Por León Pomer
Ya
es costumbre presentarlo en yunta con Antonio Luis Beruti, pero la vida
de Domingo María Cristóbal French Urreaga, o Domingo French, para
decirlo más corto, tuvo enorme interés más allá de esa relación
ocasional.
Nacido
en Buenos Aires un 23 de noviembre de 1774, hijo de un mercader español
y una criolla, desde los quince años pasó a ser el Cartero Único de la
ciudad porteña por decisión de Domingo Basavilbaso, fundador del correo:
ganaba cinco reales por carta entregada.
A
él y a Beruti se atribuyó la invención de la escarapela en los movidos
días de Mayo: no fue así. Pero es rigurosamente cierto que la dupla jugó
un importante papel en aquella fecha iniciadora. Su esposa y a la vez
prima fue una Posadas; otro primo fue el detestado Carlos María de
Alvear.
En los días en que la patria comenzaba se hizo hombre de Manuel
Belgrano; su compañero Beruti eligió como referente a Nicolás Rodríguez
Peña.
French y Beruti fueron en Mayo típicos agitadores jacobinos: los
llamaban "chisperos" por la chispa de los arcabuces que cargaban. Los
más de veinte años de entregador de cartas a domicilio y una notable
aptitud para granjearse amistades y simpatías entre el criollaje de pata
al suelo, gente de los suburbios, con frecuencia deudora de cuentas a
la justicia, lo encontraron en los días previos al 25 y el 25 mismo
liderando una plebe, no muy bien entrazada ni muy pulcra de modales,
categóricamente decidida a seguirlo en la aventura revolucionaria.
Su condición de hijo de familia con "domicilio conocido", blanca de
color y "aquilatada decencia", como solía decirse, no le impidió
entreverarse con la chusma porteña y hacerse reconocer por ella como
igual y como jefe.
Cuando la historia habla de la multitud vociferante en la plaza,
amenazante, amedrentadora de los caballeros de frac y solemnidades, y
agrega que una turba circulaba por los pasillos del Cabildo y con escaso
respeto por los atildados cabildantes golpeaba con machetes y rebenques
las clausuradas puertas de la sala capitular queriendo saber qué estaba
pasando, nos está diciendo: son los chisperos de French y del hijo de
la marquesa de Alderete y un acaudalado mercader que era su amigo
Beruti.
El
Cartero Único ya se había lucido cuando las invasiones de los ingleses;
fue entonces que se ganó el afecto de Santiago de Liniers, con quien
llegaron a tutearse.
Pocos años más tarde (misión más que penosa) mandaría el pelotón de
fusiladores del ex virrey, que por leal al detestable Fernando VII era
un peligroso enemigo de la revolución.
Como tantos otros, como su admirado Belgrano, se improvisó militar: el
francés lo hizo capitán y Ayudante Mayor. Su primera satisfacción fue
tomar prisionero al defenestrado virrey Sobremonte; el momento menos
placentero ocurrió cuando Pueyrredón lo expatrió a Baltimore, Estados
Unidos.
Moreno, secretario de la Primera Junta, vio en Domingo un afín a sus
ideas. Por sugerencia de Azcuénaga y con aprobación de don Mariano le
ordenaron organizar un regimiento, que llamó La Estrella: una estrella
de rojo vibrante lo distinguía.
Su compañero Beruti fue el segundo jefe. El golpazo antimorenista del 5
y 6 de abril del año 11 lo encontró enfrentado a Saavedra, promotor de
aquel. Fue amigo de Artigas y se disgustó con el primo Gervasio Antonio
de Posadas.
Más
tarde se hizo federal lomo negro, comprometido con Manuel Dorrego. En
1820 Martín Rodríguez, que por cierto no lo quería, lo nombró
Comandante de Dragones y Jefe de Estado Mayor. Murió de fiera dolencia y
Dorrego mandó hacer un monumento en su homenaje.
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