Nació en 1893, y siendo alumno del colegio Lacordaire de los Dominicos,
sobresalió por estar siempre en el cuadro de honor. Cuando todavía no
había cumplido quince años terminó el bachillerato e ingresó
inmediatamente (en 1908) a la Facultad de Medicina, donde se graduó con
Diploma de Honor en 1915. Fue practicante en el Hospital Rawson y luego
en el Hospital de Clínicas donde trabajó en el servicio de Cirugía
Infantil y en Clínica Pediátrica.
Fue la docencia una de las áreas donde más trabajó: Docente libre de Clínica Pediátrica (entre 1923 y 1924), Profesor de Puericultura en la Cátedra de Higiene, entre 1925 y 1926, de Clínica Pediátrica y Puericultura, entre 1927 y 1939, Profesor externo entre 1939 y 1942, Profesor Titular y Director del Instituto de Pediatría y Puericultura del Hospital de Clínicas, de 1942 a 1945, y Profesor de Pediatría entre 1956 y 1962. Además fue Jefe Inspector del Cuerpo Médico Escolar, en 1929.
Como médico pediatra se perfeccionó constantemente y se destacó por tener un especial cuidado en la utilización de recursos auxiliares para el diagnóstico, evitando los procedimientos que causaran molestias a los pacientes si éstos no estaban justificados por una indudable utilidad para el enfermo. Así, llegó a ser considerado uno de los más destacados innovadores de su especialidad, a partir de sus actuaciones profesionales en el Hospital de Clínicas (entre 1915 y 1925), en el Hospital Rivadavia (1923 a 1927), en la Escuela de Niños Débiles Nº 1 (de 1924 a 1929), en el Departamento de Puericultura del Instituto de Medicina (fue Jefe entre 1928 y 1942), en la Sociedad de Higiene y Microbiología (que presidió entre 1923 y 1924), y como Presidente de la Sociedad de Nipiología (entre 1929 y 1930).
Garrahan reivindicó el lugar de la pediatría, reclamando para ella la jerarquía de disciplina médica y no de especialidad, designación que para él sólo debía darse a la materia que se concentra en órganos, funciones o enfermedades determinadas.
En 1923 ingresó a la Maternidad del Hospital Rivadavia y se puso al frente del Departamento de Puericultura. Fue por entonces que comenzó a afianzar su prestigio como médico y docente. La tarea de transmitir conocimientos la inició al poco tiempo de haberse graduado, como Jefe de Clínica Pediátrica de la Facultad de Ciencias Médicas y llegó a ser, en 1942, y después de 16 años de dar clases, Profesor Titular. En su labor como maestro logró formar a numerosos pediatras que luego se destacarían en su profesión.
En su extensa producción escribió muchas páginas en los Archivos de Pediatría, órgano oficial de la Sociedad Argentina de Pediatría, que dirigió en dos oportunidades (de 1929 a 1932, y entre 1947 y 1949). Medicina Infantil, libro que se convirtió en referencia ineludible para la especialidad en Latinoamérica y España; La pediatría: ciencia y arte; Vitamina K en pediatría, Lecciones de pediatría y La salud del hijo son algunos de las obras que publicó.
Juan Pedro Garrahan, que llegó a ser Miembro de Honor de diversas Sociedades de Pediatría nacionales y extranjeras (de Madrid, París, Río de Janeiro y de la Universidad de Santiago de Chile), murió en 1965. En 1979 la Secretaría de Salud Pública de la Nación resolvió que el Hospital Nacional de Pediatría llevara su nombre.
Fue la docencia una de las áreas donde más trabajó: Docente libre de Clínica Pediátrica (entre 1923 y 1924), Profesor de Puericultura en la Cátedra de Higiene, entre 1925 y 1926, de Clínica Pediátrica y Puericultura, entre 1927 y 1939, Profesor externo entre 1939 y 1942, Profesor Titular y Director del Instituto de Pediatría y Puericultura del Hospital de Clínicas, de 1942 a 1945, y Profesor de Pediatría entre 1956 y 1962. Además fue Jefe Inspector del Cuerpo Médico Escolar, en 1929.
Como médico pediatra se perfeccionó constantemente y se destacó por tener un especial cuidado en la utilización de recursos auxiliares para el diagnóstico, evitando los procedimientos que causaran molestias a los pacientes si éstos no estaban justificados por una indudable utilidad para el enfermo. Así, llegó a ser considerado uno de los más destacados innovadores de su especialidad, a partir de sus actuaciones profesionales en el Hospital de Clínicas (entre 1915 y 1925), en el Hospital Rivadavia (1923 a 1927), en la Escuela de Niños Débiles Nº 1 (de 1924 a 1929), en el Departamento de Puericultura del Instituto de Medicina (fue Jefe entre 1928 y 1942), en la Sociedad de Higiene y Microbiología (que presidió entre 1923 y 1924), y como Presidente de la Sociedad de Nipiología (entre 1929 y 1930).
Garrahan reivindicó el lugar de la pediatría, reclamando para ella la jerarquía de disciplina médica y no de especialidad, designación que para él sólo debía darse a la materia que se concentra en órganos, funciones o enfermedades determinadas.
En 1923 ingresó a la Maternidad del Hospital Rivadavia y se puso al frente del Departamento de Puericultura. Fue por entonces que comenzó a afianzar su prestigio como médico y docente. La tarea de transmitir conocimientos la inició al poco tiempo de haberse graduado, como Jefe de Clínica Pediátrica de la Facultad de Ciencias Médicas y llegó a ser, en 1942, y después de 16 años de dar clases, Profesor Titular. En su labor como maestro logró formar a numerosos pediatras que luego se destacarían en su profesión.
En su extensa producción escribió muchas páginas en los Archivos de Pediatría, órgano oficial de la Sociedad Argentina de Pediatría, que dirigió en dos oportunidades (de 1929 a 1932, y entre 1947 y 1949). Medicina Infantil, libro que se convirtió en referencia ineludible para la especialidad en Latinoamérica y España; La pediatría: ciencia y arte; Vitamina K en pediatría, Lecciones de pediatría y La salud del hijo son algunos de las obras que publicó.
Juan Pedro Garrahan, que llegó a ser Miembro de Honor de diversas Sociedades de Pediatría nacionales y extranjeras (de Madrid, París, Río de Janeiro y de la Universidad de Santiago de Chile), murió en 1965. En 1979 la Secretaría de Salud Pública de la Nación resolvió que el Hospital Nacional de Pediatría llevara su nombre.
Justo homenaje a un ilustre medico!! Argentina tuvo siempre muy buenos medicos que honraron esa noble profesion!!
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