Rosas

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domingo, 2 de enero de 2022

Aspectos aclaratorios de «Historia de la historiografía»

Por el Dr. Julio Horacio Rubé

Este trabajo es una Historia de la Historiografía y un panorama de la Ciencia Histórica en sus principales momentos, con sus planteos metodológicos, con sus debates y con sus Combates por la Historia, como los denominó Lucien Febvre (1878-1956) en una de sus conocidas obras. Se parte de la afirmación de que la Historia es una ciencia, peculiar, pero ciencia al fin, y tal aserto proviene de su propia naturaleza. Tiene un método, resultado de un lapso prolongado de especulaciones y de debates acerca de cómo debería abordarse la investigación científica, un objeto y también un propósito: alcanzar o aproximarse a la verdad, con ese carácter y al igual que otras ramas del conocimiento. Pero no siempre se la tuvo como ciencia. Por eso, antes que cualquier otra cuestión y en este sentido, es esencial que se recuerde cómo se la valoró desde Heródoto, Tucídides, Jenofonte, Polibio, Tito Livio, Plutarco, etc., la especial concepción con la que se la concibió en la Antigüedad y bajo la influencia del cristianismo, en la Edad Media, en la Ilustración, durante el romanticismo, etc., hasta la contemporaneidad. Y es aquí, en la contemporaneidad, en donde debemos detenernos un poco más por la enorme gravitación que tuvieron el positivismo, el historicismo, el marxismo y la Escuela de Annales (Escuela de Estrasburgo), esta última se inició con toda su fuerza y hasta logró deslumbrarnos con sus destacadísimos representantes.  En nuestro medio y en otros, todavía gravita con bastante efectividad, pese a las críticas que desde hace tiempo se han levantado contra ella desde el viejo continente y desde otras geografías. Y, finalmente, las últimas décadas, en donde Clío estuvo por demás solicitada como consecuencia de la aparición de numerosos y sucesivos movimientos. 

  

Cabe recordar al Grupo de historiadores del Partido Comunista de Gran Bretaña, que comenzó tempranamente con sus planteos, a los propulsores del estructuralismo, del posmodernismo, de la Cliometría estadounidense, aquel planteo sobre el supuesto “fin de la historia”, etc.; y en los tiempos más próximos: el deconstructivismo, las historias alternativas: la nueva historia cultural, la nueva historia narrativa, la nueva microhistoria, la nueva historia política, la historia de la religiosidad, la historia social del lenguaje, la historia de la vida cotidiana, la historia de género, los estudios subalternos y poscoloniales, la historia del medio ambiente, la nueva historia mundial y la historia global, la historia comparada y la memoria, la historia inmediata o la historia del presente, los regresos conceptuales, etc. Acompañados estos movimientos, sumamente sorpresivos o inesperados, por autores realmente notables quienes procedían de la propia disciplina y de las ajenas, y que se creyeron con autoridad y con mérito suficiente como para intervenir con sus planteos y observaciones en el campo histórico y aventurarse incluso con diagnósticos y pronósticos. Hubiera defraudado a los lectores si no los hubiera incluido en este trabajo, entre otros, a los siguientes: a Jean W. F. Piaget, Jacques Lacan, Michel Foucault, Louis Althusser, a Ferdinand de Saussure y a Claude Lévi-Strauss, Jean-Paul Sartre, Giovanni Levi, Carlo Ginzburg, Edoardo Grendi, Carlo Poni, Theodor Ludwig Wiesengrund Adorno, Pierre Bourdieu, Alain Touraine, Walter Benjamin, Jean-François Lyotard, Jacques Derrida, Jürgen Habermas, Francis Fukuyama, Paul Veyne, Elizabeth Deeds Ermarth, Dominick LaCapra, Frank Ankersmit, Hayden White, Keith Jenkins, Michel de Certeau, Alun Munslow, Joan Wallach Scott, y algunos más. La imprescindible referencia a las recientes tendencias, las de hoy, que ya se insinúan en el campo de la Historia, los evidentes retornos pero con matices a posturas de ayer, lo que tal vez nadie imaginó, etc. Dichos aspectos constituyen una parte esencial de lo que he denominado: “el estado actual de la ciencia histórica”. La exposición destinada a recordar temas que ya conocemos y otros no tan difundidos, fue condensada en dieciséis capítulos con sus respectivos títulos y parágrafos. Se le dedicó un espacio especial, específico y puntual, a cada uno de los iniciadores de la Historia Científica, por ser tales, para luego abordar en las etapas siguientes a otros autores y también el tema exclusivo de la metodología empleada en los distintos momentos. Respecto a ciertos historiadores, por su modalidad, resultó dificultoso ubicarlos en una corriente histórica determinada, por eso se utilizó el recurso de reunirlos en general en Historiadores coincidentes y concordantes con la Escuela de Annales, Historiadores y pensadores que no podrían obviarse, e Historiadores y pensadores que también hicieron su aporte, correspondientes a los capítulos XI, XII y XIII. Los lectores que deseen eludir los antecedentes de la cuestión, pueden bien comenzar directamente la lectura con los tiempos contemporáneos, a partir del Capítulo VIII: En el umbral de la verdadera Historia Científica, o por cualquier otro. En este recorrido consta una necesaria referencia biográfica de los importantes historiadores aludidos, con la implicancia de los años en que vivieron y también en que adquirieron protagonismo, con mención a sus orígenes sociales, formación, trayectoria académica, sus obras y pensamiento, en pocas palabras: sus vidas. La evocación de autores fue circunscripta a lo más significativo, la mayoría forma parte del texto y otros están referidos en las citas como un apéndice. Este último criterio se siguió especialmente en los capítulos III y IV que abarcan la Antigüedad y el Medievo. Algunos personajes, especialmente los Padres de la Iglesia, fueron ubicados a pie de página para no abrumar al lector y, como en otros casos, es necesario aclararlo, no todos tuvieron trascendencia en el campo historiográfico, pero resultaron importantes por su prédica, porque contribuyeron para cambiar o ratificar el pensamiento de la época. Vale también para los que incursionaron en nuestra ciencia desde otros ámbitos, referidos en pasajes con cierta extensión, aunque no pertenecieron directamente al campo de lo histórico, su pensamiento marcó rumbos para la época, y por lo tanto no se los podía obviar. Aunque lo más correcto sería indicar los nombres de los autores en su idioma original, en ciertos casos he preferido mantener la versión castellanizada con la que son conocidos en nuestro medio. En cuanto a las obras, a la producción bibliográfica, se mencionan las más conocidas o las de mayor trascendencia en la lengua original, y en otros idiomas, según cómo se difundieron, y también en español. A pie de página se han enunciado numerosas fuentes, la mayoría forma parte de mi biblioteca. En algunos pasajes de obras antiguas, se ha respetado la grafía de época del autor o de su traductor, como corresponde, sin el agregado del adverbio latino: sic, a diferencia de otros de mis trabajos. Varios lectores me han expresado que la tradicional fórmula entorpece la lectura, accedí entonces a este pedido. Las palabras ídem e ibíden que aparecen a pie de página en el aparato erudito, cuando se las emplea en itálica (cursiva), no llevan tilde, así y de esta forma constan en este trabajo. Por último, en el Capítulo XV, aparecen las denominadas historias alternativas que representan lo más reciente de las tendencias, sin que tenga la seguridad de que esta clasificación haya hecho fortuna y, en el Capítulo XVI, se reproduce Un diálogo radiofónico entre un historiador y un sociólogo acreditado, ante el panorama aún no del todo resuelto de la delimitación de ambos campos de estudio, que en la práctica suele replantearse por momentos. Algunos autores con la intención de evitar confusiones, emplean la palabra Historia (rerum gestarum) con mayúscula, para referirse a la ciencia, la misma modalidad se utiliza para designar a la asignatura, que también se escribe con mayúscula; y enuncian con minúscula, historia (res gestae), cuando la referencia es sobre lo acontecido. Una cosa es la ciencia que estudia el pasado: Historia, y otra lo que ocurrió: historia. El lector descubrirá a lo largo de este trabajo cuándo se trata de una o de la otra. El tema historiográfico es de por sí, inagotable, ésta es una interpretación, un planteo más y tal vez una contribución; tengo la esperanza y hago público, el ferviente deseo de que el presente trabajo resulte útil para los estudiantes de Historia, para los colegas y para todos los que abrevan a este campo impulsados por su interés en el pasado. Toda obra, por definitiva que parezca, es perfectible, por eso recibiré agradecido y con toda humildad, las sugerencias que sobre la presente investigación deseen hacerme los lectores: jrub23@yahoo.com. Finalmente, una mención a Johann Wolfgang von Goethe (1749-1832), por lo que tan oportunamente expresó: que “lo mejor que obtenemos de la historia es el entusiasmo que suscita”. 

