El movimiento obrero
organizado de la República Argentina, presenta mucho antes de culminar en una
central única de los trabajadores, notables antecedentes de luchas, que se
remontan a la segunda mitad del siglo XIX, con más precisión, a las décadas de
1850 y 70, época en que se inició un profundo cambio estructural en la sociedad
argentina. Tiempo en que empieza la incorporación de nuestro país al circuito
capitalista, de un nuevo poblamiento con mano de obra europea y de la llegada
de notables figuras que en el Viejo Mundo habían adherido a la revolución
social antiburguesa, en sus distintas vertientes. Socialistas y
anarquistas, sobre todo, emigrados a la fuerza, arrojarían las simientes en los
surcos que recién comenzaban a abrirse con el proyecto liberal de desarrollo de
la Pampa Húmeda. Era una tierra virgen, ligada exclusivamente a la explotación
pecuaria, pero ya preparada, porque las inquietudes sociales habían principiado
a manifestarse (aunque en forma todavía no orgánica), más que nada en el
periodismo y en la cátedra. Así, por ejemplo, en la provincia de Entre Ríos, a
comienzo de 1870, había aparecido el periódico Obrero Nacional, redactado por
el poeta Francisco F. Fernández, un ex-alumno del Colegio del Uruguay, sin duda
influído por uno de sus profesores, Alejo Peyret, un francés del Bearne y
ex-activista de la Comuna de París (1)
Por esos mismos días, en Buenos Aires surgían algunos núcleos socialistas, los
mismos que en 1872 enviarían a Raimundo Wilmart como delegado ante el Congreso
General de la Internacional, realizado en La Haya. A mediados de 1877, también
en la capital bonaerense, fue creada la Unión Tipográfica Bonaerense, primera
manifestación gremial de los gráficos, ya que la vieja Sociedad Tipográfico
Bonaerense, de 1857, tuvo solamente carácter mutualista.
Los trabajadores gráficos organizados en aquella Unión fueron a la huelga en
1878 y la ganaron, no obstante que el diario El Nacional, de Vélez Sársfield y
de Sarmiento condenara las huelgas "como instrumento de
perturbación". (2) En 1868, a
cuatro años de la Primera Internacional, había llegado al país un pionero del
marxismo científico, el alemán Germán Avé-Lallemant, uno de los dirigentes
perseguidos por Bismarck. Ya volveremos sobre esta figura sobresaliente que,
por un tiempo, moró en San Luis. Lo cierto es que ya en la década de 1870, se
dió en la Argentina la contienda entre marxistas y anarquistas bakuninistas,
quienes publicaron varios periódicos. (3)
En la siguiente década las dos corrientes recibieron el aporte de nuevos emigrados, algunos de ellos muy notables. En 1881 se formó una mutual de obreros panaderos; fue creada otra mutual, de obreros molineros, y se formó la Unión de Oficiales Albañiles, ya de carácter gremial. Y al año siguiente surgieron dos nuevos gremios, la Unión de Obreros Yeseros y la Unión Obrera de Sastres. También durante 1882 fue fundado el memorable Club Vorwarts por los socialistas alemanes, de muy importante trayectoria. En el resto de la década surgieron organizaciones sindicales de tapiceros, marmoleros, cocheros, panaderos, carpinteros, zapateros, maquinistas y fogoneros, y otros. En 1885 llegó al país alguien que había participado en la fundación de la Alianza Internacional Obrera (o Internacional Negra), de 1881: Errico Malatesta. Pronto no más editó en Buenos Aires La Questione Sociales, y en 1887 redactó por encargo de Héctor Mattei el programa estatutario de la Sociedad Cosmopollita de Resistencia y Colocación de Obreros Panaderos. Por ese mismo tiempo un llamado Círculo Socialista Internacional nucleaba a anarquistas italianos y franceses. Por otra parte, en junio de ese mismo año 87 comenzó a actuar La Fraternidad, Sociedad de Ayuda Mutua del Personal de Maquinistas y Fogoneros de Locomotoras.
