Por el Prof. JBismarck
Las tensiones entre las autoridades nacionales y las
de la provincia de Buenos
Aires comenzaron, en realidad, algunos años antes de
los sucesos de 1880. El
gobernador Carlos Tejedor había abierto hostilidades
al considerar huéspedes de su provincia a las autoridades nacionales residentes
en la ciudad de Buenos Aires. Al mismo tiempo, en 1879, un serio conflicto
entre el Banco Nacional y el Provincia, con motivo de la inconversión, se había
resuelto en favor de este último, poniendo al descubierto las debilidades del poder central.
El desafío
del gobierno provincial era claro y resuelto: Tejedor comenzó abiertamente a
equipar a las milicias locales y formó una poderosa institución paramilitar (reunida en el
llamado Tiro Nacional) en la que enroló a sus más ardientes partidarios. Una vez más,
Buenos Aires estaba en pie de guerra contra las autoridades nacionales. Las últimas esperanzas de paz se desvanecieron el 10 de mayo de 1880 con el
fracaso de la entrevista conciliatoria entre Roca y Tejedor. El 2 de junio se
produjo el primer incidente armado de proporciones cuando la milicia
porteña rechazó intentos de las fuerzas nacionales destinados a impedir el
desembarco de armamentos para el gobierno rebelde. Al día siguiente el presidente Avellaneda,
cuyo control sobre la ciudad de Buenos Aires era prácticamente nulo, decidió
retirarse a la Chacarita con las fuerzas que le eran leales. En el entonces
pueblo de Belgrano fijó su residencia el Ejecutivo nacional, y el Congreso
nacional con los legisladores adictos al gobierno se trasladó a dicho paraje.
Entre el 3 y el 17 de junio se sucedieron febriles tratativas conciliadoras que
fracasaron rotundamente. El Ejecutivo nacional, mientras tanto, comenzó a
concentrar fuertes contingentes del ejército nacional que provenían de sus
cuarteles en las provincias del Interior. El mismo día 17 se abrieron las
hostilidades.
Las fuerzas nacionales se anotaron la primera victoria cuando el
general Racedo obligó a Arias (que había levantado fuerzas en la campaña
bonaerense) a refugiarse dentro del recinto de la ciudad. El 21 Racedo atacó a
Arias en Corrales y Puente Alsina, al tiempo que tropas al mando del general
Levalle y la escuadra nacional bloqueaban la ciudad. El 22 de junio Mitre asumió
el mando de las fuerzas sitiadas, siendo evidente que lo hizo con la expresa
decisión de iniciar negociaciones. Con
la intervención del cuerpo diplomático, el 25 de junio, se iniciaron las tratativas
que finalizaron en una solución transaccional: renuncia de Tejedor al gobierno
de Buenos Aires, asunción del vicegobernador Moreno y plena vigencia de la
legislatura provincial. La transacción fue enteramente repudiada por el bando
triunfante. La Liga de Gobernadores y el ejército presionaron sobre el Congreso
de Belgrano para su rechazo. La resistencia de Avellaneda, que apoyaba la
transacción, fue efímera. Luego de breves forcejeos, que incluyeron la
presentación de su renuncia, el presidente accedió a las demandas de los
roquistas. El 21 de agosto las tropas del ejército disolvieron la Legislatura
provincial, el gobernador Moreno renunció y el 1° de setiembre el interventor
designado por el Ejecutivo nacional (Bustillo) se hizo cargo del gobierno provincial.
El 20 de setiembre se sanciona la federalización de Buenos Aires y el 12 de
octubre Julio A. Roca asume la primera magistratura con todos los atributos del
poder en sus manos.
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