
¡Si sé que me esperará!
Y a mí vuelta me dará
La miel de sus labios rojos
Y me tendrá a sus antojos
Yendo de aquí para allá…
El perro mudo asistente
Daba por cierto lo dicho
Pues su patrón era bicho
¡Tropeando y mandando gente!
Un ladrido diligente
Hizo reír a los dos
Diciendo: ¡ves!...no estás vos
Y el compañero me cuida
Y por mi daría la vida
Como yo lo haría por vos
El viejo ombú con sus ramas
Daba verdor a la escena
Y tres gaviotas sus penas
Graznaban a la mañana
El repasador sin ganas
Colgadito se quedó
Del alambre que tensó
El esquinero torcido
Y el alero deslucido
Al rancho valor le dio
Como el cardito cercano
¡En sueños me ha de tener!
Cuente el tiempo por volver
Con los dedos de la mano
¡Téngale fe a su paisano!
Que un vestido le traerá
Como flor le sentará
A su figura paisana
No piense ahora en mañana
Que mañana,... ¡Dios dirá!
(Rubén Ibero)

EL SINCERICIDIO DE CARLOS PELLEGRINI

POR LUIS GOTTE

“Nuestro régimen no es representativo, ni es republicano, ni es federal”
Tenemos una nación independiente, libre, orgánica y vivimos en paz; pero nos falta algo esencial: ignoramos las prácticas y los hábitos de un pueblo libre y nuestras instituciones escritas son sólo una promesa o una esperanza. El artículo 1° de la Constitución dice que la República adopta la forma de gobierno representativa, republicana y federal, y la verdad real y efectiva es que nuestro régimen en el hecho no es representativo ni es republicano ni es federal.
No es representativo porque las prácticas viciosas, que han ido aumentando día a día, han llevado a los gobernantes a constituirse en los grandes electores, a substituir al pueblo en sus derechos políticos y electorales, y este régimen se ha generalizado de tal manera, ha penetrado ya de tal modo en nuestros hábitos, que ni siquiera nos extraña, ni nos sorprende; hoy, si alguien pretende el honor de representar a sus ciudadanos, es inútil que se empeñe en conquistar méritos y títulos; lo único que necesita conquistar es la protección o voluntad del mandatario.
No es republicano porque los cuerpos legislativos formados bajo este régimen personal no tienen la independencia que el sistema republicano exige; son simples instrumentos manejados por sus manos creadoras.
No es federal porque presenciamos a diario cómo las autonomías de las provincias han quedado suprimidas. Acaso necesito recordar a esta Cámara un ejemplo clásico, que todos hemos presenciado en esta capital hace apenas unos meses.
Algo se discutía en las antesalas de la Presidencia –época de F. Alcorta- y en los conciliábulos de los ministerios en la Capital Federal; ¿qué? La gobernación de una provincia. Surgían candidatos un día y eran vetados al día siguiente para ser reemplazados por nuevos…, y la prensa daba diariamente la alternativa de la discusión y de la lucha…; y allá, allá había un pueblo que veía jugarse aquí su destino y elegirle un gobernador sin que tuviera derecho de hablar, ni de protestar, recordando, tal vez, en medio de su grandeza presente, otra época de pobreza, en que hubiera saltado como una pantera herida, si un núcleo de porteños hubiera pretendido en esta ciudad de Buenos aires imponer un gobernador a la provincia de Santa Fe.
Cuando reprochábamos la revolución política, cuando combatíamos la anarquía, muchos revolucionarios bien intencionados nos decían: “Cuando se cierran todas las puertas, cuando se desoyen todas las reclamaciones, cuando nos vemos privados de todas nuestras libertades, cuando no tenemos a quien recurrir ¿qué se hace?, ¿cuál es la situación que se le crea para un ciudadano?” Nos era difícil contestar, pues la verdad es que con elecciones como ésta y con despachos como el de la comisión, ¿cuál es la situación que se crea? ¿Qué es lo que diremos al pueblo que protesta y reclama? No sé si acaso lo colocamos en la terrible disyuntiva de ser sometido o rebelarse.
Y bien, señor presidente, lo que el país entero expone en estos momentos es un gran anhelo de paz y de orden.
Yo digo: ¿No estamos conspirando contra ese anhelo nacional, no estamos atentando contra la paz pública, si cerramos los ojos y nos tapamos los oídos para no ver ni oír, hasta poder aceptar el hecho consumado por escandaloso y fraudulento que sea? ¿Y en nombre de qué? En nombre de la solidaridad del fraude….
Mañana vendrá a esta Cámara una ley de perdón –la amnistía de los revolucionarios del 4 de febrero de 1905-; nosotros la vamos a discutir y la vamos a votar, y si alguno de los amnistiados nos pregunta: ¿Quién perdona a quién? ¿Es el victimario a la víctima o la víctima al victimario? ¿Es el que usurpa los derechos del pueblo o es el pueblo que se levanta en su defensa?… ¿Cuál sería la autoridad que podríamos invocar para dar estas leyes de perdón, para hacer estos actos de magnanimidad y de generosidad? ¿Y quién nos perdona a nosotros?
Mañana acudirá aquí el señor Presidente de la República y desde esa alta tribuna proclamará ante la faz del país su programa de paz y de reacción institucional, el mismo que nosotros defendemos. Y si alguien se levanta en este momento y pregunta. ¿Y de qué manera se va a realizar ese programa? ¿Es acaso cobijando todas las oligarquías y aprobando todos los fraudes y todas las violencias, es acaso arrebatando al pueblo los derechos y cerrando las puertas a toda reclamación?
Se asegura que la mayoría de esta Cámara es ministerial. Creo que lo es y me felicito que lo sea, porque así facilitará la tarea de los poderes públicos. Pero entonces pregunto yo a esa mayoría: ¿Qué es lo que entiende por prestar su apoyo político al presidente de la República? ¿Acaso ir a recibir órdenes a la Casa Rosada para determinar su actuación en la Cámara?
No; ésas son las viejas prácticas humillantes. No; ésas son las tradiciones y las costumbres del incondicionalismo que no coexisten con la independencia de los poderes, ni se concilian con su dignidad.
Estas palabras fueron pronunciadas un 8 de mayo de 1906 en la Cámara de Diputados de la Nación. Pasaron más de 100 años, y todo sigue igual.