En la siguiente década las dos corrientes recibieron el aporte de nuevos emigrados, algunos de ellos muy notables. En 1881 se formó una mutual de obreros panaderos; fue creada otra mutual, de obreros molineros, y se formó la Unión de Oficiales Albañiles, ya de carácter gremial. Y al año siguiente surgieron dos nuevos gremios, la Unión de Obreros Yeseros y la Unión Obrera de Sastres. También durante 1882 fue fundado el memorable Club Vorwarts por los socialistas alemanes, de muy importante trayectoria. En el resto de la década surgieron organizaciones sindicales de tapiceros, marmoleros, cocheros, panaderos, carpinteros, zapateros, maquinistas y fogoneros, y otros. En 1885 llegó al país alguien que había participado en la fundación de la Alianza Internacional Obrera (o Internacional Negra), de 1881: Errico Malatesta. Pronto no más editó en Buenos Aires La Questione Sociales, y en 1887 redactó por encargo de Héctor Mattei el programa estatutario de la Sociedad Cosmopollita de Resistencia y Colocación de Obreros Panaderos. Por ese mismo tiempo un llamado Círculo Socialista Internacional nucleaba a anarquistas italianos y franceses. Por otra parte, en junio de ese mismo año 87 comenzó a actuar La Fraternidad, Sociedad de Ayuda Mutua del Personal de Maquinistas y Fogoneros de Locomotoras.
El 1º de MAYO DE 1890
La primera conmemoración del Día de los Trabajadores tuvo lugar en Buenos Aires
el 1º Mayo de 1890, dos meses antes de la revolución de los Cívicos. La
concentración se efectuó en el Prado Español y reunió más de 1.500 personas,
pertenecientes a gremios, sociedades mutuas y centros republicanos de la
Capital y del interior. El año 1891 fue memorable para los trabajadores
argentinos: primero que todo, porque se constituyó la primera FEDERACION DE
TRABAJADORES, y después, porque se publicó EL OBRERO, que se convirtió en
"órgano de la Federación Obrera" bajo la dirección de Germán
Avé-Lallemant. (4). En ese periódico apareció una histórica
"Interpretación económica del 90". Además, la Federación presentó al
Congreso de la Nación un pedido de legislación laboral, con normas sobre el
trabajo insalubre y la creación de tribunales para atender las relaciones entre
obreros y patrones. (5) En 1892, el sacerdote redentorista
Federico Grote creó los Círculos Católicos de Obreros, de carácter mutualista y
educativo, y que reflejaron la nueva actitud social de la Iglesia, por
influencia de la Encíclica FERUM Novarum, de 1891. (6) En
1894 hubo varias huelgas: de panaderos, albañiles y otros. Y también se produjo
la formación de la segunda Federación de Trabajadores. En la tarde del 14 de
octubre del mismo año, las sociedades gremiales se concentraron en la plaza
Rodríguez Peña, para solicitar las 8 horas de trabajo y apoyar un proyecto de
ordenanza municipal a favor de dicha conquista. Unos 4.000 trabajadores
marcharon por las calles Paraguay, Callao, Piedad, Larrea, Moreno y Entre Ríos
hast a Brasil. (7) La convocatoria había sido hecha por los albañiles,
mecánicos, marmoleros, hojalateros, gasistas, sastres. Talabarteros, madereros,
mayorales, cocheros, horneros, tipógrafos, pintores y picapedreros. Al año
siguiente, la ciudad de Buenos Aires tenía alrededor de 25 organizaciones de
trabajadores. En junio de 1898 llegó al país Pietro Gori, jurista,
sociólogo y escritor anarquista, que permanecería en la Argentina hasta
principios de 1902. No solo dictó cátedra y fundó revistas, sino que también
participó en varias huelgas, y en 1901 fue delegado de los ferroviarios ante el
congreso del que surgió la FEDERACION OBRERA ARGENTINA (FOA). El 2 de marzo de
marzo de dicho año se reunieron en Buenos Aires delegados obreros de 14
asociaciones para preparar la organización de un congreso que debatiría sobre
"los intereses de los trabajadores y el modo de mejorarlos en el terreno
exclusivamente económico y gremial". (8) El
congreso se reunió entre el 25 de mayo y el 2 de junio de 1901, con la
concurrencia de delegaciones de la Capital y del interior. De allí surgió la
FEDERACION OBRERA ARGENTINA, de corta vida, ya que haría crisis al año siguiente.
