Rosas

Rosas

domingo, 31 de octubre de 2021

Juan Bautista Alberdi y el Restaurador:

 Por el Prof. Jbismarck

Alberdi, con su Memoria descriptiva sobre Tucumán: (1834), con sus publicaciones en el periódico La Moda (1837) y otros, habría inaugurado en el Río de la Plata, los tres grandes temas sobre los que se organizaría el "americanismo literario": el paisaje, las costumbres y las tradiciones.  A los 25 años Juan Bautista Alberdi, formaba parte de Asociación de Mayo; jóvenes románticos, idealistas y liberales, obnubilados por las nuevas corrientes filosóficas y encandilados los “las luces” de Europa, creen poder convencer a Rosas de sus ideas. Alberdi lo llama “el Gran Rosas”. Hacia 1837 Buenos Aires era el lugar donde la anhelante juventud estudiosa de una nueva generación, recibía y asimilaba las doctrinas europeas. Era el auge del romanticismo literario y político. Las ideas de los siglos XVII y XVIII imponían su sello característico: junto a Montesquieu y Rousseau, se leía a Hobbes y Locke, a Vico, Cousin, Lerminier y Saint Simon.   Pronto, al ver que Rosas no está en camino de aplicar las libertades ni filosofías de la Revolución Francesa, serán sus enemigos. Alberdi publica artículos en “La Moda” de crítica costumbrista, con el seudónimo de Figarillo. Este grupo de jóvenes afrancesados se sienten en cierta forma amenazados y Alberdi, temeroso, pide audiencia a Rosas: “Más tolerante que sus consejeros, me dispensó de ella, mandándome palabras calmantes por medio de Mariño” confesará Alberdi.   Según ellos mismos lo dijeron, querían el progreso del país, en base a la libertad. La primera exposición de las ideas y propósitos de esta nueva generación, fue expuesta por Juan Bautista Alberdi, en su libro “Fragmento preliminar al estudio del derecho”, editado en Buenos Aires y que fuera dedicado al gobernador de Tucumán y protector del autor, el “Indio” Alejandro Heredia.   Alberdi indica que saber leyes no es saber derecho, que la jurisprudencia es filosofía y no arte mecánica y que atenerse a la intención lógica y no a la gramatical, para interpretar las leyes es lo correcto. Y que un pueblo, para ser independiente, además de ser civilizado, deberá tener una conciencia nacional, por medio de una filosofía propia.

Critica en consecuencia las imitaciones extranjerizantes hechas en el país y cree que la libertad de la razón debe ser amplia y en todo: en el obrar, en el creer y en el actuar.     Estos atributos del pueblo, deben lograrse por la misión de la juventud en forma de un desarrollo pacífico; y para ello “Nosotros hemos debido suponer en la persona grande y poderosa que preside nuestros destinos públicos, una fuerte intuición de estas verdades”. Es decir que Alberdi y con él la generación de 1837, se creyó compenetrada con la actuación de Juan Manuel de Rosas, a la sazón Gobernador de la Provincia de Buenos Aires y Encargado de las Relaciones Exteriores de la Confederación Argentina. Era en la época, la justificación de la política de Rosas y de cómo entendía este que debía organizarse el país, ideas que expresara a Juan Facundo Quiroga en su famosa carta de la hacienda de Figueroa, enviada al riojano cuando este comenzaba el viaje a Santiago del Estero, que posteriormente lo llevaría a ser asesinado en febrero de 1835. O sea que para constituir un país, la elaboración debería ser lenta y progresiva, tratando de unir voluntades en una política de coincidencias, la que debería estar de acuerdo a las características propias de la nacionalidad.   Alberdi cree que la popularidad es el signo de la legitimidad de los gobiernos y que cuando estos tienen tal cualidad, no caen.   ¿Y qué límites y restricciones deberán de tener los gobiernos? Y Alberdi afirma tajantemente: “El límite de que aquí se trata, ya sea que este derecho resida escrito en la carta constitucional de la nación, ya en la razón del pueblo, o solamente en la conciencia del gefe supremo del Estado, como sucede entre nosotros. En este sentido cuantas veces se ha dicho que el poder del Sr.Rosas no tiene límites, se ha despojado aunque de buena fe, a este ilustre personage del título glorioso de Restaurador de las Leyes: porque las leyes, no siendo otra cosa que la razón o el derecho, restaurar las leyes es restaurar la razón o el derecho, es decir, un límite que había sido derrocado por los gobiernos despóticos, y que hoy vive indeleble en la conciencia enérgica del gran general que tuvo la gloria de restaurarle. No es pues ilimitado el poder que nos rige, y sólo el crimen debe temblar bajo su brazo. Tiene un límite, sin duda, que por una exigencia desgraciada pero real, de nuestra patria, reside en una conciencia, en vez de residir en una carta. Pero una conciencia garantida por más de cuarenta años de una moralidad irrecusable y fuerte, no es una conciencia temible”.  Sin embargo al poco tiempo cambia de opinión; Emigrado en Montevideo (1838), junto a otros jóvenes se dedicará a combatir a Rosas. Alberdi reconoce que emigran espontáneamente, sin ofensas ni odios ni sin motivos personales, y solo por combatir la “tiranía”. Desde “El Nacional” predica la alianza entre los emigrados y la escuadra francesa que bloquea y ataca. A la confederación. Cuales son los argumentos? “nosotros no somos hijos de nuestra tierra sino de la Humanidad” (...) “para los espíritus vastos y serios que saben no estacionarse en el círculo estrecho de la Nación, la patria es la Humanidad”. Dice Alberdi.  . Si bien estuvo en el exilio (voluntario) varios años y colaboró con la emigración, algún tiempo después continuaría con sus ideas ya manifestadas, al escribir “La República Argentina treinta y siete años después de su Revolución de Mayo”    En 1847 Chile, publica en Chile “La Republica Argentina luego de 37 años después de la revolución de Mayo” donde dice ...”Rosas es un mal y un remedio a la vez”… “Bolívar no ocupó tanto el mundo con su nombre como el actual gobernador de Buenos Aires “….”el nombre de Washington es adorado en el mundo, pero no más conocido”….”los Estados Unidos, a pesar de su celeridad, no tienen hoy un hombre público más expectable que el General Rosas” ...”se habla de él popularmente de un cabo al otro de América”…”no hay lugar en el mundo donde se ignore su nombre....”porque no hay uno a donde no llegue la prensa inglesa y francésa que hace diez años lo repiten día por día”... ”que orador, que escritor célebre del siglo XIX no le ha nombrado, no ha hablado de él muchas veces? Guizot, Thiers, O´Connell, Lamartine, Palmerston, Aberdeen. ¿Cuál es la celeridad parlamentaria de esta época que no se haya ocupado de él”...  A pesar de ser un enemigo político de Rosas, dice honestamente ...”Si se pidiesen títulos de Rosas a la nacionalidad argentina, yo contribuiría con un sacrificio no pequeño al logro de su rescate”...”El primer partido de América que haya repelido a los estados de Europa, es el de Rosas”   

