Por Eduardo Rosa
Amigo Atanasio
¿Habremos llegado juntos a la historia?
Vinimos los dos por el azul de una noche de verano
Mi azul era ese humo azul de la imaginación
del recuerdo colectivo, esa subliminal inquietud
que heredamos de la herencia que heredaron
que excavé en otras memorias.
en una paleontología fugaz
con un solo fósil real...
…. ni ebrio ni dormido.
¿Y vos, capitán de húsares?
Vos también caminaste hacia mí.
Desde el vientre de tu madre, Brasilera
“de los campos cercanos”
la describías como queriendo bañarla en el Río de La Plata.
O de tu padre, Venezolano
al que le diste una pincelada guerrera
“De la gloriosa independencia de Carácas”,
Porque lo querías cerca de tus ideales suramericanos.
Atanasio, esa noche del 5 de diciembre de 1810
también fué para vos azul
azul de vino y de imaginación.
Y en la noche azul viste el camino, intuíste la esperanza colectiva
Esperenza de tu pueblo Oriental, esperanza del Río de la Plata.
Esperanza de AMERICA, que nacía.
Y alzaste tu copa proclamando por primera vez.
El IMPERIO AMERICANO.
Yo, ciento noventa años depués quise que se oyera ese grito
que nos llegaba profundo, lejano irracional.
Solo lo entendieron unos pocos buenos amigos.
Son otros tiempos, hay otros aires, soplan otros vientos.
¿Fracasamos Atanasio?
Nosotros si
pero la tierra no
Eduardo Rosa, en la víspera del bicentenario de aquel brindis adelantado al tiempo y la prudencia, en que el Capitán de Húsares Atanasio Duarte coronó a Saavedra; EMPERADOR DE AMÉRICA, gritando por primera vez nuestro deseo de una américa libre y unida.
Mañana domingo 5 de 200 levantemos una copa en honor de Atanasio Duarte, que estaría ebrio PERO NO DORMIDO.
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