Según el periódico LA ORGANIZACIóN OBRERA, ello ocurrió por haberse dado un
paso prematuro. Durante los días 19 y 20 de abril de 1902 se
reunió en el salón Vorwarts el segundo Congreso de la FOA y allí se produjo la
escisión. Se retiraron 19 organizaciones, con 1.780 asociados, y se quedaron 29
gremios, con 7.630 socios. El 18 de mayo se llevó a cabo una nueva reunión,
ahora de las asociaciones disidentes, en la que se resolvió no aceptar las
resoluciones del Congreso de abril, ni adherir a la FOA. Lo que ocurría fue
calificado de "escisión benéfica" por el órgano anarquista La
PROTESTA HUMANA. (9) La federación disidente se llamó UNION GENERAL DE
TRABAJADORES (UGT), nucleando a los marxistas socialistas, mientras que
la FEDERACION OBRERA REGIONAL ARGENTINA (FORA) agrupó a los
anarquistas. Esa división ab ovo iba a impedir una auténtica unidad
de la clase obrera argentina por varias décadas: y eso tenía mucho que ver con
el origen ideológico no nacional de nuestro movimiento obrero. Como señala correctamente
un autor: "Se discutía acercando ejemplos europeos y esgrimiendo
argumentos teóricos de aquella procedencia bastante desconectaos de la realidad
social de la Argentina. (10) A principios de siglo, sin embargo, una corriente
cultural anarquista, encabezada por Alberto Ghiraldo, se aproximó cuanto pudo a
nuestra realidad, empalmando sus ideas con los alegatos del "Martín
Fierro" de José Hernández. (11) Por su parte, los socialistas iban a
dividirse algunos años después, por causas parecidas, cuando de sus filas se
separara la notable figura de Manuel Ugarte, es decir, una contrafigura de Juan
B. Justo, el internacionalista y librecambista. (12) La primera Guerra
Mundial resultó algo así como una piedra de toque para las ideologías que
impregnaban las corrientes revolucionarias en la Argentina. En el socialismo
predominó el pensamiento modelado por la inteligencia británica, esto es, aquel
del llamado "proyecto del 80", colonial, y que ya había empezado a
hacer agua. Se formó una élite política belicista y pro-inglesa, que atacó
duramente a Hipólito Yrigoyen y a la política de neutralidad por los factores
de poder económicos. En el socialismo no encontró aliados, sino una secta
dispuesta a combatirlo. Por otra parte, el conflicto del sistema central comportó
confusiones en el seno del movimiento obrero argentino y hasta llegó a generar
provocaciones. En 1914, la CORA, cuyo núcleo principal era la UGT socialista,
se incorporó a la FORA y consolidó una unión provisional. Pero dicha Federación
no duró mucho, puesto que en 1915 volvió a manifestarse la antigua división de
socialistas y anarquistas. Estos reconstruyeron la FORA de 194 o del Quinto
Congreso, y aquéllos adoptaron la denominación de FORA Noveno Congreso.
Este
último nucleamiento se acercó a las autoridades nacionales, dentro de ese clima
de tolerancia que vino a ser quebrantado por Semana Trágica, en enero de 1919,
en que fueron a la huelga. (13) Pero mientras la FORA anarquista se
mantenía irreductible, "la FORA sindicalista negociaba con el
gobierno". (14) Sebastián Marotta llegó a un acuerdo con el doctor Elpidio
González, jefe de Policía. Hubo arduas negociaciones y la vuelta al trabajo,
resuelta por la FORA Noveno Congreso no fue acatada, pues los obreros se
plegaron a la tesis anarquista del paro por tiempo indeterminado. Después los
trabajadores de Vasena se fueron reintegrando al trabajo. En
marzo de 1922 se llevó a cabo otro Congreso fusionista (el cuarto), del cual
nació la UNION SINDICAL ARGENTINA (USA), compuesta por la FORA Noveno Congreso
y por gremios independientes. Pero la lucha entre los lineamientos ya
tradicionales no terminó.Manifestación de la Unión Sindical Argentina.
Después de seis años, en que no hubo reunión alguna de conjunto, la FORA
efectuó el Décimo Congreso entre el 11 y 16 de agosto de 1928, con asistencia
de 93 representaciones de sindicatos. Uno de los temas tratados fue la campaña
por la libertad de Simón Radowitzky, autor del atentado contra el coronel Ramón
Falcón, y quién será indultado por Yrigoyen en vísperas de su derrocamiento.
Fue aquél el último congreso de FORA.
