No fue una excentricidad del "Tigre de los Llanos", Juan Facundo
Quiroga, el haber sido enterrado de pie para mirar de frente al Creador y
hacerle frente al juicio de la historia.
Ningún documento
certifica este supuesto anhelo del controvertido caudillo, transformado
en un mito a lo largo de la historia. Hoy, empero, el azar-o mejor dicho
la falta de espacio- lo convirtió en realidad: el féretro de bronce del
general Quiroga yace de pie detrás de una pared en la bóveda de la
familia Demarchi, en el cementerio de la Recoleta, y fue encontrado por
un grupo de investigadores que impulsa declarar "sepulcro histórico" a
su morada. La iniciativa corresponde al Instituto Nacional de Investigaciones Históricas Juan Manuel de Rosas, que junto con otros investigadores independientes, como Jorge Alfonsín y Omar López Mato, llamó al reconocido arqueólogo urbano Daniel Schavelzon para realizar excavaciones en la bóveda de los Demarchi y poder así ubicar sus restos.
En la pared Un informe de la Comisión Nacional de Energía Atómica, en agosto del año pasado, certificó, por medio de un georradar, la existencia de una cavidad o pared hueca dentro del sepulcro. Schavelzon realizó un orificio de 20 por 40 cm en la pared y encontró detrás el féretro de bronce, parado, de Quiroga.
Junto al ataúd verdoso, por la aleación del cobre que posee el bronce, también se hallaron dos cruces de hierro. Una de ellas adosada a un corazón de chapa oxidado que en letras blancas reza: "Quiroga... muerto en febrero".El hallazgo, que tuvo lugar el 9 de diciembre de 2004, reforzó aquel mito de que el caudillo quiso ser enterrado de pie y por reticencias de la familia Demarchi recién esta semana trascendió la noticia (ver aparte). Pero esta versión carece de rigor histórico.
"Mi tatarabuelo suizo, Antonio Demarchi -casado con Mercedes Quiroga, la hija de Facundo-, en una maniobra de mucha celeridad decidió esconder su cadáver para preservarlo de los enemigos de Rosas", cuenta a LA NACION, desde Uruguay, Luis Demarchi, sexta generación de los descendientes de Quiroga. "En 1877 se lo escondió detrás de una pared que mandó a construir y la única forma en que cabía el féretro era de manera vertical", añade.
¿Por qué se ocultaron durante más de un siglo los restos del caudillo riojano y por qué su nombre no figura en ningún registro del cementerio?
De acuerdo con el testimonio de la familia, en 1877, al morir Juan Manuel de Rosas en Southampton, Inglaterra, un grupo de seguidores del restaurador organizó una misa en su memoria en Buenos Aires. El gobierno nacional se opuso a semejantes honores y se exacerbaron los ánimos de los descendientes de las víctimas "del tirano Rosas". Ante el intento de homenaje, otro grupo marchó al cementerio del Norte (hoy Recoleta) para mancillar los símbolos federales, entre los que se encontraba la tumba de Quiroga.
"Con un caballo, un grupo enardecido enlazó la Virgen La Dolorosa, la imagen de carrara traída desde Milán y realizada por el escultor Antonio Tantardini, que preside el túmulo de la cripta, y trató de derribarla. Ante el temor de que ultrajaran sus restos, mi tatarabuelo procedió a esconderlo y evitó que su nombre aparezca en los registros", cuenta Demarchi. "Siempre supimos que Quiroga estaba ahí, pero desconocíamos detrás de cuál de las paredes estaba escondido", aclara.
Desde su muerte, el 16 de febrero de 1835, Quiroga descansó en tres moradas: en la catedral de Córdoba, desde donde fue trasladado con grandes honores por un decreto de Rosas, en 1836, a la iglesia de San Francisco, en Flores. Ese mismo año después fue sepultado a 20 metros de la entrada del ex cementerio del Norte en una parcela por él mismo adquirida. Hoy está a pocos metros del recordado presidente Marcelo T. de Alvear y Regina Pacini.
Descendientes se oponen al traslado de la tumba
Un proyecto de ley presentado por la senadora Ada Maza (PJ-La Rioja) y aprobado por la Cámara alta en abril de 2004, para trasladar los restos de Facundo Quiroga a su provincia natal -apoyándose en que ésa es la voluntad popular de los riojanos- ha puesto a la defensiva a las cinco ramas de descendientes del caudillo, que rechazan cualquier traslado del militar.Las familias Demarchi Quiroga, Quiroga Curro, Quiroga Ruiz Huidobro, Quiroga Davel Obligado y Gaffarot Quiroga -descendientes directos- presentaron un petitorio con firmas ante la diputada Irma Roy (PJ-Capital), en el que dejaron expresa constancia de su oposición al traslado de los restos del caudillo. Temen, señalaron a LA NACION, que su figura sea utilizada con fines políticos por sectores del justicialismo.
Cuando el proyecto de Maza se trató en Diputados, la oposición familiar logró frenar que se sancionara la ley, insistentemente empujada por Maza en dos versiones. La primera apuntaba a trasladar los restos a La Rioja, y la segunda proponía que fueran depositados en San Antonio de los Llanos, una comarca cercana a Barranca Yaco, donde el caudillo fue asesinado dentro de su galera.
"La figura de Quiroga fue usada por muchas facciones políticas y de una manera muy demagógica", dijo Luis Demarchi. "Nosotros, sus descendientes, tenemos un compromiso de orgullo, y admiración por su figura y por una cuestión de respeto entendemos que no se debe interrumpir su descanso. Por eso nos parece que la mejor manera de preservarlo es declarando sepulcro histórico a su última morada."
La Comisión Nacional de Monumentos y de Lugares Históricos y un decreto presidencial son las vías para concretar esos honores. Y según señaló el presidente del Instituto Juan Manuel de Rosas, Alberto Gelly Cantilo, la iniciativa es limpiar y reacondicionar la bóveda y colocar nuevas placas que recuerden la memoria del caudillo.
No cabe duda que los restos del legendario Tigre de los Llanos deben descansar en La Rioja, su patria.
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