Rosas
jueves, 22 de noviembre de 2012
Sarmiento
Por Norberto Galasso
Más allá de que Sarmiento haya sido consciente o no, él le entrega a la clase dominante una herramienta poderosísima para hegemonizar ideológicamente al resto del país, especialmente a la clase media. En este sentido, sin ninguna duda, es un reaccionario, porque su concepción ideológica y política permite legitimar el orden semicolonial. A través de sus ideas, la oligarquía azonza a los argentinos, implanta la colonización pedagógica (en el idioma usado por Jauretche) es decir, logra el consenso, impone, como diría Gramsci, el sentido común de la sociedad argentina o, como decía Marx, logra que las ideas de la clase dominante sean las ideas dominantes en la sociedad.
1. Por esta razón, la Historia Oficial lo celebra junto a Rivadavia y Mitre, no por su gestión presidencial, ni por su literatura, sino por su ideología.
2. Por la misma razón, la Historia Social lo respeta y evita criticarlo. (Más bien prefiere dedicarse a denostar a José Hernández, su reverso ideológico, o a Felipe Varela, una alternativa latinoamericana o a Raúl Scalabrini Ortiz por desnudar el andamiaje de opresión semicolonial montado por el Imperio Británico).
3. A su vez, el nacionalismo de derecha lo juzga un enemigo, no por darle ideología a la clase dominante, sino por haber sido abanderado de la ley 1420 de enseñanza laica, en detrimento de la escuela confesional. Las bombas de alquitrán con que tradicionalmente Tacuara y otros grupos nacionalistas festejaban los 11 de septiembre haciendo puntería en los bustos de Sarmiento, tienen ese sentido de defensa de la religión y de lo tradicional, y no sentido antiimperialista.
4. Jauretche formula la crítica más profunda a Sarmiento en cuanto a la función cumplida como ideólogo, reconociéndole algunas virtudes en otros terrenos, como el literario, pero insistiendo en que lo grave es el sarmientismo, como religión o concepción de la oligarquía y los sarmientudos, peores que Sarmiento. Más allá de esta función negativa, lo reconoce como un bárbaro, como un primitivo, como un Facundo que agarró pa' los libros.
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