NACE LA PRIMERA CGT
En términos generales, los historiadores están de acuerdo en que el movimiento
militar del 6 de septiembre de 1930 encontró mal parados, desgastados, a los
trabajadores organizados: la FORA y la USA. Según estimaciones de Diego Abad de
Santillán (Silesio Baudillo García), los agremiados a la FORA sumaban por
entonces unos 100.000; los de la USA, 60.000 y una cifra no calculada en la COA
socialista. (15) No hubo batalla alguna sindical contra el gobierno de facto:
sin bases nacionales y desgastadas en luchas estériles, tales organizaciones
carecían de fuerza política y de dirección adecuada. A fines de septiembre de
1930, por fusión de la USA con la COA, nació la primera CONFEDERACION GENERAL
DEL TRABAJO, si bien se mostró sumamente tibia frente a Uriburu, tanto que se
declaró "convencida de la obra de renovación administrativa del gobierno
provisional y dispuesta a apoyarla". (16) La conclusión de Diego Abad de
Sanatillán es categórica: "Los trabajadores organizados no cumplieron con
su deber primario ante el golpe de Estado de 1930…". (17)
Por lo menos, no se
explicaba bien la posición de prescindencia adoptada, primeramente por la USA,
La Fraternidad y la Unión Ferroviaria, y después por la flamante CGT. En
Rosario, le aplicaron ilícitamente la ley marcial a Joaquín Penina, un catalán
anarquista e inofensivo, pero ninguna voz gremial se alzó para señalarlo.
Durante el gobierno del general ingeniero Agustín P. Justo, es decir, en la
Década Infame, se registraron diversas huelgas de volumen, entre ellas las que
protagonizaron los obreros del calzado, textiles, tranviarios, yeseros,
estibadores, telefónicos, madereros y otros. En 1932 hubo una huelga general y
al año siguiente, una serie de conflictos en defensa del salario, cuya
reducción venía en aumento. Entre 1935 y 36 los paros de cerveceros, albañiles
y colectiveros culminarían en una huelga general, que contó con el apoyo de la
CGT. Mejor dicho, de un comité de Defensa y Solidaridad que respondía a 68
sindicatos de la central obrera y a núcleos independientes. "De este
movimiento, especialmente trascendental den la historia del sindicalismo –dice
Juan Carlos Vedoya- derivó la división de la CGT en dos ramas por la posición
que sus tendencias adoptaron antes de desencadenarse el conflicto: la de
Catamarca 577, que más tarde volvió a tomar el nombre de la antigua Unión
Sindical Argentina de predominio socialista y la de Independencia 2880, a quién
el coronel Juan Domingo Perón, secretario de Trabajo y Previsión, le acordó
después personería legal y la constituyó en el sostén obrero de su posterior
gobierno. De esta rama deriva la actual Confederación General del
Trabajo". (18) En los últimos tramos de la década de 1930
gravitó sobre el movimiento obrero argentino la estrategia soviética del Frente
Popular, que en 1938 obtuvo en Chile una victoria resonante, bajo la conducción
del "camarada Montero", es decir Eudocio Ravines. Al mismo tiempo,
los nacionalistas argentinos empezaron a conmemorar el Primero de Mayo con una
marcha anual. (19) Un nuevo cambio se iba a producir en la
estructura social de la Argentina, en el que se evidencia un hecho de mayor
gravitación aún en la década siguiente: la migración hacia los centros urbanos
de la mano de obra del interior del país. Paralelamente al crecimiento de la
población obrera industrial se incrementa la organización y el número de
afiliados a los sindicatos. Se llegó así a 1940 con un movimiento obrero
organizado que tiene, aproximadamente, 450.000 afiliados, sobre un total de
900.000 trabajadores industriales. En marzo de 1943 se produjo el
rompimiento final de la CGT en dos fracciones: la CGT Nº 1 y la CGT Nº 2. Quedó
en la primera la mayor parte de las organizaciones, entre ellas, la Unión
Ferroviaria y la Fraternidad, y otros nucleamientos que se resistían a ser
alineados según el dilema "fascismo-democracia", impuesto por la
estrategia del Soviet. Una de sus principales figuras era José Doménech, líder
ferroviario. En la Nº 2 militaban los llamados "democráticos,
predominantemente comunistas y socialistas (municipales, construcción,
comercio, trabajadores del Estado). Y así el movimiento del 4 de junio los
encontró en una profunda crisis, como bien lo señaló Pablo Ibarra.
