Por Adrián Martínez
En el Oeste está el agite En los albores del siglo XIX, los vecinos del caserío de lo que actualmente es Loma Verde en el partido de Morón, Provincia de Buenos Aires, cruzaban por sus calles fangosas a una extraña figura ataviada con un gastado traje oscuro, vendiendo su propia producción de cuadernos de cielitos y diálogos patrióticos. Lo que no habrían de imaginar, es que este hombre barbado, de rostro enjuto y recio, ojos profundos y prominentes y melena aplastada por el chambergo, quedaría en la historia como el padre del género gauchesco en el Río de la Plata. Había llegado a esas lomadas del oeste de Buenos Aires, buscando algo de alivio para sus pulmones obturados por la tuberculosis. Sin embargo, a pesar de esta grave afección, hizo su mejor producción literaria a este lado del Río de la Plata, en los últimos años de su existencia. A propósito del cielito como género musical Dice el profesor Gabriel Bujan: "El cielito además de ser una composición poética, es música, es una danza, un baile tradicional que se bailaba en grupos de parejas. No sabemos cómo sonaban los cielitos que componía Bartolomé Hidalgo, porque nadie escribió una partitura, pero hoy se sabe que tiene tres tiempos del que se puede llegar a hacer una adaptación lo más cercana posible".
La garra charrúa Había nacido en Montevideo en 1788, cuando todavía esa ciudad formaba parte del Virreinato del Río de la Plata. Su educación inicial pudo efectuarse en razón de que los jesuitas se ocupaban de los niños de escasos o nulos recursos materiales. Perdió a su padre tempranamente, por lo que quedó a cargo de su madre y sus hermanas. Para esto tuvo que aprender múltiples oficios: fue barbero, empleado de comercio en la tienda de los Artigas y perito contable, entre otros.
En su juventud, sufrió los mismos designios que los de sus compatriotas orientales tras las Invasiones Inglesas y la Revolución de Mayo, entre ellos la irrupción del General Lecor, militar y administrador colonial portugués, lo que le sirvió para forjar su espíritu patriótico. Hidalgo fue parte de las formaciones de la Banda Oriental, que resistieron heroicamente el embate británico en El Cardal; participó de la asonada contra el ejército Imperial en la rebelión del arroyo Asencio de 1811. Después del armisticio firmado por el gobierno argentino de Buenos Aires con el Virrey de Elío, tuvo una destacada actuación en el Éxodo Oriental (la "redota") liderado por José G. de Artigas, en el cual con más de diez mil compatriotas, cruzaron el Río Uruguay hacia la actual ciudad de Concordia en Entre Ríos. […] Orientales, la Patria peligra; reunidos al Salto volad. Libertad entonad en la marcha Y al regreso decid libertad.[…] Ejerció cargos oficiales como Administrador de Correos y Secretario del Cabildo; fue Ministro Interino de Hacienda y Director de la Casa de Comedias en 1816.
Iniciadas las campañas libertadoras en el sur de América, resultó un entusiasta narrador de las hazañas de los ejércitos sanmartinianos de Chile y del Perú:
Cielito patriótico - que compuso un gaucho para cantar la acción de Maipú - [... ] Cielo, cielito que sí, cielito de Chacabuco, si Marcó perdió el envite Osorio no ganó el truco. En el paraje mentado que llaman Cancha Rayada, el general San Martín. llegó con la grande armada. De noche avanzaron ellos y allá tuvieron sus tratos; compraron barato, es cierto, ¡qué malo es comprar barato! Se reúnen los dispersos y marchan las divisiones, y ya andaban los paisanos con muy malas intenciones. Al fin el cinco de abril se vieron las dos armadas en el arroyo Maipú, que hace como una quebrada. Cielito, cielo que no, cielito digo que sí, párese mi Don Osorio que allá va ya San Martín. Quedó el campo enteramente por nuestros americanos, y Chile libre quedó para siempre de tiranos [...]
Borges, siempre Borges Jorge L. Borges se refirió a sus aportes al género de la gauchesca, en su conferencia de 1945 en el Paraninfo de la Universidad de Montevideo: [...] el iniciador, el Adán, es Bartolomé Hidalgo, montevideano. Sus diálogos, ahora, lindan con el olvido y con la injusticia; su paradójica gloria radica en esa dilatada y diversa superación filial: Hidalgo sobrevive en los otros, Hidalgo es, de algún modo, los otros; Bartolomé Hidalgo, empero, descubrió la entonación del gaucho; y eso es mucho [...].