En 1857 Alberdi era Ministro de la Confederación en Londres. En una reunión privada se encuentran Rosas y Alberdi, los dos viejos adversarios.  Alberdi mismo relatará el encuentro. Dice que cuando entró encontró a Rosas hablando con las damas en ingles, y lo describe como “un hombre entretenido y de cierta distinción”. Se dan la mano “con palabras corteses”, sin odios ni rencores. Conversan privadamente. ¿De que hablan ?  Según Alberdi, Rosas le pide decirle al general Urquiza que le está ...”intensamente agradecido por su conducta recta y justa hacia él; que si algo poseía hoy para vivir, a él se lo debía”... Reitera sus palabras de...”respeto y sumisión al gobierno nacional”... y “habla con moderación y respeto de todos sus adversarios”.   Con Alberdi hablan de cosas de la vida cotidiana en Inglaterra, de caballos ingleses y de su caballo, de su difícil situación económica, y le declara no haber traído dinero de Buenos Aires, pero sí todos sus papeles históricos en cuya autoridad descansa...”El dice que guarda sus opiniones, sin perjuicio de su respeto por la autoridad de la Nacion”   Dice Alberdi que Rosas no es fanfarrón ni arrogante, y que se muestra “juvenil y atento” a pesar que a sus 74 años se encuentra en el destierro y en la pobreza, abandonado de todos, calumniado e injuriado.    Esta entrevista inicia una amistad entre los dos hombres, y Alberdi llegará a comprender a Rosas.      En 1863, en correspondencia posterior Alberdi le dice a Máximo Terrero: ”...el señor Elizalde ha entrado en sus últimos trabajos diplomáticos con la misma política exterior que el general Rosas tuvo antes que conociera la Europa. Fiel a su destino se ve que Elizalde marcha siempre a raya del general Rosas ¡ Ah, si al menos imitasen su energía y dignidad” ”que justificación solemne recibe con todo esto el general Rosas”...    Le expresa que no quiere molestarlo..”en su retiro digno y laborioso”...y que Rosas “está dando lecciones a los generales americanos que la demagogia echa a las playas europeas, llenos de plata y ávidos de placeres” (1 de octubre de 1863)     En carta a Manuelita (13-01-1864) le dice que ...”difícilmente se puede dar cabeza que exprese la posesión de un talento superior tan elocuente como la de nuestro antiguo Jefe Supremo del Río de La Plata”... y agrega que “lord Byron habría envidiado la fascinación irresistible de su mirada”.  A Terrero, el 19 de julio de 1863 ...” En el mismo lugar en que debiera tributarse elogio y respeto al general Rosas, que tuvo tan alto el estandarte de San Martín, lo ultrajan del modo más cobarde e ingrato”...” Me gusta mucho oírle a Ud. que el general Urquiza contempla y respeta al general Rosas, en lo que prueba cordura y sensatez”.   Y todo esto no lo dice un “fanático Federal”. Lo dice un antigua adversario y enemigo político, en su madurez intelectual y despojado de pasiones.  Al saber del incendio de la chacra de Rosas, le escribe a Terrero diciendo que “ teme sea obra de los enemigos de Rosas con el fin de hacer desaparecer sus papeles” y el 8 de agosto de 1863, desde Caen...”La causa real del general Rosas se halla triunfante y respetada hasta en esos puntos más vulnerables, por sus enemigos; y él ¿es acusado criminalmente?”... Luego se pregunta porque ha sido procesado Rosas...”el único que lleva vida digna y se tiene en una reserva llena de decoro y de honor”.  Habla luego de su proyecto de una defensa de Rosas, y cree que ...”una corta Memoria, bien acompañada de una masa de documentos, sería más eficaz que un grueso libro”...y pidiendo disculpas de no haberlo visitado añade...…”El ejemplo de moderación y dignidad que está dando a nuestra América, despedazada por la anarquía, es para mí, una prenda segura de que le esperan días más felices que los actuales”    