(20) Se visualizan dos etapas bien diferenciadas en las relaciones
del nuevo gobierno con los trabajadores: una primera, que va de junio a octubre
de 1943, y una segunda, a partir de la designación del coronel Perón en el
Departamento Nacional del Trabajo. No hubo resistencia al nuevo gobierno
por parte de los nucleamientos de las dos CGT. El 25 de junio, la CGT 1 dio una
declaración favorable a las medidas oficiales contra el agio y la especulación
en artículos de primera necesidad. Días antes, una delegación de la CGT,
presidida por su secretario general Francisco Pérez Leirós, había visitado al
ministro del Interior. Y la entrevista fue cordial, según La Vanguardia, órgano
del socialismo. A principios de julio se hizo cargo del Departamento
Nacional de Trabajo el coronel Carlos M. Gianni y semanas después el 21, fue
clausurada la sede de la CGT 2. En agosto fueron intervenidas la Unión
Ferroviaria y La Fraternidad, dos de las grandes de la CGT 1.
También hubo confinamientos
de dirigentes, entre ello, José Peter, líder del gremio de la carne.
(21) Con la designación del coronel Perón el 27 de octubre de 1943,
en reemplazo de Gianni, empieza otra historia, que avanzaría aceleradamente. Un
mes después, apenas, fue creada la Secretaría de trabajo y Previsión Social,
que inició una nueva era en la política social de la Argentina. El Estado
asumía desde allí su "deber social", inspirándose en principios de
"colaboración social", al decir del coronel. (22)
Entre junio y noviembre ocurrieron
hechos decisivos con respecto al futuro de una central única de trabajadores.
Las organizaciones no intervenidas de la CGT 1 resolvieron, el 11 de
septiembre, continuar funcionando y eligieron un consejo central confederal
cuyos cargos principales fueron ocupados por Ramón Ceijas (secretario general).
Alcides Montiel (secretario adjunto) y Alfredo Fidanza (secretario
administrativo). Si bien los sindicatos ferroviarios intervenidos se habían
alejado de la CGT, a fines de octubre, cuando se hace cargo de la intervención
el coronel Domingo A. Mercante, fue revocada aquella decisión. "Así
comenzó (lamenta Diego Abad de Santillán) un nuevo capítulo de la historia
gremial argentina, cuya unidad, por la que se había venido combatiendo desde
comienzos del siglo, fue al fin impuesta por el gobierno militar". (23)
Diríamos que, más que por el gobierno militar por un realineamiento de
dirigentes y organizaciones que, sobre la base de la CGT 1, apuraron el
resurgimiento de la central obrera. Pero para que esto sucediera tuvo que
transcurrir todo el año 1944, en que grandes sindicatos, como los de
comercio (liderados por el socialista Angel G. Borlenghi), serían ganados
por la política puesta en marcha. La Junta de Unidad Sindical de la CGT produjo
el 12 de julio de 1945 un hecho fundamental, demostrativo de lo que estaba
ocurriendo con la clase trabajadores, cuando concentró en Diagonal Norte y
Florida unos 350.000 trabajadores ( ), para repudiar a las "fuerzas
vivas" que combatían la nueva política social. En ese acto hablaron Telmo
B. Luna, presidente de la Unión Ferroviaria; Manuel E. Pichel, tesorero de la
CGT, del gremio mercantil, y Angel G. Borlenghi ya mencionado. (24)
Claro, se desataron algunas acusaciones, y el 5 de septiembre, La Fraternidad y
la Unión Obrera Textil (comunista, a la sazón) y el Sindicato Obrero del
Calzado se desafiliaron de la CGT. Pero la historia se había abierto otro
rumbo. Apareció en escena un sector hasta entonces mero espectador, la clase
obrera de origen provinciano, sin mayor ligazón con el movimiento sindical de
Buenos Airs. Como bien observa un autor antes citado: "Aunque quiera
cerrarse los ojos, nadie puede ignorar que la invasión de ius sanguinis del
interior (el cabecita negra sin ideología gremial), sobre el ius solis sindicalizado
e ideológico del litoral, aportó, con aquellas masas antiguamente migratorias y
explotadas, un nuevo sentido telúrico y tradicionalista al movimiento de la
clase trabajadora, y en definitiva agregó con fuerza avasalladora un moderno
sentido de integración nacional a la clase social a la que pertenecían".