Diálogo patriótico interesante entre Jacinto Chano, capataz de una estancia en las Islas del Tordillo, y el gaucho de la Guardia del Monte Dice A. J. Pérez: [...] En este poema Hidalgo, que vivía en Buenos Aires desde hacía tres años, expresa su disconformidad con el gobierno porteño. En esos momentos gobernaba Martín Rodríguez, y Bernardino Rivadavia era su ministro de Gobierno. Tanto Rodríguez como Rivadavia eran poco populares en las provincias del interior [...] [...] En diez años que llevamos de nuestra revolución por sacudir las cadenas de Fernando el baladrón ¿qué ventaja hemos sacado? Las diré con su perdón. Robarnos unos a otros, aumentar la desunión, querer todos gobernar, y de facción en facción andar sin saber que andamos: resultando en conclusión que hasta el nombre de paisano parece de mal sabor, y en su lugar yo no veo sino un eterno rencor y una tropilla de pobres, que metida en un rincón canta al son de su miseria; ¡no es la miseria mal son! [...] La incursión en la narrativa:
Sentimientos de un patriota y Relación que hace el gaucho Ramón Contreras a Jacinto Chano de todo lo que vio en las fiestas mayas de Buenos Aires del año 1822 [... ] ¡Ah fiestas lindas, amigo! No he visto en los otros años Funciones más mandadoras, Y mire que no lo engaño. El 24 a la noche Como es costumbre empezaron. Yo vi unas grandes columnas En coronas rematando Y ramos llenos de flores Puestos a modo de lazos. Las luces como aguacero Colgadas entre los arcos, El cabildo, la pirami La recoba y otros lados, Y luego la versería ¡Ah cosa linda! un paisano Me los estuvo leyendo Pero ¡ah poeta cristiano, Qué décimas y qué trobos![...] Con su pretendida rehabilitación, Hidalgo aparecería como un abanderado en la lucha contra el borbón Fernando VII. Le dedicó todo tipo de chanzas y sátiras en rechazo al Manifiesto de 1820, bajándole el precio al monarca como hizo en:
"Un Gaucho en la Guardia del Monte": [...] El otro día un amigo, hombre de letras por cierto, del rey Fernando a nosotros me leyó un gran Manifiesto. Dice en él que es nuestro padre y que lo reconozcamos, que nos mantendrá en su gracia siempre que nos sometamos. Cielito, cielo que sí, este Rey es medio zonzo y en lugar de D. Fernando debiera llamarse Alonso. Después que por todas partes lo sacamos apagando, ahora el Rey con mucho modo de humilde la viene echando Cielo, los Reyes de España ¡la p... que eran traviesos) Nos cristianaban al grito y nos robaban los pesos [...]
El Facundo y una sociología de la fusión de géneros. El Cantor. [...] la guitarra es el instrumento popular de los españoles, y que es común en América. En Buenos Aires, sobre todo, está todavía muy vivo el tipo popular español, el majo. Descúbresele en el compadrito de la ciudad y en el gaucho de la campaña. El jaleo español vive en el cielito los dedos sirven de castañuelas.[…] […] El cantor no tiene residencia fija: su morada está donde la noche lo sorprende; su fortuna, en sus versos y en su voz. Dondequiera que el cielito enreda sus parejas sin tasa, dondequiera que se apura una copa de vino, el cantor tiene su lugar preferente, su parte escogida en el festín […]
Algunas consideraciones sobre el autor y los años de lucha independentista: Al pueblo fogueado en el proceso iniciado en mayo de 1810, le estaba faltando el eco de una voz surgida de su mismo seno que formulara los avances y retrocesos de aquella Revolución que empezaba. Y sucedió que la encontró en la pluma de don Bartolomé Hidalgo, que con su poesía hizo las veces de cronista de masas en la consolidación de los cimientos de la Patria en formación. Difundió en su propio lenguaje lo que “el pueblo necesitaba saber” con sus cantos de la Patria recién nacida y sus denuncias a una dirigencia que jugaba a enquistarse en los despojos del régimen depuesto. Esa simbiosis surgida en ambas orillas del Río de la Plata, le dio entidad al gauchaje en la confirmación de una identidad de sujeto político emergente, forjado al calor de las luchas por la independencia. Así, la voz que no tenía cabida en los doctos salones literarios, podía acceder a su propio inventario en medio de los sacrificios y escaseces que suponían la construcción de una Patria soberana.
A modo de homenaje poético A Bartolomé Hidalgo (Fragmento) Por Ruben Sada [... ] Sigue cantando, poeta, en las márgenes del Plata, que al final, de eso se trata, de llegar bien a la meta. Desde tu guitarra inquieta sube un canto libertario, valiente gaucho templario cántale a tu gesta onírica y que el sable de tu lírica derrote a todo adversario [...]
Fuentes consultadas: 1) Los poetas gauchescos del siglo XIX. Conferencia de Jorge L. Borges. Montevideo. 1945 2) Cielitos y diálogos patrióticos Bartolomé Hidalgo. Capítulo Biblioteca Argentina Fundamental 3) Un gaucho en la Guardia del Monte 4) Cielitos de Castelar. Documental Biblioteca Popular 9 de Julio. 5) Facundo. Civilización y Barbarie. Domingo F. Sarmiento. 6) Blog de Rubén Sada 2.020 7) Bartolomé Hidalgo y la Patria. Alberto J. Perez 2021
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