El 14 de agosto de1864, en carta que contiene el plan de la Memoria propuesto por Alberdi, el mismo agrega que ...” El ejemplo de Rosas, de refugiado digno, resignado. Laborioso, en Europa, no tiene ejemplo sino el de la vieja Roma” ...y comparándolo con otros generales desterrados en Europa, dice ...”solo él no ha conspirado para recuperar el poder, ni ha hecho la corte a los reyes, ni buscado espectabilidad, ni ruido. Solo él ha vivido del sudor de su trabajo de labrador, sin admitir favores de extraños”...”Es indigno y vergonzoso atacar a un hombre semejante y en semejante situación”...y opina que la “Memoria debe ser sin frases y reducirse a cifras, documentos y hechos: valor de la moneda en tiempo de Rosas y en la actualidad; la deuda de entonces y al de hoy; la ley que dio el poder a Rosas; sus renuncias; las aprobaciones Legislativas de sus actos; los títulos y honores recibidos; las fronteras de entonces y las de hoy; la fortuna que tuvo Rosas y la que tiene hoy”... y haciendo referencia al sable de la independencia agrega... ...”no hay que olvidar el testamento de San Martín”...”como vive en Europa y las atenciones de que es objeto”.    Cree que Rosas “debe defenderse hasta por patriotismo, por decoro de su país. …Callar sería dar la razón al que habla, aunque no la tenga”   En 1865 en carta a Terrero le dice que ...”Cuando veo la nación sin gobierno, yo le preguntaría a Urquiza ¿para que volteó a Rosas? ¿no dijo que Ud que era para organizar y constituir un gobierno nacional regular? Lo que hoy existe ¿es gobierno regular?    El 13 de marzo de 1866, hablándole a Terrero de su folleto “Crisis de 1866”...”Había una página en que parangonaba los gobiernos, o , más bien, las personas del general Rosas y del General Mitre, para hacer resaltar la enorme superioridad del primero.” ... y preocupado por la salud de Rosas ...”Hoy es necesaria su vida, no solo para ustedes y muchos amigos, sino para la historia y tal vez para el porvenir inmediato de nuestro País”  En 1867 dice Alberdi...”Mi pasado político me gobierna un poco, pero él no me impedirá, llegada la oportunidad que ha de venir, de tributar a la justicia histórica, en obsequio de muchos títulos que le asisten a él, el testimonio público de mis convicciones al su respecto


Alberdi dirá también que “Mientras se levantan altares a San Martín su espada está en Southamptom, sirviendo de trofeo monumental a la tumba de Rosas, puesta en ella por la manos mismas del héroe de Chacabuco y Maipú” y agrega: “Su conducta en Europa no ha sido inferior a la de San Martín”.   Afirma que su respeto al vencedor, “sin coacción ni motivo de temor, es tenido en todo país civilizado como respeto liberal a la Ley. Este solo antecedente lo hace merecedor de que sea la tierra clásica de la libertad la que pese ligera sobre sus restos mortales”. Y en un rasgo de noble arrepentimiento exclama: “Yo combatí su gobierno. Lo recuerdo con disgusto”.  Alberdi comprende finalmente su error y trata de enmendarlo. Una verdadera honestidad intelectual de este hombre singular, que reconoce los méritos de su viejo adversario, sin rencores ni pasiones. Otros en cambio terminaron escribiendo una “historia oficial” totalmente tergiversada y escrita con rencores y odios.

 

Bibliografía:

Alberdi, Juan bautista “Obras Completas”

Gonzalez Arzac, Alberto “Alberdi el argentino ausente” en revista Todo es Historia Nro 39

Las cartas rosistas de Alberdi / Comentaric de Adolfo Saldias

Oliver Juan Pablo "El verdadero Alberdi"

Rosa, José María “Historia Argentina”

Sierra Vicente D. "Historia Argentina"

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