(25) El 21 de septiembre de 1945 fue elegido el nuevo congreso
central confedeal y Silverio Pontieri, un ferroviario, resulto elegido
secretario general de la CGT. Una nueva CGT, menos de un mes antes del 17 de
octubre. A partir de allí el movimiento obrero
organizado se afianzará en torno a una central en expansión, según indican las
cifras. De los 200.000 afiliados de la CGT 1, en 1943, se saltaría a 6.000.000
al comenzar la década siguiente, la de 1950. Convendría señalar, además, que el
número de obreros industriales registró un notable incremento en menos de un
lustro. Así, de 927.000 estimados en 1941 se pasó a 1.238.000 en 1945, el año
que marcó la aparición de un nuevo gremialismo.
BIBLIOGRAFIA Y
DOCUMENTACION DE APOYO
(Ordenamiento original del autor)
(Ordenamiento original del autor)
1-Peyret, Alexis (1826-1902) fue profesor de
Historia en el Colegio durante el rectorado de Alberto Larroque. Dejó la
administración de la colonia San José por adherir a la revolución
jordanista entrerriana. Entre 1876 y 71 volvió a su cátedra en Concepción
del Uruguay. Después fue inspector de Colonias (1889- 94).
En 1889 representó a la Argentina en el Congreso Internacional Obrero reunido
en París.
2-El Nacional, Buenos Aires, 14 de septiembre de 1878: "El socialismo usa las huelgas como instrumento de perturbación, pero el socialismo es una necesidad en América".
3-Fueron publicaciones de corta vida: El socialista, 1877; La Luz, 1878; La voz del Obrero y El Descamisado, 1879, anarquista este último.
4-Germán Avé-Lallemant (1835-1910) dirigió El Obrero desde su aparición el 12 de diciembre de 1890. Tenía como lema: "Proletarios de todos los países, uníos". Dejó su dirección en 1891. Antes de venir a Buenos Aires fue secretario del comité de la Unión Cívica Popular que presidía Teófilo Saá, en San Luis.
5-Pérez Amuchástegui, A.J., Ciudadanos conspicuos y hombres comunes, en "Crónica Histórica Argentina, Nº 64, Codex, Buenos Aires, 1969.
6-Farrell, Gerardo T, Iglesia y pueblo en argentina, 1860-1974, Buenos Aires, 1976.
7-Una crónica detallada de esta concentración, en La Prensa, Buenos Aires, 15 de octubre de 1894.
8-Marotta, Sebastián, El movimiento sindical argentino, Buenos Aires 1960.
9-La Protesta Humana, Buenos Aires, 10 de mayo de 1902.
10-Vedoya, Juan Carlos, Primero de Mayo. Ayer y Hoy. Evolución política de la clase obrera, en "Todo es historia", año VII, Nº 73, Buenos Aires, mayo de 1973.
11-Fue un movimiento cultural importante, aunque aparezca marginado por la cultura oficial del sistema. Chirlado dirigió El Sol (1899-1903) y El Obrero (1896). Fundó y dirigió Martín Fierro, cuyo primer editorial, de marzo de 1904, recoge los trabajos de Pablo Subiera sobre el poema hernandino. Después, a partir del 13 de mayo de 1909, continuó su tarea en la revista Ideas y Figuras.
12-Manuel Ugarte fue separado del Partido Socialista antes de la primera guerra mundial. Había ingresado en él en 1904. Durante la guerra dirigió La Patria (1914), neutralista. En 1946 adhirió al Movimiento Peronista.
13-Babini, Nicolás, La Semana Trágica, en "Todo es historia", año I, nº 5, Buenos aires, septiembre de 1967.
14-Quesada, Fernando, La Protesta, una longeva voz libertaria, en "Todo es historia", año VII, Nº 83, Buenos aires, abril de 1974.
15-Abad de Santillán, Diego, El movimiento obrero argentino ante el golpe de estado del 6 de septiembre de 1930, en "La crisis de 1930", Revista de Historia, Nº 3, Buenos aires, 1958.
16-Idem
17-Idem
18-Vedoya, Juan Carlos, op. Cit.
19-El 1º de mayo de 1938 la Alianza de la Juventud Nacionalista rompió el monopolio socialista en las manifestaciones conmemorativas del Día del Trabajo.