jueves, 12 de mayo de 2022

HOMENAJE AL DR. ARTURO PELLET LASTRA, JORGE SULÉ Y CARLOS BARBERA

 Por el Dr. Julio R. Otaño

Lunes 9 de Mayo de 2022. Homenaje del Instituto Nacional de Investigaciones Históricas Juan Manuel de Rosas a los Miembros Académicos Fallecidos: Dr. Arturo Pellet Lastra, Dr. Jorge Sulé, Prof. Carlos Barbera, Licenciado Flores, Prof. Kraiker, Dr. Carlos Torreira,y Sr. Antonio Testa.

pd: Gracias H. C. por ESTAR...

BUQUE DE TRANSPORTE MONSUNEN

 Por el Prof. Julio R. Otaño
Este buque de 30 m de eslora de origen noruego pertenecía a la Falkland Islands Company y desarrollaba una velocidad de 7 nudos. El Monsunen (ARA Monsunen, cuando estuvo bajo servicio argentino) fue un buque de carga costero, perteneciente a la Falkland Islands Company, capturado por la Armada Argentina el 2 de abril de 1982, tras la Operación Rosario, y puesto al mando del teniente de navío Jorge Gopcevich Canevari. Sus plumas y su capacidad de transporte lo hicieron muy útil para las tareas logísticas, desarrolladas en condiciones muy adversas. A partir del 14 de abril cumplió 19 misiones de alerta temprana y transportes diversos, muchos de ellos vitales para los habitantes de las islas, pues se realizaban principalmente para la provisión de alimentos. El 1º de mayo, mientras se hallaba en cercanías de la punta Celebroña, fue sobrevolado por un Harier enemigo que no lo llegó a atacar, presuntamente por entender que se trataba de un buque tripulado por isleños. Al día siguiente se embarcó el mayor Jorge A. Monge, para buscar los cañones del GADA 101 que estaban a bordo del Rio Carcarañá. Como medida de seguridad se instalaron dos ametralladoras MAG, una a proa y otra a popa, más por efecto moral que por su eventual eficacia ante un ataque naval o aéreo. Cuando el Monsunen regresó a Puerto Argentino, recibió una alerta de ataque naval, posiblemente de un submarino, que lo obligó a permanecer inmóvil durante 8 horas.
Una de las principales funciones del Apostadero Naval Malvinas fue la de ofrecer un adecuado soporte logístico para las unidades navales que operaban en el puerto de la capital de las islas.
Así debieron realizarse diversas tareas, entre las que pueden citarse: el minado de las vias de acceso naval, el patrullaje de las islas, el rescate de combatientes, el pilotaje de barcos a través de los campos minados y la distribución de equipos, alimentos, medicamentos, combustibles, armamentos y otros aprovisionamientos para el personal asentado en los distintos puertos de las Malvinas.
Para efectuar estos trabajos vitales, se embarcó a parte del personal del Apostadero en distintos tipos de unidades navales que debieron realizar un largo periplo por las aguas malvinenses, luciendo el pabellón argentino en condiciones de extremo riesgo; considerando que se enfrentaban al bloqueo aeronaval británico establecido a partir del 12 de abril y carecian de comunicaciones, medios de detección, socorro y armamentos adecuados para su defensa.
El desamparo de estos buques se agravó tras el 2 de mayo, por el forzado repliegue de la Flota de Mar Argentina hacia el continente, producto del trágico hundimiento del Crucero ARA Gral. Belgrano por parte de un submarino británico de propulsión nuclear.
El grupo naval afectado a estas misiones estaba formado por un conjunto muy heterogéneo de transportes de la Armada, buques de la Marina Mercante y barcos requisados a la Gobernación Colonial y a empresas particulares.
Para llevar a cabo las misiones asignadas, los buques navegaban muy cerca de la costa, caleta por caleta, para que su presencia no se notase en los radares enemigos, por el efecto de enmascaramiento producido por los ecos provenientes de la tierra firme circundante. Asimismo se minimizó el uso de la radio, empleando claves y expresiones del argot argentino durante los breves contactos.
El día 21 de mayo el Monsunen zarpó de Bahía Fox hacia la capital de las islas, llevando 250 bolsas de harina y 150 tambores de JP1. En la madrugada del 23 de mayo fue sobrevolado por un helicóptero inglés, hallándose en el estrecho que separa la isla Bougainville de la isla Soledad. A los pocos minutos recibió una intimación de rendición por radio. El helicóptero regresó a los 15 minutos, siendo recibido con fuego reunido de fusilería y una MAG cedida por el Ejército, lo que provocó que la aeronave se alejase con aparentes daños. Casi al mismo tiempo, la embarcación es atacada por dos fragatas enemigas, la HMS Brilliant y la HMS Yarmouth, que le disparan primero con proyectiles iluminantes y luego con artillería naval. El ARA Monsunen logra escapar encallando en Caleta Foca, donde la topografía del terreno evita que el radar de las naves británicas lo detecte. La tripulación pasa la noche en tierra, Durante esta maniobra nocturna se produjo la caída al mar del cabo Carlos Rivero. Esta circunstancia sólo fue advertida por el conscripto Romualdo Bazán, que resueltamente se lanzó al mar para rescatarlo con éxito de los peligrosos remolinos que lo habían succionado, siendo condecorado por esta acción. Al amanecer el buque es remolcado a Darwin por el buque ARA Forrest, que transvasa su carga y la transporta a Puerto Argentino. A pesar de la odisea pasada, su valerosa tripulación no bajó los brazos y solicitó ser incorporada a la dotación que defendía la localidad. En consecuencia se le asignó una posición en la playa y en el muelle donde había quedado el buque. Entonces se construyeron los pozos de zorro para la defensa y se minó la costa con pequeñas bombas subácuas. El Monsunen, con una avería en su hélice, queda amarrado en Darwin hasta la caída de la localidad en manos británicas, el 29 de mayo de 1982.

