“De lanilla azul y blanca. Lleva tres franjas en sentido horizontal. En la franja superior dos gorros frigios, de color rojo, uno a la derecha y otro a la izquierda. En la franja central sobre fondo blanco, un círculo color rojo que lleva en el centro una cara circundada por ocho haces de rayos. La franja inferior es exactamente igual a la superior”.
“Otro hecho interesante que nos ha sugerido aquella información es la existencia en el Museo Histórico Nacional de una bandera argentina de la época de la Confederación, recogida por la escuadra anglofrancesa al pie de las baterías de obligado en el año 1845 y devuelta muchos años más tarde en forma privada por uno de los oficiales de la marina británica que intervino en aquel combate. (…) El almirante Sullivan intervino en el combate de Obligado en calidad de capitán y refería que en aquél homérico encuentro todos sus compañeros de armas, quedaron admirados de la bravura demostrada por el jefe de una batería argentina, emplazada en la costa y batida cruelmente por el fuego cruzado de los formidables cañones de todos los barcos ingleses y franceses. Era, según se supo después, el coronel Ramón Rodríguez, con el Regimiento de Patricios de Buenos Aires. Forzado en paso y posesionados los anglo franceses de la batería, batallaron entre los cadáveres ensangrentados de los defensores, una bandera de la Confederación, semejante a nuestra enseña nacional actual pero con emblemas rojos dentro de las franjas. El capitán Sullivan la llevó consigo y pasando los años, siendo ya almirante, enteróse un día de que una dama argentina había devuelto a un regimiento inglés una bandera conquistada en la invasión de 1807".
“Deseoso de seguir ese ejemplo- escribió entonces el almirante Sullivan- quiero restituir al coronel Rodríguez si vive, o sino al Regimiento de Patricios de Buenos Aires si aún existe, la bandera bajo la cual y en la noble defensa de la patria cayeron tantos de los que en aquella época lo componían.
Si el coronel Rodríguez ha muerto y si el Regimiento no existe ya, yo pediría a cualquiera de los miembros sobrevivientes de su familia que la acepten en recuerdo suyo y de la muy brava conducta de él, de sus oficiales y de sus soldados en Obligado”.
Esta es la historia de la bandera argentina que un día pudo ser trofeo de guerra de una poderosa nación, y que hoy es todo un símbolo de heroísmo que se contempla con verdadera emoción en el sagrado recinto del Museo Histórico”.
FUENTE: La Razón, 18 de agosto de 1928.
Bandera, tomada por los franceses en el Combate de la Vuelta de Obligado.
Esta bandera es de lanilla, de 2m 90 por 4m 50 , tiene en el centro de la banda blanca un sol rojo, pero carece de gorros; asimismo no tiene leyendas federales.
“De acuerdo con los escritos de Martiniano Leguizamón y de Evaristo Ramírez Juárez, las cinco banderas que se encontraban en la capilla St. Louis, detrás de la tumba de Napoleón, en el Hotel de los Inválidos de París (en la actualidad Museo del Ejército), no constituyen trofeos militares de los franceses, quienes las tomaron en la batalla de Obligado, el 20 de noviembre de 1845.
La fundamentación de esto se debe a que las mismas son consideradas por Argentina como banderas mercantes, ya que son parte de las que se encontraban en los barcos con los cuales se mantenía la cadena a todo lo ancho del río Paraná, para impedir el paso de la escuadra anglo francesa. Por otra parte así lo estableció el parte de batalla de los vencedores que ratificaron el hecho, al decir que dichas banderas estaban “...varios pabellones argentinos tomados sobre las baterías y en los navíos que formaban la estacada”, es decir, los barcos unidos por las grandes cadenas que se utilizaron en ese evento.
Otro detalle de estas banderas mercantes es que no tenían las leyendas federales y algunas de ellas tampoco los cuatro gorros frigios en los cuatro ángulos de las enseñas. No eran por lo tanto las reglamentarias del ejército o de la armada de Rosas. De esas cinco banderas, exhibidas y muy mal conservadas durante muchos años, una fue devuelta en marzo de 1997 y está depositada en el Museo Histórico Nacional, y dos aparentemente fueron perdidas durante la ocupación de París durante la segunda guerra mundial y fueron dadas de baja en el inventario del Museo francés.
Actualmente existe una bandera argentina sin sol ni gorros frigios en los ángulos ni leyendas, colgada de la nave central de la capilla de St. Louis”.
FUENTE: PEÑA, Juan Manuel y ALONSO, José Luis; “Las Banderas de los Argentinos. Doscientos años de historia”, Aluar-Fate, Bs As, 2009, p 138.
“En la última etapa de su visita oficial al Cono Sur, el presidente Jacques Chirac entregó al presidente Carlos Menem una de las cinco banderas argentinas depositadas, desde 1846, en un santuario de la identidad nacional francesa: el Hotel des Invalides. El peso simbólico de esas banderas tomadas por el capitán de navío Francois Thomas Trébouart, el 20 de noviembre de 1845, recorrió la memoria colectiva argentina a lo largo de varias generaciones: interesó, ocupó, preocupó y llegó a veces a obsesionar, no sólo a historiadores y ensayistas, sino a diplomáticos, diputados, ministros, embajadores, militantes políticos y hoy incluso a dos presidentes electos democráticamente. El imponente emblema que ayer regresó al país es de color azul intenso, mide 2,90 X 4,50 metros, posee un sol rojo punzó en la banda blanca central, y acaba de ser restaurado, gracias a las técnicas más modernas y exquisitas de preservación de reliquias, por el personal especializado del Atelier de Restauration Textille du Musée des Invalides”.
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