20-Ibarra, Pablo (Real, Juan José). Una manifestación proletaria y popular transforma al peronismo de fenómeno militar en movimiento nacional, en "La Opinión", Buenos Aires, 17 de octubre de 1971.
21-José Peter fue traído del Neuquén y negoció con el coronel Perón el levantamiento de la huelga de los frigoríficos a cambio de mejoras.
22-Discurso del 2 de diciembre de 1943.
23-Abad de Santillán, Diego, Historia Argentina, vol. 5, Buenos Aires, 1971.
24-El órgano CGT, de la central obrera, el 16 de julio de 1945, dio una crónica muy completa de dicho acto, con el título de "Proporciones gigantescas adquirió la concentración de la CGT".
2-El Nacional, Buenos Aires, 14 de septiembre de 1878: "El socialismo usa las huelgas como instrumento de perturbación, pero el socialismo es una necesidad en América".
3-Fueron publicaciones de corta vida: El socialista, 1877; La Luz, 1878; La voz del Obrero y El Descamisado, 1879, anarquista este último.
4-Germán Avé-Lallemant (1835-1910) dirigió El Obrero desde su aparición el 12 de diciembre de 1890. Tenía como lema: "Proletarios de todos los países, uníos". Dejó su dirección en 1891. Antes de venir a Buenos Aires fue secretario del comité de la Unión Cívica Popular que presidía Teófilo Saá, en San Luis.
5-Pérez Amuchástegui, A.J., Ciudadanos conspicuos y hombres comunes, en "Crónica Histórica Argentina, Nº 64, Codex, Buenos Aires, 1969.
6-Farrell, Gerardo T, Iglesia y pueblo en argentina, 1860-1974, Buenos Aires, 1976.
7-Una crónica detallada de esta concentración, en La Prensa, Buenos Aires, 15 de octubre de 1894.
8-Marotta, Sebastián, El movimiento sindical argentino, Buenos Aires 1960.
9-La Protesta Humana, Buenos Aires, 10 de mayo de 1902.
10-Vedoya, Juan Carlos, Primero de Mayo. Ayer y Hoy. Evolución política de la clase obrera, en "Todo es historia", año VII, Nº 73, Buenos Aires, mayo de 1973.
11-Fue un movimiento cultural importante, aunque aparezca marginado por la cultura oficial del sistema. Chirlado dirigió El Sol (1899-1903) y El Obrero (1896). Fundó y dirigió Martín Fierro, cuyo primer editorial, de marzo de 1904, recoge los trabajos de Pablo Subiera sobre el poema hernandino. Después, a partir del 13 de mayo de 1909, continuó su tarea en la revista Ideas y Figuras.
12-Manuel Ugarte fue separado del Partido Socialista antes de la primera guerra mundial. Había ingresado en él en 1904. Durante la guerra dirigió La Patria (1914), neutralista. En 1946 adhirió al Movimiento Peronista.
13-Babini, Nicolás, La Semana Trágica, en "Todo es historia", año I, nº 5, Buenos aires, septiembre de 1967.
14-Quesada, Fernando, La Protesta, una longeva voz libertaria, en "Todo es historia", año VII, Nº 83, Buenos aires, abril de 1974.
15-Abad de Santillán, Diego, El movimiento obrero argentino ante el golpe de estado del 6 de septiembre de 1930, en "La crisis de 1930", Revista de Historia, Nº 3, Buenos aires, 1958.
16-Idem
17-Idem
18-Vedoya, Juan Carlos, op. Cit.
19-El 1º de mayo de 1938 la Alianza de la Juventud Nacionalista rompió el monopolio socialista en las manifestaciones conmemorativas del Día del Trabajo.
20-Ibarra, Pablo (Real, Juan José). Una manifestación proletaria y popular transforma al peronismo de fenómeno militar en movimiento nacional, en "La Opinión", Buenos Aires, 17 de octubre de 1971.
21-José Peter fue traído del Neuquén y negoció con el coronel Perón el levantamiento de la huelga de los frigoríficos a cambio de mejoras.
22-Discurso del 2 de diciembre de 1943.
23-Abad de Santillán, Diego, Historia Argentina, vol. 5, Buenos Aires, 1971.
24-El órgano CGT, de la central obrera, el 16 de julio de 1945, dio una crónica muy completa de dicho acto, con el título de "Proporciones gigantescas adquirió la concentración de la CGT".
25)-Vedoya, Juan Carlos, op.cit.
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