TRIPULACIÓN DEL MONSUNEN

Comandante VGM Jorge Gopcevich Canevari

Segundo comandante VGM Vázquez Oscar Guillermo

Operaciones y comunicaciones VGM Hector Rodolfo Lehman

Maquinista VGM Cabana Lucas

Maquinista VGM Mamani Adolfo Blas

Enfermero VGM Gramajo Raúl

Electricista VGM Pedraza Jose Antonio

Timonel VGM Rivero Carlos Javier

Timonel VGM Bruneti Carlos Alberto

Timonel VGM Calizaya Zerpa Jesús

VGM Bazan Romualdo Ignacio

VGM Avila Jose Dulcillo

Artillero VGM Marchetti Ruben Oscar

Abastecedor Artillero VGM Godoy Orlando Ramon

martes, 10 de mayo de 2022

Panel Homenaje a los Miembros del Cuerpo Académico del Instituto Nacional Juan Manuel de Rosas, fallecidos

Por Claudia Alejandra Heredia

En el día de ayer se realizó un sentido homenaje a los Miembros del Cuerpo Académico y amigos del Instituto Nacional de Investigaciones Históricas Juan Manuel de Rosas fallecidos en los últimos años. Se contó con la presencia de familiares y amigos a quienes fueron dirigidas emotivas palabras de recuerdos y anécdotas personales que nos permitieron, a quienes no tuvimos el placer de conocerlos personalmente, tener un acercamiento a sus ideas y trayectorias , despertando la inquietud y el deseo por profundizar en su obra y transmitirla. Fueron los oradores el Presidente del Instituto Nacional Dr. Alberto Gelly Cantilo quien dedicó unas palabras sobre los historiadores Omar Kraiker, Antonio Testa y para finalizar su experiencia personal como amigo del Prof. Jorge Oscar Sulé. Seguidamente, el Dr. Carlos De Santis se refirió al Profesor Carlos Barbera, fallecido a los 94 años. El Licenciado José Luis Muñoz Azpiri (H) hizo lo propio con el Licenciado Héctor Alberto Flores; el Dr. Julio R. Otaño, con notable orgullo y emoción, compartió con los presentes su experiencia como alumno del Profesor Dr. Arturo Pellet Lastra, finalizando su exposición con unas palabras de reconocimiento al mencionado historiador Jorge Oscar Sulé, y un especial agradecimiento a la generosidad de sus familiares, quiénes donaron su biblioteca personal a los Institutos Nacional de Investigaciones Juan Manuel de Rosas y de San Martín, cumpliéndose su voluntad de ser aprovechada por las futuras generaciones.