7 comentarios:

  1. extraordinaria introducción al tema. Tratare de adquirir esta obra que parece única. Gracias al Blog por difundirla

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  2. ¿Donde lo puedo conseguir? fui a Garabombo y no estaba. Desconocía al autor. le agradezco al profesor otaño la información sobre él y sobre su gran obra. La historiografia es desconocida para mí y me impacto la erudicción del Dr. Rubé.

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  3. José María Fernández14 enero, 2022 17:08

    Terminé la cursada de 4to año del Profesorado y no vimos nada de Historiografía. Una muy interesante propuesta y apabuyante. Aqui en Mar del Plata consulte a la Libreria Palito y aún no lo tienen. Me ofrecieron el de Devoto pero yo quiero este. Gracias por difundirlo

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  4. Fabrizio Salvatierra14 enero, 2022 17:36

    Averigue en El Espejo que es la mejor libreria de mi ciudad Córdoba y no lo tienen. Me ofrecieron Devoto-Pagano pero quiero este libro que recomendó el Profe otaño. me dijeron que van a averiguar "si existe"¿?

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  5. Información para los interesados:
    El libro está en plaza, en las principales librerías de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y en Mercado Libre. La segunda edición se sigue ditribuyendo. Gracias.

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  6. Te diría Fabrizio Salvatierra que cuando vayas a "El Espejo" le digas QUE EXISTE...Y es una obra Monumental, muy recomendable. Fundamental para conocer como surgió y se desarrolló el estudio de la Historia. Conocer las distintas corrientes historiográficas hasta la actualidad. El autor es un intelectual muy serio, muy estudioso, Dr. en Historia, Prof. Universitario y además hasta dejó su correo electrónico para comunicarse con él. es cierto que al blog lo leen en el exterior y en el interior del país...y se vé que aún no llegó esta obra allí...en Hernández o El Ateneo de CABA lo pueden conseguir y se los envían. Por las dudas les dejo este link para que lo puedan obtener. Yo compro mucho allí en Mercado Libre y son serios.
    https://articulo.mercadolibre.com.ar/MLA-935829474-historia-de-la-historiografia-rube-julio-horacio-_JM#position=5&search_layout=stack&type=item&tracking_id=885f501c-13c7-4166-87fe-f87fc057e76d

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  7. Fernando de San Miguel de Tucumán18 enero, 2022 10:47

    gracias por el dato. Ya lo compre en Libreria Hernández y me lo envían en una semana. lo espero con ansias

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